12 de abril de 2002
Otra vez las fuerzas oscurantistas de una minoría poderosa económicamente dueñas de las grandes corporaciones del país, sobre todo de la casi totalidad de los medios de comunicación (televisión, periódicos, revistas, radio, etc.) en claro contubernio con integrantes de la fuerza armada, arremeten por la fuerza, brutalmente contra un pueblo esperanzado por los ideales de un proyecto de revolución que les auguraba un mejor sistema de vida, propiciando el encontronazo final para conseguir un muerto o varios como ocurrió esta vez el pasado jueves 11 y con este infame pretexto dar el sarpazo que como estocada o puntillazo final les permitiera desalojar del poder al presidente Chávez.
Ya están contentos los poderosos de La Lagunita Country Club, los ojos azules e hijos de papá, los grandes apellidos de la rancia aristocracia, más que todo caraqueña, que se asqueaban en su orgullo de clase porque les gobernase un zambo de Sabaneta, un ordinario representante de, según su mentalidad racista y engreída, de la clase sufrida y mendigante, de la mayoría del pueblo venezolano, que ahora sufre y llora de indignación y desconsuelo pues su único representante que ha llegado a Miraflores fue depuesto, injusta y miserablemente, del poder.
Poco les importa que a través de siete elecciones limpias el pueblo, por mayoría abrumadora y democrática, haya ordenado y ratificado su decisión de obtener una nueva y ejemplar Carta Magna, una constitución de avanzada para un hermoso proyecto de nación. Esta vez, infamemente, como siempre hacen estas clases, y que sociales, ocurren a la mentira, a la calumnia vil para, a través de la casi totalidad de los medios confundir a parte del pueblo satanizando y creando odios contra el gobierno legítimamente constituido.
Los voceros de la asonada siguen incrementando el odio utilizando la mentira y los infundios más deleznables sin derecho a réplica, juzgando ya al presidente Chávez con los peores epítetos hasta llegar a llamarle asesino y otras cosas horribles que producen horror y tristeza de que existan venezolanos así, supuestamente descendientes de Bolívar y de esa casta valiente y digna de nuestros patriotas. Es imposible ocultar el llanto y la desazón en nuestros corazones. Venezuela, te han impuesto de nuevo las clases dominantes, apoyadas por parte de tus equivocados hijos del estamento militar, un presidente que con un seudo y que representante del sindicalismo rastrero fueron los causantes de la tragedia del jueves 11, pues los dirigentes de la hermosa y mayoritaria concentración le exigían al Sr. Ortega que no trajera su ejército de confundidos hacia Miraflores, hizo caso omiso pues ellos necesitaban uno o varios muertos como pretexto final para imbuir a parte de las fuerzas armadas a dar el golpe.
Lloro cuando veo que viejitas y viejitos, mujeres y niños (algunos de los Círculos Bolivarianos) andaban armados, si, armados con unos pancitos rellenos con queso y mortadela para consumir a la hora del hambre. Otras armas llevaban las amas de casa con sus niños. El tetero para los más chicos y una botellita de agua para calmar la sed, mientras esperaban la salida a la tarima de su presidente. Pues sí, esas eran las supuestas armas que llevaban Los Bolivarianos.
El Sr. Carmona y su compinche deben estar de plácemes. Los yuppy de PDVSA a seguir gozando del festín de Baltasar. PDVSA: prepárate para ser privatizada. Seguro social: negros nubarrones se ciernen sobre ti. Ahora si vas a morir, porque a la llegada del presidente Chávez ya estabas en terapia intensiva. Con tristeza por los campesinos de mi patria digo adiós a la Ley de Tierras. Adiós a la esperanza de los pescadores, al Banco de la Mujer, a los hermanos depauperados indígenas, etc.
Mas, hermanos: no desesperemos y roguemos que el todopoderoso con su justicia divina ponga todo en su lugar y le dé fuerzas a nuestro presidente Chávez para que no le decaiga el ánimo y la esperanza y para que sepa que su pueblo no lo abandonará jamás y que llegará la hora en que festejemos su llegada victoriosa al sitio a donde le elevamos todos los compatriotas.
13 de abril de 2002
Dos días de impotencia, de un pueblo herido
Por una traición...
Jesús Nazareno, nos dio una lección
Nos dio su coraje y con mucho amor
Nos puso en oración...
Un pueblo unido que jamás será vencido
Al cielo pidió fuerza y unión
Y a todos los pueblos les sirva
De lección...