Tres etapas en la lucha. El cambio estructural
Un artículo del Dr Xavier Gamboa
Villafranca
Referencia Bibliográfica:
Gamboa Villafranca, Xavier: “Tres etapas en la lucha: El cambio estructural”, Excelsior,
Sección Metropolitana. 2 de julio de
1987. México, DF. México Ver Portada
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Xavier Gamboa Villafranca
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El
quehacer básico que los dirigentes del aparato de gobierno concibieron en mayo
de 1983, era de lucha negociada. Si en el sexenio que se iniciaba habría de
darse un avance sustancial en la transformación cualitativa de la sociedad
mexicana, entonces tendría que haber un combate institucional por lograr que
las instancias del gobierno se auto obligaran a enfrascarse coordinadamente en
el proceso de cambio estructural y por comprometer a las principales fuerzas
sociales del país en la misma dirección.
En
el ejercicio diario de gobernar, este planteamiento básico sería efectivamente
tenido siempre en cuenta. Sin embargo, al fragor de la propia contienda y en
función de las cambiantes condiciones coyunturales del país y de su contexto
internacional, la táctica seguida durante los tres años y medio siguientes tuvo
que comprender algunas modificaciones (y el reforzamiento de varios aspectos)
en la estrategia original.
A
la luz de los acontecimientos, es posible sostener que el empeño por avanzar en
el cambio estructural, el período mayo/ 83- junio/ 87, pasó entre otras por las
siguientes tres etapas:
a)
Etapa de lucha por legitimar el tipo de cambio estructural propuesto:
Durante
el segundo semestre de 1983, hay una amplia difusión del plan nacional de
desarrollo, publicado al terminar el quinto mes de ese año.
Rotativos
y revistas especializadas y de divulgación publican entrevistas, reportajes
editoriales, artículos de fondo y ensayos, que analizan, critican y/o apoyan
los límites y alcances de las
propuestas contenidas en el texto del PND, que se refieren al cambio estructural.
Una proporción no despreciable del total de la programación –especialmente en
lo relativo a noticieros- de radio y televisión, tiene también estos
contenidos. Se celebran eventos en instituciones educativas de nivel medio
superior y superior, donde académicos e intelectuales opinan respecto a los
planteamientos del régimen en torno al combate a los problemas de fondo de la
economía, de la política y de la sociedad toda. Funcionarios gubernamentales
asisten como invitados especiales a foros organizados por representantes de
confederaciones, cámaras, centros, centrales, uniones, federaciones,
asociaciones, agrupaciones y colegios, donde hablan y escuchan; formulan y se
retroalimentan. En reuniones de trabajo de servidores públicos con miembros del
poder legislativo o con partidos políticos, es tema generalmente obligado al
asunto de cómo la administración de Miguel de la Madrid ha planteado superar
las dificultades nodales de la nación.
Durante esta etapa, se tuvo la posibilidad de
generalizar socialmente un conocimiento detallado de la estrategia de cambio
estructural. Existió así mismo la
posibilidad de otorgarle una connotación adicional: contrastar el PND, con los
planteamientos que al respecto iban formulando dirigentes y representantes que
ocupan niveles y espacios relevantes, en el ámbito político y económico del
país. Este contraste –y la discusión en torno a diferencias y similitudes-
permitió que el gobierno avanzara notablemente
en el proceso de legitimar la parte de su actuación global que se
orienta al cambio estructural. Posibilitó
el percibir la magnitud de apoyo social que tiene su concepción...y
tomarle el pulso al tiempo.
b)
Etapa de lucha por echar a andar la maquinaria gubernamental en la dirección
deseada:
Por
iniciativa del ejecutivo federal, en diciembre de 1982 se aprueban, en el
congreso de la unión, importantes modificaciones a la constitución general de
la república. De igual manera es aprobada la ley que sanciona la existencia y
operación del sistema nacional de planeación democrática.
Durante
1983, 1984 y parte de 1985, se realiza un impresionante proceso de planeación,
auspiciado por el gobierno federal, para que en la realidad se guardara
congruencia con los preceptos jurídico-legales mencionados.
En
los primeros meses de 1983 se celebran múltiples foros de consulta popular de
los cuales surgen los lineamientos básicos del PND en lo referente al cambio
estructural. Se publican en la segunda
mitad de este año, programas operativos anuales (POA’s) y programas de mediano
plazo (PMP’s, con horizonte a 1988) que incluyen, para la mayor parte de las
dependencias federales, las acciones que cada una de ellas deben efectuar.
Se
ejercitan procesos de planeación participativa durante 1984 y hasta bien
adentro 1985, para sustentar programas intersectoriales (que cubren
jurisdiccionalmente a más de una dependencia federal) y para fundamentar
programas especiales y regionales (que abarcan conjuntos de entidades
federativas) de desarrollo. Desde los COPLADE’s se formulan planes estatales de
desarrollo, bajo los mismos principios formales de la planeación democrática.
Con
la información disponible se puede afirmar que el propósito en esta etapa fue
el de dotar a los tres niveles de gobierno de normas claras, para que al menos
parte de sus funciones obligatorias, de coordinación y de concertación pudiesen
efectivamente orientarse al tipo de
transformación cualitativa de la sociedad que ya se había legitimado.
c)
Etapa de lucha por defender la estrategia de cambio estructural del PND:
Prácticamente
desde principios de 1985 (cuando se toma el primer conjunto de medidas de
emergencia en el gabinete económico destinadas a reducir el gasto público),
hasta mayo de 1987 (cuando todavía es inminente el efectivo otorgamiento de los
primeros 3, 500 millones de dólares, en recursos crediticios frescos de la
banca privada extranjera a México, del paquete global de 7 mil millones
autorizados por el FMD, se da una situación de agravamiento en las
manifestaciones de la problemática económica del país.
Como
es bien sabido, ello estuvo determinado por un derrumbe no previsto de los
precios de los hidrocarburos en el mercado internacional y, en consecuencia por
un creciente deterioro en la capacidad del país para cumplir sus compromisos en
materia de deuda con el exterior.
En
este contexto cobran vida fuertes presiones externas sobre el contenido de la
política económica global del gobierno mexicano. Desde el aparato burocrático
de los países en que ubican las matrices de nuestros principales acreedores y
desde las oficinas de los directores de organismos financieros internacionales,
emergen condicionamientos para brindarle nuevos préstamos y para hacerle
concesiones a México. Entre estas condiciones se incluye reiteradamente, el que
el gobierno mexicano estimule un verdadero cambio estructural. Su contenido
difiere notablemente del cambio estructural que se detalla en el PND, respecto
al cual se había recogido el consenso de la nación y para cuyo logro se había
reparado ya la maquinaria gubernamental del país.
De
manera que en esta etapa el régimen asume la defensa, contra intentos de
distorsiones provenientes del exterior, de la concepción autóctona, original
acerca de dónde, cuándo y cómo emprender la lucha contra los obstáculos básicos
de la economía y por solucionar los problemas centrales de la sociedad
mexicana. Esta defensa adopta la forma
de un mesurado y prudente proceso de negociación, con eje en ciudad
México-Washington-Nueva York y con ramificaciones en las capitales de otros
países altamente industrializados de Europa y Asia.
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