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Amor Real

Capitulo 46º

Capitulo 46. Rosario, reina de este cap. Que es una joya

Por: Maria Elena Venant

CASERON FUENTES GUERRA En el salón siguen esperando Sixto y Silvano, se les ve agotados por el desgaste emocional. Llega Manuel. Detrás viene su esposa que toma su sombrilla y se va
“¿Dónde crees que habrá ido mi madre?” Le pregunta Manuel a Silvano. Este dice que no sabe. Manuel le encarga vigilar la casa de Adolfo Solís. Silvano recuerda que ese era el nombre del fugado de San Juan de Ulua. Manuel le ordena que le avise cuando regrese Solís. Cuando Silvano le pide las señas del individuo Manuel le dice que lo va a reconocer, es Felipe Santamaría.

CASA SOLIS Matilde visita a una asustada Catalina
“¿Habló con su esposo? ¿Qué le dijo? Quiere matarlo ¿Por qué tanta crueldad?” Catalina llora y dice que Adolfo es el menos culpable (Lo siento Cati, pero Adolfo también tiene su grado de culpa) Matilde trata de calmarla. La Sra. Solís dice que no ha de calmarse cuando hay un insensato que quiere matar a su marido
Impaciente Mati le dice “Ese insensato es mi esposo y también puede morir “
Catita le pide disculpas “¡Por favor, haga algo!”
Adolfo ya no tarda en llegar. A estas mujeres se les acaba el tiempo, se abrazan llorando.
Matilde sale llorando de casa de Catalina. La ve Silvano y se esconde.

MANSION PEÑALVER. La Zorra Augusta y su zorrito se quejan de la vergüenza que pasarán cuando sus amistades conozcan a la madre de Manuel
“Bueno, pero ya sabíamos que Manuel era un bastardo” dice Humberto
“Pero creíamos que su madre estaba muerta” se queja la Viuda Peñalver.
“¿Esa señora quiere a mi hermana?” dice Betito “Es bueno, puede interceder por ella. Manuel es un sentimental. Si ella aboga por Matilde Tal vez el ceda”
Ay Peñalver, Peñalver todavía no conocen a Manuel
Augusta comienza a picanear a su hijito por otra cosa
“Tienes que convencer a Josefina para que revoque ese poder. Si quieres hablo con ella”
“De ninguna manera” le dice su indignado hijito
Llega Manuel. Sigue despeinado, sin levita ni corbata, pero se ve más tranquilo. Los Peñalvert lo reciben como a un amigo muy querido
“Que gusto” “¿Qué tal Manuel?” El los saluda educado
“Matilde salió ¿Vino por ella?” pregunta Augusta
“No vengo por ella” hay una pausa “Quiero saber si mi madre está aquí”
“¿Su madre?”
“La Señora Rosario”
“Llegó hace un rato” dice Augusta
“Sería tan amable de llamarla”

Arriba, Rosario carga a su nieto. Prudencia aprovecha de decirle que Augusta ya sabe que es la madre de Manuel
“¿UD? Le contó?
“No, fue Matilde”
Entra Augusta y muy fina le anuncia a Rosario
“Su hijo quiere verla”
“¿Mi hijo?”
“Manuel preguntó por su madre”
Rosario se dispone a bajar. Al pasar por el lado de su consuegra, ésta le lanza un
“Si lo hubiera sabido antes, le habríamos dado el trato que le corresponde”
Rosario la mira furiosa ante tanta hipocresía. Aprieta los puños y se ve igual a su hijo

Abajo Humberto insiste en tomarse una copa con su cuñado para festejar “la buena nueva” de que su madre no se murió. Manuel le pide que no sea hipócrita. Baja Rosario
Manuel tímido le habla en tono suave
“Silvano me contó. Vine para llevarla a la casa”
“Esta bien” dice su madre
“¿Ningún recado para Matilde?” pregunta Augusta Manuel dice que no. Humberto hace gala de servilismo
“Si me permite acompañarlos” los escolta hasta la puerta se las abre, trata a Rosario de “señora” hace venias, por poco se pone de alfombra. Cuando se van vuelve donde su madre y comienza el chismorreo
“¡Que encuentro tan frió!”
“Pensé que se abrazarían” dice su mamá
“Se veían muy tiesos”
“A lo mejor no le gustó saber que era su madre”

CALLES DE TRINIDAD Manuel enorme, hercúleo avanza a trancazos como un Orfeo saliendo de los infiernos. Su madre pequeñita trata de seguirle los pasos como una Euridice a la que no se debe mirar. Finalmente el se vuelve la toma del brazo y la pone a su altura, aminorando el paso
“Me dijeron que tuvo miedo que yo la rechazara. No debió pensar eso. Somos dos extraños, pero espero que en un futuro nos tengamos confianza”

MANSION PEÑALVER. Llega Matilde
“Hasta que viniste” le dice su madre “Vino Manuel”
“¿Se llevó a mi hijo?” pregunta angustiada Matilde
“Vino por Rosario”
“Que bueno” dice Mati con triste sonrisa
Matilde informa a su madre que Adolfo Solís se casó con Catalina Heredia, que viven en Trinidad, que Manuel ya lo sabe y que quiere batirse a duelo con Adolfo
Augusta enloquece insiste en que su hija disuada a Manuel de semejante despropósito
“¿Cómo?” pregunta Matilde alterada “¿Dígame?”
“De cualquier manera” dice su madre colérica “Arrodillándote o metiéndote en su cama”
“No seas tan grosera” se escandaliza su hermana
“Si estuviera segura de convencerlo, lo haría” dice su sobrina
Augusta pierde los estribos y comienza a echar improperios. Llama a su hija “casquivana” y adultera, la culpa de todo incluso de no poder convencer a su marido con sus encantos sexuales. Termina diciendo que ojala se maten Adolfo y Manuel en el duelo. Se va con sus “Aya yayay”
“No le hagas caso” dice Pru “Cuando se enoja no mide sus palabras
“Yo tengo culpa, pero ella también”
Prudencia pregunta si alcanzó a hablar con Manuel del niño
Matilde dice que no pero agrega “Sólo muerta me va a separar de mi hijo”

CASERON FUENTES Guerra llegan madre e hijo. Manuel le dice a Tomás
“Ya la conoces. Es mi madre. Ahora manda en esta casa”
La lleva a su despacho. Saca la moneda que Rosario le dejó
“¿Quiere que hablemos ahora?”
“Como UD. Quiera”
“Podría comenzar por tutearme”
Rosario dice que nunca podrá
“¿De verdad soy su hijo?”
“¿Le gustaría que le dijera que no?
“Es que no recuerdo nada. De pronto UD. Aparece..”
“me da mucha pena causarle esta preocupación”
“No es preocupación. Es desconcierto. UD. Es una desconocida para mi”
Rosario con voz emocionada le dice que él no es un desconocido para ella
“Siempre lo llevé atado mis pensamientos” le muestra un zapatito de niño, único recuerdo que se llevó de su hijo. Rosario se ahoga casi al hablar. Le dice que aun en los peores momentos en San Cayetano ella siempre supo que el era su hijo
“¿Por qué no me lo dijo?”
“Miedos de una. UD. Es un señor, un doctor, casado con una señorita distinguida”
Manuel pega un respingo al oír la alusión a su mujer
“Ya sé que usted esta muy dolido, pero su esposa es buena y lo quiere”
“Por favor no toquemos ese tema. Se que Matilde se ha portado bien con UD.”
Decide cortar la conversación ahí. Le dice a su madre que se ponga cómoda que escoja la mejor recamara para ella. Se retira, antes deja caer la moneda arriba del zapatito que Rosario ha dejado en su escritorio
“Nos vemos a la hora de la cena” Se va. Rosario se acerca al escritorio y mira la moneda
“¿Qué creías tonta?” dice con voz entrecortada “¿Qué abriría los brazos?” se deja caer al suelo llorando y repitiendo el nombre de su hijo
(Nota Me faltan palabras para describir esta escena. La actuación de ambos estuvo impresionante. Era ver a la Ana Martín del cine de nuevo. Los diálogos, el simbolismo de los objetos, las actuaciones, la dirección no tenían nada que envidiarle al cine. Viendo escenas así una se da cuenta de las posibilidades artísticas de las telenovelas)

CASA DE JOSEFINA Esta llega de la calle y se encuentra la sorpresa de que su esposo ha regresado
“¡Volviste Humberto!” le dice contenta
“Hace un buen rato” dice el de mal modo. Finita le explica que fue a comer con unas amigas
“¿Y a quién le pediste permiso?”
Josefina se sorprende. No creyó que le molestaría. El la hace sentarse. Tienen que hablar
“Yo por delicadeza no he querido tocar el tema, esperando que por voluntad propia tomaras la decisión correcta”
“De que me hablas”
“Del poder. Tu actitud es ofensiva “Le recuerda que ahora el mantiene a toda su familia “He trabajado como un negro” Para colmo, Mati se peleó con Manuel. La Fea pregunta que motivó esa separación
“Nunca me has querido decir ¿No confías en mi? ¿Crees que soy tonta?”
“Me da miedo que no seas discreta”
“¿Crees que no tengo dignidad?” pregunta dolida su esposa “A todos les digo que soy muy feliz. ¿Me encuentras tan poco agradable?”
“No me cambies el tema” gruñe su esposo
“Todo tiene que ver” le reprocha Josefina. Humberto entiende el puntazo
“¿Quieres decir que si yo..?”
“A lo mejor” le dice su mujer. Humberto se pone lívido y Finita se asusta
“No quise decir”
“Por supuesto. Si me acuesto contigo, revocas el poder” Le toma el rostro en su mano y la examina con desprecio
“Quédate con tu dinero. En tu cama no me meto más. Te lo juro”
Sale enfurecido

CLUB Prisco le cuenta a Ramón y a Yves que Manuel Fuentes Guerra no quiso venderle ganado arguyendo que ya lo había vendido en Cuba
“¿No le estará mintiendo?” pregunta el esposo de Pilar “No es difícil averiguarlo” Para sacar el ganado del país, Manuel tuvo que pedir un permiso Si no lo encuentran
“Contrabando” dice el Capitán Santibáñez
“O se lo está vendiendo al ejercito insurrecto” dice Ramón

CALLES DE TRINIDAD Antonia y su Nana pasean. La belleza de Toñita atrae miradas masculinas
“¿Te das cuenta como te miran?” dice la Urraca Mayor Le aconseja que ya comience a buscarse “otro”
“Me está insinuando que me convierta en una ramera” pregunta su Reinita indignada “Si acepté entregarme a Manuel es porque lo quiero de verdad” La Bruja le dice que tiene que estar preparada por si Manuel regresa con su esposa
“Nunca me va a dejar”
“Debieras pensar en tenerlo más amarrado. Quizás con un hijo” aconseja Damiana “Si lo excitas lo suficiente el se olvidará de cuidarse” (Tal como pensaba Manuel practica el “coitos interruptus”)

CASERON FUENTES GUERRA. Rosario alista la mesa cuando llega su hijo
“¿Por qué dos lugares?”
Tímida, la ex criada le explica que Sixto viene a cenar
“No creo que esté bien que mi madre cene en la cocina Ponga otro cubierto”

CASA DE RAMÖN Renato visita a su hermana que le pasa algún dinero. No ha podido convencer a su esposo que vuelvan a recibir a su hermano en casa
“Todo lo que pasa por ayudar a un amigo” se conduele Renato
Pilar comenta que Humberto no lo pasa muy bien “Nunca pensé que Josefina fuera tan terca”
“No es terquedad. Es Insatisfacción” Pilar no comprende
“¿Te pudo contar un secreto y que por lo menos no se lo vas a decir a nadie hasta mañana? ¡Humberto no ha cumplido! Josefina sigue tan virgen como el día de su primera comunión”
Pilar pone cara de sorpresa “¿El se rehúsa?”
“No puede. ¡Es impotente!”
Pilar pone cara de espanto “Como lo oyes” le dice su hermano.

CASERON FUENTES GUERRA. La cena es fría y silenciosa. Finalmente Rosario se retira
“no se de que hablar con ella” se queja su hijo “No sé como romper el hielo. Todavía no puedo reaccionar
“Matilde podría ayudarte” le aconseja su amigo
“Tal vez” dice Manuel enojado “Pero no voy a pedirle ayuda”
Comienza a lamentarse “He pasado meses de infierno. Mientras le brindaba amistad a un hombre que seducía a mi esposa. Todos lo sabían. Yo era el idiota enamorado de una ramera. Tengo una rabia muy grande”
Sixto le pregunta si vale la pena morir por una mujer a la que desprecia
“Si existe un Dios justo” dice Manuel “Solís pagara. Y si muero.. La muerte es buena. Borra todos los recuerdos” Ayyyy se me humedecen los ojos al recordar esta escena ¡Pobre Manuel! ¡Pobres todos!

MANSION PEÑALVER. Esa noche, Mati reza
“No lo permitas Dios ¡Haz un milagro! No por mí que no lo merezco, sino por mi hijo y Catalina. Son los únicos inocentes.

CASA SOLIS Día siguiente. Silvano ve llegar a dos jinetes. A Adolfo de uniforme acompañado de Delfino. Entran en la casa. Adolfo presenta a su amigo con Margarita quien le avisa que Catita esta tan delicada que no ha querido levantarse. El Capitán Solís corre a verla. Su esposa lo recibe en camisón. Esta hecha un guiñapo. Lo abraza desperada y le cuenta todo lo ocurrido. Que Fuentes Guerra quiere matarlo. Le cuenta como Matilde le contó que su esposo la corrió y cree que el niño es de Adolfo
“Tengo mucho miedo” llora la Sra. Solís. Tose, sus pobres pulmones ya no dan más y escupe sangre.

CaSERON FUENTES GUERRA Llega Silvano corriendo a buscar a Manuel. Lo encuentra en el patio practicando tiro al blanco. Le avisa que Adolfo regresó
“¿No me digas que te vas a dar de balazos con ese? Tú eres doctor y él es militar
“¿Qué? ¿Me ves manco?” dice Manuel ofendido Se dispone a irse. Silvano lo persigue
“¿Por qué te lo vas a echar? ¿Qué te hizo?” Manuel sale sin responder. Rosario baja y lo mira Silvano se vuelve
“Mi hijo fue por mi”
“Me da gusto Rosarito” dice Silvano triste “Hágalo entrar en razón. Es un terco. Tiene menos sesos que una hormiga. Se quiere enfrentar a balazos con un militar. Para mí que es el novio de la niña Matilde. Un tal Adolfo Solís” Rosario se cubre el rostro asustada.

CASA SOLIS Adolfo informa a Delfino de lo sucedido. Manuel se enteró de su verdadera identidad y corrió a Mati. Cree que el hijo no es suyo.
“Si me reta, tengo que responder”
Delfino está confiado “Te lo vas a echar. Tienes buena puntería” Adolfo no está tan seguro. Entra Matilde Ambos se miran emocionados. Delfino se retira
“Tienes que irte” dice Mati “Manuel te odia. ¿Por qué no te vas unos días?”
¿Y tú?”
“Yo no importo. No quiero que se enfrenten. Piensa en Catalina. Ella te necesita”
Adolfo (¡Ubícate tarado! Se pone romántico
“¿Y tú Matilde no me necesitas? ¿No me extrañas? Yo nunca te hubiera abandonado”

CASERON FUENTES GUERRA Silvano interroga a Rosario
¿Esta segura que el chamaco es de Manuel?
“Si. Es igualito a él”
“Hay que hacer algo” dice Silvano desperado “Es militar y Manuelito no es hombre de rifle”

CASA SOLIS. Llega un Manuel enfurecido pero bien vestido con levita café con leche. Al encontrarse con Ignacia que le dice que espera a Matilde, se enfurece más. Golpea. Se abre la puerta y sale Adolfo. Se miran con rabia.