Soy el animal
que despierta tus ansias,
ciclope que busca la luz
perdido en el itsmo
de tus misteriosas oquedades.
Gigante desenfrenado en el juego de los muslos.
Vida, que se escapa en un instante,
derramada en las laderas de tu sexo.
Uva que rueda despacio por entre tus piernas.
Niño dormido sobre el viento.
Claudico, en el instante último
del desafuero.
Sin norma enredada en el placer,
sin hito que nos marque,
sin voces que persiguen nuestro cautiverio.
Claudico en el momento de encontrarte.
Solo en esas olas,
navego los destino-universos.
Solo en esos muslos,
reduzco la dicha al mismo instante.
Rómpeme la espalda con tu pecho,
penétrame los senos por la gula,
hazme niño hasta decirme hombre,
y sean fosforescencias alimento.
Crece la cueva,
abierta abierta a todos mis goces,
sésamo en guturaciones.
Todo se escapa en tu mirada,
niña de todas las niñas,
la vida misma en este instante.
El ogro ya no grita,
duerme con el ojo abierto
en busca del alba,
espera silencioso la batalla.
