Argelia y la mayoría de los estados africanos se sitúan junto al Frente Polisario en su petición de la definitiva celebración del referéndum. Dinamarca no siente mucho aprecio por Rabat. Por su parte, Noruega, China, Rusia, Colombia y Méjico creen también en la necesidad de un referéndum.
Estados Unidos, Francia, Reino Unido y España respaldan la propuesta del antiguo enviado especial de la ONU a la zona, James Baker -sustituido en junio de 2004 por Álvaro de Soto-, de convertir al Sáhara en una región autónoma del reino de Marruecos ya que, según su criterio, esto mantendría la estabilidad de la zona y sería favorable para sus intereses.