
Los carmonistas festejaron mucho y se embriagaron no solo de poder sino de licor el 12 de abril. Durante varios meses habían sometido al pueblo venezolano, tanto de la oposición como al oficialista, al peor asedio mediático que pueblo alguno haya resistido. La mentira fue la reina de la fiesta. Se abusó de ella utilizando todos los recursos posibles. El asedio se hizo en dos frentes: uno para exacerbar los viejos complejos racistas y mantener el odio irracional en algunos sectores de la población. El otro para desacreditar y desmoralizar a los seguidores del presidente, intentando hacerles creer que eran una minoría derrotada. Con esta música se desarrolló la danza de los millones. Ese cochino dinero que sirvió no solo para financiar las costosas campañas, sino también para mantener bien alimentada la hueste de politólogos, opinadotes de oficio, especialistas en desastres, comentaristas desvergonzados, bufones de postín, brujos, etc., para darle colorido a la marcha de los gorilas y demás traidores de la patria. El director de orquesta estaba fuera del país.
Pero tantos millones no sirvieron para mitigar la falta de moral y de inteligencia de los carmonistas.
A la hora de usurpar el poder sobraron candidatos. Todos aquellos que el pueblo había rechazado con votos, ahora se disponían a repartirse el suculento botín. El pueblo sabía perfectamente que Carmona era el peor de todos: para los venezolanos un conspirador sin escrúpulos que llevaba ya varios meses tratando de empobrecer más a los más pobres. Para el imperio un regalado adulador. Explotador de riqueza petrolera, participante regalado de la privatización. Incondicional con los gringos, tirano con el venezolano. Sin gozar ni siquiera de la simpatía de la oposición se alzó descaradamente con un trofeo que no mereció. Y habiéndose leído muy bien el manual del golpe, quiso emular al gorila chileno, para no llegar siquiera a la categoría de mono.
Si para los bolivarianos la noche del 11 de abril fue angustiosa, para los carmonistas fue tensa. Al que espabile lo dejan sin su pedazo de torta, como le pasó a Carlos Ortega y a muchos otros. Y los que se alzaron con su premio comenzaron a soltar la lengua. La ebriedad etílica y emocional hizo su efecto y las cámaras captaban y echaban al aire. Bien temprano en aquel viernes negro algunos venezolanos tuvieron suficiente estómago para soportar al insolente que sin ningún disimulo trató de vendernos los nuevos "héroes". Y se arrebataron la palabra unos a otros para contar con descaro los detalles de la conspiración que llevaba ya muchos meses rodando.
Ese día los venezolanos recibimos bien claro el mensaje. Aquellos que no sabían de dictaduras, que habían oído hablar de ultra derecha como algo lejano, sintieron correr el hielo por su espinazo cuando los mismos canales golpistas (el otro había sido silenciado) nos mostraron en nítidas escenas lo que sería del país si no reaccionábamos rápidamente.
Los bolivarianos estamos en deuda con muchos compatriotas que simpatizaban con el carmonismo y hasta habían participado en sus actividades, sin sospechar su baja calaña, y cuando vieron la realidad, reaccionaron inteligente y valientemente apoyándonos con fuerza y valor, mostrándose capaces de dar también su vida para remediar el entuerto. Esto no hubiera sucedido si los carmonistas hubieran sido más inteligentes y hubieran disimulado un poco sus intenciones finales. No pudieron. Los embriagó el licor, los embriagó el poder, gracias a Dios.
¿Qué queda ahora del carmonismo?
Si vemos la televisión golpista, pareciera que no ha pasado nada: todavía conspiran, todavía mienten, todavía atacan la mente del venezolano. Todavía son capaces de hacer todo el daño que quieren. Promueven la fuga de divisas, la evasión de impuestos, la paralización de la economía, desinforman al público tratando de crear desabastecimiento, intentan crear pánico con noticias alarmistas y manipuladas. Defienden a capa y espada la impunidad de los golpistas... que son ellos mismos, entre otros. ¡Claro!
Tiene que ser así, porque los medios de comunicación golpistas son la cara más visible del carmonismo. Ahora bien, los bolivarianos tenemos que estar claros: se están batiendo en retirada.
Creemos que la estructura maligna del carmonismo está por derrumbarse. La lucha de ellos en este momento es una lucha de bestia herida de muerte. Cuando ellos hacen creer que están luchando por tomar el poder en realidad luchan por la impunidad (claro, no podemos descuidarnos porque si nos dejamos dar un coletazo nos dejará fuera de combate). Pero debemos estar claros que la principal angustia de los golpistas es la posibilidad de que la verdad se imponga y luego la justicia que los haga ir a parar a la cárcel.
El grave problema que tienen ahora los carmonistas es que involucraron a mucha gente para cometer un crimen. Demasiada gente. Y muchos de ellos participaron en el crimen sin saberlo; y ahora lo saben. Tratarán de acallar a muchos, como lo hicieron con los policías que suicidaron o como lo hacen ahora con el periodista bocón... pero tarde o temprano las conciencias irán aflorando y no se sorprendan si mañana aparece un arrepentido confesando su participación y dándonos más luces sobre lo sucedido. El hecho de haber cometido crímenes para tapar el crimen nos dice que pueden llegar muy lejos, por tanto no se extrañen si hay gente bajo amenaza. Los toquecitos al Tribunal Supremo de Justicia es otro indicio.
Nuestro mensaje a los bolivarianos es a que pasemos de una vez por todas a la ofensiva en la defensa de nuestra revolución, pero sobre todo, en defensa de la justicia, ejerciendo presión sobre los medios de comunicación, sobre las instituciones, en respaldo a la democracia y para crear el manto protector que necesitan aquellas personas que temen decir la verdad.
Y a los opositores les decimos: no se dejen engañar más por el carmonismo. En Venezuela surgirán nuevos líderes y tal vez el que viene sea uno de ustedes, pero para ser líderes hay que estar abiertos al diálogo, estar dispuestos a oír a los demás, a ceder y compartir, hay que ser justos y honestos, hay que querer a esta Patria Bella. En democracia eso será posible. En dictadura no.
VENEZOLANOS:
VAMOS A APOYAR EL GOLPE... EL GOLPE DE LA JUSTICIA
¡RECHAZO A LOS CARMONISTAS!
Círculo Bolivariano 17 de marzo