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Mi bonito blog 7235 de timing politico
Tuesday, 20 August 2019
10 cosas que aprendiste en el jardín de infancia que te ayudarán con noticias buenos aires

Fundado en mil novecientos cincuenta y cuatro por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Mundo se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la época, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos darán sitio a la rebelión de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu fundador y voluntario, Le Monde diplomatique es al unísono el diario francés más difundido en el mundo –es traducido a veinte idiomas en treinta países– y el que aseguró su presencia en Internet primeramente. De esta forma, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayoría de los casos, prosigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los riesgos del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las coaliciones militares, las utopias necesarias, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, convencido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, reportajes e investigaciones. Con una perspectiva singular y estricta de ver los acontecimientos, compartida por cien colaboradores extranjeros, Le Monde diplomatique es el periódico de referencia de todos y cada uno de los que desean comprender el mundo, mas asimismo cambiarlo.

Historia de una independencia

Natural de 1954 dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, empezó a mudar la situación.

Especialista sobre USA y gran conocedor de los países del Sur, éste amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó de manera notable. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica por medio de su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(51 por ciento ). El cuarenta y nueve por ciento sobrante está a cargo de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza cada año centenares de encuentros y debates. De esta manera, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la influencia del periódico y de sus ideas. Además, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su directivo sólo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así, son las personas del periódico las que escogen a su director, hoy día Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados así, lectores y trabajadores establecen la peculiaridad de Le Monde diplomatique, resguardando así su libertad para informar.

 

Una red nueva de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en treinta y siete ediciones internacionales: 32 impresas y 5 digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, español, esperanto, farsi, finlandés, francés, heleno, húngaro, italiano, nipón, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Mas no se imaginen, en total, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones reposan sobre la gran motivación de un conjunto pequeñísimo de personas que comparten el sueño de otro mundo.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus treinta y dos ediciones internacionales impresas excede los 2,4 millones de ejemplares. A esto hay que añadir las 5 ediciones solamente libres en la red.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones especiales con un enfoque temático específico de actualidad en cada publicación.

De este modo, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos nuevos, sobre un conflicto, un continente o una región, una cuestión económica, cultural o de sociedad, un periodo histórico, etc. Además de esto, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. Cien páginas pedagógicas y documentales que están libres en quioscos y a través de la suscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo legible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura clásica o moderna. El jornal apuesta por los autores, de manera frecuente en la vanguardia, quienes siempre y en toda circunstancia tienen miles de ideas para expresarse con respecto a los temas que nos convulsionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que proponen los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, pues, de intervenciones de naturaleza diferente pero que confluyen de forma frecuente. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el ámbito de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, junto con su trasfondo histórico y con los retos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con ocasión del cincuenta aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado extensamente a la iconografía del periódico, con, entre otros, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Si bien, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, este confiere una relevancia esencial a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, redactar lo que los mapas no pueden enseñar. En efecto, el mapa da una visión del mundo que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino la visión, https://medium.com/@delodobcgs/7-horribles-errores-que-est%C3%A1s-cometiendo-con-noticias-lanus-f7b1637e8214 la interpretación de su autor. Así pues, se trata de “mostrar”, mediante una cartografía singularmente creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde dos mil tres –e aun mucho antes que estuviese de moda–, Le Monde diplomatique también emplea sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o temáticos –como el Atlas del Medio Entorno (dos mil ocho) o bien el Atlas de Historia del siglo veinte (dos mil diez)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva colección de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y equiparada (dos mil quince) o el Atlas de Economía crítica (dos mil diecisiete)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra temporada.

En el siglo I ya existía la costumbre en la ciudad de Roma de fijar en el foro las Acta Diurna, en la que se notificaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar en breve. La primera hoja impresa se publicó en mil quinientos veintinueve en Viene para pedir a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la ciudad.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. En verdad, se conocían como "mercurios", en alusión al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en mil quinientos ochenta y ocho y el Mercurius Britannicus en mil seiscientos treinta y dos. Este último tiene el "privilegio" de haber sido el primer en sufrir la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". También fue el primero en ganar la lucha de la libertad de prensa. En mil seiscientos cuarenta y uno el juez dictó la próxima sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo género de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. Así comenzaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, joven de 25 años, mujer rica y preciosa y sobre todo paridera, que es lo que desee tener don Fernando para tener sucesión".


Posted by noticiaslongchampsvwze837 at 11:15 AM EDT
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The Ultimate Cheat Sheet on timingpolitico

Fundado en mil novecientos cincuenta y cuatro por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Planeta se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la época, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos darán sitio a la rebelión de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu creador y voluntario, Le Monde diplomatique es a la vez el jornal francés más difundido en el mundo –es traducido a veinte idiomas en una treintena de países– y el que aseguró su presencia en Internet en primer lugar. De esta https://noticiasconurbanoxnkn429.wordpress.com/2019/08/19/7-respuestas-a-las-preguntas-mas-frecuentes-sobre-noticias-avellaneda/ forma, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayoría de los casos, prosigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los peligros del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las alianzas militares, las utopías precisas, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, convencido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, documentales y también investigaciones. Con una perspectiva singular y estricta de ver los sucesos, compartida por cien cooperadores extranjeros, Le Monde diplomatique es el jornal de referencia de todos los que desean comprender el planeta, pero asimismo mudarlo.

Historia de una independencia

Natural de 1954 dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, comenzó a cambiar la situación.

Especialista sobre USA y gran conocedor de los países del Sur, éste amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó de forma notable. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica por medio de su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(51 por cien ). El 49 por ciento restante está en manos de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza de año en año centenares de encuentros y debates. De esta forma, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además de esto, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su directivo solo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así, son las personas del periódico las que eligen a su directivo, actualmente Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de esta manera, lectores y trabajadores establecen la singularidad de Le Monde diplomatique, resguardando de esta forma su libertad para informar.

Una red inédita de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en 37 ediciones internacionales: treinta y dos impresas y 5 digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, español, esperanto, farsi, finlandés, francés, heleno, húngaro, italiano, japonés, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Pero no se imaginen, en total, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones descansan sobre la gran motivación de un grupo muy pequeño de personas que comparten el sueño de otro mundo.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus 32 ediciones internacionales impresas sobrepasa los 2,4 millones de ejemplares. A esto hay que agregar las cinco ediciones únicamente libres en la red de redes.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones especiales con un enfoque temático concreto de actualidad en todos y cada publicación.

De esta manera, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos nuevos, sobre un enfrentamiento, un continente o bien una región, una cuestión económica, cultural o de sociedad, un periodo histórico, etc. Además, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. 100 páginas pedagógicas y reportajes que están disponibles en quioscos y a través de la subscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo inteligible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura tradicional o bien moderna. El diario apuesta por los creadores, con frecuencia en la vanguardia, quienes siempre tienen miles y miles de ideas para expresarse respecto a los temas que nos convulsionan (conflictos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que plantean los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, pues, de intervenciones de naturaleza distinta pero que convergen de manera frecuente. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el campo de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, así como su trasfondo histórico y con los desafíos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con ocasión del cincuenta aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado extensamente a la iconografía del periódico, con, entre otros, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Aunque, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, éste confiere una importancia fundamental a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, escribir lo que los mapas no pueden enseñar. En efecto, el mapa da una visión del mundo que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino más bien la visión, la interpretación de su autor. Así pues, se trata de “mostrar”, mediante una cartografía singularmente creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde dos mil tres –e incluso mucho antes de que estuviera de moda–, Le Monde diplomatique también emplea sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o temáticos –como el Atlas del Medio Ambiente (dos mil ocho) o el Atlas de Historia del siglo XX (2010)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva colección de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y comparada (dos mil quince) o el Atlas de Economía crítica (dos mil diecisiete)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra temporada.

 

En el siglo I ya existía la costumbre en Roma de fijar en el foro de discusión las Acta Diurna, en la que se notificaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar en breve. La primera hoja impresa se publicó en mil quinientos veintinueve en Viene para solicitar a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la ciudad.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. En verdad, se conocían como "mercurios", en referencia al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en mil quinientos ochenta y ocho y el Mercurius Britannicus en 1632. Este último tiene el "privilegio" de haber sido el primer en sufrir la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". También fue el primero en ganar la batalla de la libertad de prensa. En mil seiscientos cuarenta y uno el juez dictó la próxima sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo tipo de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. Así comenzaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, joven de veinticinco años, mujer rica y preciosa y sobre todo paridera, que es lo que quiera tener don Fernando para tener sucesión".


Posted by noticiaslongchampsvwze837 at 5:45 AM EDT
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Monday, 19 August 2019
11 maneras de renovar completamente tu noticias longchamps

Fundado en mil novecientos cincuenta y cuatro por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Mundo se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la época, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos van a dar lugar a la rebelión de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu creador y voluntario, Le Monde diplomatique es a la vez el diario francés más difundido en el planeta –es traducido a veinte idiomas en treinta países– y el que aseguró su presencia en Internet primeramente. De esta forma, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayoría de los casos, sigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los peligros del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las coaliciones militares, las utopias precisas, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, persuadido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, reportajes y también investigaciones. Con una perspectiva singular y estricta de ver los sucesos, compartida por un centenar de colaboradores extranjeros, Le Monde diplomatique es el periódico de referencia de todos los que desean comprender el mundo, pero asimismo mudarlo.

Historia de una independencia

Nacido en 1954 dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, empezó a cambiar la situación.

Especialista sobre U.S.A. y gran conocedor de los países del Sur, este amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó notablemente. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica a través de su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(cincuenta y uno por ciento ). El 49 por cien restante está a cargo de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza cada año cientos de encuentros y debates. De esta forma, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además de esto, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su directivo solo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así pues, son las personas del periódico las que eligen a su director, hoy en día Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de esta manera, lectores y trabajadores establecen la peculiaridad de Le Monde diplomatique, protegiendo de esta manera su libertad para informar.

Una red inédita de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en treinta y siete ediciones internacionales: treinta y dos impresas y 5 digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, español, esperanto, farsi, finlandés, francés, griego, húngaro, italiano, nipón, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Mas no se imaginen, en conjunto, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones reposan sobre la gran motivación de un grupo pequeñísimo de personas que comparten el sueño de otro planeta.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus 32 ediciones internacionales impresas excede los dos con cuatro millones de ejemplares. A esto hay que añadir las 5 ediciones solamente libres en internet.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones singulares con un enfoque temático específico de actualidad en cada publicación.

De esta manera, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos nuevos, sobre un enfrentamiento, un continente o bien una zona, una cuestión económica, cultural o bien de sociedad, un periodo histórico, etc. Además, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. 100 páginas pedagógicas y reportajes que están libres en quioscos y por medio de la subscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo inteligible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura tradicional o moderna. El diario apuesta por los creadores, de forma frecuente en la vanguardia, quienes siempre y en todo momento tienen miles de ideas para expresarse respecto a los temas que nos conmocionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que proponen los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, pues, de intervenciones de naturaleza diferente mas que confluyen a menudo. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el campo de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, junto con su trasfondo histórico y con los desafíos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con ocasión del cincuenta aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado ampliamente a la iconografía del periódico, con, entre otros, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain https://www.evernote.com/shard/s580/sh/712f9426-e949-4cba-800e-feef65c8ba77/c82f9ec6044a905a2aefa2028d771139 Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Si bien, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, este confiere una importancia esencial a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, escribir lo que los mapas no pueden mostrar. De hecho, el mapa da una visión del planeta que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino la visión, la interpretación de su autor. Así, se trata de “mostrar”, a través de una cartografía especialmente creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde dos mil tres –e incluso mucho antes de que estuviese de moda–, Le Monde diplomatique asimismo usa sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o temáticos –como el Atlas del Medio Entorno (dos mil ocho) o el Atlas de Historia del siglo veinte (dos mil diez)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva compilación de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y comparada (2015) o bien el Atlas de Economía crítica (2017)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra temporada.

En el siglo I ya existía la costumbre en Roma de fijar en el foro las Acta Diurna, en la que se informaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar en breve. La primera hoja impresa se publicó en 1529 en Viene para pedir a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la ciudad.

 

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. De hecho, se conocían como "mercurios", en alusión al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en mil seiscientos treinta y dos. Este último tiene el "privilegio" de ser el primer en sufrir la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". Asimismo fue el primero en ganar la lucha de la libertad de prensa. En mil seiscientos cuarenta y uno el juez dictó la siguiente sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo género de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. Así empezaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, moza de veinticinco años, mujer rica y preciosa y sobre todo paridera, que es lo que quiera tener don Fernando para tener sucesión".


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Saturday, 17 August 2019
15 estadísticas sorprendentes sobre noticias esteban echeverria

Fundado en 1954 por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Mundo se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la temporada, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos darán lugar a la sublevación de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu creador y voluntario, Le Monde diplomatique es al unísono el jornal francés más difundido en el planeta –es traducido a veinte idiomas en una treintena de países– y el que aseguró su presencia en Internet en primer lugar. De este modo, conjuga una gran apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayor parte de los casos, prosigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los riesgos del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las coaliciones militares, las utopias necesarias, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, persuadido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, reportajes e investigaciones. Con una perspectiva singular y rigurosa de ver los sucesos, compartida por un centenar de colaboradores extranjeros, Le Monde diplomatique es el periódico de referencia de todos los que desean comprender el mundo, pero también cambiarlo.

Historia de una independencia

Nacido en mil novecientos cincuenta y cuatro dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, empezó a mudar la situación.

Especialista sobre Estados Unidos https://www.minds.com/allachgsuu/blog/noticias-caba-no-es-tan-difcil-como-usted-piensa-1009145389029789696 y gran conocedor de los países del Sur, éste amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etc. La difusión aumentó notablemente. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica por medio de su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(cincuenta y uno por ciento ). El 49 por cien sobrante está en manos de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza de año en año cientos de encuentros y debates. De esta manera, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que establecen que su director sólo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así, son las personas del periódico las que escogen a su director, en nuestros días Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de este modo, lectores y trabajadores establecen la peculiaridad de Le Monde diplomatique, protegiendo de este modo su libertad para informar.

Una red nueva de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en treinta y siete ediciones internacionales: treinta y dos impresas y cinco digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, español, esperanto, farsi, finlandés, francés, heleno, húngaro, italiano, japonés, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Pero no se imaginen, en suma, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones reposan sobre la gran motivación de un conjunto muy pequeño de personas que comparten el sueño de otro mundo.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus treinta y dos ediciones internacionales impresas sobrepasa los 2,4 millones de ejemplares. A esto hay que agregar las cinco ediciones solamente disponibles en la red.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones singulares con un enfoque temático concreto de actualidad en cada publicación.

De este modo, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos nuevos, sobre un conflicto, un continente o una zona, una cuestión económica, cultural o bien de sociedad, un periodo histórico, etc. Además, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y finalmente, una ilustración original. 100 páginas pedagógicas y reportajes que están libres en quioscos y a través de la suscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo inteligible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura tradicional o contemporánea. El periódico apuesta por los creadores, con frecuencia en la vanguardia, quienes siempre y en toda circunstancia tienen miles y miles de ideas para expresarse respecto a los temas que nos convulsionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que plantean los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, pues, de intervenciones de naturaleza distinta mas que confluyen con frecuencia. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el ámbito de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, así como su trasfondo histórico y con los desafíos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con ocasión del cincuenta aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado extensamente a la iconografía del periódico, con, entre otros, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Aunque, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, este proporciona una relevancia fundamental a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, escribir lo que los mapas no pueden enseñar. En efecto, el mapa da una visión del planeta que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino más bien la visión, la interpretación de su autor. Así pues, se trata de “mostrar”, mediante una cartografía especialmente creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

 

Desde 2003 –e incluso mucho antes que estuviera de moda–, Le Monde diplomatique asimismo emplea sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o bien temáticos –como el Atlas del Medio Entorno (2008) o el Atlas de Historia del siglo veinte (dos mil diez)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva colección de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y comparada (dos mil quince) o el Atlas de Economía crítica (2017)–, genuinos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra época.

En el siglo I ya existía la costumbre en Roma de fijar en el foro las Acta Diurna, en la que se notificaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar dentro de poco. La primera hoja impresa se publicó en 1529 en Viene para pedir a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la ciudad.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. En verdad, se conocían como "mercurios", en alusión al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en mil seiscientos treinta y dos. Este último tiene el "privilegio" de haber sido el primer en padecer la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". También fue el primero en ganar la batalla de la libertad de prensa. En 1641 el juez dictó la siguiente sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo género de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. De esta manera empezaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, moza de veinticinco años, mujer rica y hermosa y sobre todo paridera, que es lo que quiera tener don Fernando para tener sucesión".


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Friday, 16 August 2019
Las cosas más innovadoras que suceden con noticias esteban echeverria

Fundado en 1954 por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Planeta se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la temporada, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos darán sitio a la sublevación de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu fundador y voluntario, Le Monde diplomatique es al unísono el jornal francés más difundido en el mundo –es traducido a veinte idiomas en una treintena de países– y el que aseguró su presencia en Internet primeramente. Así, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayor parte de los casos, prosigue siendo el ángulo muerto de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los peligros del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las alianzas militares, las utopias precisas, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

 

El equipo de este mensual, persuadido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, reportajes e investigaciones. Con una perspectiva singular y estricta de ver los acontecimientos, compartida por un centenar de cooperadores extranjeros, Le Monde diplomatique es el diario de referencia de todos y cada uno de los que desean comprender el mundo, mas asimismo cambiarlo.

Historia de una independencia

Nacido en mil novecientos cincuenta y cuatro dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, empezó a mudar la situación.

Especialista sobre USA y gran conocedor de los países del Sur, éste amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etc. La difusión aumentó de manera notable. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica por medio de su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(cincuenta y uno por ciento ). El cuarenta y nueve por ciento restante está en manos de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza de año en año centenares de encuentros y debates. De este modo, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su directivo solo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así pues, son las personas del periódico las que eligen a su directivo, hoy día Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de esta manera, lectores y trabajadores establecen la peculiaridad de Le Monde diplomatique, protegiendo de esta forma su libertad para informar.

Una red inédita de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional efectuado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en 37 ediciones internacionales: 32 impresas y 5 digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, de España, esperanto, farsi, finés, francés, griego, húngaro, italiano, nipón, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Mas no se imaginen, en conjunto, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones reposan sobre la enorme motivación de un grupo muy pequeño de personas que comparten el sueño de otro planeta.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus 32 ediciones internacionales impresas sobrepasa los dos con cuatro millones de ejemplares. A esto hay que agregar las cinco ediciones únicamente disponibles en internet.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones singulares con un enfoque temático concreto de actualidad en cada publicación.

De esta manera, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos inéditos, sobre un enfrentamiento, un continente o una región, una cuestión económica, cultural o de sociedad, un periodo histórico, etc. Además, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y finalmente, una ilustración original. Cien páginas pedagógicas y documentales que están disponibles en quioscos y a través de la subscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo inteligible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura clásica o bien contemporánea. El periódico apuesta por los creadores, con frecuencia en la vanguardia, quienes siempre tienen miles y miles de ideas para expresarse respecto a los temas que nos convulsionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que proponen los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, pues, de intervenciones de naturaleza diferente mas que convergen frecuentemente. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el campo de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, junto con su trasfondo histórico y con los desafíos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con motivo del cincuenta aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado ampliamente a la iconografía del periódico, con, entre otros muchos, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Aunque, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, éste proporciona una relevancia esencial a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, redactar lo que los mapas no pueden enseñar. De hecho, el mapa da una visión del planeta que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino más bien la visión, la interpretación de su autor. Así, se trata de “mostrar”, mediante una cartografía en especial creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde 2003 –e incluso mucho antes de que estuviera de moda–, Le Monde diplomatique asimismo emplea sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o temáticos –como el Atlas del Medio Ambiente (dos mil ocho) o bien el Atlas de Historia del siglo XX (dos mil diez)–, han conducido a https://www.timingpolitico.com.ar nuestra redacción a la realización de una nueva colección de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y comparada (2015) o bien el Atlas de Economía crítica (2017)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra temporada.

En el siglo I ya existía la costumbre en la ciudad de Roma de fijar en el foro de discusión las Acta Diurna, en la que se informaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar en breve. La primera hoja impresa se publicó en 1529 en Viene para solicitar a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la urbe.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. En verdad, se conocían como "mercurios", en alusión al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en mil seiscientos treinta y dos. Este último tiene el "privilegio" de haber sido el primer en padecer la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". Asimismo fue el primero en ganar la lucha de la libertad de prensa. En 1641 el juez dictó la siguiente sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo género de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. De esta manera comenzaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, joven de veinticinco años, mujer rica y hermosa y sobre todo paridera, que es lo que quiera tener don Fernando para tener sucesión".


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Thursday, 8 August 2019
noticias caba: No es tan difícil como usted piensa

Fundado en 1954 por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Mundo se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la temporada, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos van a dar lugar a la rebelión de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu fundador y voluntario, Le Monde diplomatique es al unísono el diario francés más difundido en el planeta –es traducido a veinte idiomas en treinta países– y el que aseguró su presencia en Internet primeramente. De este modo, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayor parte de los casos, prosigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los riesgos del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las coaliciones militares, las utopías necesarias, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, persuadido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, documentales y también investigaciones. Con una perspectiva singular y rigurosa de ver los sucesos, compartida por un centenar de cooperadores extranjeros, Le Monde diplomatique es el periódico de referencia de todos los que quieren comprender el planeta, pero asimismo mudarlo.

Historia de una independencia

 

Nacido en mil novecientos cincuenta y cuatro dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en mil novecientos setenta y tres, comenzó a mudar la situación.

Especialista sobre USA y gran conocedor de los países del Sur, éste amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó notablemente. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en 1996 su independencia editorial y económica a través de su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(cincuenta y uno por ciento ). El 49 por cien sobrante está en manos de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza de año en año cientos de encuentros y debates. De esta forma, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además de esto, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su director solo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así pues, son las personas del periódico las que eligen a su directivo, en nuestros días Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de esta forma, lectores y trabajadores establecen la peculiaridad de Le Monde diplomatique, resguardando de esta manera su libertad para informar.

Una red inédita de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en 37 ediciones internacionales: 32 impresas y 5 digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, español, esperanto, farsi, finlandés, francés, griego, húngaro, italiano, nipón, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Mas no se imaginen, en suma, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones descansan sobre la enorme motivación de un grupo pequeñísimo de personas que comparten el sueño de otro mundo.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus 32 ediciones internacionales impresas sobrepasa los dos con cuatro millones de ejemplares. A esto hay que añadir las cinco ediciones únicamente disponibles en la red de redes.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones especiales con un enfoque temático concreto de actualidad en cada publicación.

De esta forma, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos nuevos, sobre un conflicto, un continente o bien una zona, una cuestión económica, cultural o bien de sociedad, un periodo histórico, etcétera Además, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. Cien páginas pedagógicas y documentales que están disponibles en quioscos y por medio de la suscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo legible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura tradicional o moderna. El jornal apuesta por los autores, a menudo en la vanguardia, quienes siempre https://www.timingpolitico.com.ar y en toda circunstancia tienen miles de ideas para expresarse respecto a los temas que nos conmocionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que proponen los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, puesto que, de intervenciones de naturaleza distinta pero que confluyen con frecuencia. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el ámbito de la prensa escrita– agrega un aporte cultural que, así como su trasfondo histórico y con los retos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con motivo del cincuenta aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado extensamente a la iconografía del periódico, con, entre otros muchos, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Si bien, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, éste confiere una relevancia fundamental a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, redactar lo que los mapas no pueden enseñar. En efecto, el mapa da una visión del mundo que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino más bien la visión, la interpretación de su autor. Así, se trata de “mostrar”, mediante una cartografía en especial creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde dos mil tres –e aun mucho antes de que estuviese de moda–, Le Monde diplomatique asimismo utiliza sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o bien temáticos –como el Atlas del Medio Entorno (2008) o el Atlas de Historia del siglo XX (2010)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva compilación de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y equiparada (2015) o el Atlas de Economía crítica (dos mil diecisiete)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra época.

En el siglo I ya existía la costumbre en la ciudad de Roma de fijar en el foro de discusión las Acta Diurna, en la que se notificaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar dentro de poco. La primera hoja impresa se publicó en mil quinientos veintinueve en Viene para solicitar a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la ciudad.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. En verdad, se conocían como "mercurios", en referencia al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en mil seiscientos treinta y dos. Este último tiene el "privilegio" de ser el primer en padecer la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". También fue el primero en ganar la lucha de la libertad de prensa. En 1641 el juez dictó la siguiente sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo tipo de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. De esta forma empezaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, joven de 25 años, mujer rica y hermosa y sobre todo paridera, que es lo que quiera tener don Fernando para tener sucesión".


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Monday, 5 August 2019
Conoce a Steve Jobs de las noticias buenos aires Industria

Fundado en 1954 por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una temporada en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Mundo se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la época, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos darán lugar a la sublevación de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu fundador y voluntario, Le Monde diplomatique es a la vez el periódico francés más difundido en el planeta –es traducido a veinte idiomas en treinta países– y el que aseguró su presencia en Internet en primer lugar. Así, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayoría de los casos, sigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los riesgos del “choque de civilizaciones”, lo que ocultan las coaliciones militares, las utopias precisas, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, convencido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, reportajes e investigaciones. Con una perspectiva singular y estricta de ver los acontecimientos, compartida por cien cooperadores extranjeros, Le Monde diplomatique es el diario de referencia de todos y cada uno de los que desean comprender el mundo, pero también mudarlo.

Historia de una independencia

Nacido en 1954 en el seno del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, comenzó a mudar la situación.

Especialista sobre Estados Unidos y gran conocedor de los países del Sur, este amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó de manera notable. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica mediante su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(51 por cien ). El 49 por cien sobrante está a cargo de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza de año en año centenares de encuentros y debates. Así, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además de esto, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su directivo solo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así, son las personas del periódico las que escogen a su directivo, hoy en día Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de esta manera, lectores y trabajadores establecen la singularidad de Le Monde diplomatique, protegiendo de esta manera su libertad para informar.

Una red nueva de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en 37 ediciones internacionales: treinta y dos impresas y 5 digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, de España, esperanto, farsi, finlandés, francés, heleno, húngaro, italiano, nipón, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Pero no se imaginen, en total, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones descansan sobre la gran motivación de un conjunto muy pequeño de personas que comparten el sueño de otro mundo.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus treinta y dos ediciones internacionales impresas sobrepasa los 2,4 millones de ejemplares. A esto hay que añadir las cinco ediciones únicamente libres en la red.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones singulares con un enfoque temático concreto de actualidad en todos y cada publicación.

De este modo, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos inéditos, sobre un conflicto, un continente o una región, una cuestión económica, cultural o de sociedad, un periodo histórico, etcétera Además de esto, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. 100 páginas pedagógicas y documentales que están disponibles en quioscos y mediante la suscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo inteligible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura clásica o contemporánea. El jornal apuesta por los autores, con frecuencia en la vanguardia, quienes siempre y en toda circunstancia tienen miles de ideas para expresarse con respecto a los temas que nos conmocionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que proponen los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, pues, de intervenciones de naturaleza diferente pero que confluyen de manera frecuente. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el campo de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, así como su trasfondo histórico y con los desafíos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

 

Con ocasión del 50 aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado ampliamente a la iconografía del periódico, con, entre otros muchos, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Aunque, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, este proporciona una relevancia fundamental a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, redactar lo que los mapas no pueden enseñar. De hecho, el mapa da una visión del planeta que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino más bien la visión, la interpretación de su autor. Así pues, se trata de “mostrar”, mediante una cartografía singularmente creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde 2003 –e aun mucho antes de que estuviese de moda–, Le Monde diplomatique asimismo utiliza sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o bien temáticos –como el Atlas del Medio Entorno (2008) o el Atlas de Historia del siglo XX (dos mil diez)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva compilación de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y equiparada (2015) o bien el Atlas de Economía crítica (2017)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra época.

En el siglo I ya existía la costumbre en Roma de fijar en el foro de discusión las Acta Diurna, en la que se notificaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar dentro de poco. La primera hoja impresa se publicó en 1529 en Viene para pedir a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la urbe.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. De hecho, se conocían como "mercurios", en referencia al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en mil seiscientos treinta y dos. Este último tiene el "privilegio" de ser http://timingpoliticoedqz181.jigsy.com/entries/general/10-razones-convincentes-por-qu%C3%A9-necesita-noticias-burzaco---adicto-a-timingpolitico--nosotros-tambi%C3%A9n--6-razones-por-las-que-no-podemos-parar el primer en sufrir la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". También fue el primero en ganar la lucha de la libertad de prensa. En mil seiscientos cuarenta y uno el juez dictó la próxima sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo género de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. De este modo comenzaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, moza de veinticinco años, mujer rica y bella y sobre todo paridera, que es lo que desee tener don Fernando para tener sucesión".


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Sunday, 4 August 2019
noticias caba: No es tan difícil como usted piensa

Fundado en mil novecientos cincuenta y cuatro por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Mundo se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la época, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos van a dar lugar a la rebelión de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu fundador y voluntario, Le Monde diplomatique es a la vez el periódico francés más difundido en el mundo –es traducido a veinte idiomas en treinta países– y el que aseguró su presencia en Internet primeramente. De esta forma, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayor parte de los casos, sigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los riesgos del “choque de civilizaciones”, lo que ocultan las coaliciones militares, las utopias necesarias, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, convencido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, documentales e investigaciones. Con una perspectiva singular y estricta de ver los sucesos, compartida por un centenar de cooperadores extranjeros, Le Monde diplomatique es el periódico de referencia de todos los que desean comprender el mundo, mas asimismo mudarlo.

Historia de una independencia

Natural de mil novecientos cincuenta y cuatro en el seno del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y https://justpaste.it/4lfle diplomáticos” y se dirigía sobre todo al universo de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, empezó a mudar la situación.

Especialista sobre E.U. y gran conocedor de los países del Sur, este amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó de manera notable. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica mediante su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(cincuenta y uno por ciento ). El cuarenta y nueve por ciento sobrante está a cargo de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza cada año centenares de encuentros y debates. De esta manera, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además de esto, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que establecen que su directivo solo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así pues, son las personas del periódico las que escogen a su director, hoy en día Serge Halimi desde marzo de dos mil ocho. Asociados así, lectores y trabajadores establecen la peculiaridad de Le Monde diplomatique, resguardando de esta manera su libertad para informar.

Una red nueva de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en treinta y siete ediciones internacionales: 32 impresas y cinco digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, español, esperanto, farsi, finés, francés, griego, húngaro, italiano, japonés, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Pero no se imaginen, en total, un imperio de prensa mundial. La mayoría de estas ediciones descansan sobre la enorme motivación de un grupo pequeñísimo de personas que comparten el sueño de otro planeta.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus 32 ediciones internacionales impresas sobrepasa los dos con cuatro millones de ejemplares. A esto hay que añadir las cinco ediciones únicamente libres en la red.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones singulares con un enfoque temático concreto de actualidad en cada publicación.

De esta manera, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos nuevos, sobre un conflicto, un continente o bien una zona, una cuestión económica, cultural o de sociedad, un periodo histórico, etc. Además de esto, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. Cien páginas pedagógicas y reportajes que están libres en quioscos y mediante la subscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo inteligible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura clásica o bien moderna. El periódico apuesta por los creadores, a menudo en la vanguardia, quienes siempre tienen miles de ideas para expresarse con respecto a los temas que nos conmocionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que proponen los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, puesto que, de intervenciones de naturaleza diferente mas que confluyen a menudo. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el ámbito de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, junto con su trasfondo histórico y con los desafíos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

 

Con ocasión del cincuenta aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado ampliamente a la iconografía del periódico, con, entre otros muchos, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Si bien, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, este confiere una relevancia fundamental a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, escribir lo que los mapas no pueden mostrar. De hecho, el mapa da una visión del planeta que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino más bien la visión, la interpretación de su autor. Así pues, se trata de “mostrar”, a través de una cartografía especialmente creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde 2003 –e aun mucho antes que estuviera de moda–, Le Monde diplomatique asimismo usa sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o temáticos –como el Atlas del Medio Ambiente (dos mil ocho) o el Atlas de Historia del siglo veinte (2010)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva compilación de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y comparada (2015) o el Atlas de Economía crítica (2017)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra temporada.

En el siglo I ya existía la costumbre en Roma de fijar en el foro de discusión las Acta Diurna, en la que se notificaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar en breve. La primera hoja impresa se publicó en mil quinientos veintinueve en Viene para pedir a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la urbe.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. En verdad, se conocían como "mercurios", en alusión al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en 1632. Este último tiene el "privilegio" de ser el primer en padecer la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". Asimismo fue el primero en ganar la batalla de la libertad de prensa. En mil seiscientos cuarenta y uno el juez dictó la siguiente sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo género de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. Así empezaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, moza de veinticinco años, mujer rica y hermosa y sobre todo paridera, que es lo que desee tener don Fernando para tener sucesión".


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Saturday, 3 August 2019
10 cosas que aprendiste en el jardín de infancia que te ayudarán con noticias buenos aires

Fundado en 1954 por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Mundo se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la época, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos van a dar lugar a la sublevación de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu creador y voluntario, Le Monde diplomatique es al unísono el jornal francés más difundido en el mundo –es traducido a veinte idiomas en una treintena de países– y el que aseguró su presencia en Internet primeramente. De esta manera, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayor parte de los casos, sigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los peligros del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las alianzas militares, las utopias precisas, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, persuadido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, reportajes y también investigaciones. Con una perspectiva singular y rigurosa de ver los sucesos, compartida por cien colaboradores extranjeros, Le Monde diplomatique es el diario de referencia de todos y cada uno de los que desean comprender el planeta, mas también mudarlo.

Historia de una independencia

Natural de mil novecientos cincuenta y cuatro dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al cosmos de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en 1973, empezó a cambiar la situación.

Especialista sobre USA y gran conocedor de los países del Sur, este amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó de manera notable. Le Monde diplomatique, bajo la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica mediante su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(51 por ciento ). El 49 por ciento restante está a cargo de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto http://noticiascabankkt974.aircus.com/por-que-es-mas-facil-tener-exito-con-noticias-lomas-de-lo-que-podrias-pensar en Francia como en el extranjero que organiza todos los años cientos de encuentros y debates. De esta manera, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la influencia del periódico y de sus ideas. Además, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su director sólo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así pues, son las personas del periódico las que eligen a su directivo, en nuestros días Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de este modo, lectores y trabajadores establecen la singularidad de Le Monde diplomatique, protegiendo de esta manera su libertad para informar.

Una red inédita de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional realizado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en treinta y siete ediciones internacionales: treinta y dos impresas y cinco digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, español, esperanto, farsi, finlandés, francés, heleno, húngaro, italiano, japonés, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

 

Pero no se imaginen, en conjunto, un imperio de prensa mundial. La mayor parte de estas ediciones descansan sobre la gran motivación de un grupo muy pequeño de personas que comparten el sueño de otro planeta.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus 32 ediciones internacionales impresas excede los dos con cuatro millones de ejemplares. A esto hay que añadir las 5 ediciones solamente disponibles en la red.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

Se trata de publicaciones singulares con un enfoque temático específico de actualidad en cada publicación.

De esta forma, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos inéditos, sobre un conflicto, un continente o una región, una cuestión económica, cultural o bien de sociedad, un periodo histórico, etc. Además de esto, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. 100 páginas pedagógicas y reportajes que están disponibles en quioscos y a través de la subscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo legible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura clásica o moderna. El periódico apuesta por los autores, de manera frecuente en la vanguardia, quienes siempre y en toda circunstancia tienen miles y miles de ideas para expresarse con respecto a los temas que nos convulsionan (enfrentamientos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que plantean los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, puesto que, de intervenciones de naturaleza distinta mas que confluyen de manera frecuente. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el ámbito de la prensa escrita– agrega un aporte cultural que, así como su trasfondo histórico y con los retos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con motivo del 50 aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado ampliamente a la iconografía del periódico, con, entre otros muchos, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Si bien, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, éste proporciona una relevancia fundamental a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, escribir lo que los mapas no pueden mostrar. De hecho, el mapa da una visión del planeta que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino la visión, la interpretación de su autor. Así pues, se trata de “mostrar”, mediante una cartografía en especial creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde 2003 –e aun mucho antes de que estuviese de moda–, Le Monde diplomatique asimismo usa sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o temáticos –como el Atlas del Medio Ambiente (dos mil ocho) o bien el Atlas de Historia del siglo XX (2010)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva compilación de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y equiparada (dos mil quince) o el Atlas de Economía crítica (2017)–, auténticos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra temporada.

En el siglo I ya existía la costumbre en Roma de fijar en el foro las Acta Diurna, en la que se informaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar dentro de poco. La primera hoja impresa se publicó en mil quinientos veintinueve en Viene para solicitar a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la urbe.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. De hecho, se conocían como "mercurios", en alusión al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en 1632. Este último tiene el "privilegio" de haber sido el primer en padecer la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". También fue el primero en ganar la batalla de la libertad de prensa. En 1641 el juez dictó la siguiente sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo género de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. Así comenzaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, joven de 25 años, mujer rica y bella y sobre todo paridera, que es lo que desee tener don Fernando para tener sucesión".


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Tuesday, 30 July 2019
Qué NO hacer en las noticias lanus Industzria

Fundado en 1954 por Hubert Beuve-Méry, Le Monde diplomatique lleva la marca de una época en la que todo parecía posible: los imperios coloniales vacilan, el Tercer Planeta se reúne en Bandung para oponer su unidad a las grandes potencias de la temporada, los pensamientos emancipadores se desvanecen. Pronto, estos pensamientos darán lugar a la sublevación de las poblaciones, tanto en el Norte como en el Sur.

Heredero de este espíritu fundador y voluntario, Le Monde diplomatique es al unísono el jornal francés más difundido en el mundo –es traducido a veinte idiomas en una treintena de países– y el que aseguró su presencia en Internet primeramente. Así, conjuga una enorme apertura cara cuestiones internacionales con una visión crítica de lo que, en la mayor parte de los casos, prosigue siendo el ángulo fallecido de la prensa: la ideología y el funcionamiento global del capitalismo, las consecuencias ecológicas y sociales del libre comercio, los riesgos del “choque de civilizaciones”, lo que esconden las coaliciones militares, las utopías precisas, las perspectivas ante nuevas formas de democracia en la era de las grandes basculaciones geopolíticas.

El equipo de este mensual, persuadido de que los enfoques comparativos y el análisis histórico disipan las ilusiones de una actualidad agitada, se emplea en hacer que cada número combine análisis, reportajes e investigaciones. Con una perspectiva singular y rigurosa de ver los sucesos, compartida por cien cooperadores extranjeros, Le Monde diplomatique es el diario de referencia de todos los que quieren comprender el planeta, mas también mudarlo.

Historia de una independencia

Natural de mil novecientos cincuenta y cuatro dentro del diario francés Le Monde, Le Monde diplomatique tenía como subtítulo “Periódico de los círculos consulares y diplomáticos” y se dirigía sobre todo al universo de las embajadas. La nominación de Claude Julien para estar a la cabeza, en mil novecientos setenta y tres, comenzó a mudar la situación.

Especialista sobre USA y gran conocedor de los países del Sur, éste amplió los temas abordados a economía, sociedad, cultura, ideas, etcétera La difusión aumentó de manera notable. Le Monde diplomatique, bajo https://diigo.com/0f847b la dirección de Ignacio Ramonet, aseguró en mil novecientos noventa y seis su independencia editorial y económica por medio de su constitución como sociedad autónoma, filial del Monde S.A.(51 por ciento ). El cuarenta y nueve por ciento restante está a cargo de la asociación Les Amis du Monde diplomatique (Los Amigos de Le Monde diplomatique) y de la asociación Gunter Holzmann, que reúne al conjunto del personal.

L’Association des Amis es, sobre todo, una red de lectores creada por corresponsales tanto en Francia como en el extranjero que organiza cada año centenares de encuentros y debates. De esta manera, Les Amis tienen un papel estratégico al contribuir en la repercusión del periódico y de sus ideas. Además de esto, la independencia de Le Monde diplomatique está garantizada por sus estatutos, que estipulan que su directivo sólo puede ser designado a propuesta de la asociación Gunter Holzmann. Así pues, son las personas del periódico las que eligen a su directivo, hoy en día Serge Halimi desde marzo de 2008. Asociados de este modo, lectores y trabajadores establecen la singularidad de Le Monde diplomatique, resguardando de esta forma su libertad para informar.

Una red nueva de ediciones internacionales

Le Monde diplomatique es un periódico internacional efectuado desde Francia más que un periódico francés vendido en el extranjero. Se ramifica en treinta y siete ediciones internacionales: treinta y dos impresas y 5 digitales. En veinte lenguas: alemán, inglés, árabe, armenio, búlgaro, bielorruso, chino, coreano, croata, de España, esperanto, farsi, finlandés, francés, heleno, húngaro, italiano, japonés, kurdo sorani, kurdo kurmanji, noruego, polaco, portugués, ruso, serbio, eslovaco, esloveno, sueco, checo y turco.

Mas no se imaginen, en conjunto, un imperio de prensa mundial. La mayor parte de estas ediciones reposan sobre la enorme motivación de un conjunto pequeñísimo de personas que comparten el sueño de otro planeta.

La tirada de Le Monde diplomatique y de sus 32 ediciones internacionales impresas sobrepasa los dos con cuatro millones de ejemplares. A esto hay que añadir las cinco ediciones únicamente disponibles en internet.

“El Punto de Vista de Le Monde diplomatique”

 

Se trata de publicaciones especiales con un enfoque temático concreto de actualidad en todos y cada publicación.

Así, los “Punto de Vista de Le Monde diplomatique” incluyen los mejores artículos publicados por Le Monde diplomatique, completados con artículos nuevos, sobre un conflicto, un continente o bien una región, una cuestión económica, cultural o de sociedad, un periodo histórico, etc. Además de esto, todo esto se completa con indicaciones cronológicas y bibliográficas, cartografías y gráficos, y por último, una ilustración original. 100 páginas pedagógicas y reportajes que están libres en quioscos y por medio de la suscripción.

El reto iconográfico

Superando la común función ilustrativa de la imagen, Le Monde diplomatique privilegia la carga creativa de la iconografía que acompaña al relato periodístico. Buscando crear “resonancias”, “puentes de significado” entre lo inteligible y lo visual, recurre a la inmensa riqueza de la pintura tradicional o bien contemporánea. El jornal apuesta por los autores, a menudo en la vanguardia, quienes siempre tienen miles y miles de ideas para expresarse respecto a los temas que nos convulsionan (conflictos, guerras ideológicas, mutaciones sociales, desigualdades, resistencias...). La presencia de estas obras ofrece al lector una doble lectura, tan válida una como la otra: la que plantean los textos y las que, diferentes, sugieren las imágenes. Se trata, puesto que, de intervenciones de naturaleza diferente pero que convergen a menudo. Al deleite visual, esta estrategia –inédita en el ámbito de la prensa escrita– añade un aporte cultural que, así como su trasfondo histórico y con los retos estéticos, enriquecen las páginas del periódico.

Con ocasión del 50 aniversario del mensual se publicó un libro de arte, consagrado ampliamente a la iconografía del periódico, con, entre otros muchos, textos de Ignacio Ramonet, John Berger, Alain Jouffroy y Solange Brand.

El enfoque cartográfico

Si bien, por tradición, Le Monde diplomatique sea una herramienta de análisis “a través de los textos”, éste confiere una importancia esencial a la cartografía. La unión original de texto y mapa responde a un principio simple: trazar lo que el texto no puede explicar, redactar lo que los mapas no pueden mostrar. De hecho, el mapa da una visión del planeta que no es en ningún caso una transcripción neutral del terreno, sino más bien la visión, la interpretación de su autor. Así pues, se trata de “mostrar”, a través de una cartografía singularmente creada para nuestras columnas, las tendencias económicas, sociales, políticas y culturales del planeta que revelan los artículos.

Desde 2003 –e incluso mucho antes de que estuviese de moda–, Le Monde diplomatique también usa sus habilidades en la publicación regular de atlas monográficos. El éxito de estos atlas geopolíticos o bien temáticos –como el Atlas del Medio Ambiente (2008) o el Atlas de Historia del siglo XX (2010)–, han conducido a nuestra redacción a la realización de una nueva colección de atlas críticos –como el Atlas de Historia crítica y equiparada (dos mil quince) o bien el Atlas de Economía crítica (2017)–, genuinos contramanuales que pretenden ofrecer a nuestros lectores una visión diferente a la establecida por las políticas educativas de tintes neoliberales sobre las grandes cuestiones de nuestra época.

En el siglo I ya existía la costumbre en Roma de fijar en el foro las Acta Diurna, en la que se notificaba a los ciudadanos de las cosas de interés que habían sucedido y de las que iban a pasar dentro de poco. La primera hoja impresa se publicó en mil quinientos veintinueve en Viene para pedir a sus habitantes ayuda para enfrentarse a los turcos, que asediaban la urbe.

En el sentido actual del término, el primer periódico nació en Colonia de la mano de Michael van Isselt. Se llamaba Mercurius Gallo-Belgicus, tenía solo una hoja y sirvió de modelo a los diarios que nacieron después. En verdad, se conocían como "mercurios", en alusión al nombre de la cabecera en la que se inspiraban. El English Mercurie vio la luz en 1588 y el Mercurius Britannicus en mil seiscientos treinta y dos. Este último tiene el "privilegio" de ser el primer en sufrir la censura de las autoridades, que le prohibieron "dar noticias extranjeras". También fue el primero en ganar la batalla de la libertad de prensa. En 1641 el juez dictó la siguiente sentencia: "La libertad de prensa es nuestra libertad".

Las hojas volantes que eran los primeros periódicos cundieron en España a lo largo del siglo XVII. Pancracio Celdrán cita en su Historia de las cosas los Avisos de Jerónimo de Barrionuevo, que ofrecía todo tipo de informaciones, desde crónicas taurinas, pasando por la información meteorológica, hasta las noticias del corazón. Así empezaba la crónica de una boda: "Don Fernando Ruiz Contreras se casa con la condesa de Lapilla. Es navarra, joven de veinticinco años, mujer rica y hermosa y sobre todo paridera, que es lo que desee tener don Fernando para tener sucesión".


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