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Aires de Familia

Carlos Monsiváis

Aires de Familia



Francisco Versace

fmbroadcast01@hotmail.com


Aires de familia es un libro compuesto por siete ensayos, cuyo centro es la cultura, donde el autor, Carlos Monsiváis hace una serie de reflexiones en torno al presente y el pasado de la cultura y la sociedad latinoamericanas. Aborda tópicos culturales que van desde la literatura, la historia, el cine, la televisión hasta tradiciones intelectuales de diversa índole (feministas y de la experiencia homosexual inclusive), describe el panorama de la heterogénea, múltiple y cambiante realidad del continente, en la búsqueda de puntos comunes, afinidades conceptuales, elementos tipificadores y también las particularidades que otorgan a cada nación el sello de su identidad propia; todos ellos aspectos que sirven para tejer la unidad latinoamericana, la unidad visible y profunda de naciones que comparten similitudes culturales y sociales como las sensaciones de abandono, las realidades de la desigualdad y, pese a todo, la fe en la democracia.

Este ensayo, en su esencia, interrelaciona los procesos culturales por los que han transitado las sociedades latinoamericanas desde los inicios del siglo XX, a modo de ofrecer una visión evolutiva de los cambios y permanencias que, en el entorno de la llamada Sociedad Civil, asume la Ciudad Letrada como centro hegemónico desde el cual se erige y dimensiona la cultura en su más amplia acepción.

A partir de la obra literaria latinoamericana del primer cuarto de siglo, el autor cuenta cómo la gente ha ido accediendo a la cultura, cómo las desigualdades se ha ido reduciendo en beneficio de la cultura.

Para Monsiváis, los procesos del desarrollo cultural en América Latina hay que verlos a partir del análisis de la sociedad, en dos momentos esenciales de su devenir: la primera mitad del siglo XX, donde, según su criterio, frente el antiintelectualismo prevaleciente en las clases dominantes, existe una devoción muy grande por el conocimiento que hace que los escritores y artistas creen, defiendan sus obras y desarrollen la investigación, mientras que en la segunda mitad del siglo la modernidad lo es todo, y la cultura deja de ser lo que separa las elites a las masas para convertirse, “al menos en teoría”, en un derecho de todos.

El recorrido que traza el autor es, de alguna manera, optimista, porque apunta a una utilización cada vez más relativizadora de las jerarquías entre moral y cultura, entre costumbre y estética. Así, los poetas de principio de siglo o los novelistas del boom, a pesar de escribir para sociedades analfabetas, terminaron venerados por las multitudes que buscaron en sus apariciones razones para la identidad íntima (“el romanticismo aporta una mitología que todavía perdura: la correspondiente a la sinceridad, , la noción de los poemas como depósitos de la sensibilidad exasperada”) o nacional (“oponer al desprecio de las potencias mundiales la certeza de una grandeza”); el cine latinoamericana, cuya originalidad frente a Hollywood surge de la falta de recursos, desliga a la tradición de los márgenes estrechos de la fe y la costumbre para hacer de o ancestral algo pintoresco; el tango, el bolero, los ritmos caribeños y sus representaciones visuales produjeron las fantasías de las noches urbanas, la educación sentimental, y actitudes a la vez uniformes y personales frente al deseo (“cualquiera que sea el modelo de comportamiento que se elija entre las mayorías, lleva adjuntos el ritmo, las melodías y la filosofía de la vida de las canciones”); las fronteras entre masculino y femenino, así como entre respetabilidad e informalidad, se han ido atenuando y se ha alcanzado la “despenalización moral del aborto”, y los logros culturales de las izquierdas latinoamericanas entre 1920 y 1960, a pesar del Pensamiento Correcto y la transformación del Hombre Nuevo en Presidente del Tribunal Revolucionario, son una de las formas no tecnológicas de aclimatar la modernidad (“se sostiene cuando nadie más lo hace la defensa de los derechos humanaos, se produce una literatura valiosa, se genera una solidaridad antes inexistente en América Latina, se unifican visiones del mundo, se destruye la mentalidad aislacionista”).

Monsiváis observa en más de una ocasión la tendencia continental al gatopardismo, es decir, que todo cambie en apariencia para que nada cambie demasiado. En sus palabras es “la modernización que no moderniza en medio de a tradiciones que se deshacen.

En este contexto, por ejemplo, el autor analiza las consecuencias culturales del papel de la televisión. Y no se trata, la suya, de una crítica ofuscada, incapaz de observar su lado positivo: la televisión “aproxima los sectores rezagados a manifestaciones culturales y sociales en un movimiento que, así sea muy superficial, no es menospreciable” y - en su lado irónico - “contribuye eficazmente al control demográfico al reducir las horas de ocio fecundante.

Pero en sus efectos negativos Monsiváis verifica una “dictadura del gusto”. Esta se construye sobre la evidencia de una televisión comercial “todopoderosa”, siempre dirigida a niños (de entre ocho y ochenta años), que masifica “el mito de lo fastidioso que aburre y de lo entretenido que divierte”. Detrás de ese ciego afán por lo entretenido –las calidades aquí no cuentan, como los cantantes que no cantan-, está el debate en torno al ejercicio de la pluralidad.

Al final se percibe claramente cómo los latinoamericanos caímos en la trampa del neoliberalismo y la globalización, cuando a la entrada de un nuevo siglo se “se insiste en la rentabilidad de la cultura, y (se) busca imponer la noción del best-seller como único deseable”.


Trascendencia de José Vasconcelos y Alfonso Reyes para Carlos Monsiváis en Aires de Familia



a) Con José Vasconcelos la identidad iberoamericana en el marco de la cultura universal constituyó un motivo dominante en su obra. En México como rector de la Universidad Nacional y como secretario de Educación Pública, impulsó la difusión de la cultura popular y la reorganización de la enseñanza. Durante su vida cultivó de forma especial el ensayo histórico y filosófico. Publicó La raza cósmica en donde se centra en la exaltación de los valores autóctonos iberoamericanos, inspirados en tradición indígena y el mestizaje, “puente de razas futuras”.

b) La vasta obra ensayística y crítica de Alfonso Reyes, que cultivó también con maestría la poesía y la narrativa, constituyó un estímulo decisivo para la investigación literaria y estética mexicanas y extendió su influencia a todo el ámbito de la cultura hispánica. En su ensayo Visión de la Anáhuac, Reyes propone una nueva visión de México que integrar la síntesis indígena e hispánica con la investigación sociológica.



Crítica a esta obra



Carlos Monsiváis, ensayista, cronista y narrador mexicano en la línea del Nuevo Periodismo, es considerado y descrito frecuentemente como “el mejor periodista que ha parido la patria de las pirámides aztecas(1)”. Carlos Monsiváis es uno de los investigadores latinoamericanos que conoce más a fondo las manifestaciones de la cultura popular. Actualmente en México, Monsiváis, junto a Vicente Leñero y Elena Poniatowska son los grandes gurúes del periodismo. Sin embargo, Carlos Monisváis es quien mejor se ha decantado por la crónica, género más esquivo de los profesionales de la prensa. Sus crónicas han caminado desde el análisis de fenómenos como Luis Miguel, Gloria Trevi o El Santo, hasta el movimiento del 68, el terremoto del 85 y el mundial de fútbol de México 86.

Con Aires de familia, al escritor mexicano se le reconoce “una conciencia crítica lúcida e insobornable” que ha sabido dar sus frutos de ensayo “ágil y sagaz, documentado y crítico, que se convertirá en una imprescindible obra de referencia”. Palabras con que un jurado integrado por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y Jorge Heralde, que concedieron al escritor mexicano el XXVIII Premio Anagrama de Ensayo, describen la obra.

Sobre los contenidos, el jurado manifestó: “Este ensayo es una aproximación a los cambios y permanencias de la cultura latinoamericana en el siglo XX, en un panorama que va del culto a los héroes de las sociedad del espectáculo, de las migraciones culturales a la influencia de Hollywood en las sociedades en penumbras, del canon literario al idioma televisivo, de la fe devocional en la revolución a los proyectos democráticos. Aires de familia describe la unidad visible y profunda de las naciones que comparten sensaciones del abandono, las realidades de la desigualdad y, pese a todo, la fe en la democracia”.

Similar opinión tiene al respecto Sergio Pitol (2): “Monsiváis es un incomparable historiador de las mentalidades, un ensayista intensamente receptivo y agudo... Es el cronista de todas nuestras desventuras y prodigios, más de las primeras... Es el documentador de la fecundísima fauna de nuestra imbecilidad nacional”.

A juicio de Carmen Isabel Maracara (3), Aires de familia es un texto que se ofrece como crítica a los modos de apropiación cultural de América Latina y como una antología de su literatura, que “recoloca” a aquellos poetas visionarios que persiguen la libertad del espíritu y la confirmación de su imaginario de nación.

Oscar Franco (4), analista de la revista electrónica Etcétera, dice que Aires de familia es una obra meritoria en cuanto a que para escribirla requirió de un vasto conocimiento histórico para abordar aspectos de los países que componen el conjunto.

No en vano Carlos Monsiváis ostenta en su currículum otras distinciones, como el Premio Nacional de Periodismo de México –que le fue otorgado en 1978- y los premios Mazatlán y Xavier Villaurrutia. Ha sido nombrado doctor honoris causa en varias universidades hispanoamericana.




Notas:



1) Basta revisar la presentación que hace Daniel Centeno (de origen venezolano) a Carlos Monsiváis en una entrevista publicada en analítica.com (cfr. Centeno M., Daniel, “Monsiváis instalado en el pesimismo” en www.analitica.com

2) Citado por Sergio Fernández (periodista), en “Carlos Monisváis. Aires de Familia”, en el diario mexicano La Crónica de Hoy del día 30 de abril de 2000 (http://webcom.com.mx/cronica/2000/abr/30/dom07.htm)

3) Maracara, Carmen Isabel (periodista), “Carlos Monsiváis. Las renovaciones del canon”, en La Jornada (www.lajornada,unam.mx/2000/may00/000514/sem-mejia.html)

4) Franco, Oscar, “El centro de nuestro carácter”, en Etcétera no. 392, (http://www.etcetera.com.mx)

Fuentes consultadas:


- Monsiváis, Carlos, Aires de familia. Cultura y sociedad en América Latina, Editorial Anagrama, Barcelona, 2000.

- Enciclopedia Hispánica, Enciclopaedia Británica Publishers Inc., Estados Unidos de América, 1995.

- Centento, Daniel, “Monsiváis instalado en el pesimismo”, en www.analítica.com

- Fernández, Sergio (periodista), “Carlos Monisváis. Aires de Familia”, La Crónica de Hoy, 30 de abril de 2000 (http://webcom.com.mx/cronica/2000/abr/30/dom07.htm)

- Franco, Oscar, “El centro de nuestro carácter”, en Etcétera no. 392, (http://www.etcetera.com.mx)

- Maracara, Carmen Isabel (periodista), “Carlos Monsiváis. Las renovaciones del canon”, en La Jornada (www.lajornada,unam.mx/2000/may00/000514/sem-mejia.html)





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