Poemas de Kalinka

El Templo

Tu cuerpo es el templo donde la sal naciente
despliega en la lengua, el sudor de cada poro
hostia rojiza, es el caracol que al roce de diluye.

Tu cuerpo es un templo invadido por los alacranes
del tacto, congregación del pulso, rastrean la
caricia, sorprenden los muslos de fiera consagrada,
afilan su aguijón contra las ingles
atroces, y acendran su veneno en el pubis.
En la larba ponzoñoza de sus labios.
Templo de las abluciones. Diluvio de la piel.
Látigo en mansedumbre; dame la sed,
río atrapado entre musculos voraces;
dame la sed.

VENCERÁS EL HABLA, CUANDO CAREZCAS DE LENGUA.

Templo donde los espantos recuperan su gesto,
dame la mudez, dame la sequía,
borra el hambre por los frutos exteriores,
dame la fiebre de tu voz, dejá el acido en la sangre,
nombra en mí al desierto; dame la sed.

QUIEN ABRA EN SU CORAZÓN EL ABISMO SERÁ COLMADO,
PORQUE YO SOY LA CEGUERA, LA ESTRAGO.

Tu cuerpo es el templo de las adoraciones,
refugio de imágenes sangrantes,
refugio del naufrago y del vértigo,
templo donde los alacranes consagran
el extravío.

HABRAS DE VENCERTE Y HALLAR LA ZOZOBRA,
TE NEGARÁS Y TE AFIRMARÁS EN MI,
MI CUERPO ES EL TEMPLO HABITADO POR EL,
DIOS DE LA VASTEDAD.