17 de marzo

POLITICA

MAS, PPT y La Causa R salvaron el voto

Congreso aprobó realizar tres procesos comiciales

Juan José Caldera calificó la Ley del Sufragio como un "mamotreto legal" que debe seguir siendo modificado por el Parlamento que resulte electo en noviembre próximo, opinión que fue compartida por Pedro Pablo Aguilar

ALEXANDER DUARTE

Con los votos de las fracciones de Acción Democrática, Copei, Convergencia e independientes, el Senado puso punto final a la discusión de la reforma parcial a la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política, que colmó la agenda legislativa de las tres últimas semanas.

Luego de escuchar el informe final redactado por la comisión que presidió el senador Freddy Muñoz, las fracciones de Patria Para Todos, La Causa R y el Movimiento al Socialismo, hicieron uso de la palabra para rechazar la nueva reforma que contempla la realización de tres procesos electorales.

Alberto Müller Rojas (PPT) calificó la reforma como antichavista. A su juicio, las modificaciones a la Ley del Sufragio fueron hechas con el firme propósito de cambiar el espíritu de la Constitución Nacional donde se establece que los comicios deben ser realizados en forma conjunta.

Cristóbal Fernández Daló (MAS) hizo uso de la tribuna de oradores desde donde aceptó que no valía la pena seguir insistiendo ante una decisión ya tomada por AD, Copei y Convergencia.

No obstante, afirmó que los partidos venezolanos se han convertido en dictadores de la sociedad y, luego, no le quedó más opción que hurgar en la conciencia de los senadores que aprobaron la reforma al dar lectura al poema "A tientas", de Mario Benedetti: "Se retrocede con seguridad, pero se avanza a tientas", se lee en los primeros versos.

José Lira (LCR) consumió gran parte de su primer derecho de palabra citando "las contradicciones" del presidente del Congreso, Pedro Pablo Aguilar, quien en dos artículos de opinión, publicados en un medio impreso, defendía por un lado dos procesos electorales y, por el otro, tres.

Lira aludió también a la "inconstancia" de la fracción parlamentaria de Convergencia "porque primero estaban contra el adelanto de las elecciones y ahora lo apoyan".

En tono de advertencia apuntó que quiere ver a los partidos que impulsaron la reforma "defendiendo en la calle este mamotreto porque aquí (en el Senado) no se inscribieron para debatir debido a que no pueden explicarle al país lo que están haciendo con la Ley del Sufragio".

Las palabras de Lira obligaron la intervención del senador Juan José Caldera (Convergencia), quien aclaró por enésima vez que su partido siempre ha estado de acuerdo con cualquier fórmula de separación de los comicios y, pese a que en un principio los convergentes se opusieron al adelanto de las elecciones, ahora consiaderan viable y económica, en términos monetarios, la realización de tres procesos.

Al responder a Lira, Caldera expresó que si de "mamotreto" se trata, se debe hablar de la reforma a la Ley del Sufragio sancionada en diciembre de 1997, y recordar que la misma fue aprobada con los votos de La Causa R, PPT y el MAS. Agregó que es necesario que el Congreso que resulte electo en noviembre próximo profundice en las modificaciones de ese instrumento legal.

En una nueva intervención, Müller Rojas reconoció que Convergencia ha mantenido una posición coherente con respecto a la separación de las elecciones, aunque destacó que los argumentos de Caldera tienen una racionalidad impecable sólo desde el punto de vista teórico, mas no político.

Una vez que se agotó el debate, Pedro Pablo Aguilar sometió a votación las modificaciones a la Ley del Sufragio realizadas en la Cámara de Diputados y, tal y como se esperaba, fueron aprobadas por la mayoría. Las fracciones del MAS, PPT y La Causa R optaron por dejar constancia del voto salvado.

De esta manera, culminó la polémica discusión sobre la separación de las elecciones, por lo que los venezolanos tendrán que acudir a tres procesos: el primero, el 8 de noviembre de este año, para escoger a gobernadores, senadores y diputados al Congreso nacional, y diputados a las asambleas legislativas; el segundo, el 6 de diciembre, sólo para elegir presidente de la República; y el tercero, en el segundo trimestre de 1999, para designar alcaldes, concejales y juntas parroquiales.


POLITICA

Convergencia inclinó la balanza a favor de adelantar elecciones

El partido de Gobierno dará su aprobación al proyecto de reforma electoral, pero propondrá que en diciembre sólo se lleven a cabo los comicios para la Presidencia de la República. Además, que la elección de Congreso se haga junto con las regionales y dejar para junio de 1999, las municipales y parroquiales

Ascension Reyes R

La Cámara de Diputados inició, este martes, la primera discusión de la reforma de la Ley del Sufragio, cuyo cambio fundamental radica en el adelanto de los comicios regionales y locales.

El proyecto de reforma que remitió el Senado a la Cámara Baja sería aprobado con los votos favorables de AD, Copei, Convergencia y algunos integrantes de las fracciones de Independientes por Venezuela y de Renovación, así como el único diputado de ORA.

Convergencia dará sus votos para la aprobación en primera discusión en Diputados, bajo el argumento de que de lo contrario se correría el riesgo de que las cosas quedaran tal como están en la ley vigente; es decir, que los procesos comiciales sean en conjunto.

No obstante, extraoficialmente se conoció que los convergentes propondrán una nueva fórmula según la cual en el mes de diciembre sólo se realizarían las elecciones presidenciales. Los primeros comicios serían en noviembre, en los que se elegirían los diputados de las asambleas legislativas, gobernadores, alcaldes y representantes del Congreso de la República y el tercer, y último proceso, se efectuaría en junio de 1999, cuando coincidirían los municipales con los parroquiales. También trascendió que con esta fórmula coincidirían los adecos y los copeyanos y que estarían por adherirse los masistas y los pepetistas.

Para la hora de cierre de esta edición, cuando ya se había aprobado la sesión permanente, el cuerpo había negado la propuesta de los "pepetistas" de diferir el debate. Para intervenir estaban inscritos más de 35 oradores, lo que haría difícil que el debate concluyera ayer mismo.

El MAS denunció que la reforma no es "sino un intento de AD y Copei por frenar el ascenso y probable triunfo de una candidatura independiente, y, muy especialmente, la de Chávez".

Segundo Meléndez fue el encargado de fijar la posición de los masistas, quienes estaban a favor del rechazo del proyecto de reforma.

Con esta primera discusión, AD y Copei se anotan un tanto, ya que todo indica que la reforma se aprobará sobre todo porque Convergencia, en una actuación un tanto ambigua, dejó que la balanza se inclinará hacia la alianza adeco-copeyana.

Se estima que será el jueves cuando el cuerpo le de el visto bueno a la reforma en este primer debate y se preparen a considerar la propuesta convergente.


OPINION

EDITORIAL

Impedir el voto

Para algunos sectores del país se ha hecho difícil no llegar a sospechar que pueda existir una estrategia por parte de quienes cuentan con aceitadas maquinarias partidistas, en el sentido de hacer todo lo posible para obstaculizar los procesos de inscripción de los nuevos votantes e impedir de esa manera que aumente este año el voto independiente y antipartido. De lograr ese objetivo sólo votarían sus activistas y, con un pequeño porcentaje legal, su candidato aseguraría no sólo la silla en Miraflores sino gobernadores, alcaldes, senadores y diputados a granel.

La hipótesis no deja de ser interesante porque, ¿quiénes pueden contar con maquinarias obedientes como para hacer una maniobra como ésa sino aquellos que siempre han gobernado y cambiado a su medida las reglas de juego para votar? Los tradicionales "cogollos" han sido, sin duda, los menos angustiados por la abstención electoral. Saben que si la gente no vota, la decisión sigue quedando de manera fácil entre las manos de sus activistas.

Pero resulta que, precisamente para este período electoral, la gente tiene todas las ganas de votar que no tuvo en los anteriores. Así lo demuestran en sus recientes respuestas a las encuestadoras Tempo, Consultores 21 y Datanálisis, entre otras. La abstención durante las elecciones pasadas alcanzó 50%. Pero, según la encuesta Datanálisis, para febrero de este año ya se registraba una interesante disminución de 13 puntos. Sólo 37,7% de los encuestados manifestaba que no quería votar.

Lo curioso es que para la encuesta de finales de mayo, sólo era de 32,9% la porción indecisa por votar. Incluso, 76,2% manifestó abiertamente: "sí voy a votar". Los que decían "definitivamente no voy a votar" bajaron de 19,9 a 8,3%. En general, con este bloque de preguntas se demostró -como en todas las otras encuestas- que esta vez el venezolano sí quiere votar.

Para quienes analizan el panorama político a la luz de las encuestas, estos resultados reflejan una realidad: que las candidaturas extrapartidos están haciendo una oferta diferente que motiva a la gente a votar. Por eso, quien no lo había hecho, porque no tenía los dieciocho años requeridos, y el que se había negado a votar "porque todos son los mismos y aquí nada va a cambiar", así como los jóvenes escépticos, quieren ejercer ahora su derecho. Lo curioso es que las cifras de esta nueva intención de voto, reflejada en las encuestas, no se ha visto plasmada en la renovación de los datos de los votantes en el Registro Electoral Permanente (REP).

Cuando apenas faltan tres semanas para cerrar el REP, sólo han sido procesadas 150 mil solicitudes. Tres millones de ciudadanos deben actualizar sus datos en el REP. En este grupo están: los nuevos votantes (1,1 millones), los mayores de edad que nunca han votado, y quienes han sido excluidos de sufragar por haber dejado de votar en los dos últimos comicios nacionales (1993 y 1995).

Es posible inferir que a la gente le gusta dejar todo para última hora y especialmente cuando se trata de trámites que implican largas colas. Pero no podemos dejar de alertar sobre la falta de información de direcciones y horarios, la imposibilidad de cedularse para los nuevos votantes, la ausencia de claridad en cuanto a las tres fechas de votación, la reforma de la Ley del Sufragio y, finalmente, hasta los obstáculos que están poniendo algunos sectores (no todos, afortunadamente) de los docentes.

Está claro que la sociedad tiene sus sospechosos bien identificados: aquellos que cambiaron apresuradamente la Ley, los que imposibilitaron la llegada del plástico para las cédulas, los que enredaron el funcionamiento del Consejo Nacional Electoral y han sembrado la idea de que se trata de un complicado proceso que al joven votante le sería mejor evitar. Es decir, los partidos tradicionales y sus maquinarias. Nadie más.

Quedan pocos días para las inscripciones. Aquellos que no quieren cambiar la vieja manera de hacer las cosas en Venezuela ni les interesa el país, los conformes de siempre, deben estar felices con el son que toca esta orquesta, que suena lo más parecido a una trampa anticipada. Pero quienes quieran evitarla, deben exigir su cédula laminada y acudir de inmediato a actualizar sus datos en el Registro Electoral Permanente. Votar es uno de los pocos derechos que nos quedan. En la práctica, es el único que la democracia nos ha dado, hasta ahora, para participar. Tratar de impedir ahora el derecho de los jóvenes a votar es una aberración más de la vieja política.


OPINION

EDITORIAL

Huele mal

La nueva reforma de la Ley del Sufragio no es más que el producto de la necesidad planteada por Acción Democrática, Copei y el Gobierno, de crear un cuadro electoral favorable a sus intereses. Dentro de las reformas propuestas, está la que permite adelantar las elecciones regionales, lo cual abriría el cauce para su realización en noviembre próximo. A esta disposición se le ve, claramente, el interés político destinado a consolidar las posiciones de los partidos antes de sufrir el desafío de los candidatos presidenciales, la mayoría de ellos independientes, que podrían arrastrar votos y alterar el poder de las maquinarias electorales.

No parece muy ortodoxo este tipo de modificaciones a la medida, porque sencillamente siembran la sospecha. Cuando se cambian reglas de efectos generales debido a específicas conveniencias circunstanciales, se está transmitiendo la sensación de que cualquier cosa se puede, a costa de la que sea, con tal de sumar temblorosos votos indecisos para garantizar el escenario conveniente. Sin embargo, tal vez estos sean argumentos sofisticados para quienes no tienen reparos en usar su poder para tales menesteres y hasta podría afirmarse, cínicamente, que la gente está predispuesta a que estas maquinaciones ocurran. La gente común dice: así es la política, así son los políticos.

Lo que parece reventar todo cálculo es lo que intentan hacer ahora, algo que no puede sino catalogarse como maniobra desesperada, para alterar las actividades del Consejo Nacional Electoral cuya creación acaba de ser decretada, cuyas funciones han sido determinadas por los propios partidos y cuyos integrantes han sido escogidos por ellos. Lo que se procura es arrebatarle las responsabilidades que el organismo electoral tenía en su conjunto, para concentrarlas en el presidente y los dos vicepresidentes, de manera que éstos puedan decidir por mayoría absoluta. Dicho en términos claros: Se trata de construir un dispositivo en el cual sólo estas tres personas puedan decidir en un organismo de siete. ¿Por qué se hace? Porque los supuestos independientes que escogieron los partidos resultaron, en su mayoría y para sorpresa de esos mismos partidos, realmente independientes.

La situación descrita revela hasta qué punto se puede usar la ley para domesticar cualquier propósito de cambio y renovación institucional. Esta legalidad se vuelve contraria a la legitimidad porque se le dice a la sociedad que no importa cuáles sean las ofertas y compromisos, pues, al final, lo que contará será la contabilidad particular de las cúpulas que manejan a las instituciones, en este caso, el Congreso.

Esta maniobra para liquidar la independencia del Consejo Nacional Electoral recientemente nombrado, se hace, además, sin elegancia, sin modo. Si el halago no sirve, si la presión tampoco, el favor de los independientes se obtiene, entonces, anulándolos. No deja de resultar una sorpresa que esta reforma se esté haciendo en medio del silencio inaudito del presidente y los vicepresidentes del organismo, que son las personas llamadas a protestar. Son ellas las que se convertirán en el foco de todas las polémicas y debates que se susciten en el plano electoral. Tres personas asumirían la responsabilidad del proceso electoral más difícil y complejo de la vida democrática venezolana. Tres personas sin experiencia práctica, crecientemente deslegitimadas por todas las presiones partidistas que las tienen como su centro de maniobras.

Las preguntas que alarman a la sociedad son sencillas: ¿Quiénes contribuyen a derrumbar el sistema? ¿Sólo algunos nostálgicos del radicalismo de izquierda o de derecha? ¿O más bien aquellos que teniendo la suma del poder lo utilizan de manera arbitraria? La lucha por la independencia del organismo electoral ha sido constante y larga. Entre las quejas más genuinas de los últimos veinte años se encuentra la necesidad de despartidizar esta institución, pues a pesar de que algunas personalidades reconocidas han pasado por su jefatura, la realidad es que el control de los partidos ha sido total y permanente. Pero la lección no ha sido aprendida y los políticos vuelven a las andadas.

De manera que cuando se logra avanzar algo para evitar los frecuentes delitos electorales y el robo de la conciencia cívica del ciudadano, gracias a la presión sostenida de la opinión nacional, no pasan cuatro meses sin que se vea mancillado el propósito inicial. Este es el drama de la Venezuela de hoy: Emergen los que azotan al sistema político porque les dan cabida, precisamente, quienes lo derrumban desde sus entrañas.


POLITICA

"No está maduro un apoyo de Convergencia"

Salas Romer: Adelanto de elecciones abre las puertas para un fujimorazo

Maximo Peña

Cuando le dijeron que le iban a poner un primer ministro, Henrique Salas Romer advirtió que en ese caso daría un golpe de Estado. Ahora le han dicho que los comicios para elegir al Congreso de la República serán adelantados, lo que muy probablemente afecte la votación parlamentaria de los candidatos sin grandes partidos. Así que el abanderado presidencial de Proyecto Venezuela, aunque no habla expresamente de disolver el Parlamento para marcar distancia con Hugo Chávez, sigue siendo consecuente con su propuesta de "ruptura civilizada", y sostiene: El adelanto de las elecciones deja abierta la puerta para que el próximo presidente produzca un "fujimorazo".

"Si ganas la Presidencia, pero tienes un Congreso en contra, ¿harías un `fujimorazo'?", le preguntó, este miércoles en la noche, Vladimir Gessen, durante la transmisión del programa Viva la Política, producción de Radio Caracas Televisión, en la que también participó este reportero.

Salas Romer respondió: "Haré lo que haya que hacer", para luego advertir sobre el peligroso enfrentamiento que podría producirse entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, y la posibilidad de que esto sea caldo de cultivo para que se produzca un "fujimorazo".

"Yo he dicho", afirmó el ex gobernador de Carabobo, "que esta reforma plantea, al menos en el plano teórico, una confrontación gravísima entre Presidente y Congreso. Con el adelanto de las elecciones se recurrió a un artificio que todo el mundo sabe que está montado para tratar de destruir a las candidaturas que no responden directamente a los principales partidos. Lo que hubo fue una maniobra y un engaño. Si durante tres años hubo un debate en el Congreso, en el cual se planteó que se separaran las elecciones, y se negaron a hacerlo, ahora cambian las reglas del juego porque les cambiaron las circunstancias".

Sin embargo, Salas Romer prefiere no ahondar más en el escenario del "fujimorazo", porque confía en que su organización ganará las elecciones de noviembre, así como que su candidatura obtendrá 60% de los votos, al mes siguiente.

¿Y por qué tanta confianza?, se pregunta uno.

"Todos los cálculos que hicimos, al comienzo, se están dando. En dos o tres semanas estaremos en el segundo lugar. Yo tengo ya alguna experiencia de lo que son las campañas electorales, y uno siente lo que quiere el país: una ruptura civilizada, hechos y no palabras. Los venezolanos quieren a alguien que haya construido algo más allá de las promesas electorales".

Otro tema tratado en Viva la Política fue el posible respaldo que podría recibir Salas Romer de Convergencia y del MAS.

"Nunca seré candidato del Gobierno ni de la oposición. Además, aquí no hay candidato del Gobierno. AD ha sido partido de Gobierno, porque le ha dado todo el soporte parlamentario; el MAS ha ayudado a Caldera; Luis Herrera dice que esta es una administración copeyana; y Chávez está suelto porque el Presidente lo permitió. Aquí todos son del Gobierno, pero quieren hacerse pasar por oposición. De todas formas, no creo que esté maduro un apoyo de Convergencia ni del MAS. Faltan muchas conversaciones y ponerse de acuerdo sobre una agenda legislativa, porque no se trata de apoyar por apoyar".


Regresar
Home