Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

Las refacciones que vendía mi mamá.


Mi mamá, un día se puso a vender refacciones de autos. La verdad nos sorprendió muchísimo, pues ella nunca ha vendido nada en su vida. Es más, ella era una persona que no le gusta ver a nadie. Yo creo que nadie ha querido que mi mamá estuviera de vendedora, pero esta vez, se animó. Creo que tiene mucho que ver con que haya escuchado todos los libros posibles sobre ventas. Pero comenzó a vender refacciones, esas eran refacciones peugeot. Mi papá tampoco sabía sobre esta venta de refacciones, pero no se le hizo extraño. Recuerdo que esa vez, mi padre hasta le compró algunas refacciones seat y refacciones peugeot para que pudiera seguir vendiendo.


Al parecer mi hermana y yo éramos los únicos preocupados por este comportamiento de mi mamá. Así que comenzamos a investigar sobre esta venta misteriosa de mi mamá. Creo que comenzamos bien, porque le preguntamos a un cliente, dónde había encontrado a esta vendedora. El señor que compró las refacciones dijo que el contacto había sido clandestino y que no podía decirnos quién fue su contacto. Así comenzamos con la investigación. Pasaron semanas y unos cuantos días para que por fin, pudiéramos dar con la persona que daba el contacto de mi madre. Nos dieron la dirección y fuimos hasta un barrio muy pobre y algo peligroso. Ahí fue donde encontramos a un señor muy gordo y feo, sentado en un sofá muy grande y color rojo. Nadie nos dijo que nos pasáramos. Ingresamos y después, él señor gordo nos habló. Nos preguntó el modelo y marca del auto del cual queríamos una refacción. Nosotros le dijimos que necesitábamos unas refacciones peugeot y unas refacciones seat. Que eran los autos que teníamos. Nos dio el contacto de mi madre. Le preguntamos que cómo se iniciaba en el negocio y no nos contestó. Sólo nos dijo que nos retiráramos. Al salir un hombre encapuchado nos estaba esperando. Nos siguió con la cabeza y nos hizo una seña de que nos acercáramos. Nos dio una tarjeta negra y se fue. Lo seguimos para saber por dónde se iba. Cruzando la esquina, se quitó la capucha y se subió al primer autobús que pasó. La tarjeta no tenía nada escrito. Después se nos ocurrió que era una tarjeta con un mensaje oculto. La pusimos debajo de una luz negra y ahí apareció el mensaje. Decía “McMillions Office”. Sólo eso. Rápidamente lo buscamos en internet y lo único que aparecía era una dirección. Todo era un misterio. Más cuando nos entregaron las refacciones peugeot y no las refacciones seat.