Pureza de las aguas minerales españolas.
En las metrioterma ¡es, no solamente es menor dicha acción antimicrobiana o antiséptica, sino también es pequeña la excitación, la cual es seguida de una fase más duradera y pronunciada de sedación, que puede aprovecharse para tratar enfermos demasiado excitados.La catapausis o acción pedan*e de los componentes químicos de las aguas, es siempre un efecto secundario que se produce a consecuencia unas ver es de una reparación (analepsis), y otras de uní privación (esteresis).
Algo puede ayudarse a la reacción con las aguas termales en bebida; pero principal mente se obtienen los efectos de la temperatura con el uso externo de las aguas, y éste muchas veces se circunscribe a una región por medio de chorros o baños locales para modificar la reacción de las partes afectas, provocando fluxiones, que ayudan la resolución de procesos involutivos, como los infartos.
Las acciones metamórílcas pueden consistir: 1) en dar minerales para reparar pérdidas (analep sis), y 2) en quitar noxas para depurar nuestra economía (catarmosL>).
Por esta razón los efectos analépticos son inciertos por más que pueden ser muy eficaces, cuando nuestra economía está en aptitud para aprovecharlos.
2) Efectos de las aguas amargas o sulfatadas sódica? y sucedáneas de éstas, como las cloruro magnesianas (picro peges).
No dejan de merecer también nuestra considera ción las acciones químicas que determinan los componentes ponderables de estas aguas, por más que sean en mucho menos grado que las de las aguas icanometálicas (metalo pege^).
Es do advertir que nada tiene que ver la eficacia con la seguridad, pues un remedio puede ser de una acción insignificante, y,sinembar go, ser segura, como sucede con dicha acción antiparasitaria.
Pero acerca de este punto no hay más que ver lo dicho anteriormente de los «efectos de la temperatura» (en B) Tamb én es aquí especialmente aplicable lo expuesto al principio de esto capítulo sobre los lEfectos problemáticos» (en A.
Es do advertir que nada tiene que ver la eficacia con la seguridad, pues un remedio puede ser de una acción insignificante, y,sinembar go, ser segura, como sucede con dicha acción antiparasitaria.
En el prime ro, determinándose la excitación de la actividad vital o biosis, con el fin de aprovecharse la naturaleza de las substancias su ministradas, es tan duradera como la necesidad de repara ción, y cuando ésta se haya verificado vendrá la sedación bienhechora y la curación consiguiente del estado irritativo que ocasionaba la escasez corregida.
Para obtener las dos primeras clases de acciones, han de emplearse en gran cantidad, y para idas otras dos, al contrario, han de usarse •n pequeña cantidad.
No hay que temer que sea perjudicial el yeso en la cantidad que le contienen las acratope
gee, pues entonces sólo verifican la sedación eu un grado que sirve para coadyuvar o corregir a otros principios do ¡as aguas, sobre todo el calor.
Masen cada orden hay dos subórdenes, porque es más segura la acción directa o química, como la de neutralizar una hiperelorhi dia, que la indirecta o biósica, como la de eliminar el ácido úrico; y también es más eficaz atai ar directamente a un ger men patógeno, como dichos bacilos o mirrococos, que tener que esperar el concurso de los o ganos afectos para librarse el enfermo de las cansas morbosas como en el caso de tener que eliminar los intestinos un material indigesto.
Las acciones metamórílcas pueden consistir: 1) en dar minerales para reparar pérdidas (analep sis), y 2) en quitar noxas para depurar nuestra economía (catarmosL>).
Por esta razón los efectos analépticos son inciertos por más que pueden ser muy eficaces, cuando nuestra economía está en aptitud para aprovecharlos.
En suma: las aguas minerales ejercen las cua tro clases que hay de efectos medicinales, y son:
1. Efectos depurativos o catarmósicos.
2. Efectos reparadores o analépticos.
3. Efectos estimulantes óparoxínticos; y
Efectos sedantes o catapáusicos.
La catarmosis no es más que la limpieza o lavado de nuestra economía, librándola de todo lo que la daña, que dándola purificada; esta es la acción más grande y más satisfactoria que puede tener un remedio, puesto que responde al ideal más sublime de la terapéutica, que es combatir las causas morbosas, ya sean éstas exógenas o primitivas, ya sean autógenas o consecutivas (estas son efectos causas).
ficilísimo es graduar los efectos estimulantes (paroxinosis) por medio de acciones privativas (estéresis); pero no es tan peligroso extralimitarse en el uso de las aguas minerales como en el empleo inoportuno o desmedido de enérgicos fár macos; sin embargo, debí procederse con gran prudencia cuando por medio de acciones eliminadoras sean purgantes diuréticas o sudoríficas, se trata de ayudar la resolución de procesos subinvolutivos como loa infartos y los catarros crónicos.
Los reversivos, no dejando en pos de sí cambio alguno apreciable en la composición, no se tienen en cuenta más que por sus efectos consecutivos sobre la reacción vital, ya estimulándola, ya sedándola.
lienten artificialmente.
No tenemos que hacer aquí referencia alguna a la catapausis, por acción depurativa, porque es inherente a la misma catarmosis, puesto que ésta ha de t aer en pos de tí la desaparición de los efectos morbosos determ’nados por las causas corregidas con la acción depurativa de las aguas.
Las acratopeges no oíre.
Todos ellos se consideran como sedantes directos, esto es, obran rebajando la reacción vital (hipobiosis) y, por tanto, son nocivos.
Menos anti causales aún, son las aguas hipo termales o frías, ya sean metálicas, si bien la vulneración hipo termal provoca mayor read more reacción vital o abiosis que los baños templados y moderadamente calientes, o sean los metrio termales.
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