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ARGENTINA


BANDERAS DE LA INDEPENDENCIA-I


 

En las primeras manifestaciones en favor de la independencia (25 de Mayo de 1810) se usaron los colores locales porteños, blanco y rojo (en cintas), adoptados desde la ocupación britanica de 1806-1807. El rojo simbolizaba la libertad y el blanco la unión, y representaban tanto la emancipación de España como la lealtad al rey cautivo Fernando VII. Daniel Prando en sus articulos "Las enseñas de los voluntarios de la Union" (Buenos Aires, Boletin del club del Soldado de plomo, 30 Noviembre 1991) y "una bandera secreta argentina en 1810" (Historia de Buenos Aires, Marzo-Mayo 1992) establece estos colores y menciona que probablemente existió una bandera secreta cuyos colores debían ser blanco y rojo. La Junta de Buenos Aires se estableció bajo la dirección del coronel Cornelio de Saavedra, con notable participación de los liberales.

 

En Agosto de 1810 Jose de Moldes, un partidario de la ruptura total con España,  fue nombrado gobernador de Mendoza por la Junta bonaerense. Moldes formó dos compañias de alabarderos a los que distinguió con una escarapela hacia fines de 1810. La escarapela era blanca con fondo azul celeste: el blanco simbolizaba la tirania (española) y el azul cielo simbolizaba las provincias del Rio de la Plata. Prando sugiere que Moldes copió esta escarapela de las de Zug y San Marino (esta ultima adoptada en 177), y vincula también el azul a los liberales y masones ingleses con los que estaría relacionado. Prando menciona que en Mexico se izaron banderas azules y blancas en 1810, por ser los colores del antiguo Imperio Azteca, y tales colores también habían sido usados en la rebelión de Bahia (Incofidenza) de 1798 (celeste y blanco con estrellas), pero no establece ninguna relación directa con los colores argentinos.

La escarapela llegó a manos del republicano Domingo French, coronel del 5º regimiento de infanteria de America, cuyo emblema era una estrella roja y que simpatizo con la simbología de la misma.  French estableció para sus hombres cintas blancas y azules. Así los colores pasaron a ser los de Buenos Aires siendo difundidos en 1811. El golpe de estado de 5-6 Abril 1811 eliminó a la Sociedad patriotica liberal y al Regimiento de America que la apoyaba. El Presidente de la Junta, Saavedra 

Salvador Diego Navas sugiere en "Estandarte" 16-17 que la inspiración de los colores procedía de las cintas del rey Carlos III. Esta es otra opinión. Ciertamente la banda original de Carlos III era azul (tono medio) de bordes blancos,  y después fue modificada con Carlos IV a azul-blanco-azul, pero su relación la bandera argentina no es concluyente. 

                

En Abril de 1811 la escarapela blanca y celeste o azul es prohibida siendo sustituidas por escarapelas monocolor rojas como usaban los españoles, y cintas de color blanco. 

          

En Agosto de 1811 Saavedra fue depuesto y las escarapelas blancas y celestes volvieron a ser de uso general desde Septiembre. El 18 de febrero de 1812 la Junta declaró abolida la escarapela roja y reconoció la blanca-celeste.

La autorización para adoptar la escarapela nacional emitida por el gobierno del Triunvirato, inspiró a Belgrano la creación de una bandera con los mismos colores de aquélla. A las seis y media de la tarde del 27 de febrero de 1812, fue enarbolada por primera vez la bandera celeste y blanca, en presencia del vecindario enfervorizado. Fue con ocasion  de inaugurar dos baterías de artillería encargadas por el gobierno, emplazadas una, Libertad, sobre la costa occidental del Paraná a la altura de la ciudad de Rosario de Santa Fe, y la otra, Independencia, en una isla distante a poco más de mil metros de esa ciudad, Belgrano presentó la nueva enseña patria ante las filas allí reunidas, la cual había sido confeccionada por Doña Maria Catalina Echevarría de Vidal. Luego de haberlas arengado y formado en tropa, ordenó izarla en la barranca, frente al Paraná, informando posteriormente de esta decisión al Triunvirato de la siguiente manera: "Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional; espero que sea de la aprobación de V.E.". Este día era un atardecer sereno y resplandeciente. La población se agolpaba en la explanada lindera a la batería "Libertad", que se construía sobre la barranca. Llegado el momento -según relato de Mitre- Belgrano, acompañado de sus oficiales y autoridades de la Capilla, dio la orden memorable.  "A su frente se extendían las islas floridas del Paraná que limitaban el horizonte: a sus pies se deslizaban las corrientes del inmenso río, sobre cuya superficie se reflejaban las nubes blancas en fondo azul de un cielo de verano, y el sol que se inclinaba al ocaso iluminaba con sus rayos aquel paisaje lleno de grandiosa majestad." En aquel momento la bandera celeste y blanca fue izada por primera vez por el vecino de Rosario Cosme Maciel, a quien Belgrano concediera tan grande honor. Belgrano, que recorría la línea a caballo mando a formar cuadro, y levantando la espada, dirigió a sus tropas estas palabras: "Soldados de la Patria! En este punto hemos tenido la gloria de vestir la escarapela nacional que ha designado nuestro Excmo. Gobierno: en aquel, la batería de la "Independencia", nuestras armas aumentaran las suyas; juremos vencer a nuestros enemigos. interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo "Viva la Patria!" Los soldados contestaron con un prolongado "Viva!" y Belgrano dirigiéndose a un oficial que estaba a la cabeza de un piquete, le dijo: "Señor capitán y tropa destinada por la primera vez a la batería Independencia: id, posesionaos de ella, y cumplid el juramento que acabáis de hacer". Las tropas ocuparon sus puestos de combate y se escucharon las salvas de artillería reglamentarias.

El gobierno desaprobó la medida adoptada por Belgrano, alegando razones de prudencia política, imponiéndole hacer pasar el hecho como un rasgo de entusiasmo momentáneo, como así también, que ocultara disimuladamente el nuevo emblema, recomendándole lo reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires, (roja y amarilla). David Prando confirma el uso de la bandera con los colores españoles en "Banderas" nº  69. La fortaleza de Buenos Aires dependía del Ejercito y no de la Marina y por tanto la bandera correcta hubiera sido la blanca con el aspa roja, pero diversas fuentes coinciden en afirmar que la bandera utilizada era la rojigualda (en concreto laminas impresas en Londres en 1806). Seguramente estos colores, sin el distintivo del escudo, fueron utilizados como más identificativos sin que a la vez supusieran una ruptura definitiva con la soberanía española.

Belgrano no recibió nunca la orden de eliminar discretamente la bandera, ya que antes de recibirla partió al mando del Ejercito Auxiliar del Peru hacia la actual Bolivia. En su forzosa retirada, al llegar a Jujuy donde mandó confeccionar otra bandera con identicos colores si bien de menor tamaño, en ocasión de celebrarse el segundo aniversario de la Revolución de Mayo, en la catedral de la ciudad de Jujuy. Luego de haber oficiado un solemne Te Deum, el canónigo Juan Ignacio Gorriti bendijo la enseña. El 29 de mayo Belgrano informó al gobierno de esta ceremonia: "... el pueblo se complacía de la señal que ya nos distingue de las demás naciones...". 

El Triunvirato interpretó estos hechos como una desobediencia de Belgrano, por lo que le envió una reprimenda el 27de junio, a la que el general contestó el 18 de Julio, allanándose a la disposición de recoger la bandera, afirmando que la reservaría para el día de la batalla final de la gran victoria.  El sábado día 24 Belgrano entrega al Cabildo la bandera del ejercito, y al día siguiente prepara una bandera blanca con el sello de la Asamblea Soberana, la cual dona al Cabildo, y que es hoy la bandera provincial de Jujuy. Con su jercito se trasladó a Tucuman para preparar una contraofensiva.

Reconstrucción: