Cerca de Oncala, dirección a Valdelavilla, se encuentra un paraje natural donde se pueden observar los buitres sepultureros.
Los adultos son animales sedentarios, aunque en determinadas épocas del año parecen realizar desplazamientos, sin embargo los jóvenes llevan una vida más errática.
Su alimentación se basa prácticamente en cadáveres de animales y también algo de hierba. Inicia la búsqueda de alimento cuando el sol ya ha calentado el aire que asciende por los cantiles donde están situados sus nidos, entonces se lanza al vuelo de planeo, aprovechando las corrientes térmicas. Con ello consigue desplazarse con mínimo esfuerzo y gasto energético (esto sí que es eficacia ecológica y no algunos motores).
Es un ave muy grande de cola corta acabada en punta cuadrada y su cuello es muy largo con una gorguera en la base.
Su velocidad normal en vuelo de exploración es de 60 km./hora, pero cuando acuden a una presa pueden aumentarla hasta 160 km./h.
Pese a la creencia generalizada, los buitres no detectan la comida por el olfato, si no por la vista y su estrategia de búsqueda. Durante el vuelo exploratorio cada buitre cubre una porción de terreno formando una malla y observando el vuelo de sus compañeros. Cuando uno de ellos localiza la comida, comienza un descenso en espiral, que alerta a sus compañeros que le siguen hasta el cadáver.
Cría en colonias. Construye su nido con ramas. Sus deyecciones, que lanza fuera del nido, manchan de blanco los alrededores, delatando su presencia. Ponen un solo huevo en cada puesta, que es empollada a turnos por la pareja, cuando el calor es excesivo se puede ver al adulto levantado y con las alas extendidas hacer sombra al huevo. Cuando el pollo sale del nido la alimentación está a cargo de los dos miembros de la pareja que lo alimentan regurgitando el alimento predigerido.
Suele ser bastante común en la mayoría del territorio peninsular, pero la mecanización del campo y la estabulación de animales que antes pastaban en rebaños ha hecho desaparecer muchas de sus fuentes tradicionales de alimentación.
Su papel ecológico es fundamental, pues limpia de cadáveres el territorio que podría constituir focos de infección para otros animales.
Totalmente inofensivo, no ataca nunca presas vivas.
Su vuelo elegante y majestuoso, con absoluto dominio del aire constituye todo un espectáculo.
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