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Saliendo del Calvario

Abel se enamora de una muchacha con un gran y doloroso secreto.

Rated : "R" creo por la trama

Estatus: Ya está acabado

Capítulo 1

"Si algún día llegas a pensar que el mundo está a punto de caerte encima, piensa que siempre hay una estrella que brilla por ti, sólo necesita que la encuentres". Estas palabras son las que yo siempre me digo a mí mismo, no sé, debe ser para consolar cada una de mis desgracias, que aunque no lo crean el 80% son de índole amoroso. Yo pienso que todos estamos destinados a sufrir por el amor pero llega un momento que te rindes por tantas desepciones. Te sientes ahogado, con ganas de salir pero hay una fuerza más grande en el fondo que te hace perder la fuerza y ahogarte en lo que los psicólogos llaman una depresión. Yo caí en una bien grande que se convirtió en la chispa que me logró desajustar más de lo que estaba, pero como dije antes siempre hay una estrella en el camino y yo la encontré.

La encontré en la arena blanca del mar convertida en mujer, tratando de crear un castillo de arena que por la forma en que ella lo creaba y le daba forma, daba la impresión de que ese castillo era su más grande fantasía. Lo grande fue que en tan sólo cinco minutos su expresión cambió totalmente y comenzó a reaccionar como si estuviese encerrada etre cuatro paredes. De repente salió corriendo como una loca acabada de salir de prisión en dirección hacia el café que estaba al frente de la posa y se sentó a esperar que le atendieran, pero siempre con cara de agobiada. Lo que ella no sabía es que a dos mesas al lado de ella, me encontraba yo observándola de nuevo, les puedo decir qué ordenó; pues una empanadilla que no se de que es y una piña colada que no se si tiene alcohol, creo que no, por que se lo bebió muy rápidamente. Para mi gran sorpresa, a su lado se sentó una muchacha a la cual yo conozco, así que esa era mi oportunidad para conocer a la estrella misteriosa. Me levanté y fui al counter y ordené una piña colada sin alcohol para disimular y luego que la pedí, pasé por detrás de mi estrella y vi a mi amiga y le dije "Paola cómo estás? te recuerdas de mi?" Ella me miró con ojos de déjame ver, espera estoy pensando y al ratito me dijo "Si claro que si, Abel verdad?" a lo que yo respondí "claro que si, cómo te va, tanto tiempo". Ella rápidamente me contestó que estaba bien y realizó lo que yo quería, me la presentó, que resultó llamarse Esperanza. Hermoso nombre verdad.

Bueno, Paola tuvo que irse, así que yo me quedé con Esperanza. Yo trataba de mirarla directamente a los ojos para crear contacto, pero su timidez no la dejaba ver más allá del mantel, hasta que yo no sabía ni que hacer, ni que decir, pero derepente le dije "si tienes a otra persona que te ayude a crear tu castillo, se te va a hacer más fácil". Esas simples palabras hicieron que Esperanza venciera la timidez y me mirara con sus hermosos ojos oscuros como el chocolate y su piel tan blanca como una azuzena.

Capítulo 2

Ella rápidamente me preguntó qué yo quería decir con esas palabras, a lo que yo le respondi de la siguiente manera "yo caminaba por la playa pensativo y de repente estabas tú en medio de la arena creando un castillo que nunca te salió por que lo hacías sola". Ella me miró directamente a los ojos y me dijo "necesitaba unas manos que me señalaran la dirección a seguir, pero nunca las encontré" diciendo estas palabras ella cae en un profundo silencio y de repente pega un brinco y me pregunta "que hora es?" a lo que yo le respondí "son las 2:30 pm". Ella sin decir palabras se levantó y salió corriendo, era obvio que estaba tarde para algo. Lo triste es que mientras yo la observaba noté en su mano el lazo que sellaría para siempre mis sueños sin dejarles escapatoria. Ese lazo era una hermosa sortija, era casada. Pero eso no es nada, lo más grande que existe es el universo y está lleno de estrellas así que algún día encontraré a una que no halla apagado su luz y que esté ansiosa de brillar en mi cielo. Esas palabras yo me las dije justammente cuando ella se fue tan misteriosamente, pero todo cambió de la noche a la mañana, les voy a contar por qué.

Yo estaba en mi oficina realizando unos planos para una casa que me pidieron que diseñara y como un ángel que Dios mandó para llenar mi corazón de abrigo en un mundo tan frío apareció la mujer que le hace honor a su nombre, Esperanza. Tan pronto la vi, ella me regaló lo más grande del mundo, la dicha de poder admirar su hermosa sonrisa. Yo dejé de hacer lo que estaba realizando y fui a saludarla diciéndole "Wao Esperanza cómo estás? a qué le debo tu fabulosa presencia en esta humilde oficina". A lo que ella respondió "Hola Abel, mira es que vi en el periódico que estás buscando una secretaria con urgencia y yo necesito el trabajo. Yo nunca he trabajado con un arquitecto pero aprendo rápido te lo garantizo". Bueno cuando puedes empezar?" le dije siempre admirando sus hermosos ojos. "Pues ya, si se puede, pero no me vas hacer una entrevista?" a lo que le respondí "Para qué? ya la hicimos, que más se puede pedir que una persona clara de lo que puede dar y hacer, eso es bien difícil de conseguir. Bienvenida a mi compañía Srta. Esperanza voy a buscar unos papeles que tengo que pasar para que comiences, siéntete en casa"

Capítulo 3

Saben algo, yo sabia que algo extraño le sucedía a Esperanza, por que ella unos días se encontraba alerta, tan alerta que su cuerpo brillaba con una fuerza tan vigorosa que hasta las hormigas la admiraban, pero otros días llegaba tan apagada como una vela sin mecha, perdía su encanto y me hacía preocupar, pero cada vez que trataba de hablar con ella su encerramiento podía más que sus ganas de éstas últimas palabras que siempre se quedan en el viento por que la persona a quien van dirigidas nunca las quiere recivir con tan sólo un calido suspiro, pero yo nunca me rendí, siempre supe que tarde o temprano algo iba a suceder por que ninguno de los dos se merece sufrir. El día en que ella cumplió los primeros tres meses para cerebrar su permanencia conmigo la invité a almorzar a lo que ella accedió. La llevé a un restaurante que quedaba al frente del océano en donde se podía escuchar el fabuloso rompimiento de las olas en las rocas y sentir la cálida brisa que viene desde el mar. Era un citio verdaderamente atractivo y se prestaba para platicar. Pedimos una botella de champaigne y unos entremeces para calentar la velada, yo traté en todo momento de hablar con ella pero sus contestaciones se limitaban a mover su cabeza o simplemente no contestar, hasta que decidí hablar de mí y llegó un momento que me sentía que estaba arruinándolo todo pero no sabía que más hacer. Como a los diez minutos ordenamos la comida y me sorprendió por que ella pidió solamente una ensalada verde y ni siquiera había probado los entremeses. Yo en forma de broma para ver si el hielo se rompía, le dije "pide lo que quieras que no te lo voy a descontar de tu sueldo". Ella se echó a reir y me dijo "es que no tengo mucha hambre". Yo la miré y le sonreí como nunca antes le había sonreido a alguien, le dije "tú sabes que tienes una sonrisa tan linda como una rosa?" No se si hice mal en habérselo dicho por que en ese mismo instante ella se ababachó, y la velada se tornó más lenta todavía. Llegó un momento en que ya estaba desesperado por que no lograba que ella hablara ni un momento, daba la impresión de que ocultaba un secreto y aunque no lo crean eso era lo que me atraía. Luego de un rato, le pregunté de su marido, nunca lo debí haber hecho. Ella me miró a los ojos y me dijo "él está en la casa descansando, esta de vacaciones... pero no hablemos de mi vida privada por que no me gusta mezclar el trabajo con mi vida personal, así que cambiemos el tema. Les digo algo de corazón? nunca pensé que ella se fuese a enfadar por haberle preguntado sobre su marido, si ustedes hubiesen podido ver su rostro cambiar cuando lo hice habrán de entender el por qué les digo que no debí haber preguntado. Yo le pedí una y otra vez disculpas, y le dije "que no había sido mi intención haberme metido en su vida y en ese mismo instante ella movió sus hermoso y delicados labios para decirme " no te apures, discúlpame, es que no se que me pasa. Estoy pensando en todo lo que tengo que hacer y estoy fuera de este mundo." Todo iba bien hasta que me dijo me tengo que ir, lo siento Abel". Se levantó de la mesa y luego de un triste beso y un gracias me dejó esperando la comida que juntos habíamos ordenado.

Capítulo 4

Todos estos días habían sido sumamente difícles para mí. El trabajar con Abel sin tan siquiera darme un beso de buenos días en mis mejillas no fue nada fácil. Se que yo fui la culpable de la actitud de Abel en ese entonces conmigo. Si yo no hubiese sido tan yo en esa cita, nada de eso hubiese pasado. Pero estuvo bien que lo hiciera por que yo estaba casada y felizmente, asi que no podía ocurrir nada entre nosotros. Ni yo misma me entiendo, no es cierto que estaba felizmente casada por que en esos momentos me sentía agobiada, asfixiada, no encontraba la salida a este laberinto, no sabía que hacer. No me podía concentrar en el trabajo, no tenía fuerzas para nada. Lo único que me daba ánimos era el trabajo por que aunque Abel había optado una relación de patrón, los mandatos que salían de su voz, eran los que me daban las fuerzas para seguir. El viernes después de lo sucedido en el restaurante, yo me quedé en el trabajo más tiempo, hasta tarde en la noche, por que no quería llegar a mi casa. Estando en el escritorio adelantando trabajo, escuché un ruido extraño y fui a investigar que era. Me dirigí hasta la oficina de Abel y lo vi trabajando. El me vio y dijo que pasara, que él no mordía. Yo pasé y lo primero que me dijo fue "que bueno que no te has ido". En ese mismo momento, él se me acercó y me agarró las manos mirándome fijamente a los ojos, como siempre me hace, pero esta vez su mirada era más penetrante y me daban ganas de besarlo, pero justamente cuando lo iba a besar sentí una voz bien fuerte que me gritó "QUE CARAJO HACES TU TRABAJANDO HASTA TARDE, QUE YO TE HE DICHO, CAMINA QUE NOS VAMOS AHORA MISMO DESGRACIADA". Yo me sentí bien avergonzada pero a la vez, bien molesta por que no sabía como iba a reaccionar Abel. Lo que más me agradó de él fue su forma sutil de actuar, pero llegó un momento en que me asusté demasiado por que las cosas se estaban saliendo de control por la manera en que mi marido hablaba. Mi esposo enfadado, me agarró por el pelo y comenzó a arrastrarme por el pasillo de la oficina y cuando íbamos a salir de ésta, Abel le dio un cantazo en la espalda con una escultura que él tenía al lado de su escritorio. Mi marido me soltó y golpeó a Abel rompiéndole la nariz. Este no quiso quedarse dado y se enredó a golpes con mi esposo. Yo traté en todo momento de separarlos, gritándoles o también metiéndome en la pelea, pero Abel me decía una y otra vez "Esperanza vete de aquí". Yo, como vi que no podía hacer nada, le hice caso pero no salí del lugar si no que me escondí en el cuarto de limpieza que había cerca de la oficina. Al rato escuché a mi esposo llamarme una y otra vez, diciendo "Desgraciada me imagino que cuando me valla vas a salir corriendo a socorrer al cabrón de tu jefe, pero no importa tarde o temprano te voy a coger, canto e' puta, por que quieras o no yo soy tu marido". Me sentí nerviosa por que temía que él permaneciera en la oficina y estuviese esperando a que yo saliera para cogerme por el cuello y llevarme devuelta a mi casa. Pero tampoco podía seguir esperando por que temía por la vida de Abel, no sabía si el desgraciado de Orlando le había hecho daño. Como a los dos minutos me armé de valor y proseguí a ir a la oficina de Abel, en donde lo vi tirado en el piso sangrando por la nariz rota y su cabeza. Rápidamente proseguí a llamar al 911 y me quedé junto a él hasta que llegó la ambulancia.

Capítulo 5

Luego de dos días, Abel ya se sentía mucho mejor así que le dieron de alta, me sentía tan bien cuando lo vi ponerse de pie. Cuando nos íbamos a ir, él me dijo estas palabras "mi amor, yo no voy a permitir que vuelvas con ese mounstro así que vente conmigo y te juro que te vas a dar cuenta por fin de lo que es la verdadera felicidad, por favor piénsalo por que si vuelves con ese hombre vas a terminar siendo literalmente mi ángel y yo no puedo permitir eso. Pero llueve sangre antes de yo perderte para siempre". Esas palabras me convencieron de tal modo, que sin pensarlo dos veces le dije "Abel yo no quiero volver con él, quiero estar contigo". El me miró a los ojos, me sonrió y luego se lanzó encima de mí, dándome el mas profundo beso que cualquiera puede recivir. Después de media hora llegamos a su casa en donde lo dejé y me fui a buscar mis cosas aprovechando de que Orlando se había ido de viaje por un mes. Luego de unos 20 minutos llegué a mi casa y comencé a recoger mis cosas, cuando me fui a quitar mi chaleco se calló del bolsillo un sobre, lo abrí y era una nota de mi Abel. Dejé lo que estaba haciendo y me senté a ver la nota. "Sí se la puedo leer, un momento". Esperanza te hago este mapa para que sepas llegar a mi guarida, que desde hoy va a ser la tuya. Quiero que sepas que lo que siento por ti, este sentimiento tan especial no puedo describírtelo ya que no tiene nombre todavía por que sólo una de mil personas lo llega a sentir en su vida y pues, para los demás no existe. Quiero que sepas que te voy a proteger y amar tanto que todos nos van a envidiar de tal modo que nuestra historia va a ser el próximo tema de moda en esta sociedad. Espero con ansias de que llegues y te juro que si en algún momento llego a ver a esa bestia acercarse a ti, no lo pensaré más de dos veces al acabar con él por que tú no mereces el sufrimiento que el te ha causado... te ama Abel. Luego de que la leí proseguí a colocarla encima de la mesa y seguí empacando. Luego de que terminé, seguí a montarme en el carro e irme a mi próximo hogar. No hice más que llegar y Abel me recibió tan cariñoso que me sentí como si lo conociese de toda la vida.

Capítulo 6

Después de cuatro días Abel me dijo tan pronto se levantó "mi amor hoy va a ser una noche especial para ti". Yo le respondí "Abel nos acabamos de levantar y ya estás pensando en la noche?" El, con una sonrisa y brillo en los ojos me dijo "Sí mi amor, es que esta noche tengo algo bien romántico para los dos pero especialmente para tí. Bueno la noche llegó y el me hizo poner un traje de baño y una falda de playa, yo todavía no entendía por qué. El se puso su traje de baño y una camisa de manga corta, una ropa poco romántica pero para lante. Nos montamos en el carro y Abel me llevó hasta la playa en donde él y yo nos conocimos. Allí había una sábana en el piso serca del mar y una botella de champainge. Fue tan precioso, nos sentamos a ver las estrellas y mientras las contaba, él me miraba y me decía "Quiero que esta noche sea especial para ti. Que nunca la puedas olvidar. Ven que quiero mostrarte algo". El me agarró en ese momento por la mano y me llevó al otro lado de la playa en donde habían unas cubetas vacías, vasos plásticos, una cubeta con agua y dos palitas. Yo ingenua, le pregunté que para qué era eso a lo que él me contestó "mi amor vamos a crear juntos tu fantasía". Y les puedo decir que creamos el Castillo de arena más hermoso nunca creado. Justamente cuando terminamos de crear el Castillo, Abel me agarró de las manos y me dijo "mi amor ves que la felicidad llega si se comparte con una persona que se ama. Yo se que este Castillo simbolizaba tu más añorada felicidad, pero quiero que te des cuenta de que no necesitas soñar en ser una princesa por que tú ya gobiernas mi corazón y eres dueña de todas mis riquezas sentimentales. Este Castillo ahora simbolizará nuestra unión por que si los dos no trabajamos a lo unísono en nuestra relación, se caerá como este Castillo. Mi vida de ahora en adelante te declaro no princesa, sino reina y yo seré tu humilde esclavo dipuesto a realizar tus ambisiosas fantasías para que logres ser un ser humano completo y que cuando vuelvas a nacer puedas decirle a todos, en esa época de la década del 2000 yo amé y me amaron y estoy segura que nadie nunca será amada de la manera en que yo lo fui. Te amo mi amor". Luego de terminar estas hermosas palabras, Abel me cogió de la mano y me comenzó a besar terminando teniendo sexo. Y más tarde ya como a eso de las tres de la mañana nos fuimos a nuestro hogar.

Capítulo 7

Como a las 11:00 de la mañana nos levantamos y yo bajé junto con ella para prepararle desayuno. Cuando estábamos bajando las escaleras vemos que la puerta de la sala estaba abierta. Yo extrañado le dije a Esperanza quédate aquí, voy a ver que pasa. Bajé las escaleras y cuando veo hacia el sofá estaba el marido de ella sentado con una pistola en la mano. Yo en ese mismo momento le grité "qué demonios haces aquí, lárgate si no quieres que llame a la policía. El molesto, pero a la vez tranquilo se levantó y me dijo "dónde está mi mujer" me lo preguntó mientras me apuntaba con la pistola. En ese mismo instante Esperanza bajó y le dijo "Orlando aquí estoy, déjalo quieto y vámonos". Yo rápidamente le dije "No, tú no te vas, él es el que se va a ir". Eso molestó a Orlando diciéndome "Aquí el que da las órdenes soy yo, y ella se va conmigo por que yo lo ordeno canto de cabrón roba esposas, yo no puedo creer que te hallas converdtido en una fleje. Y tú te callas la boca o la jugada te va a salir bien cara". Esperanza para ayudar, se asercó a él tocándole el rostro y diciéndole "mi amor vámonos déjalo, él es un desgraciado, al que yo amo es a tí. Vamos a casa sí". El se enojó ante su comentario dándole una cachetada que la lanzó al piso y diciéndole "ahora canto de puta, por que sabes que la vida de él está en peligro, pues no puñeta, si tu no me amas, nadie podrá amarte", decía molesto. Y en ese momento dejó de apuntarme y le apuntó a ella cargando la pistola. Yo le grité que no!!! y me lanzé encima agarrándole la mano en la que tenía la pistola. Pero él era más fuerte que yo y de un jalón me lanzó al suelo en donde él aprovechó, soltó la pistola y se me sentó encima y comenzó a ahorcarme y en ese mismo momento se oyó un disparo. Esperanza le había disparado y éste calló al otro lado quejándose y soltando mi cuello. Yo le quité la pistola a Esperanza y le pegué un segundo tiro en el pecho provocándole la muerte al instante. Y rápidamente le dije a Esperanza "lárgate, huye". Pero ella quiso quedarse conmigo. Sí, yo lo maté pero no me arrepiento de haberlo hecho, él en ninguna de las dos veces estaba reclamando a su esposa como ser humano sino como un animal y eso yo no se lo iba a permitir.

Capítulo 8

Ay que día largo el de hoy, me levanté a las 6 de la mañana por que no podía dormir, hoy es el veredicto y estoy nervioso. Son las 10 y todavía el jurado no tiene un veredicto para mí. Mi abogado me dice que tengo 50 y 50 de probabilidades ya que para ellos yo estoy obsecionado con ella y lo único que quería era librarme de él, además de que estaba cometiendo adulterio, saliendo con una mujer casada. Pero por otro lado, me ayudan los puntos que tengo en mi cabeza y las marcas en mi cuello, pero lo que más me hubiese salvado es que ella tuviese algunas marcas en el cuerpo y no tenía ninguna que pudiese atribuírse a maltrato. Pero nada, yo tengo fe y se que todo va a salir bien. "Abel vámonos que llegó la hora del veredicto" me dijo mi abogado. Justamente cuando llegué a la sala y la vi, mi corazón se paró, ella se acercó a la primera banqueta y al oído me dijo "esta noche tengo algo especial para ti". Yo le sonreí pero no le dije nada. Al cabo de unos minutos el jurado ya le había llevado al juez su veredicto y éste comenzó a dictar. Luego de una serie de apelaciones, los juces llegaron a la conclusión de que Abel Talamantez es culpable de acesinato en primer grado y se le otorgará 25 años de carcel en custodia máxima y no tiene derecho a fianza. Que esto sea de lección para todos ustedes, no confundan el amor con la obseción por que trarde o temprano terminrán como él. Se cierra el caso. Mi alma se cayó al piso tan pronto escuché las palabras del juez, palabras que van a cambiar mi vida para siempre. Cuando me fueron a poner las esposas me acerqué a ella. Ella estaba en lágrimas y lo único que me decía era perdóname perdóname. Yo le dije "Mi amor, no tengo nada que perdonarte, aunque ahora mismo parece que el mundo se acabó, no es así la justicia triunfó por que ahora tú vas a vivir libre, sin ataduras venenosas que atormentan. Yo te juro que todo te va a salir bien y que pronto la verdad florecerá. Yo no me puedo perder por que como yo siempre digo "Si algún día llegas a pensar que el mundo está a punto de caerte encima, piensa que siempre hay una estrella que brilla por ti. Yo te encontré mi amor, tú eres mi estrella y se que tú vas a estar alumbrando mi camino siempre y en algún momento nuestros astros volveran a encontrarse". No dejé que me dijera nada y la besé. Y ahí mismo me esposaron y me llevaron. Mi vida cambió para siempre, pero siempre en prisión antes de acostarme, miro al cielo y hay siempre una estrella que aunque el cielo este nublado, brilla por mí, esa es mi esperanza y se que tanto para ella y para mí, pronto esto va a ser un cuento más de un escritor.

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