Poesía de Manuel Magallanes Moure
ELLA DICE:
Sus ojos suplicantes me pidieron una tierna mirada,
y por piedad mis ojos se posaron en los suyos...
Pero él me dijo: ¡más!
Sus ojos suplicantes me pidieron una dulce sonrisa,
y por piedad mis labios sonrieron a sus ojos...
Pero él me dijo: ¡más!
Sus manos suplicantes me pidieron que les diera las mías,
y en mi afán de contentarlo, le entregué mis manos...
Pero él me dijo: ¡más!
Sus labios suplicantes me pidieron que les diera mi boca,
y por gustar sus besos, le entregué mi boca trémula...
Pero él me dijo: ¡más!
Su ser, en una súplica suprema, me pidió toda, ¡toda!,
y por saciar mi devorante sed fui toda suya
Pero él me dijo: ¡más!
DICE ÉL: Le pedí una mirada, y al mirarme
brillaba en sus pupilas la piedad,
y sus ojos parece que decían: ¡no puedo darte más!
Le pedí una sonrisa. Al sonreírme
sonreía en sus labios la piedad,
y sus ojos parece que decían: ¡no puedo darte más!
Le pedí un beso, ¡un beso!,
y al dejarme sobre sus labios el amor gustar,
me decía su boca toda trémula: ¡No puedo darte más!
Le pedí en una súplica suprema, que me diera su ser...,
y al estrechar su cuerpo contra el mío, me decía:
¡No puedo darte más!
¿Recuerdas?
¿Recuerdas? Una linda mañana de verano.
La playa sola. El vuelo de alas grandes y lerdas.
Sol y viento. Florida la mar azul. ¿Recuerdas?
Mi mano suavemente oprimía tu mano.
Después, a un tiempo mismo, nuestras lentas miradas
posáronse en la sombra de un barco que surgía
sobre el cansado límite de la azul lejanía,
recortando en el cielo sus velas desplegadas.
Cierro ahora los ojos; la realidad se aleja
y la visión de aquella mañana luminosa
en el cristal oscuro de mi alma se refleja.
Veo la playa, el mar, el velero lejano,
y es tan viva, tan viva la ilusión prodigiosa,
que a tientas, como un ciego, vuelvo a buscar tu mano.
El Pasado
Me acuerdo de aquellos momentos que pasábamos juntos tu y yo.
Juntitos platicando en el árbol de la plaza acerca de nuestro amor.
El tiempo pasaba rápido, pero crecía el amor.
Ahora que estoy sin ti sólo los recuerdos quedan.
Mi alma desecha, sin esperanza de vivir,
si no fuera por que te quiere, ya no estuviera aqui...
El Presente
Feliz está mi corazón porque tú estás con él.
Alegre porque siente tu calor.
Mi boca pierde el control al ver que llegamos a la oscuridad,
no es porque nos escondamos,
es por el tiempo que esta volando,
al sentir tu boca y tu cuerpo mi mundo vuelve a revivir.
Tu eres la persona con la que he de vivir.
El Futuro
El futuro aún no esta decidido.
El amor de jóvenes es muy raro y cambia.
El futuro tu lo cambias y solo tu sabes cual va hacer.
Futuro, Amor, que palabras tan diferentes,
pero cuando pase el tiempo se juntaran,
y comprenderás de lo que hablo.
Y quien soy yo, yo soy el amor,
en el que los jóvenes piensan, y esperamos.
Pensando en TI
Aquí estoy pensando en ti, el tiempo es muy lento,
la distancia muy larga, pero nuestro amor sigue aquí.
Quien iba a pensar que nosotros ibamos a andar juntos.
El amor, eso es lo que sentimos tu y yo,
ese amor tan grande que hay entre nosotros nadie lo romperá.
Aquí estoy pensando en ti.
Pensando en aquellas lindas cosas
Que pasaron entre nosotros.
Pensando en ti, LLORANDO, porque te extraño.
Enamorado
Estoy feliz pero me falta algo o alguien. He perdido el apetito. La quiero ver.
¿Que me pasa?
Desde que la vi me siento raro.
Pero a la vez feliz. Será que la amo.
No puede ser, si es mi mejor amiga, es muy linda
y atractiva, pero es mi amiga.
Le diré que la quiero, ¡No! Tengo miedo ha que me rechace. Pero no puedo vivir sin ella.
Estoy enamorado.
A la bandera
Enseña noble y sagrada
que traes a la memoria
tanto recuerdo de gloria
tanta grandeza pasada:
cuando en ti nuestra mirada
se fija, despierta y crece
nuestro valor y parece
que una racha de heroísmo
bajada del cielo mismo
nuestras almas estremece.
Tu triple color entraña
Para el patriótico anhelo
La azul pureza del cielo,
La nieve de la montaña
Y la sangre en que se baña
Nuestra historia: esos torrentes
De sangre, que los valientes
De otras edades vertieron
Cuando la lucha emprendieron
Que nos hizo independientes.
Y allí, en tu azul firmamento
Derramando su luz franca
Sobre la montaña blanca
Y sobre el campo sangriento
Gloriosa en su aislamiento
Siempre pura y siempre bella,
Está la querida estrella
Que solitaria quedó
Porque en su altivez no halló
Ningún astro digno de ella.
Símbolo augusto que encierra
El alma de una nación
Victorioso pabellón
Que tras legendarias guerras,
Llevaste a extranjeras tierras
Nuestra fama secular...
Cuando al viento haces flamear
Tus rigurosos colores
Entre vivos resplandores
Se ve a los héroes pasar.
Tú representas aquello
Que con fervor adoramos,
Y cuando te contemplamos
Desplegándole al destello
Del sol, el cuadro más bello
Surge ante nuestra mirada,
pues vemos en ti encarnadas
las ambiciones más puras
las más intensas ternuras
y las cosas más amadas.
Pero hay voz que te convierte,
Bandera de libertad,
En un signo de crueldad,
En un emblema de muerte...
¡No supo, no comprenderte
ve en ti símbolo de horror!
Tú eres la Patria y también
Eres el amor, pues quien
Dice Patria dice amor.
Y ese amor, noble bandera
Lo encarnas tú, y es por eso
Que cuando flotas al beso
De la brisa pasajera
Que en aromas de pradera
Te envuelve, el chileno olvida
Por ti a la mujer querida
Y a la madre venerada,
Y puesta en ti la mirada
¡Jura por ti dar la vida!