|
MENTIRA, ILUSIÓN Y DESILUSIÓN
|
|
Muchas veces
consideramos que hay cosas que conviene callar.
Otras, creemos que lo mejor es decir la verdad.
¿Dónde está el límite de la sinceridad en las
cuestiones del corazón?
La verdad muchas
veces duele, pero seguro no mata, dice el lugar
común. Ser sincero a veces da miedo, implica
responsabilidad y valentía. Pero también hay
espacios que uno prefiere preservar. Y aquello de
lo que no se habla puede necesitar de la mentira
para ser encubierto.
En general, mentimos cuando consideramos que algo
que hicimos, sentimos o pensamos debe permanecer
oculto. Los motivos por los cuales “eso” no debe
saberse son variados: quizá lo que nos ocurre esté
mal visto, tal vez pueda lastimar a algún ser
querido, ponernos al descubierto o en peligro.
Generalmente, lo que sucede es que donde hay una
mentira hay temor: miedo a ser reprobado por haber
hecho algo inadecuado, a dañar a un otro, o a que
algo se nos vuelva en contra. La mentira tiene
relación con la ilusión, el engaño y la poca
capacidad de tolerar con autenticidad aquello que
nos pasa. Quizá por eso todas las personas algunas
vez escondimos algo o nos resistimos a enfrentar
la verdad. Por ello es bueno guardar la vara
acusadora en el cajón. Reflexionar y bucear en
nuestro interior es un buen camino para
comprendernos un poco más y, desde allí, empezar a
modificar aquello que deseamos cambiar.
Muchas personas mienten
en el afán de conseguir la aprobación externa, ya
que ellas mismas no se aprueban tal cual son.
Muchos hombres exageran sus cualidades masculinas
y dicen ser "protectores" cuando en realidad son
algo inmaduros y actúan como adolescentes. En el
caso de las mujeres que tampoco se aprueban a sí
mismas, suelen fantasear con una vida que no es la
que en realidad viven. La mayoría dice tener un
marido e hijos sumamente maravillosos, que viven
pendientes de ella y la ayudan todo el tiempo. En
realidad, todas las mujeres sabemos, que el 90% de
ellas, primero es madre, luego esposa y finalmente
se dedica algo de tiempo para sí misma.
De todos modos, a la larga o a la corta, las
mentiras más "gordas" se descubren, y en ese caso
y de acuerdo a la gravedad de los hechos que las
generaron, pueden ser más destructivas que la
verdad más cruda. Por eso, antes de "abrir la
boca" (ya sea para soltar una mentira o una verdad
dolorosa) hay que pensar muy bien lo que se va a
decir y cómo se va a decir. No hay que olvidar que
la mentira genera desconfianza y contribuye a
romper el vínculo de una pareja. Siempre conviene
evitar lastimar a la otra persona, pero no a base
de mentiras que tarde o temprano serán
descubiertas. La verdad tampoco es siempre la
mejor solución. Muchas veces es preferible,
simplemente callar. Hay verdades que pueden causar
un dolor innecesario y a veces es mejor esperar a
que llegue el momento oportuno para hablar con
serenidad y muchísimo tacto.
Las mentiras
aunque "piadosas", pueden generar un sentimiento
de desilusión que para el que la recibe, puede
resultar dramático, cruel y en ocasiones peligroso
En diferentes
momentos de nuestra vida todos hemos llegado a
desilusionarnos. La desilusión moderada nos pone
de mal humor y nos hace sentir decepcionados. Una
desilusión aguda puede generar un estado depresivo
y en algunos casos llegar al odio y hasta el
suicidio. Pocas personas están conscientes que su
desilusión es el resultado de que se rompe una
ilusión que han manufacturado por sí mismas. La
desilusión no sería posible sin la fantasía, y la
fuerza destructiva de la desilusión no es mayor
que la fuerza y la energía que se usó para
construir la fantasía de la que proviene.
Toda persona vive en dos mundos: el mundo real y
el mundo de la ilusión. Desde la infancia, hombres
y mujeres desarrollamos ideas y creencias que son
totalmente imaginarias. Las fantasías son una
forma de enfrentar el dolor, los problemas y las
dificultades que presenta el mundo real. Estas
fantasías permiten de una forma mágica a su
creador escapar de la ansiedad y de la realidad; y
mientras más grande es la necesidad de escapar,
mayormente nos apegamos a la fantasía.
Al principio las fantasías parecen inofensivas,
pero vivir en la fantasía le impide a ala persona
de enfrentar la riqueza que la realidad nos
ofrece. Soñar con un pastel que no existe no
llenará nuestro estómago del pan que necesita y el
resultado es la inanición.
Ninguna persona puede pasar del mundo de la
ilusión al mundo real sin pasar por una
desilusión, pero el daño psicológico sería menor
si tomáramos en cuenta tres cosas:
Primero.- Es difícil separar la fantasía de la
realidad, pero la batalla es fructífera y termina
en crecimiento emocional y felicidad.
Segundo.- La persona debe hacerse responsable de
sus ilusiones y solo así puede escapar del mundo
de la fantasía en la que ella misma se metió.
Tercero.-
hay algunas ilusiones que son particularmente
comunes en nuestra cultura. Estas ilusiones han
pasado de padres a hijos y a través de los libros,
películas, televisión, canciones, etc.
Familiarizarnos con estas ilusiones puede
facilitar que nos deshagamos de ellas.
La ilusión del amor.-
El amor es maravilloso, pero no es la llave
que soluciona las dificultades humanas que todos
debemos enfrentar. Nuestra cultura promueve el
mito del amor a través de canciones, poemas y
cuentos, pero esto es solo un mito. No importa que
tan enamorados estemos, siempre tendremos
problemas con nosotros mismos, con el ser amado,
con los demás y con el mundo en general.. El amor
hace un poco más fácil enfrentar los problemas,
pero la vida permanece siendo difícil.
La ilusión del
matrimonio.-
Esta ilusión prevalece especialmente
entre las personas muy dependientes, que carecen
de un sentido de identidad y de confianza en sí
mismas. Estas personas ven al matrimonio como la
solución a todos sus problemas y una forma de
tener seguridad en un mundo tan difícil y
peligroso. Para muchas mujeres el matrimonio es el
cumplimiento de sus fantasías infantiles, un
substituto de los defectos de sus padres, una vida
de placer sin fin, la terminación de sentimientos
de soledad y de vacío. El grado de fantasías que
lleva una persona al matrimonio determina el grado
de desilusión y de coraje cuando descubre que sus
creencias eran solo ilusiones. El matrimonio puede
dar muchas satisfacciones, pero nunca es la
solución para los problemas personales, ni tampoco
es un substituto para la necesidad de crecimiento
personal. El matrimonio tampoco es un antídoto
para los sentimientos de soledad: tener una pareja
y unos hijos puede disminuir estos sentimientos,
pero es el autodesarrollo y la aceptación personal
lo que nos permite ser constructivos aún estando
solos. Muchas personas tienen la ilusión de que el
matrimonio y el amor les dan el éxito completo.
Esta expectativa puede llevar a grandes desastres.
La fantasía de la
juventud.- Realmente sabemos que vamos
a envejecer, que va a desaparecer la belleza y
aparecerán problemas de salud, pero a pesar de
esto muchas personas en forma subconsciente tienen
la ilusión de la eterna juventud. Estas personas
son víctimas fáciles para cualquier charlatán que
promete toda clase de tratamientos para verse
jóvenes. Algunas personas se involucran en
actividades inapropiadas para su edad y su salud
que pueden traerles serios problemas físicos.
Algunas mujeres tratan de vestirse y actuar como
adolescentes para negar su edad. Las personas que
caen en la ilusión de la juventud se deprimen en
la medida que van envejeciendo. En su continua
búsqueda de algo que no es posible, se pierden del
placer real de las actividades propias de su edad
y de disfrutar cada etapa de la vida.
La ilusión de la
dependencia.- Las mujeres no son
dependientes, incapaces, ilógicas, altamente
emotivas o improductivas por naturaleza. Estos son
falsos prejuicios que se le han atribuido a la
mujer por mucho tiempo; sin embargo, hay muchas
mujeres inteligentes, competentes y potencialmente
independientes creyendo en la ilusión de la
dependencia que pasan su vida entera siendo
dependientes y sin logros personales.
Todas las ilusiones, y
hay muchas mas, nos impiden madurar emocionalmente.
Madurar no es fácil, pero puede resultar en un
mayor grado de felicidad y puede prevenirnos de
dificultades emocionales y aún de desastres.
"Enfrentar la realidad y deshacernos de
falsas ilusiones es un paso fundamental para
alcanzar la salud mental."
Leonerk
|