La trashumancia alimenta todavía a 1.500 familias en Castilla y León.

La Cañada Real, es utilizada actualmente tan sólo en su tramo superior. Los ganaderos comenzaron a optar por el transporte en los vagones del ferrocarril tras la guerra civil, por lo que no recorren todo su itinerario.

Con la transformación administrativa del mapa provincial efectuada en 1.833, Soria perdió los Cameros, por lo que el origen de la Cañada Real soriana se inicia entonces en los confines de las provincias de Logroño y Soria, en el denominado Monte Real, finaliza en el Valle de La Alcudia, en la provincia de Ciudad Real, tras juntarse con la cañada segoviana.

En Soria todavía hay ganado trashumante en los términos de Santa Cruz de Yanguas, Villartoso, La Laguna, Verguizas, Vizmanos, Valloria, Los Campos, San Andrés de San Pedro, Palacio, Huérteles, Navabellida y, como no, en Oncala.

Este sistema de explotación arcaico, protegido por leyes reales desde el siglo XIII al XIX, está en vías de desaparición. Diversos son los factores que se suman para hacer cada día más inviable la trashumancia, pero de todos ellos habría que señalar dos

• La falta de pastores.
  
• Y el elevado costo del arrendamiento de las dehesas del sur y los portes del transporte ferroviario.

Así, un rebaño de 1.000 ovejas viene a suponer para el ganadero un costo de casi 3.000.000'- de Ptas. en los siete meses que van de Noviembre a finales de Mayo. Por citar otra cifra relevante, cabe señalar que Renfe facturó en Soria más de 5.000.000'- de Ptas. por traer, hace unas primaveras, a la estación de "El Cañuelo" algo más de 40.000 merinas y 800 vacas y caballos.

No obstante, y dado que la trashumancia se realiza libremente, es de suponer que pese a todos estos portes, rentas, sueldos y Seguridad Social de los pastores, ausencia familiar durante siete meses, etc., tiene que ser aún rentable para los ganaderos que la llevan a cabo. Si bien es cierto que muchos han abandonado este sistema arcaico y han optado por la estabulación y semiestabulación, que se presentan como alternativas más modernas y productivas y que, sin duda, suplantarán en años venideros a la trashumancia.
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