La Sigüenza pre-romana se cree que estuvo sita en el cerro opuesto a su actual ocupación. En la época romana la ciudad fue un importante centro de comunicaciones, ya que se encontraba sobre la calzada del Henares.

En tiempos de los visigodos su crecimiento continuó alrededor del núcleo central fundado por los romanos.

Durante la dominación musulmana el castillo, antigua torre de vigilancia, se convertiría en medina

y Sigüenza conservó sus iglesias, donde a los cristianos se les permitía practicar su religión y sus costumbres.

Durante la Edad Media, la ciudad, debido a su privilegiada posición dominante tuvo un destacado papel defensivo además de recuperar su sede episcopal. Hacia 1123 el arzobispo de Toledo, Bernardo de Sedirac, tras haber conquistado la ciudad, inició las obras de la que sería la catedral que obispos posteriores continuaron hasta que se finalizó en el siglo XVI.

Esta iglesia, de estilo gótico en terrenos donde tal vez estuvo emplazada la antigua iglesia visigótica, se destinó a los usos catedralicios mientras se construía la actual catedral.

El mapa de la derecha de 1925, presenta el castillo, abajo a la derecha, la catedral al centro y derecha; y entre ellos la ciudad medieval.

Los estilos arquitectónicos en la parte antigua hacen gala de diferentes visiones de una ciudad medieval.

El modernismo completa dentro del amurallado medieval una tendencia que apenas se imaginaban en la edad media.

Modernos escaparates hacen las envidias de los campesinos medievales

Manzanas completas de casas abiertas nos enseñan como eran sus interiores.

Podemos estudiar la Siguenza medieval como un parque arqueológico.