17 de marzo

Octubre de 2002

Las tareas de la juventud bolivariana

Eduardo Moronta
MBR-200 Aragua

A la juventud le corresponde realmente la tarea de construir la sociedad bolivariana, la que soñó Simón Bolívar, la que soñaron nuestros libertadores, ya que los adultos, que han sido educados en una sociedad basada en el capitalismo salvaje y en la cultura de la muerte les toca la responsabilidad de destruir las bases viejas de dicha sociedad. Esta destrucción llevará, inmediatamente, a la organización de un sistema social que permita al Pueblo, especialmente a la parte del pueblo más vulnerable, más oprimido y mas explotado, conservar el poder político y fortalecer las bases que servirán a la generación siguiente para trabajar en la construcción de la sociedad bolivariana, en la realización del proyecto descrito en nuestra Constitución Bolivariana.

Ahora bien, todo joven que aspire hacer realidad la sociedad bolivariana debe dedicarse a estudiar el proyecto bolivariano y las teorías relacionadas con ese fabuloso ideario. En este sentido, debemos hacer un tremendo esfuerzo por superar la separación de la teoría y la práctica, que hemos heredado de la vieja sociedad, porque el estudio del ideal bolivariano debe ir acompañado de una práctica sometida a la crítica y a la autocrítica, de tal manera que los jóvenes crezcan a la medida que avanzan los objetivos del proyecto bolivariano.

Debemos hacer un considerable esfuerzo por fortalecer una cultura bolivariana, que sea capaz de aglutinar el pensamiento de las clases populares en torno a los grandes propósitos de la sociedad que todos queremos sembrar y cosechar. Esta cultura se consolida en la práctica, pero se riega en el estudio.

El joven bolivariano no puede vanagloriarse de haber recibido algunos conocimientos si no ha sido capaz de concretar un trabajo de base. Si nos percatamos que sabemos poco, nos esforzaremos por saber más; pero si afirmamos que no tenemos la necesidad de solidificar conocimientos, de nosotros no saldrá nada que se parezca a un compatriota bolivariano.

Las tareas de la juventud bolivariana se traducen en estudiar, organizarse, unirse y luchar. La moral revolucionaria de la juventud bolivariana se relaciona directamente con estas tareas. Además, cabe recalcar, que la juventud, por su propia naturaleza, es revolucionaria y, por lo tanto, posee una moral revolucionaria que tiene que ver con el estudio, la organización, la unidad y la lucha. Ahora bien, la moral revolucionaria del bolivariano está estrechamente subordinada a los intereses del Pueblo, particularmente, los más débiles, vulnerables y oprimidos. Nuestra ética, que son las normas de conducta del revolucionario bolivariano, parte de los intereses del pueblo.

La moral de la vieja sociedad está basada en la explotación de los trabajadores por parte de los empresarios, banqueros y terratenientes, con la bendición de la jerarquía eclesiástica que se destapó durante el golpe del 11 de abril. Nuestra moral es diferente, está basada en el amor revolucionario. En definitiva, la moral del joven bolivariano tiene que ver con la solidaridad con el débil y reside en la unidad para la lucha en contra de los opresores, la oligarquía y la globalización.

Ahora bien, ¿qué significa ser bolivariano? Ser bolivariano es hacer realidad el sueño de Simón Bolívar; significa liberar a Venezuela de la opresión extranjera, representada en Estados Unidos y en la globalización como sistema histórico mundial; significa contribuir con la liberación de los países hermanos de América Latina y del resto del mundo.

La libertad soñada por Bolívar no es más que la autodeterminación del Pueblo, mediante la práctica de los principios, derechos y deberes contemplados en nuestra máxima ley: La Constitución Bolivariana de la República de Venezuela.

Entonces, las tareas de las juventudes bolivarianas son sencillas, a la vez que grandes. Los jóvenes pueden -y deben hacerlo- contribuir con el mejoramiento de la calidad de vida de su barrio, caserío, urbanización o liceo: atender a los ancianos, labores de limpieza, actividades culturales y deportivas, murales educativos, son ejemplos de tareas sencillas que redundarán en los grandes objetivos del proyecto bolivariano. Debemos partir de un principio: que el mejor trabajo es el que se hace de manera organizada, sin improvisaciones.

Debemos convencernos y convencer a los demás con la práctica, que la sociedad bolivariana es factible sin los explotadores, sin los terratenientes, sin los mentirosos de los medios de comunicación, sin los fariseos de la jerarquía eclesial.

¡A TRABAJAR JÓVENES!


Tomado de MBR-200


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