17 de marzo

El Universal Caracas, jueves 12 de junio, 1997

El 'hit parade' de la corrupción venezolana (1980-1997)

Gustavo Coronel


Durante los últimos 18 años nuestra sociedad ha estado chapoteando en la hipercorrupción, lo cual la ha empujado hacia los peldaños más inferiores de la escala del desarrollo. Como resultado, hoy estamos a la cola de los países del planeta en materia de educación, de competitividad y de honestidad colectiva. En este artículo mencionaremos las diez instituciones que, en nuestra opinión, han contribuido más a ese colapso moral.

EL COMPLEJO RECADI. La pesadilla llamada Recadi (1984-1989) fue una confabulación de los peores venezolanos para despojar a los venezolanos decentes. Tuvo lugar, esencialmente, durante la presidencia de Jaime Lusinchi e involucró a centenares o miles de políticos, empresarios, empleados públicos y grandes y pequeños comerciantes en una verdadera orgía de la indecencia. Los apellidos más ilustres de nuestro país estuvieron envueltos, con total impunidad, en ese inmenso fraude. No hay nada que se le compare a Recadi como evidencia de la baja calidad moral de nuestras clases políticas y empresariales.

EL INSTITUTO VENEZOLANO DE LOS SEGUROS SOCIALES. Durante este lapso, el IVSS ha tenido no menos de ocho presidentes y juntas directivas. De esos presidentes y directores no menos de 16 han sido indiciados por corrupción y dos de esos presidentes están buscados (no muy activamente) por la justicia ordinaria. Este organismo ha sido, sin dudas, el representante más execrable del bipartidismo AD-Copei. Allí se han conjugado la falta de escrúpulos de los políticos, la mediocridad de los médicos y la codicia de los sindicaleros para arruinar a la institución y para defraudar a millones de venezolanos. Este crimen se ha realizado bajo la mirada complaciente o impotente de todos los gobiernos de turno.

LA PRESIDENCIA DE LA REPUBLICA. La institución presidencial ha tenido un papel fundamental en el florecimiento de la hipercorrupción venezolana. En un país exageradamente presidencialista como el nuestro, los miembros de la sociedad ven al Presidente como el modelo por excelencia a ser imitado. El ejemplo que han dado nuestros presidentes durante los últimos 20 años ha sido aterrador, porque han sido, en su mayoría, seres muy ordinarios sometidos a tentaciones extraordinarias. Parecidos a los generales mexicanos de antaño, que no aguantaban un cañonazo de 10.000 pesos.

LA CORPORACION VENEZOLANA DE GUAYANA. En esta corporación, durante la década de los ochenta, se cumplió el dicho de lord Acton: 'El poder absoluto corrompe absolutamente'. Las empresas de Guayana se convirtieron en el botín de un grupo de funcionarios codiciosos y sin escrúpulos, bajo la sombra de un zar que fue la antítesis de la buena gerencia. Más de 20.000 millones de dólares de los venezolanos se fueron a pique en ese lapso.

LA UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA. Aunque el componente cuantitativo de la corrupción en la UCV es modesto (ver Diccionario de la corrupción, tomo 3, páginas 682-690): Venta de cupos, robos de los fondos del seguro de profesores, alteración de notas, vagancia en el trabajo, encubrimiento de encapuchados y otros delincuentes, el componente cualitativo es inmenso porque estamos hablando del mayor centro de estudios superiores del país. Esta institución, que debería ser ejemplar y de total transparencia, ha resultado ser tenebrosa y de muy mediocre calidad ciudadana. Este funesto ejemplo ha contribuido a prostituir a miles de jóvenes venezolanos.

EL INSTITUTO NACIONAL DE HIPODROMOS: Esta vergüenza nacional ha resistido fácilmente los tímidos intentos oficiales de depuración. Durante la presidencia de Lusinchi se convirtió en una caja chica del entorno presidencial y del partido de gobierno. Este instituto tiene el triste récord mundial de más caballerizos por caballo (similar al de Viasa, de más pilotos por avión). Hoy continúa siendo un inmenso refugio de clientes, amigos y vagos.

EL SISTEMA JUDICIAL. Si debe existir una institución libre de toda sospecha en una sociedad civilizada, esa debería ser la Corte Suprema y todo el sistema de administración de justicia. Pero en Venezuela ha sucedido todo lo contrario. Esa institución está totalmente desacreditada y cuestionada por los venezolanos decentes. Es el principal obstáculo a las inversiones extranjeras en el país y es percibido por los venezolanos como uno de sus grandes enemigos. Lo último que leo sobre esta triste institución es que pide 20 millardos al Estado para 'limpiarse'. ¿ Y por qué no tratan de cambiar sus actitudes? Eso no cuesta nada.

LA DIEX. Si hay un antro de alimañas que simboliza nuestro deterioro como sociedad, ese es la DIEX. Desde el sucio edificio en el cual ha estado históricamente situado (tengo tiempo que no paso por allí), con sus impúdicos gestores, ofreciendo a la venta lo que el funcionario debería darnos sin costo, hasta las ventas de pasaportes, fraudes en las adquisiciones de los equipos y con el control de la administración por parte de las mafias, esta institución ilustra la incapacidad y la indiferencia del Estado venezolano ante la necesidad de prestar un servicio decente a la comunidad. Con su tráfico ilegal de chinos y de árabes, este es el organismo 'donde converge el mayor número de delitos contra la cosa pública', al decir de Ernesto Santos Maldonado.

VIASA. Treinta pilotos por cada avión, sindicatos empeñados en recibir sin dar. Años de utilización indebida en los cuales los políticos y sus amigos y amigas viajaron sin pagar. La negación de lo que debe ser una empresa operando en un entorno fuertemente competido. El fracaso era esperable. Demasiado tiempo se mantuvo esta empresa a fuerza de subsidios y cobardías.

EL INSTITUTO NACIONAL DE PUERTOS. Antro de reposeros, gestores, sindicaleros, clientes políticos y vendedores de chatarra, este es un instituto donde nadie sabe cuántos trabajadores existen, dado que la nómina ha sido entregada, históricamente, al sindicato.

¿Y dónde están las sanciones? Silenciadas por las abundantes comidas y las bebidas con las cuales las 'élites' venezolanas se sobornan mutuamente.


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