
La
intrigante historia del antiguo mineral del Real de Minas De
Nuestra Señora de la Limpia Concepción de Guadalupe de los Álamos
de Catorce, como se le llamó en sus principios, es la de un
pueblo cuyo destino ha quedado ligado a la legendaria riqueza
de sus minas de oro y plata. Fue uno de los Reales de Minas
más prósperos y progresistas de la Nueva España . Tuvo
su época de prosperidad desde el descubrimiento de sus minas
en 1772 hasta su declinación después de la revolución de 1910.
El desarrollo de las minas de Catorce ocurrió en una época relativamente
tardía de la dominación española. Por Io agreste de la sierra
y por la altura, la región quedó al margen del área poblada.
En 1574 se fundó Charcas y en 1590 Matehuala, pero en la cima
nadie puso los ojos. Y quedó desierta e inviolada, si acaso
algunos indígenas insumisos e irreductibles merodeaban por la
zona, encaramados hasta estas alturas para guarecerse en ellas.
A los ambiciosos buscadores jamás se les ocurrió que por allá
arriba existía en abundancia lo que con tanto afán pesquisaban
en las faldas de la Sierra.La auténtica realidad del descubrimiento
de las minas de Catorce se esfuma entre las brumas oscuras de
la leyenda. Aún el nombre mismo, se dice que catorce asaltantes
tenían ahí su guarida, o que catorce soldados tuvieron cabal
fin a manos de los indios. Según otros, que ciertos caminantes
extraviaron el rumbo y acamparon en el sitio de la veta más
antigua. Al amanecer, vieron sorprendidos que relucía un tejo
de plata fundido por el fuego nocturno. Catorce eran estos
fatigados viajeros. Dejando
aun lado la leyenda, en 1773 Sebastián Coronado empezó a trabajar
la primera mina llamada "Descubridora". Esta tuvo
el respaldo económico del Lic. don Silvestre López Portillo,
vecino de San Luis Potosí, que conocía muy bien las condiciones
de las minas. Por fin, en 1778, dieron con las vetas ricas y
fue cuando propiamente se fundó el Real. Para ordenar el trabajo
de las minas, en 1779 se nombró al Lic. López Portillo comisionado
con poderes para todo lo gubernativo. Al formarse el Real, acudieron
los franciscanos de Charcas y en 1779 se erigió el curato. En
1793 se puso la primera piedra de la actual parroquia, la cual
fue terminada en 1814. La fama de Catorce llamó la atención
de muchos viajeros, como Humboldt que, aun que no lo visitó,
hace referencia a él. Henry George Ward , ministro de Inglaterra
en México si lo visitó y dejó una descripción muy minuciosa.
En 1863 se autorizó el establecimiento de la Casa de Moneda.
Para esto se adjudicó a don Santos de la Maza terreno frente
a la parroquia para su. construcción. Operó de enero de 1865
a feb rero de 1866 y acunó millón y medio de pesos. Ya existían
antecedentes de , acuñación de monedas en Catorce, como la de
las medallas conmemorativas Moneda de cobre de 1822,de la coronación
de Carlos IV, por Giorgio Parrodi. En 1810 el insurgente Maria
Jiménez estuvo en Catorce, aquí acuño una moneda de plata de
ocho reales.
A
fines del s. XIX, Catorce vivió nuevamente una época de auge
en las minas, se introdujeron mejoras técnicas como el uso de
la dinamita, compresores de aire y de la energía eléctrica.
Era entonces una población bien integrada, con buenos servicios
públicos, tenía teatros, plaza de toros, palenque de gallos,
periódicos y casas de buena arquitectura. Un ferrocarril unía
El Potrero con Cedral, fue el que utilizó el presidente Porfirio
Díaz en su célebre visita en 1895 para apadrinar las obras de
modernización de las minas, obra de don Francisco M. Coghlan.
La última gran obra de Catorce fue el Túnel de Ogarrio, cuyos
trabajos se comenzaron en 1897 bajo la dirección de
Manuel Baranda, aprovechando el preexistente socavón
de una mina. Fue inaugurado ceremoniosamente el 2 de abril de
1901 por el Sr. Gobernador del Estado don Blas Escontría. Varios
factores influyeron en el decaimiento de Catorce a partir de
1910. El derrumbamiento del precio de la plata, el exceso de
agua acumulada en los túneles, la situación política inestable.
El caso es que de una población de 14,000 habitantes que habla
en el Real en 1905, bajó a 2,700 en 1910. A partir de entonces,
se volvió un pueblo casi fantasma. El
abandono de Catorce no fue total, pues ha mantenido su
fama como centro religioso, en palabras del Lic. Rafael Montejano:
"En su caída, se asió cada vez más fuerte del seráfico
padre San Francisco, que es quien ahora, junto con las ruinas,
le ha dado perdurabilidad y nueva fama...". La venerada
imagen de San Francisco que se encuentra en el refulgente altar
lateral de la parroquia, es un imán perenne de visitantes. El
origen de este culto es incierto, pero ya desde 1905-1910,
los emigrados catorceños regresaban a liquidar algún devoto
compromiso. El número de peregrinos aumenta cada año y son miles
los que visitan Catorce el 4 de octubre, día de la Fiesta Patronal.
En 10 que se ha llamado "la otra peregrinación", cada
año, por el otoño, llegan de Nayarit y Jalisco los indígenas
huicholes para visitar el Monte Sagrado o Wirkuta, que
no es otra que la de Real de Catorce y allí celebran extrañas
ceremonias recolectando el peyote-venado O Hicuri y lo
llevan para consumirlo como droga mágica en sus rituales. Esta
es, pues, la fascinante historia del Real de Minas de Catorce,
en la que se mezclan la realidad con la leyenda y es quizá por
eso tan atractiva para el visitante.