ALTO A LA MINERA
SAN XAVIER
Martes 23 de agosto de
2005
Más de
900 hectáreas de suelo, infestadas de plomo,
arsénico y otras sustancias tóxicas: informe
MINERA REAL DE ANGELES:
DE ORGULLO DE ZACATECAS A PARAJE CONTAMINADO
Diputados locales exigen
al grupo Frisco remediar daño al entorno ecológico
de varios poblados
ALFREDO VALADEZ RODRIGUEZ
Zacatecas,
Zac., 22 de agosto. Durante los años 80 y 90, la
minera Real de Angeles fue el "orgullo económico" de
la entidad. Ubicada en el municipio Noria de los
Angeles, explotaba la veta de plata "a tajo abierto
más grande del mundo". Sin embargo, a 23 años de que
empezó su explotación sólo queda un enorme cráter,
donde, se asegura, podría caber el estadio Azteca de
la ciudad de México.
Actualmente es un
desolado paraje contaminado por los residuos
mineros, donde más de 900 hectáreas de tierras de
cultivo y producción pecuaria se han perdido, debido
al impacto ambiental negativo y la contaminación por
plomo, arsénico y otras sustancias químicas tóxicas
que se encuentran dispersas en suelo y aire.
Para explotar la mina fue
necesario borrar del mapa, literalmente, la
comunidad de Real de Angeles -que databa del siglo
XVIII, para ser reubicada a 30 kilómetros de la
veta-, porque "estorbaba" el proyecto, pues se
encontraba "prácticamente sobre el yacimiento
mineral" deseado, según se estipula en la reseña
elaborada por la misma cuprífera, de la cual tiene
copia La Jornada.
Propiedad del grupo
Frisco -consorcio del empresario Carlos Slim-, el
gigantesco complejo minero fue construido y operado
casi
dos décadas en el
municipio de Noria de Angeles, con una inversión
inicial de 175 millones de dólares. El
financiamiento provino de la Corporación Financiera
Internacional, división del Banco Mundial; del
Export-Import Bank of United States (Eximbank) y de
Bancomer.
Al capital financiero se
sumó el apoyo político de los regímenes de Luis
Echeverría Alvarez, José López Portillo y Miguel de
la Madrid Hurtado, además de los gobernadores
locales de la época.
Aunque comenzó a operar
formalmente en 1982, los 10 años previos se
dedicaron a la realización de trámites y estudios
geológicos, además de la demolición del poblado
asentado sobre el yacimiento argentífero.
A pesar del grave daño
ecológico, desde 1994 Minera Real de Angeles se ha
mostrado renuente, por lo menos cuatro veces, a
cumplir las resoluciones que la Secretaría del Medio
Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnat) y la
Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa)
le han extendido para la remediación del daño
ecológico de este lugar.
Las sanciones
administrativas de la Profepa contra la minera son
las número 029/94, del 14 de noviembre de 1994; 049/VI/96,
del 2 de diciembre de 1996; 070/VI/99, del 9 de
septiembre de 1999; y 055/VI/2001, emitida el 10 de
agosto del 2001, en las cuales la dependencia
federal ha consignado que la compañía en cuestión
"ha incumplido en forma reiterada con dichas medidas
correctivas".
Ante la renuencia de
Grupo Frisco, "que infringió la Ley General de
Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente", la
Profepa determinó en noviembre de 2004 multar con 3
millones 245 mil pesos al consorcio, por la "grave
contaminación de suelos", cuyo impacto negativo en
la población "aún está por determinarse".
El cúmulo de irregularida-
des son detalladas en el resolutivo de la
dependencia federal 083/VI/2004, consignado en el
expediente MET-ME-500-001, y en documentos de
inspección elaborados por investigadores y auditores
de esa dependencia federal, a los que La Jornada
tuvo acceso.
Ahí se especifica que
enormes extensiones de tierras están hoy cubiertas
con "una capa de entre 10 y 15 centímetros de
espesor, de textura fina, color gris, en un área de
dos kilómetros al noroeste de la presa de jales (los
desechos del proceso metalúrgico con reactivos
químicos para la obtención de plata y otros
valores), y de tres kilómetros hacia las tierras de
cultivos".
Para no pagar esta multa,
Minera Real de Angeles se ha protegido con
resquicios legales que contempla la propia Ley de
Equilibrio Ecológico, como la sección séptima de esa
norma de autorregulación y auditoría ambiental para,
mediante su dirección jurídica, someterse
"voluntariamente" a una auditoría ambiental.
Esta argucia incluye la
"remediación" del daño ecológico y ambiental
provocado, adoptando diversas medidas "preventivas y
correctivas" que hasta hoy son objeto de debate
entre los representantes de la compañía minera y
Profepa.
Gilberto Zapata Fraire,
delegado de la dependencia federal en Zacatecas,
confirmó en entrevista con La Jornada que la
Profepa "permutará" finalmente la multa impuesta a
grupo Frisco a cambio de la "remediación" de la
contaminación provocada, aunque ésta, admitió el
funcionario, tendrá sólo alcance "parcial".
Esta determinación
mantiene inconformes a los pobladores de la cabecera
municipal de Noria de Angeles, localidad de más de 2
mil 500 habitantes situada entre el complejo minero,
que abarca más de 400 hectáreas, y la presa de
jales, con superficie similar.
La afectación ambiental
de hecho se ha extendido hasta el municipio de Villa
González Ortega, unos 30 kilómetros al noreste de
esta localidad, donde la cabecera municipal y
comunidades aledañas también son virtualmente
"bañadas" por las tolvaneras de polvo contaminado
que en las épocas de fuertes vientos arrastra el
aire.
Por toda esta
problemática ambiental, desde la tribuna del
Congreso del estado el diputado del PRD por el
distrito de Noria de los Angeles, Humberto Cruz
Arteaga, demandó recientemente a sus compañeros de
la 58 legislatura la aprobación de un punto de
acuerdo "para que el gobierno de Zacatecas coadyuve
en la investigación del desastre ambiental provocado
por la empresa concesionaria Frisco", con el
objetivo de "exigir al señor Carlos Slim el
resarcimiento económico y ambiental" del lugar.
Asimismo, para que
dependencias como la Secretaría de Desarrollo
Agropecuario estatal, la Semarnat, la Comisión
Nacional de Zonas Aridas y la Comisión Nacional
Forestal "diseñen programas que contrarresten los
daños y apliquen acciones emergentes de saneamiento
ambiental, recuperación de suelos y reforestación".
Además solicitó que "la
Universidad Autónoma de Zacatecas realice estudios
para determinar los niveles de contaminación y su
repercusión en el ambiente y la salud", en los
municipios de Noria de Angeles y Villa González
Ortega. El órgano legislativo aprobó por unanimidad
la demanda de remediación.
Orígenes del fundo minero
En el documento Minera
Real de Angeles 1982-1989, elaborado por la
propia empresa, se hace una reseña histórica del
complejo, donde se informa que desde agosto de 1969
se realizaban estudios geológicos para explotar con
"técnicas modernas" el viejo fundo minero, que ya en
1712 era explotado por los españoles.
Originalmente la firma
canadiense Placer Development LTD, de Vancouver,
Columbia Británica, conjuntamente con Financiera
Bancomer, quienes se interesaron en la explotación
de los yacimientos. En 1973 se les sumó
temporalmente la empresa del gobierno federal
Fomento Minero, y se fundó, con participación
igualitaria de estos tres entes, la compañía minera
Explomin SA de CV. Así transcurrieron los primeros
años.
Luego, en 1978, "se
concretó la integración de Empresas Frisco SA de CV
en sustitución de Financiera Bancomer", y en agosto
del siguiente año "se modificó de nuevo la razón
social", para quedar definitivamente como Minera
Real de Angeles SA de CV. Unas semanas después el
gobierno federal decidió vender las acciones de
Fomento Minero "a los otros dos socios".
Minera Real de Angeles
adquirió enormes extensiones de terreno por tres
vías: la compra directa de predios al gobierno del
estado de Zacatecas, la "expropiación" de tierras y
la "cesión de derechos". En total, más de 800
hectáreas de tierras ejidales y de uso común donde
estaba inmerso el poblado de Real de Angeles,
histórica localidad minera del siglo XVIII, con
medio centenar de viviendas y potreros, cuyo bien
inmueble de mayor valía era la iglesia de San
Nicolás Tolentino.
|