Un invierno, cuando el frío
nos helaba la piel,
en nuestros corazones
latía el ardiente deseo
de unirnos los dos.

Corrimos a cobijarnos en un abrazo,
y era tanto el frío,
que dormidos nos quedamos...
Tú y yo.

Un fuerte invierno nos unió,
y así el tiempo pasó.
Amándonos estábamos,
el verano llegó...

Y fue más fuerte nuestro amor
hasta que pasó el tiempo de verano,
y otro invierno llegó.
Pero este último fue tan frío,
que fuerte nos azotó.

El corazón ya no ardió
como en aquel tiempo.
Ahora las manos nos dimos
diciéndonos adiós.

Ya se acabó el amor,
el frío nos heló a los dos...
El corazón ya no late
porque nuestro amor murió...

Evalyna
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