17 de marzo

30 de enero del 2003

El Dictador Venezolano sigue de pie

Padre Luis Barrios
Poetas

El pasado jueves estuve en una demostración aguantando un maldito frío y otras yerbas más para defender, validar y por supuesto darle mi bendición al compañero y hermano venezolano Presidente Hugo Chávez. Este esfuerzo democrático se hizo en colaboración con otras personas y nadie tuvo que pagarnos porque la defensa de los procesos en donde se resguardan los derechos del pueblo- muy particularmente en este momento el del pueblo venezolano- no tiene precio a menos que usted sea parte de una gusanera opositora en donde la dignidad y la integridad se menoscaba al servicio de la clase dominante.

Cuando un periodista me preguntó sobre mis razones para apoyar la revolución bolivariana mi respuesta no se hizo esperar. Le dije con mucho orgullo que estaba apoyando al único "dictador latinoamericano"- esto para tomar prestadas las palabras de la oposición que le sigue llamando a Chávez dictador- que defiende y respeta con uñas y dientes la constitución de Venezuela; al único "dictador" que fue electo democráticamente por el pueblo; al único "dictador" que ha realizado consultas al pueblo; al único "dictador" que ha llevado a cabo una revolución socio- económica y política para beneficiar a la gente marginada, oprimida y excluida por los gobiernos anteriores; al único "dictador" que le devolvió los derechos sobre el petróleo a la nación venezolana y el único "dictador latinoamericano" que el imperialismo estadounidense no lo puso y no lo quiere en el poder. Por tal razón, ojalá que Dios nos mande cien "dictadores/as" como este. Y que quede claro, hay una manera de sacar a ese "dictador" del poder: Un pueblo unido jamás será vencido. O sea, dejen que el pueblo lo saque. No es la oligarquía, ni la prensa amarillenta, ni la jerarquía de la Iglesia Católica Romana, ni mucho menos el gobierno de los Estados Unidos. Que quede claro, ese maldito periodista amarillento, ñangotado y boca abajo no publicó la entrevista. Era uno de los sabuesos de culivisión que se especializan en desinformar.

Por eso sigo pregonando a los cuatro vientos que la realidad actual de Venezuela tiene una serie de paralelos de preocupación para el gobierno estadounidense parecidos a Colombia. Esto si entendemos que los tres productores de petróleo más importantes para el gobierno de los Estados Unidos, en este hemisferio, son México, Venezuela y Colombia. Desde que Hugo Chávez tomó el poder en Venezuela, en febrero de 1999, lo primero que hizo fue reformar la política del petróleo -la cual había dominado en Venezuela desde la llamada "Apertura Petrolera". A través de esta política, Venezuela permitió que las transnacionales de petróleos pudiesen controlar los precios y producción, poniendo en tela de juicio el interés del gobierno de determinar lo que más le convenía al pueblo. Una vez Chávez toma el poder, lo primero que hace -a través de medidas nacionalistas- es recuperar el control de la producción, distribución y el precio del petróleo venezolano y revitalizar la Organización de Países Exportadores de Petróleos (OPEC). Todas estas medidas del Chavismo no fueron vistas con buenos ojos por la oligarquía venezolana y el gobierno de Washington. Por estas razones, se comenzó una campaña para desacreditar y derrocar al gobierno del Presidente Chávez. No es un secreto que el gobierno de los Estados Unidos estuvo, y continua, financiando a organizaciones venezolanas -incluyendo a sindicatos amarillos-con la intención de remover a Chávez del poder.

En ese sentido, el 11 de abril, 2002 se orquestó el fraguado golpe de estado que tanto celebró la oligarquía venezolana, el gobierno de Washington y la Iglesia Católica. Curiosamente la metodología utilizada es similar a la que la CIA utilizó en Chile para darle el golpe de estado a Salvador Allende en el 1973. Actualmente la oligarquía, la Iglesia Católica, algunos sindicatos laborales y algunos militares siguen unidos pidiéndole la renuncia al presidente Hugo Chávez. El yo saber que la clase rica de Venezuela y la jerarquía de la Iglesia Católica -dos entidades que fidedignamente han apoyado y bendecido a gobiernos corruptos y sanguinarios- estén clamando por justicia, me despierta toda sospecha. Ya se ha dicho muchas veces: "pocas cosas pasan en Venezuela que no tengan que ver directa o indirectamente con el petróleo".

De aquí el petrodólar y el fracaso del capitalismo nacional venezolano que buscaba promover la autonomía de la industria petrolera al antojo del gobierno de los Estados Unidos. Yo me pregunto, cuando la gente pobre estaba gritando en las calles, ¿cuantas veces la oligarquía y/o la Iglesia Católica le pidió la renuncia al presidente de turno Carlos Andrés Pérez? Nunca.

Yo sinceramente, no creo que el problema en Venezuela sea el presidente Hugo Chávez, ésta es otra respuesta simplista. De igual manera, tampoco creo que el Presidente Chávez tenga todas las respuestas para solucionar los problemas de Venezuela. Lo que sí yo creo, es que es una de las pocas personas que se ha atrevido a decirle al imperialismo yanqui, a la oligarquía venezolana y a la Iglesia Católica una serie de verdades que a esta gente le duele. Comenzando por reconocer que estas tres instituciones, históricamente, han demostrado su hipocresía y distanciamiento porque no les interesa para nada el bienestar del pueblo venezolano. Muy particularmente, la iglesia como institución, tanto católica como protestante, debería comenzar por devolverle al pueblo todo lo que le ha robado y practicar el Evangelio Social del hermano Jesús.

Este asunto es tan grave que a principios de noviembre del 2001, la Agencia de Seguridad Nacional, El Pentágono y el Departamento de Estado de los Estados Unidos se reunieron por dos días para tratar la política de los Estados Unidos hacia Venezuela. Y por supuesto, este tipo de reuniones no es nuevo. También se dieron en 1953, 1963 y 1973 antes de los golpes de estado en Guatemala, Brasil, República Dominicana, Chile y Argentina. Por estas razones, la constante propaganda en los medios de comunicación contra el gobierno de Chávez, desinformando sobre la verdadera realidad con el propósito de crear un malestar en el pueblo.

En la actualidad, la crisis verdaderamente alarmante en Latinoamérica es Argentina. Sin embargo, no se discute con la misma magnitud que se analiza y se ataca al gobierno de Chávez. Mientras tanto les recuerdo, todo esto es terrorismo político. Dios bendiga a Venezuela, al pueblo venezolano, la revolución bolivariana y al Presidente Hugo Chávez dentro del contexto de la paz con justicia.


Padre Luis Barrios Iglesia San Romero de Las Américas

Tomado de Rebelión


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