
Charly García, el icono máximo del rock argentino, visita México para promocionar su nuevo álbum: InfluenciaAún envuelto en las llamas de la sobre exposición pública, el descontrol privado y la sequía económica, García es un intocable del rock. Es fácil establecer por qué: a los 50 años ostenta una obra riquísima, que ha sido parte central de la banda de sonido de la Argentina de los últimos treinta años. Eso, sumado a sus maneras de estrella de rock, generó, además, un personaje García, inefable. Acomodado entre la indulgencia pública y el peso de su historia, Charly se encargó de cubrir la década pasada de episodios memorables y de los otros. Se tiró a una pileta desde el noveno piso de un hotel, tocó para Menem en Olivos, publicó un disco raro (Alta fidelidad, junto a Mercedes Sosa), protagonizó regresos fallidos artísticamente (Seru Giran, Sui Generis), pequeños escandaletes de alcoba, cruzó amenazas públicas con su ex amigo y colega Andrés Calamaro, ofreció un show gratuito para un cuarto de millón de personas, etc. etc.
ICONO CULTURAL TRANSGENERACIONAL
Aun así, debe reconocerse, en este tramo de su carrera, el músico se ganó un definitivo lugar de icono cultural transgeneracional. Como Maradona es Diego, García es Charly, un ídolo capaz de convocar en sus shows-eventos a fervorosos jóvenes que eran bebés cuando grabó su primer disco.
Carlos Alberto García Moreno nació el 23 de octubre de 1951. Es una de las figuras fundamentales de la música contemporánea argentina. Su debut discográfico se produjo en el año 1972, cuando participó del primer disco de Raúl Porchetto, titulado Cristo Rock.
Mientras cursaba la escuela secundaria conoció a Carlos Alberto «Nito» Mestre. Junto a él y a Carlos Piegari, Beto Rodríguez y los hermanos Belia formó Sui Generis, que, tras sufrir varias deserciones, quedó convertido en un dúo. Al estilo folk norteamericano, muy de moda en aquella época, grabaron tres discos: Vida (1972), Confesiones de Invierno (1973) y Pequeñas Anécdotas sobre las Instituciones. Por diversas razones, el dúo se separa en 1975, no sin antes organizar un recital despedida, durante el cual se registró un álbum doble, Adiós Sui Generis.
Después grabaría PorSuiGieco, con junto a los líderes del rock acústico: Raúl Porchetto, León Gieco, Nito Mestre y María Rosa Yorio. Otro grupo La Máquina de Hacer Pájaros es el nombre de su siguiente banda, un proyecto novedoso que orilla el rock sinfónico. En su corta vida tuvo dos discos editados: La Máquina de Hacer Pájaros (1976) y Películas (1977).
Entre 1978 y 1982, García lidera Serú Girán, una de las bandas claves en el Rock Nacional. Con esta agrupación editó cinco discos: Serú Girán (1978), La Grasa de las Capitales (1979), Bicicleta (1980), Peperina (1981) y No llores por mí, Argentina (1982).
En ese mismo año comenzó su carrera como solista. Grabó Yendo de la Cama al Living. Ayudado por la difusión que se le daba en ese momento al Rock Nacional a través de los medios de comunicación (durante la Guerra de Malvinas estaba prohibido pasar música en inglés), el disco tuvo una gran recepción en el público. Canciones antológicas surgieron de él, como por ejemplo "No bombardeen Buenos Aires",
Este material fue presentado en un imponente recital - ante 25.000 personas - en el estadio de Ferrocarril Oeste, el 26 de diciembre de 1982. En la apertura del show, Charly llegó al escenario a borde de un Cadillac rosa y, en el cierre, una lluvia de proyectiles de utilería destruyó la ciudad que formaba el decorado, mientras sonaban los últimos acordes de "No bombardeen Buenos Aires".
En su siguiente trabajo como solista (Clics Modernos, 1983), se inclinó más por el pop-rock, aunque la canción contestataria encuentra un lugar en, por ejemplo, "Los dinosaurios". La trilogía esencial de García se completa con Piano Bar (1984), un álbum rockero que tiene en "Demoliendo Hoteles" y en "Raros peinados nuevos" a sus máximos logros.
DEMASIADO EGO
En 1987 llegó Parte de la Religión, considerado por muchos como el mejor disco del García solista. Este material fue grabado e interpretado casi en su totalidad por él, y alterna un rock fuerte con estribillos melódicos. El 15 de octubre de 1988, Buenos Aires tuvo el privilegio de ser la sede del cierre de la gira de Amnesty International, que deambuló por más de 50 ciudades de todo el mundo, clamando por los Derechos Humanos.
Ese día, más de 80.000 personas asistieron a la cancha de River para aplaudir a grandes músicos internacionales, como Peter Gabriel, Sting, Bruce Springsteen, Tracy Chapman y Youssou N'Dour. "Mi Buenos Aires Rock" fue el nombre del festival organizado por la Municipalidad que convoca a cien mil personas en la 9 de Julio, para presenciar a García, Spinetta, Fabiana Cantilo y La Portuaria. Si bien estaba pautado que cada artista tocara media hora, García actuó por más de dos horas y terminó con su versión del Himno Nacional en un escenario iluminado con luces celestes y blancas.
En el verano del '99 fue la gran atracción del ciclo gratuito Buenos Aires Vivo III, organizado por el gobierno porteño en Puerto Madero. Más de 150.000 personas aclamaron a García en un show dedicado a los desaparecidos y registrado en vivo para el disco Demasiado Ego. Ese mismo año volvió a la polémica, al organizar un recital privado para el presidente Carlos Menem. Ese show quedó registrado en Charly & Charly un disco de edición limitada que no salió a la venta.
En Influencia, su mas reciente producción, Charly suena moderno y poderoso, su voz se deja oír y tal vez inaugura una nueva era en el modo de interpretación. El discurso navega entre el pasar de todo, el reproche público, cierta nostalgia, algo de romanticismo, y se apunta con un par de frases marca registrada. Parece lo mejor que haya grabado en casi una década, o al menos desde La hija de la lágrima (1994) en adelante.
Viernes 15 de Noviembre Charly García Presentando su nuevo álbum "Influencia" Preventa $200 Día del evento $250 9:00 PM
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