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¿Qué es el
Sodalicio de Vida Cristiana?

 

El Sodalicio de Vida Cristiana es una institución de la Iglesia Católica, una Sociedad de Vida Apostólica, aprobada por el Papa Juan Pablo II en el año 1997. Su nombre universal es Sodalitium Christianae Vitae y sus siglas SCV.

En la larga historia de fe que se inicia hace casi cinco siglos, se trata de la primera comunidad masculina de consagrados nacida en tierras peruanas.

Inicialmente el Sodalicio estaba conformado solamente por personas nacidas en el Perú. Con el paso de los años y con la marcha a servir pastoralmente en otros países hoy lo integran personas de diversas nacionalidades.

Sus miembros se llaman sodálites. Ellos aspiran a configurarse con el Señor Jesús por el camino del amor filial a la Virgen María y a estar plenamente disponibles para el anuncio del Evangelio en las diversas realidades humanas. Su conciencia del Plan de Dios los mueve a cooperar a que las realidades terrenas se ajusten a él, según la iluminación del Magisterio de la Iglesia.

El Sodalicio está integrado por laicos y sacerdotes que tras un proceso de discernimiento han reconocido en sus vidas la vocación a consagrarse plenamente a Dios, realizar el apostolado y llevar una vida fraterna, aspirando a la perfección de la caridad según las Constituciones que rigen al Sodalicio de Vida Cristiana.

Se trata de una comunidad eclesial surgida a fines del siglo XX de cara al tercer milenio de la fe, y que se encuentra en las coordenadas del Concilio Vaticano II, acogiendo las orientaciones de los grandes documentos de la Iglesia.

 

Los inicios del Sodalicio

El proceso de sus inicios ha sido llamado búsqueda y respuesta. Parte de una inconformidad de D. Luis Fernando Figari con la situación del mundo, en especial de los más pobres y necesitados. Existe en él un anhelo de que la situación cambie para forjar una sociedad en la que cada ser humano pueda vivir en libertad y de acuerdo con su dignidad de persona. Esa experiencia interior lleva al Fundador a buscar respuestas. Tras una creciente convicción de que los problemas del ser humano son fundamentalmente problemas religiosos, va acompañando y enseñando a un grupo de jóvenes como él a ensayar la verdad. Todo ello empieza hacia mediados de 1969.

Luego de varios ensayos, entre los que destaca el Centro de Estudios Católicos, el 8 de diciembre de 1971 se bautiza lo que es un sueño: el Sodalitium Christianae Vitae.

 

Un nombre

El nombre es en latín pues el Fundador sabía que ésa es la lengua oficial de la Iglesia, y que las congregaciones religiosas tienen nombres latinos. Se sumó a ello la idea de la universalidad. La ligazón a una sola lengua vernácula no armonizaba bien con la identidad universal de la Iglesia, de la que la naciente comunidad forma parte.

El nombre Sodalitium trae remembranzas de la fraternidad y comunión de los discípulos del Señor. El tema de la comunión eclesial y de la eclesialidad fue una característica desde sus inicios.

Ya entonces se veían señales de ruptura entre fe y vida, como el mismo Fundador lo había experimentado. Por ello pensó que la respuesta a la identidad cristiana recibida en el Bautismo y en la educación católica en la familia debería expresarse en una vida cristiana.

Un día de clases en las aulas del Seminario de Santo Toribio, donde funcionaba la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, en la que Luis Fernando Figari era el único estudiante laico, comunicó a varios de sus compañeros la decisión de dar nacimiento con otras personas a una comunidad de vida religiosa en el mundo, que manteniendo características laicales fuese una simiente evangelizadora. En medio del entusiasmo de varios compañeros surgió el tema del nombre. Algunos más avanzados en latín fueron ensayando las variantes, hasta que un sacerdote jesuita de amplia versación en latín resumió que el nombre que quería el que sería el Fundador de la nueva comunidad era Sodalitium Christianae Vitae.

 

Un bautizo

Desde junio de 1969 Luis Fernando Figari venía compartiendo la idea de reunir un grupo de laicos y sacerdotes que recogiesen en serio la misión recibida en el Bautismo y profundizada en la Confirmación. Fuertemente impregnado por esas ideas nacidas del Concilio Vaticano II, en especial de la Apostolicam actuositatem, fue conversando a lo largo del tiempo con diversos sacerdotes, en especial su director espiritual el padre Constancio Bollar, quien lo había bautizado, y que acompañó de cerca el proceso del surgimiento de lo que sería una nueva familia espiritual en la Iglesia. Un encuentro providencial con el padre Gerald Haby aceleró las cosas. Así, el 8 de diciembre de 1971 el grupo de entusiastas que soñaban con aportar su granito de arena al cambio del mundo en buena dirección se reunieron en una Capilla, y en el curso de la Santa Misa se comprometieron por un mes a vivir en serio su vida cristiana.

 

Novel organización

Al plantearse el tema de la organización, Luis Fernando Figari declinó ser la cabeza. Como eran tres las áreas de trabajo, propuso que mensualmente se fuese rotando el cargo de responsable. Y así sucedió. El padre Haby fue nombrado Asesor religioso.

No todos tenían las mismas ideas. Así, en 1972 cuando el Cardenal Juan Landázuri Ricketts, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, envió a uno de sus Obispos Auxiliares, Mons. Germán Schmitz, el proyecto futuro era aún difuso. En la reunión tenida en el distrito de Barranco, Luis Fernando Figari le fue explicando al Obispo lo que percibía en su interior y cómo veía que Dios quería una comunidad como aquellas de los comienzos de la Iglesia, en la que hubiese sacerdotes, laicos consagrados y casados unidos en un compromiso apostólico. El Obispo dio su bendición y el grupo fue avanzando.

En los primeros meses de 1973 el Cardenal Arzobispo invitó a Luis Fernando Figari para que le informara sobre la marcha del Sodalicio. Durante la reunión le pidió que periódicamente le rindiera personalmente cuenta de cómo iba desarrollándose esa "obra de Dios", qué obstáculos encontraba, qué avances hacía. Así, cada cierto tiempo el Cardenal invitaba a Luis Fernando Figari al Palacio Arzobispal en donde luego de recibir el informe daba sus orientaciones y no pocas veces consejos. Por ello, conocedor desde los primeros momentos de la prehistoria y de la historia del Sodalicio el Cardenal Landázuri dijo en 1980: "Esta semilla que decía antes, ha ido germinando, ha ido creciendo y se ha convertido en un árbol que ha extendido sus ramas en medio de nuestra Iglesia... Para mí como Pastor, hermanos, como Obispo de la Iglesia, yo encuentro en el Sodalitium Christianae Vitae un motivo de profundo consuelo, de inmensa alegría".

En 1975 la organización fue adquiriendo una fisonomía más clara y dentro de ella surgió una nueva estructura. Desde agosto de ese año, Luis Fernando Figari aceptó ser el responsable de jure. Es la mejor forma de explicarlo, pues desde siempre fue el corazón de los grupos que formaban parte del Sodalicio. El año anterior había fundado una sociedad femenina con el nombre de Asociación de María Inmaculada.

Para entonces ya se vislumbraba una plasmación del sueño de Luis Fernando Figari: una comunidad fraterna de laicos consagrados, sacerdotes y matrimonios entregados al apostolado. En el año 1977 el Cardenal Arzobispo de Lima concedió su aprobación al Sodalicio de Vida Cristiana como pía sociedad. Era el primer paso en el íter canónico.

A partir de entonces quedó establecida la estructura de una Asamblea, un Superior elegido por ella y un Consejo de Asistentes que cooperarían en la buena marcha de la sociedad orientada a su servicio eclesial.

Hacia el futuro

Bajo el influjo del Espíritu Santo el Sodalicio fue madurando siempre bajo la compañía de sacerdotes y obispos. El proceso de discernimiento continuó. Con la aparición del nuevo Código de Derecho Canónico, el Cardenal Rosalio Castillo Lara, entonces responsable en el Vaticano de los asuntos relativos al Código, sugirió al Fundador los pasos a seguir. El Cardenal Landázuri, canonista él mismo, estuvo de acuerdo y se fue avanzando en los pasos a dar. En 1985 Luis Fernando Figari fundó el Movimiento de Vida Cristiana (MVC), y encargó su coordinación a Germán Doig Klinge (1957-2001). El MVC comparte la misma espiritualidad que el Sodalicio, la espiritualidad sodálite. Hoy el MVC se encuentra extendido por dieciocho países de América y Europa. Fue aprobado por la Sede Apostólica como de Derecho Pontificio en 1994.

El Cardenal Landázuri dió el siguiente paso canónico y aprobó al Sodalicio y sus Estatutos como asociación eclesiástica de Derecho Público. En 1994 con el nulla osta de la Sede Apostólica fue erigido en la Arquidiócesis de Lima el Sodalicio con carácter diocesano. Tres años después, el 8 de julio de 1997 el Santo Padre Juan Pablo II daba su aprobación al Sodalicio de Vida Cristiana. Poco después recibía al Fundador y a un grupo de sodálites para participar en la Eucaristía en su Capilla personal y confirmarlos en su camino de fe.

S.S. Juan Pablo II bendiciendo
a D. Luis Fernando Figari en el
Palacio Apostólico del Vaticano

 

El Sodalicio de Vida Cristiana se encuentra actualmente en siete países de América y Europa. En el Perú, además de la Arquidiócesis de Lima, sede de la Región Perú, se encuentra en cinco otras circunscripciones eclesiásticas.

En ellas sus integrantes desarrollan sus actividades buscando la perfección en la caridad, mientras anuncian el Evangelio de la Reconciliación y expresan la solidaridad cristiana con los pobres y marginados, con los jóvenes, con las familias y en la evangelización de la cultura.

La Familia Sodálite constituye un conjunto de instituciones y asociaciones de la Iglesia que se reúnen en torno a la espiritualidad del Sodalicio, la comparten y la encarnan en las realidades en las que se encuentran.

Si deseas conocer más sobre el Sodalicio de Vida Cristiana y la Familia Sodálite visita la siguientes páginas:

¿Qué es la Familia Sodálite?

Carta de S.S. Juan Pablo II al Sodalicio de Vida Cristiana

Noticias del Arzobispado de Lima

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