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LLUVIA DE METEOROS DE LAS LEÓNIDAS

Los meteoros son fragmentos pequeños, algunos del tamaño de un grano de arena, que entran a la atmósfera a altas velocidades y se queman violentamente por fricción con el aire.

Normalmente, las partículas pequeñas, que son la inmensa mayoría, no sobreviven esta fuerte combustión y son evaporadas, dejando un trazo luminoso en el cielo y produciéndose el efecto llamado popularmente "estrella fugaz".

Los objetos que si logran hacer contacto con la tierra normalmente disminuyen mucho en tamaño por efecto de ese fuerte rozamiento con el aire y se denominan meteoritos.

La mayoría de los meteoros se asocian al paso de algún cometa, el cual al acercarse o cruzar la órbita de la tierra, dejan tras de si partículas que en algún momento conformaron su cola, barridas eventualmente por la tierra en momentos precisos de cada año.

La región del cielo de la cual parecen provenir los meteoros se llama radiante, y la lluvia toma el nombre de la constelación donde radica el radiante. Así, por ejemplo la tierra se encuentra con restos del cometa Halley en octubre, momento en el cual ocurre la llamada lluvia de las Oriónidas. LA LLUVIA DE METEOROS DE LAS LEONIDAS SE ASOCIA CON EL PASO DE UN COMETA CON UN PERIODO DE 33 AÑOS LLAMADO TEMPEL-TUTTLE.

Se ha observado históricamente que la lluvia de meteoros sufre un aumento considerable cada vez que el cometa se acerca a su perihelio (punto más cercano al sol), podríamos decir que se revitaliza la nube meteórica, brindándose un espectáculo impresionante el año del paso del cometa y en los años inmediatamente posteriores. Por haber tenido su perihelio el cometa en cuestión en enero del presente año, se espera que haya un incremento considerable en la incidencia de meteoros durante la lluvia de este año y la del 99.

Fue el astronomo Schiaparelli el que probó por primera vez la identidad de la lluvia de las Leónidas al asociarla con el cometa 1866I. Este cometa a su vez fue descubierto independientemente por W. Temple en Marsella y por H.P.Tuttle en el observatorio de Harvard en 1865.

La lluvia de meteoros de las Leónidas tiene su máximo entre los días 14 y 20 de noviembre. Normalmente se observa entre 10 y 15 trazos meteóricos por hora, aunque históricamente se han reportado incrementos de hasta 1000 o 2000 meteoros por hora directamente posterior al paso del cometa.

Fue el científico Denison Olmsted, después de una exhaustiva investigación, el que por primera vez teorizó en 1934 que los meteoros provenían de una nube de partículas en el espacio. De esta forma nacía una nueva rama de estudio en la Astronomía.

Uno de los estudios más importantes con respecto a las Leónidas y al Temple-Tuttle lo realizó Donald K. Yeomans del JPL, el cual después de analizar la información existente relativa al fenómeno en el periodo de años de 1902-1969, declara que las condiciones óptimas ocurrirán en 1998-1999, aunque la ausencia de uniformidad en la distribución de las partículas de polvo torna imprecisas las predicciones acerca de la intensidad de la lluvia de meteoros.

Para la observación directa de la lluvia de meteoros debe tomar en consideración los siguientes puntos:

  1. El mejor tiempo para la detección de meteoros es durante las horas de al madrugada, ya que nos encontramos situados "de frente" al recorrido que lleva la tierra en su órbita. De hecho la constelación de Leo se empieza a ver cerca de la media noche (00:20 en Costa Rica) y culmina al amanecer en el punto más alto del cielo.
  2. El máximo durante la actividad de 1998 se espera que ocurra a la 1:00 pm hora local del 17 de noviembre. El lugar del planeta con mejores expectativas es Asia central. China y Japón se encontraran en las horas de la madrugada de frente a la nube meteórica.
  3. En Costa Rica la mejor opción es la madrugada del 16-17 de noviembre con un desfase del máximo cercano a las 7 horas.
  4. Resulta muy conveniente el hecho de que la luna se encuentra en la fase nueva, por lo tanto no obstruirá con su luminosidad para la observación de los meteoros libres.
  5. Al igual que cualquier otro fenómeno astronómico, lo ideal es buscar un lugar despejado, apartado de las luces de la ciudad.

Pintura de la Lluvia de 1966 (Leonid Shower).

fmo1/98