Arturo Castrejón

 Inicio | Relatos | Poetas | Ensayo | Taller | Autor | Links

 

Del tiempo y Zeus

 

 

Arturo Castrejón

     En épocas pasadas, un dios llamado Cronos habitaba en el Monte Olimpo. Cronos tenía por única habilidad la de manipular diminutas porciones del tiempo, tan pequeñas como los siglos o milenios. Era un ser humilde, conocía su lugar en el universo, y se conformaba con devorar a sus propios hijos, engulléndolos enteros apenas nacían.

     Muchos hijos después, la esposa de Cronos, Rea, que ya estaba harta de pasarse la vida embarazada, sin nadie a quien criar, decidió entregarle a su marido una piedra envuelta en ropa de cuna  y esconder al deseado retoño en una cueva. El dios no percibió nada extraño hasta el momento de digerir la roca, aunque relacionó el malestar con el hecho de comerse a los niños demasiado tiernos.

     El nombre de la heroica piedra se ha perdido en el anonimato, pero el pequeño que logró salvarse fue llamado Zeus, y heredó de sus padres el fatídico don de la inmortalidad.

     Impulsivo y hasta cierto punto idiota, Zeus creció para derrocar a su padre y obligarlo a vomitar a todos los hijos e hijas que había ingerido; luego quiso compartir con sus hermanos el pequeño planeta que era su nuevo dominio, guardando para sí el control de los cielos. A Hestia, la hermana solterona, le pidió vigilar a los pequeños parásitos humanos diseminados por la tierra. Poseidón obtuvo el reino de los mares, Demeter se encargó de los aspectos decorativos, y Hades, menos afortunado, tuvo que irse a regir el infierno.

     Tras distribuir el imperio, Zeus tomó unas vacaciones, se casó y para matar el tiempo tuvo hijos con cuanta diosa o simple mortal pudo, aunque prefería no comérselos, sino darles alguna ocupación.

      "Tú serás dios de la guerra, tú de la inteligencia y tú del queso Roquefort". Rápidamente el Olimpo se pobló de seres inmortales, todos ellos ocupados en organizar festines y jugar con las fuerzas naturales, pero su actividad favorita era fastidiar a la raza humana; a lo cual se dedicaron con particular empeño durante centurias, hasta que poco a poco los humanos fueron perdiendo el miedo a los dioses. "Todo empezó con el impertinente de Prometeo, nunca debí dejarlo crear ni una cucaracha, ojalá siguiera a merced de las arpías" se lamentaba Zeus, y para salir del problema, inventó miles de religiones, una para cada gusto, así mantuvo las cosas tranquilas por otros treinta siglos, hasta que los pobres Homo sapien llegaron al punto de no creer ni en sí mismos. Mientras, los dioses seguían multiplicándose y ya no había oficios vacantes.

     La última diosa fue llamada "Tina, Santa Patrona de la grenetina".

     El reinado de los dioses concluyó. Algunos se elevaron hacia el cielo para convertirse en estrellas y constelaciones. Otros se  ocultaron en los bosques o en el mar. Para evitar explicaciones  vergonzosas, Zeus se transformó en una estatua de oro y provocó su propio hurto. Sin embargo debe estar por ahí, a menos que algún día termine la eternidad.

Inicio | Relatos | Poetas | Ensayo | Taller | Autor | Links

 


Arturo en Literatura Virtual

Una historia cotidiana


 

 

 Contador de visitas para blog

*

 


Inició su formación literaria como miembro del Taller Literario Juvenil del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas, coordinado por José Luis Velarde entre 1993 y 1998.
Ha asistido a encuentros, cursos y talleres con escritores como Juan Antonio Ascencio, Daniel Sada, Silvia Molina, Elena Poniatowska y Xavier Velasco, entre otros.
Actualmente asiste al Diplomado en Preceptiva Literaria / Elementos inamovibles en la creación literaria; impartido por José Luis Velarde, mediante el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.

Publicaciones

Publicó narraciones cortas dentro de la plaquette colectiva “Se murió Minineitor” del Taller Literario del CECAT en 1996.
En 1997 el Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas publicó su libro de cuentos “La pared de mármol” dentro de la Colección “Letras en el borde”.
En 2003 fue antologado en el libro de poesía “Cuando la Soledad Sangra” publicado por el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, dentro de la Colección Milenaria.
Ha publicado en las revistas literarias “A Quien Corresponda”, “El cuento, de Edmundo Valadéz”, “Revista Universitaria UAT” y en “Tierra Adentro” del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Reconocimientos
Mención Honorífica en el concurso de cuento y poesía Juan José Amador 1998 de la UAT en el género de cuento.
Primer Lugar en el concurso estatal de cuento “Juan José Amador” de la Universidad Autónoma de Tamaulipas en el año 2000.
Mención Honorífica en el concurso estatal juvenil del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes 2001, en el género de poesía.
Becario del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tamaulipas para la convocatoria 2003 en la categoría de Jóvenes creadores.
Representó a Tamaulipas en el III Encuentro Nacional de Escritores en 2003.
Jurado en el Concurso Estatal Infantil de Cuento y Poesía 2006 convocado por el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.
Recibió en 2010 la Medalla Alfonso Caso de la Universidad Nacional Autónoma de México.