LLORÉ CUANDO CAYÓ LA CIUDAD DE AZÚCAR

 

 Existía una ciudad hecha de azúcar, en un plato de barro colorido, puesto en el pico más alto de la montaña más alta. En esa ciudad vivía la gente normal, gobernada por un rey sabio y poderoso, que tenía un año de edad.

 La tranquilidad de la Ciudad de Azúcar moría poco a poco, pues los gigantes de queso ya habían comenzado a escalar la montaña, y aplastaban todas las granjas y aldeas a su paso. La gente normal tenía miedo de que los gigantes llegaran al pico más alto y pidieron consejo a su rey, quien les respondió con estas palabras de gran sabiduría: "Da-da".

 Los gigantes de queso alcanzaron la Ciudad de azúcar, destruyeron sus murallas y entraron en ella sin que se les pudiera detener. Aplastaban casas y relojes, calles y pasteles, torres y papel, hasta llegar al palacio del rey.

 Ahí estaba el rey en su cuna real, dormido, soñando tranquilo. Al llegar ante él, los gigantes se postraron y lo proclamaron su señor.

 

 

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