La película "Contacto", ha venido a completar una serie de films que por lo menos suscitan la meditación de los interesados en el tema y posee un contenido mucho más que curioso.

Vamos a sustentar una pequeña teoría. Desde la aparición de "Encuentros cercanos", "ET" y "El día de la Independencia" y tomando con ciertas pinzas el tema "Allien" en sus dos versiones, algo ha cambiado en lo que concierne a la admisión de la existencia del fenómeno "extraterrestre".

Es decir, pensamos que los films no serían tan solo un producto de las empresas cinematográficas norteamericanas, sino una acción de tipo psicológico destinada a "concientizar" a la opinión pública, sobre no ya "posibilidad", sino "probabilidad" de que no estemos solos en el Universo.

Como el tema OVNI ha suscitado incredulidades y hasta hartazgos en la gente, debido fundamentalmente al "chanteo" con el que se la ha saturado, al mismo tiempo que los científicos e investigadores del "fenómeno" presionan con la acumulación de datos, los gobiernos involucrados en el tema habrían decidido "preparar" al mundo para dar a conocer lo que verdaderamente saben.

En las postrimerías del Siglo XX, a poco menos de tres años de ingresar al XXI y en un alarde científico de increíble desarrollo, el Hombre ha logrado alcanzar una de las instancias tecnológicas más altas de todos los tiempos.

Todo lo que sabemos hoy sobre el Universo es fantástico. Arribamos a la Luna. Llegamos a Marte y estamos allí a través de los instrumentos que hemos creado. Hemos lanzado sondas espaciales que conduciendo mensajes sobre nuestra existencia, irán mas allá del sistema solar. A través de mas de 50 proyectos BIE (Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) y con una computadora capaz de rastrear 8,4 millones de canales de radio al mismo tiempo, buscamos otros seres inteligentes en el Universo.

Y todo eso, ¿Para qué?

El interrogante no es vano. Y no cabe la menor duda que los programas científicos destinados a buscar señales que provengan de alguna parte del Cosmos, conllevan la certidumbre de que no estamos solos ni somos las únicas criaturas inteligentes que habitan en él.

Esto ya lo hemos dicho en notas publicadas en NUEVA ETAPA, con anterioridad. Ahora, el tema se complementa con el argumento de "Contacto", film cuyo contenido excede los parámetros exobiológicos del tema.

¿Por qué decimos esto? Porque resulta interesante advertir que en los films anteriores, las presuntas criaturas que establecían contacto eran, por lo menos, descriptas como antropomórficas. En el caso de "Allien" la criatura y su morfología tenían características "diferentes" al hombre. Se trataba de un aparente reptil (erguido, con patas y manos) y el ADN (Acido Desoxiribonucleico) según el film, al menos parecido al nuestro. Sin embargo en todos los casos había algo en común: tenían inteligencia y hasta un extraordinario desarrollo tecnológico. (Sus naves espaciales por ejemplo).

Pero en el caso de "Contacto", lo que se nos induce a pensar es en "otra realidad", en una manifestación de la inteligencia plasmada en una virtualidad distinta, pero al menos, accesible a los sentidos humanos. Pero sin nada que ver con el antropomorfismo terrestre.

Esa "inteligencia" que remite datos tecnológicos para construir la nave (o el sistema de traslación por los "gusanos" o agujeros dimensionales que nos permitan obviar la distancia-tiempo entre el planeta Tierra y aquél remoto sitio desde el cual llega la señal) no sugiere estar contenida en una forma antropomórfica.

El viaje a "cierto lugar del Universo", donde la percepción del mar y las arenas en conjunción con una visión galáctica de inconmensurable belleza, pero factible de percibirla y ser "sensible" con respuesta al tacto, implica el reconocimiento de "otra" realidad posible. Y no estamos hablando de un problema "dimensional", sino de una realidad que no es la nuestra. Es decir, algo mucho mas allá del tema de las múltiples dimensiones simultáneas, considerado por matemáticos y físicos. Una realidad "virtual"... pero de distintas características "esenciales" a la que estamos en condiciones de producir.

El reencuentro de la protagonista con su padre, que emerge "virtualmente" del ámbito dimensional en el que ella se encuentra y su "contacto" sensorial con él, no constituyen un mero aspecto de la argumentación fílmica. Se trata de la posibilidad cierta de "poder" concretar ambas cosas "a través del espacio-tiempo; en un ámbito de realidad distinto pero semejante y sin que se vulnere la persona humana" al establecer, precisamente, el "Contacto".

Los 18 minutos de grabación inexplicables, frente a los escasos segundos de protagonismo espacial que son el meollo del film, indican la convicción, como mensaje, de Carl Sagan, sobre la problemática teórica de la relatividad y el espacio-tiempo.

La posibilidad de existencia de "otra realidad", cuya percepción no nos sería ajena, confirmaría muchas hipótesis tanto religiosas como científicas, sobre la multiplicidad en la manifestación de la "inteligencia" en el Universo. Y haciendo apenas un esfuerzo de proyección imaginativa, diríamos: en "los" universos que intuye la Teoría del Campo Unificado, del físico Albert Einstein.

Lo cierto es que la película "Contacto" no es tan solo un film más. Ni un "divertimento" masivo, ni siquiera un buen negocio cinematográfico. Se trata, creemos, de un mensaje que procura concientizar, al menos a quienes están en el tema, de que en alguna parte del "poder" que digita la actual civilización terrestre, algo saben y quieren ir preparándonos para la revelación.

Afirma Ockham, filósofo británico del Siglo XIII, que "ante varias hipótesis que explicarían un determinado fenómeno, la más sencilla es la que se acercaría más a la verdad". Tal postulado se conoce como principio de la "Navaja de Ockham".

En el film, la protagonista aplica tal postulado, al tema del "comportamiento del Universo". Aunque a decir verdad, lo hace en el contexto del interrogante sobre el aspecto religioso, planteado en un tramo del film. La cuestión de conciencia sobre la existencia de Dios, puesta allí como una presunta colisión entre la fe y la ciencia. La protagonista considera innecesaria la deidad para explicar el comportamiento del Universo.

Para nuestra hipótesis de trabajo, tal postulado (la navaja de Ockham) podría entrelazarse con la fórmula de Drake, (multiplica la posibilidad de que una estrella tenga planetas, la de que un planeta tenga condiciones apropiadas para el desarrollo de la inteligencia, que surja una civilización, que se desarrolle tecnológicamente, que salga a la búsqueda de otras etc.etc.) y si bien no hallaríamos respuestas concretas, al menos estaríamos en condiciones de instalar la problemática y buscarlas... Como vemos, un lindo tema para no permitir que se oxide el pensamiento.