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Hackers, los intrusos en la red (Que es un hacker)Por Laura Cortada, Junio 2000Reportaje original publicado en la revista Públic, http://www.public-online.com
Se mueven en una delgada e indefinida barrera que separa lo
legal de lo ilegal. Las instituciones y las multinacionales del software les
temen, la policía les persigue... y también hay quien los busca para
contratarlos. Les ofrecen sueldos de impacto. Se pasean por los ordenadores del
Pentágono, de la NASA, de la CIA, del Congreso de Diputados, de universidades,
de entidades bancarias, … y de lo que se les ponga por delante. La red, para
ellos no tiene secretos. Sienten pasión por buscar fallos en programas y
sistemas y convierten esa búsqueda en un reto personal e intelectual. DIFERENCIA DE CRITERIO La policía tiende a comparar su entrada en
un ordenador ajeno con la incursión de un ladrón en un domicilio privado, pero
para ellos esa comparación no es válida. "Nosotros -coinciden los
hackers- no rompemos la cerradura de la puerta ni les robamos nada de sus casas,
nosotros buscamos puertas abiertas, entramos, miramos y salimos…eso lo pintes
como lo pintes no puede ser un delito". Las fuerzas de seguridad no comparten su opinión. Ellos, en
base a la jurisprudencia creada por una sentencia de 1998, definen al hacking
como intrusismo informático merecedor de sanción penal y, en consecuencia,
como un acto denunciable y perseguible. Hoy los hackers viven una insólita situación. Se sienten
maltratados por la opinión pública, incomprendidos por una sociedad que no
conoce ni se informa sobre su mundo, vigilados -dicen que injustamente- por la
guardia civil y, aunque parezca una contradicción, buscados y tentados con
millonarias ofertas de trabajo por grandes empresas. No es de extrañar. Son los
mejores profesionales en su terreno y eso, en una sociedad que apuesta fuerte
por las altas tecnologías y la informatización, les convierte en un valor en
alza en el mercado laboral. Nadie mejor que ellos -que saben entrar en
ordenadores ajenos- pueden garantizar, situados al otro lado, la protección de
un sistema informático. Pocos son los empresarios dispuestos a admitir que los
contratan pero muchos los que se disputan su captura. Miguel Fernández,
presidente de la empresa de seguridad informática S21sec, es uno de esos pocos
que admite abiertamente perseguir a los hackers con la única finalidad de
darles trabajo. Él tardó más de dos años en conseguir el equipo de expertos
en seguridad con el que actualmente cuenta su empresa. Tiene en sus filas a
siete de los mejores hackers españoles del momento, entre ellos el joven JFS,
el primer hacker español que se vio inmerso en una causa judicial en España,
el caso Hispahack, del que finalmente fue absuelto. El camino que siguió éste
empresario vasco para contratar a su equipo no fue fácil. Sobre todo porque en
el underground nadie sabe con certeza quien es quien en realidad. Los hackers
esconden su verdadera identidad bajo un nick, un apodo tras el que enmascararse
y mantener el anonimato. Miguel a sus 50 años decidió convertirse en hacker,
se bautizó cómo Mikel y se lanzó a la red. Bajo ese nick fue entrando en
contacto con algunos de los grupos de hacking españoles y empezó a conversar
con ellos a través de chats, conversaciones en tiempo real en Internet.
Realizados los primeros contactos y a través de la empresa Com&Media y la
colaboración del grupo JJF Hackers Team, montó un encuentro de hackers, el
primero de estas características en España. La NoConName -como se bautizó la
cita- se realizó en julio de 1999 en Palma de Mallorca. "La hicimos para
ver exactamente lo que es lo que había en el mercado. Vino gente de toda España,
gente se conocía por sus nicks pero que jamás se habían visto personalmente.
Estuvo bien pero sinceramente no había un gran nivel, los mejores, los
realmente buenos no vinieron a una reunión que implicaba estar a cara
descubierta. Era una cita demasiado abierta para que viniera la élite".
Tan abierta que se presentaron hasta los agentes de la brigada de Delitos Informáticos
de la Guardia civil, los "men in green" (hombres de verde), como los
llaman irónicamente los hackers. "Sin embargo -apunta Miguel-
"gracias a esa cita pudimos ver que hay hackers desde 14 años hasta muy
arriba. La diferencia entre ellos es que un chaval de 14 o 16 años sigue siendo
un crío y actúa como tal. Son peligrosos porque no son responsables de lo que
hacen, no son conscientes de los daños que pueden ocasionar y no tienen ni idea
de los que puede acarrear, pero claro quieren aprender y la única manera que
tienen es meterse dentro. En las universidades españolas, a diferencia de las
de los Estados Unidos, no existen especialidades en temas de seguridad informática.
Y estos chavales deben aprender a través del hacking. ¿Cómo van a aprender
los chavales sino practicando? Uno aprende a disparar tirando tiros y a pintar,
pintando." BUSCANDO A LOS MEJORES A pesar de la falta de nivel, de la
NoConName Miguel Fernández cazó a un par de personas del grupo JJF Hackers
Team y indirectamente, esa cita le sirvió para hacer los contactos que más
tarde le permitirían llegar algunos de los hackers más buenos de España. Fue
precisamente allí donde conoció al único abogado español especializado en
delitos informáticos, Carlos Sánchez Almeida, apodado ya por la prensa
"el letrado de los hackers". A través de él pudo contactar y
contratar a las primeras figuras del mítico grupo español Hispahack. "Me
considero afortunado de poder contar con estos jóvenes -afirma el presidente de
S21sec- porque estoy convencido que dentro de unos años habrá auténticas
bofetadas para conseguirlos. No tiene sentido ese miedo de los empresarios por
reconocer que buscan hackers". Miguel justifica esa actitud en la mala
prensa que tienen estos jóvenes. "Los medios de comunicación sólo habla
de ellos para relacionarlos con actos vandálicos y, en la mayoría de ocasiones,
publican titulares demasiado explosivos que poco tienen que ver con la realidad.
Las empresas que buscan hackers -a través de anónimos cazatalentos-
normalmente lo hacen porque antes han tenido problemas. Porque alguien ha
entrado y fisgado en sus ordenadores y buscan a alguien con los conocimientos
suficientes para que les solucione su problema. Ese alguien sólo puede ser un
hacker. No lo pueden reconocer porque indirectamente harían público que los
datos de sus clientes han estado en peligro." NACER CURIOSO Con tan solo 21 años, Fermín trabaja en
una empresa de seguridad informática. Todavía no ha terminado sus estudios
universitarios pero en su primer empleo cobra un sueldo impactante. Tiene un
buen expediente académico, aunque no ha sido precisamente eso lo que le ha
proporcionado su trabajo. Este joven madrileño es un hacker y los que se mueven
en su mundo le consideran una de las jóvenes promesas del país. En la red
nadie le conoce cómo Fermín. Él responde a otro nombre, su nick, que no
revelaremos para respetar su intimidad. "Yo nací curioso y lo sigo siendo,
no lo puedo remediar. Para mí el hacking es una forma de vida, un espíritu de
superación, un reto intelectual continuo. Yo quiero aprender. No rompo nada, ni
me bajo información privada. En la red hay de todo y evidentemente hay gente
con tus mismos conocimientos que los utiliza para delinquir, pero no hay que
confundir, ese no es un hacker". Daniel, es un catalán de 22 años que descubrió su pasión
por la informática con tan solo 7. Sus padres incluso llegaron a requisarle el
módem tras ver que el niño se pasaba demasiadas horas ante el ordenador.
"Ellos sospechaban que pasaba algo raro cuando se vieron que me colgaba
horas y horas del teléfono con mi módem conectado y que la factura no subía".
No desistió y aprendió a colarse en las universidades "para tocar máquinas".
Años después fue precisamente en una universidad, cuando ya la visitaba como
alumno, donde conoció al hacker que le hizo de mentor. Hoy Daniel recibe
mensualmente una nómina que a los chicos de su edad les pondría los dientes
largos. Él se define como "un investigador, un ingeniero en
telecomunicaciones y un soñador". No le gusta que le llamen hacker, aunque
lo es, pero considera que "hasta que la sociedad nos siga confundiendo con
delincuentes comunes yo prefiero renunciar a formar parte del colectivo. El
termino hacker que yo admiraba de pequeño ya no existe. Hoy, a cualquiera que
hace cuatro chorradas se le llama o se autodenomina hacker. A un delincuente se
le llama hacker,a un cretino que le gusta dejar su firma en una Web se le llama
hacker... y eso repercute en nuestra imagen pública". REACCIONES INESPERADAS La actitud de Daniel no es gratuita. Hace
unos meses, investigando en la red, entró en los sistemas de un reconocido
hospital español y se sorprendió de la facilidad con la que se podía acceder
tanto a sus ordenadores cómo a las fichas medicas de todos los pacientes del
centro. Intentó seguir su modelo de ética y avisó al hospital de su
inseguridad. En lugar de ganarse una felicitación, al cabo de pocos días
recibió una llamada de un responsable de seguridad en internet. Le comunicaron
que su actuación había sido ilegal y que podían denunciarlo. "Me quedé
de piedra, mi intención sólo era ayudar pero está claro que para ese
hospital, al igual que para la mayoría de empresas y administraciones, es
preferible actuar contra un hacker que les avisa de un peligro que preocuparse
por mejorar su seguridad. No se dan cuenta de que cualquier delincuente con unos
mínimos conocimientos puede entrar en su sistema y robar su información sin
dejar rastro de su paso. Eso es lo que debería preocuparles." En este sentido, el presidente de S21sec, Miguel Fernández, añade
que la sociedad no tiene consciencia de los peligros de tener un ordenador
conectado a la red. "cuando hace un año entraron en la web oficial de la
presidencia del Gobierno fue de risa, porque el fallo que había permitido la
entrada a los asaltantes fue la falta de actualización de una simple aplicación
de Windows" Miguel se refiere al ataque que un grupo autodenominado Alianze
realizó en la madrugada del 12 de agosto de 1999 en la pagina web de
Presidencia del Gobierno. La imagen de José María Aznar amaneció con unos
endemoniados cuernos y la boca ensangrentada, acompañada de una aclaración:
"Esto lo hacemos por diversión, curiosidad, como un reto. Es un simple
juego, pero vosotros sois los que convertís esto en una guerra, esto sólo es
el principio". En esa ocasión los hackers no robaron nada, sólo
evidenciaron la precariedad del Gobierno español en temas informáticos.
"El verdadero problema -apunta el hacker Netsavage- el que nadie vió
porque la prensa se limitó a lanzar amarillentos titulares de bandas de hackers
organizadas que asaltaban al Gobierno, es que con anterioridad muchas personas
podían haber utilizado esa debilidad y entrar sin dejar rastro. Ellos solo ven
la gamberrada pero no son conscientes de lo que no ven. Y esas informaciones
luego se venden". BUSCADOS PARA DELINQUIR Para Miguel Fernández haría falta una
campaña de sensibilización al respecto porque "igual que yo busco hackers
para darles un trabajo que yo considero digno hay quien lo hace para fines
ilegales y les ofrece muchísimo dinero, cantidades que un joven inmaduro podría
aceptar con facilidad porque no es consciente del delito". Nos pone un
claro ejemplo: "En un centro hospitalario vasco sabíamos que estaban
entrando y no se lo creían, así que les hicimos una prueba. Vimos que en la
base de datos donde figuraba las mujeres en estado de gestación se estaban
robando datos y para demostrarlo insertamos en esa base los datos de una mujer
soltera que no estaba embarazada. Al cabo de una semana la estaban bombardeando
con información comercial de pañales, potitos, papillas, y todo tipo de
productos para embarazadas y bebés. Esta claro que los datos se roban, se
compran y se venden y que quien lo hace no deja una pintada reivindicativa y difícilmente
lo podrán pillar". "La gente no es consciente de cosas tan básicas cómo
que cuando envían un mensaje, no solo lo podrá leer la persona que lo recibe
sino los 15 o más ordenadores por los que pasará el mensaje antes de llegar su
destino", añade Lluís. Él tiene 23 años, también es hacker y trabaja
desde los 19 en el mundo de las telecomunicaciones y la seguridad informática.
Los piratas le admiran y lo definen cómo un hacker de elite, posiblemente el más
brillante que hay en España y uno de los mejores del mundo. Modesto hasta la médula,
Lluis huye de esos calificativos y afirma que sólo es uno más, otro de tantos.
Pero los hechos hablan. La empresa PCWeek lanzó un desafío a todos los hackers
del mundo para ver cual de ellos era capaz de entrar en un servidor que
dispusieron únicamente para este reto. El único que lo consiguió fue Lluís.
Su identidad es más conocida que la de sus compañeros. Su nick, JFS, se hizo público
cuando la policía lo detuvo junto con otros chicos del grupo Hispahack, y lo
acusaron de haber penetrado en los sistemas del Congreso de los Diputados, de la
NASA y de varias universidades. 'CASO HISPAHACK' JFS era el primer hacker español detenido y
aunque finalmente fue absuelto por falta de pruebas, la repercusión de su caso
en la prensa fue brutal. "Me marcó personalmente pero no en el sentido de
que ahora vaya con mas o menos cuidado que antes porque tengo claro que no he
hecho nada malo. Creo que la Guardia Civil se cegó con la publicidad que podía
sacar con ese caso. Prefirió aceptar una denuncia sin pruebas y hacer que toda
España se enterara que existía una brigadilla en el cuerpo que se dedicaba a
perseguir a los hackers y que estos eran auténticos delincuentes". Para el abogado que defendió a JFS, Carlos Sánchez Almeida,
"Hispahack fue el inicio del enfrentamiento entre el poder político y
policial y los hackers. Comenzó un proceso global de criminalización del
hacking". Durante la instrucción de ese caso hubo varios ataques hackers
contra instituciones públicas. Entre ellas una curiosa: en plena operación
salida de vacaciones de agosto de 1999, la pagina web de la Guardia Civil fue
modificada a través de ordenadores americanos y redireccionada hacia un dominio
gay. Durante todo el fin de semana quien quería consultar el estado del trafico
de las carreteras españolas se encontraba con una variada oferta de servicios
sexuales para hombres. "No se quién lo hizo -afirma JFS- y aunque considero que
fue una gamberrada como cualquier otra, creo que los men in green se han ganado
a pulso la antipatía de muchos jóvenes. Con el caso Hispahack sacaron lo que
querían: más presupuesto y más graduación en la escala militar. Su manera de
actuar se les ha girado en contra porque en un principio los hackers no hubiesen
tenido ningún problema en colaborar con la policía en la búsqueda de
verdaderos delincuentes de la red, gente que se dedica a robar o gente que
comercializa con pornografía infantil, pero ahora se han cerrado en banda. Creo
que el caso ha concienciado a muchos pero no en el sentido de sentirse
delincuentes sino en el de saberse perseguidos y que allí fuera hay gente
esperando a que hagan algo, que cometan un pequeño fallo para poder pillarlos".
CONSPIRACION O REALIDAD La Guardia Civil, considera que "quien
hace esas declaraciones conoce muy poco el cuerpo policial y demuestra que cree
más en conspiraciones que en la realidad de las instituciones". Los
agentes de la unidad especializada en delitos informáticos no cree para nada
"en la imagen del hacker romántico que solo se mueve por un reto
intelectual -el denominado hacker ético- porque "para sus víctimas los daños
siguen siendo daños" y no se compensan con motivaciones sino,
evidentemente, con dinero. El cuerpo policial, sin embargo, matiza que "en
todo caso la exculpación del hacker que se mueve por motivaciones románticas
no las debemos juzgar nosotros sino los tribunales de Justicia". Netsavage i su compañero Fermín se llevarían las manos a la
cabeza ante esas afirmaciónes: "No nos pueden entender". Éllos son
de esos románticos en los que no creen las fuerzas de seguridad. "El
hacker delincuente no existe, porque la persona que roba es un ladrón y punto,
no entra en la definición de hacker". Para JFS "los hackers la mayoría
de las veces ayudan a la gente en lugar de causar ningún perjuicio".
Cierto es que los hay que han bloqueado paginas web, desde donde se distribuían
fotos de pornografía infantil y también quienes informan de importantes fallos
de seguridad en determinadas compañías. Hace poco menos de dos meses avisaron
de un fallo en RedesTB, que permitía acceder a su base de datos y obtener el
NIF, DNI, telefono, e-mail y password de sus clientes. "Buscamos errores en
determinados programas informáticos, o en sistemas de cobro de determinados
bancos y los hacemos públicos, pero no para conseguir ni fama ni dinero sino
para que los usuarios no se sientan timados. Los usuarios no tienen
conocimientos para saber si lo que están comprando es defectuoso y al cabo de
poco tiempo se verán obligados a comprar una actualización del mismo programa
porque el anterior tenia un defecto. También avisamos a las compañías que los
fabrican pero a ellos no les interesa arreglar ese fallo, les interesa
vender". En este sentido se pronuncia también el letrado Sánchez
Almeida. El considera que para un hacker el verdadero delincuente es el creador
de un programa informático que saca a la venta sus productos "aun sabiendo
que son defectuosos" para lanzar más tarde una nueva actualización del
mismo con la que aumentar sus ganancias. "Hay un delito que se llama
maquinación para alterar el precio de las cosas y otro delito que se llama
publicidad engañosa. Habría que ver si meter en el mercado un programa con
fallos, sabiendo que están ahí es, sino delictivo sí susceptible de
responsabilidad civil". TRIBUS DEL 'UNDER' En el undeground se mueven varias tribus
cibernéticas. Algunas nacieron mucho antes de la llegada de Internet, cuando a
la comunicación electrónica sólo era posible a través de ordenadores que
estaban conectados entre sí con rudimentarios modems. Los primeros en aparecer
en la escena virtual fueron los phreakers, hoy conocidos cómo los hackers de la
telefonía. Su nombre surgió de la conjunción de tres términos ingleses
"freak-phone-free", algo así como monstruos del teléfono gratuito.
Hoy en día algunas de sus actuaciones convergen con las de los hackers porque
cada uno de estos colectivos precisan del conocimiento de los otros. Poder
llamar gratis es básico para un hacker que pasa horas y horas conectado a
Internet y saber como burlar la seguridad de un sistema para acceder a cierta
información también lo es para los phreakers. En España existen dos grupos
considerados de nivel, la CPNE (Compañía del Preaking Nacional de España) y
TDD, también apodados los "McGyvers del Phreak", por lo curioso de
algunos de sus descubrimientos. Suyo fue el mérito de conseguir llamar gratis
desde las cabinas telefónicas usando cómo única herramienta la chapa de una
lata de refrescos. También hay quien lo consiguió con el simple sonido de un
silbato que regalaba en sus cajas, una conocida marca de cereales. Pero a pesar
de esas disparatadas genialidades, a los phreakers se les pude considerar auténticos
cerebritos. Los chicos de CPNE se definen en su propia web como "apasionados
del sistema telefónico, investigadores de las telecomunicaciones, que tienen
por hobby conocer el funcionamiento de las redes de telefonía. A veces usan
este conocimiento para jugar con el sistema y hacer cosas como desviar llamadas,
pero no es su fin principal. Otras veces usan la información para llamar gratis
pero lo hacen porque piensan que las telecomunicaciones son un servicio básico
como la sanidad o la educación y deberían ser gratuitas". En sus páginas
uno puede encontrar las instrucciones necesarias para no pagar la factura telefónica
en varias modalidades, dependiendo del tipo de aparato de telefonía, bien sea
fijo, móvil o digital e incluso hay quienes comentan paso a paso la manera de
conectarse gratis al Canal Plus. Tras los phreakers, los siguientes en aparecer fueron los
hackers..El origen de la palabra esta el termino hack, algo así como golpear
con un hacha en inglés. Esta expresión se usaba para describir la forma con
que los técnicos telefónicos arreglaban las cajas defectuosas y la manera cómo
-todavía hoy- muchos usuarios intentan arreglar su ordenador, asestándoles un
golpe seco. En el diccionario Jargon-File, la Bíblia de la jerga informática,
se encuentran más de ocho aceptaciones de la palabra hacker, la mayoría de
ellas describen al hacker cómo un intruso que disfruta explorando sistemas
ajenos o como un experto que disfruta del reto intelectual de superar las
limitaciones. La última definición apunta "liante malicioso que intenta
descubrir información sensible husmeando por ahí" pero añade que en esos
casos el termino correcto seria el de cracker. LOS MALOS DE LA PELICULA Los crackers son los hackers malos. El término
lo acuñaron en 1985 los propios hackers, precisamente para diferenciarse de
ellos. El Jargon-File los define como los que "rompen la seguridad de un
sistema buscando información confidencial, para causar daños o sacar un
beneficio personal". Entre ellos nacieron nuevas tribus como los "Warez",
que se dedican a desproteger y piratear programas y los "Gamez", que
hacen lo mismo pero con juegos. A los warez y los gamez sólo se les tilda de
crackers cuando comercializan con su botín. Algunas actividades de los crackers
también tiene nombre propio cómo el "carding", que es el uso ilegal
de tarjetas de credito, o el "trashing", que consiste en rastrear en
las papeleras de los ordenadores en busca de información, contraseñas o
directorios. Otra tribu con mala fama pero que no llegan a ser considerados
destructivos cómo los crackers, son los lamers o script-kidders. Los hackers se
refieren a ellos cómo "pedantes ignorantes que encima de no saber no
quieren aprender" o "inútiles, tontos y aprovechados que van de
hackers". Aprendices, en definitiva, que presumen de lo que no son. Daniel
los considera peligrosos: "Se adueñan de los conocimientos que nosotros
publicamos y, sin saber, los ponen en práctica. Aquí entrarían, para mí,
todos aquellos que modifican paginas web y dejan su señal de identidad para
ganarse fama de listillos". JFS, sin embargo, matiza que él haría una
distinción cuando se habla de la modificación de paginas web. Por un lado
estaría la gente que entra y deja su huella para que todos sepan de su hazaña
y por el otro, los que entran aprovechando que es la página de una institución
pública a la que visita mucha gente, para dejar allí escrita una reivindicación
social o un manifiesto sin necesidad de identificarse. "Los primeros pueden
ser lamers pero los otros son auténticos hackers. Yo defiendo esa última opción,
lo que definimos como hacktivismo". Recientemente la sociedad cibernética ha bautizado a un nuevo
colectivo: los wannabes, para distinguir a aquellos lamers que si tienen intención
de aprender pero que todavía no tienen nivel. Una especie de "quiero y no
puedo". También los llaman novatos. CREADORES DE VIRUS En mala fama, los creadores de virus se
llevan la palma. La prensa se ha hecho eco de ellos en varias ocasiones a raíz
de la propagación en la red de virus destructivos. El ultimo de ellos,
bautizado como "I love You", causó daños por valor de más de 5.000
millones de dólares. Los guionistas cinematográficos recurren a su figura como
defensores del bien en una imaginada sociedad del futuro donde las guerras se
libran con virus informáticos en lugar de con armas tradicionales. Sin embargo,
los creadores de virus marcan un clara diferencia entre aquellos que "crean
virus" y aquellos que "infectan" sistemas. En España contamos
con uno de los mejores creadores de virus a nivel internacional, GriYo, que
pertenece al grupo 29A. Este joven madrileño, que roza la treintena, se
considera orgulloso de su trabajo: "la programación lo es todo para mi y
llevo trabajando en ello desde muy joven. No solo se trata de trabajo sino también
de una afición casi incontrolada, de un reto personal, de algo que esta
presente en mi vida y que no puedo quitarme de la cabeza en ningún momento. Añade
a esto mi interés por temas relacionados con la seguridad informática. Para
m,i hacer de los sistemas informáticos y de telecomunicaciones un lugar seguro
es algo que resulta impensable sin la posibilidad de que alguien vulnere dicha
seguridad. Yo me vi obligado a escoger entre dos caminos: dedicarme a estudiar
la manera de mejorar o aumentar la seguridad de un sistema o dedicarme a
estudiar la forma de franquearla. El segundo camino me atrajo más." Él no
marca ninguna diferencia, sin embargo ente hackers y crackers y los engloba a
todos en una misma comunidad. "Cosas como los hackers blancos me parecen
una parida. Añadir al nombre de tu afición o tu trabajo el motivo que te
conduce a realizarla me parece pésimo y me confunde: Si los hackers blancos son
los buenos, el ladrón de guante blanco…¿es acaso el que roba para dar de
comer a los pobres? Nah". Muchos de los jóvenes de esta comunidad también están en el
ojo de mira de las fuerzas de seguridad. Para GriYo, esa persecución no tiene
sentido porque la creación de virus no es ningún delito, "en todo caso
ese delito lo cometería una tercera persona que utilizase el software que yo
fabrico para hacer algo ilegal. ¿O es que cuando alguien mata de un tiro a una
persona se busca juzgar al fabricante del arma". En este punto coincide
absolutamente Carlos Sánchez Almeida, quien añade que "es de las pocas
cosas en las que no existe ambigüedad legal. Al igual pasa con la copia y
distribución de software sin ánimo de lucro. El artículo 270 del Código
Penal fija claramente que mientras la utilización y la comunicación del
software sea a nivel altruista, no se comete delito". INDEFINICION LEGAL La legalidad o ilegalidad de algunas de las
practicas llevadas a termino por las diferentes tribus del underground es difícil
de delimitar, incluso para jueces y abogados. El nuevo Código Penal fue
aprobado en 1995, y, evidentemente, la palabra "Internet" ni siquiera
aparece escrita. Esa indefinición favorece a que abogados, jueces, policías y
hackers, puedan argumentar la defensa o la criminalización de determinadas
actuaciones. Aunque nadie duda de la catalogación delictiva del carding, el
hurto de bases de datos, o la revelación de secretos, si hay discrepancias en
torno a la entrada en un ordenador ajeno. La confusión todavía es mayor si se
tiene en cuenta que en Internet no existen las fronteras y que cada país tiene
una legislación distinta al respecto. Lo que en España puede ser delito puede
no serlo en Finlandia. "Añade a esto -apunta Fermín- que a veces un
hacker puede actuar desde España, pero a través de un ordenador americano y
cometer su acción en un tercer país, donde eso no esta considerado delito."
La pregunta es si hay que actuar contra este chico y en ese caso quien tendrá
competencia para hacerlo". En ese sentido, la Guardia civil se hace
preguntas similares a las que nadie les ha dado respuesta hasta ahora: "¿Se
puede aceptar una denuncia tramitada en un juzgado extranjero sobre un ataque
informático con origen en España? ¿Y al revés?". EL LIMITE DEL DELITO
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