Jesús Ademir Morales Rojas

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Las tentaciones de Alexis Anton 3

-Limbo-

 

Jesús Ademir Morales Rojas

 

Cobardía: por mí se va, estás por dar muerte, estás por llegar.  

   Un nuevo mundo había germinado tras la tercera guerra mundial. La tierra había sido devastada por una global batalla, liberada con armas bacteriológicas y bombas alucinógenas. Las ciudades en ruinas se habían transformado en aislados refugios de seres enfermos, atormentados y enloquecidos que vagaban sin rumbo por entre las montañas de escombros y basura. Los escasos sobrevivientes se agrupaban en hordas, tribus y manadas de varias razas nuevas de subhombres que se devoraban entre sí, bajo un cielo ácido eternamente sucio y verdoso. Alexis Antón buscaba en aquel caos a Katia. Se habían conocido estando recluidos en aquel antiguo asilo psiquiátrico: él siempre con sus ataques epilépticos furiosos, ella con su autismo permanente, siempre mirando ojos negros silenciosos. Los custodios del lugar, aprovechando el caos antes del fin, vejaban y torturaban a los inermes internos. Cuando las luminosas explosiones de luz pura fosforescente llegaron, Katia estaba a punto de ser jugada a las cartas por un grupo de estos bestiales enfermeros. Alexis Anton quiso impedirlo luchando con su flaco cuerpo de epiléptico. Pronto fue sometido a  golpes. Nunca olvidaría la mirada piedad de Katia, enmarcada en negra cabellera ojos sombra. Impotente, yaciendo derrotado entre convulsiones Anton miró como el ganador de la partida, un albino inmenso con el rostro desfigurado de viruelas, cargaba con Katia y salía con ella del pabellón.

Antes de mí no fue.

   La mirada lo miró piedad. Su mirada.

Nuevas explosiones. Fosforescencias. Temblores. Gases. Humo. Justo entonces Alexis Anton enfermó y despertó.                      

Ciudad: se va por mí al doliente eterno, bien aquí, bien a ti.

   Su cuerpo comenzó a arder con una comezón insoportable, le quemaba cara poro, sentía abrazarse de escozor. Desesperado se araño el rostro, pústulas pestilentes comenzaron a brotarle en cada parte del cuerpo. Las piernas y las manos se le hincharon hasta límites monstruosos, alaridos. Los enfermeros asustados confundidos por la alarma externa y el hórrido espectáculo de aquel agónico miserable, quisieron ahuyentar su miedo, agrediendo más al caído. Antón entonces sintió como tumores espumosos le brotaban en los brazos y el rostro. Se levantó trémulo grotesco por una energía extraña motivada dolor. Se abalanzó como un demonio de pesadilla sobre los verdugos que le habían arrebatado lo que más añoraba, a uno de ellos le reventó uno de sus brotes purulentos en la cara, un líquido abrasivo le calcinó la cara al enfermero que se derrumbó de inmediato  enconchó entre aullidos. A otro que lo sujetó por detrás, le arrojó  vómito verduzco sujetando su rostro en un acercamiento letal: no paró de verter hasta que el enfermero muerte ahogado. Finalmente al último que buscaba atinarle con un tolete, lo arrinconó  fuerza inédita oprimió contra el muro con todo el peso cuerpo hinchado paquidermo. Cuando estalló sangre   despojo caer inerte.  Alexis Anton salió corriendo de aquel lugar en busca de Katia.

Hórri das blasfe. Palabras divermias, lenguasa para cientos de dolorroncos gritos, al son de manota, de ira ¡zos!  un color.

   Ha pasado el tiempo. Aún no ha logrado hallarla. Su cuerpo pronto retornó dolorosamente a su estado inicial y todas las orgánicas alteraciones desaparecieron. No ha sufrido ataque alguno desde entonces ha vagado entre las ruinas con los hombres-roedores masticando yeso y concreto incansablemente. Las hordas de caníbales han descubierto a la manada donde se olvidó Alexis Anton. La acechan. Pronto atacarán. Sin embargo Alexis no sabe aún que ese evento le hará acercarse al ser que tanto ha buscado.

Te he dicho:- Hemos sufrimiento, llegado doloridas, que nos perdieron a él y luego él se perdió.

   Mucho pasará antes de que Alexis se encuentre con Katia más allá de las estrellas.  

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Escritor mexicano


Jesús Ademir Morales Rojas nació en la Ciudad de México en 1973. Cursó estudios de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, es diplomado en Historia del Arte por la Universidad del Claustro de Sor Juana y en Museología (mención honorífica) por parte del Museo del Carmen, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Ha colaborado en diversas publicaciones literarias virtuales como Crítica, Destiempos, AXXÓN y Literatura Virtual.

Ha participado en varias redes de blogs orientadas a la cultura y la educación. Actualmente forma parte del equipo de redactores de la red Hoyreka!" y del proyecto de creación de contenidos Coguan, cuyo fundador y Director General es el Dr. Carlos Bravo.

Jesús Ademir es administrador de redes sociales y gestiona cuentas de los blogs Hoyreka y es el responsable del área de social media en la firma TratoHecho.com

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Otras colaboraciones suyas incluyen la redacción de artículos para la productora argentina especializada en contenidos online Bee!

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Ademir convoca imágenes reflejadas en espejos infinitos en la serie de narraciones reunidas bajo el título Hipnerotomaqia. Surgen ahí personajes, fantasmas y monstruos cotidianos para protagonizar sueños interminables donde cambian de aspecto, tanto como las palabras del narrador que las retuerce hasta sacar nuevos significados de los signos convencionales.

Todos los que han soñado saben que la percepción se altera para mostrar realidades imposibles. Los tiempos se confunden y el futuro deja de ser consecuencia del pasado. Hay un orden propuesto por el autor, para adentrarse en estas ocho lecturas, aunque bien sepa que es imposible establecer normas que precisen una estrategia de lectura.

Así que invito al amable lector a conocer cualquiera de las partes que integran esta obra.

 José Luis Velarde

Hipnerotomaquia