Como es sabido, la gran beneficio del ciclismo es que al ser un deporte sin impacto, las lesiones son mucho menos frecuentes que en otros deportes. Si dejamos de lado las lesiones originadas por las caídas, las molestias o lesiones que se generan en el ciclismo son de las llamadas sobreuso, o sea, por la repetición de una acción que no está optimizado. Si cualquier ajuste entre el ciclista y la bici no se encuentra bien acomodado, lo lógico es que después de unos cuantos miles de pedaladas el organismo no sea apto de soportar ese pequeño estrés y por lo tanto surjan las molestias o las lesiones.
Ciertos ciclistas sencillamente asumen que sus molestias son algo habitual, que todo el mundo los poseen y que solamente se deben acondicionar. Nada más lejos de
Casi todos los problemas que surgen, se basan en que la bicicleta tiene una estructura simétrica, mientras que el ciclista casi nunca lo es. Ya sabemos que inclusive el cerebro no es simétrico, debido a que el hemisferio derecho se encarga de ciertas tareas y el izquierdo de otras. Cuando observamos un ciclista sobre la bicicleta, en un principio podría verse simétrico. Sin embargo si lo estudiamos a detalle, enseguida vemos que en la mayoría de los casos existen diferencias en un lado y otro. Por esta razón, lo más normal es que los dolores aparezcan. De esta manera, mientras más simétrico sea el ciclista menos posibilidades tendrá de sufrir algún tipo de molestia.
LA RODILLA
La mayoría de los problemas del ciclismo son justamente los dolores en la rodilla. Curiosamente, la origen de la mayor parte de los dolores de rodilla no se generan en la rodilla sino en las articulaciones adyacentes: tobillo o cadera. Se sabe que , tanto la cadera como el tobillo disponen de un rango de movimiento muy extenso. Sin embargo, el grado de movimiento de la rodilla es mucho más restringido: flexión, extensión y muy poca rotación. Por esta razón , si las articulaciones adyacentes no funcionan perfectamente suele ser la rodilla quien pague los platos rotos, porque es la que se encuentra en medio.
Hay distintos tipos de dolores en la rodilla:
Dolor por detrás de la rodilla. Lo más frecuente es que el sillín esté muy alto, demasiado retrasado o ambas cosas, o sea, la extensión de la pierna es exagerada.
Dolor en la cara externa de la rodilla. Suele producirse si el sillín está muy alto y/o atrasado.
Dolor en la cara anterior de la rodilla. Este es el dolor mucho más frecuente entre los ciclistas. Generalmente está asociado a sillines demasiado bajos y/o adelantados así como a calas demasiado adelantadas en la zapatilla.
Dolor en la cara interna de la rodilla. Suele suceder cuando el sillín está muy bajo o cuando la cala está mal posicionada y no permite al ciclista tener los pies paralelos a la biela.
LA ZONA LUMBAR
Luego de la rodilla, la zona lumbar es la segunda afección mucho más extendida entre los ciclistas. Las causas de estos dolores pueden ser de origen muy variado. No cabe duda que la postura del ciclista es la variable que más logra intervenir al momento de tener problemas en la zona baja de la espalda. Los siguientes factores suelen provocar que la musculatura de esa zona del cuerpo trabaje en exceso: sillín demasiado alto, sillín demasiado retrasado, manillar demasiado lejos del sillín, manillar muy bajo o manillar muy alto. Como se ha dicho inicialmente, todo tipo de asimetría puede originar la llegada de dolores lumbares al existir una sobrecarga sobre uno u otro lado, por lo que en estas situaciones lo adecuado es intentar resolver o compensar la asimetría existente. En muchas ocasiones, a pesar de que la postura sobre la bicicleta sea la adecuada y no existan asimetrías la causa del dolor se puede deber a una desequilibrio muscular, originado principalmente por una fragilidad de la musculatura responsable de estabilizar y mantener tanto la pelvis como la columna vertebral.
EL CUELLO, LA ZONA DORSAL Y LAS MANOS
Hay algunas situaciones que provocan dificultades en uno de estos tres sitios: las manos, el cuello o la zona dorsal. Usualmente, la origen es similar. Si la molestia es solo en un lado, normalmente es debido a una asimetría en la cadera. Sin embargo , esta situación se puede mejorar corrigiendo la posición del ciclista con el objetivo de aflojar los músculos. Cuando este tipo de molestias es semejante en ambos lados, entonces tenemos que pensar que se trata de un problema de regulación de la bici. El cuestión suele ser que la manos estén soportando más peso del debido, es decir, van tensionadas todo el tiempo.
Para solucionar este problema aveces es efectivo retrasar el sillín, ya que de esta forma, retrasamos el centro gravedad. Cuando las molestias se concentran en el cuello o los trapecios generalmente el problema es que el manillar está muy bajo o demasiado lejos del sillín. Esto crea una situación forzada para la musculatura de la zona, que después de 2 o 3 horas de “soportar” la postura se fatiga y surgen los dolores. Es necesario encontrar una posición en la que los hombros se encuentren descansados y bajos.
Los malestares así como el entumecimiento en los pies también es un problema común en muchos ciclistas. Habitualmente, es un problema provocado por un exceso de presión, o sea, la zapatilla es demasiado estrecha o muy corta para el pie del ciclista. Inclusive, en ciertas ocasiones el problema es que hay ciclistas que se aprietan en exceso las zapatillas. El exceso de presión logra afectar tanto a nivel nervioso como vascular y por lo tanto es una fuente de sufrimiento o entumecimiento. Cuando la zapatilla es la apropiada, la colocación de la cala es un elemento con una enorme influencia en la comodidad de los pies.
La solución más simple suele ser retrasar la cala para no presionar directamente esa zona. Habitualmente, la remedio es adquirir un mejor soporte del arco plantar con la idea de distribuir la presión de manera mucho más uniforme a lo largo de toda la planta del pie.
El sillín de la bici es, en muchos casos, una fuente de problemas. Lo interesante es que en muchos ocasiones la causa del problema o del malestar no es el sillín en sí, sino la postura del ciclista sobre él. El propósito principal es lograr que la mayor parte del peso que apoyamos sobre el sillín recaiga sobre los isquiones, esto es, los huesos de la pelvis. Cuando esto no sucede, la mayor parte de la presión se pasa a el área del perineo, con los inconvenientes que esto trae: malestar y/o adormecimiento. Esto puede generarse de distintas formas. Una muy frecuente es utilizar asientos demasiado estrechos o con mucha caída, o sea, demasiado curvos. En estas situaciones, los isquiones no llegan a tener mucho apoyo y sucede lo que acabamos de decir. En otros casos el problema está en la posición del manillar. Si se encuentra demasiado bajo con relación al sillín va a provocar un exceso de arqueamiento del tronco así como un aumento de la presión en el área del perineo. Los asientos denominados antiprostáticos logran aportar cierto grado de comodidad en el área del perineo, aunque tampoco se tiene que ignorar que provocan mucho más presión sobre las zonas de apoyo.