Esta es una oración sugerida:
"Señor Jesucristo, sé que soy pecador y que no merezco la vida eterna.
Pero creo que Tú moriste y resucitaste por mi para darme un lugar en el cielo.
Señor Jesucristo, ven a mi vida; toma el control de ella; perdona mis pecados y sálvame.
Me arrepiento de mis pecados y ahora confio sólo en tí para mi
salvación. Acepto el regalo de la vida eterna."
Si esta oración expresa el deseo sincero de su corazón,
observe lo que Jesús dice acerca de la decisión que acaba de tomar.
"De cierto, de cierto os digo: El que cree en mi, tiene la vida eterna."
Juan 6: 47