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Identidad secuestrada

Monseñor César Franco

 

Un Congreso como el de Católicos y vida pública es motivo de gozo y esperanza, palabras que aparecen en el mensaje final del Sínodo de los Obispos para Europa: Testimoniamos con alegría el «Evangelio de la esperanza» en Europa. El poco relieve dado por los medios de comunicación a este acontecimiento histórico revela la indiferencia y el secuestro de aquello que está en el origen de nuestra cultura y explica nuestra propia identidad, es decir, el Evangelio de Cristo.

El tema de este Congreso pertenece a la médula misma de la fe cristiana. No es un apéndice o aspecto marginal de la reflexión teológica, puesto de relieve por motivos de estrategia cultural y socio-política ante el secularismo de una sociedad que prescinde de Dios, sino que hunde sus raíces en los fundamentos mismos de la tradición católica que siempre ha pensado al cristiano inmerso en la realidad temporal, como fermento de una masa nueva.

La trágica e injusta separación que, desde la Ilustración a nuestros días, se pretende crear entre los contenidos dogmáticos de la fe y la praxis de la vida cristiana constituye un atentado intolerable a la esencia misma del acontecimiento cristiano. Si contemplamos la fe cristiana en su unidad, no podemos admitir ninguna separación entre la verdad que confesamos y la vida que brota de tal verdad. No podemos servir a dos señores, decía Jesucristo. Y, si lo hacemos, debemos ser humildes para confesar nuestro error, sin pretender justificarnos deformando doctrinalmente lo cristiano, e introduciendo entre la fe y la vida un criterio subjetivo de discernimiento que priva a ambas de su mutua e indestructible relación. Como señala Juan Pablo II, no puede haber dos vidas paralelas: por una parte, la denominada vida espiritual, con sus valores y exigencias; y por otra, la vida de familia, del trabajo, de las relaciones sociales, del compromiso político y la cultura. La fe cristiana posee, ya en la predicación de Cristo, una ineludible dimensión social que abarca todos los aspectos de la vida del hombre.

 

Alfa y Omega, nº 186

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