De qué forma comenzar a practicar ejercicio
Si no tenemos el hábito de efectuar ejercicio físico nos costará muchísimo arrancar, mas podemos hacer empleo de algunas buenas recomendaciones, que sumadas a un tanto de inclinación por nuestra parte, serán un acierto para conseguir nuestro objetivo.
Podríamos empezar efectuando ejercicios de corta duración e ir ampliando gradualmente la duración en 5 o 10 minutos día tras día hasta amoldarnos a un ritmo más regular. Esta alternativa es mucho mejor que la de tirarnos de cabeza a la piscina, lo que nos va a dejar fuera de combate al primer intento, provocando una desmotivación total, lo que producirá que pensemos en abandonar el ejercicio.
Estar activos es más simple de lo que podemos imaginar. Tan solo es necesario alterar pequeños diferentes deportes matices o costumbres de nuestras actividades y labores cotidianas. Por ejemplo, el simple acto de utilizar las escaleras en lugar de subir en ascensor, no usar el coche para desplazarnos al súper si lo tenemos relativamente cerca de casa, entretenernos más cuando sacamos al perro y llegar un poquito más lejos que normalmente, abandonar el uso del automóvil por la bici en la medida de lo posible, estacionar un poco más lejos de nuestro destino con el propósito de caminar algunos metros, y si no tenemos automóvil y empleamos algún servicio de transporte público, una buena opción será la de bajarnos 2 o 3 paradas anteriores a las que nos correspondería para llegar a pie a nuestro destino. Todo es cuestión de aprovechar todas las pequeñas oportunidades que tengamos cada día para efectuar alguna clase de ejercicio físico complementario.
Conforme estemos más habituados y resueltos a avanzar, podemos empezar a practicar algún deporte a diario, o bien en días discontinuos, sea acudiendo 2 o 3 jornadas al gimnasio o bien montando en bicicleta. Si nos aburre hacerlo solos, o simplemente nos motiva más realizar ejercicio en compañía, podemos crear nuestro propio grupo para realizar ejercicio o para pasear un rato al final de la jornada de trabajo.
Los fines de semana o festividades los podemos aprovechar para hacer alguna ruta caminando o en bicicleta en algún ambiente paisajístico hermoso, ya sea en la costa o en el monte. Las tareas de bricolaje o jardinería en casa, también están incluidos como práctica física. Y si nos atrevemos y estamos decididos a entregarnos al máximo, podríamos apuntarnos al siguiente evento ciclista o la siguiente carrera urbana que se organice en nuestra zona.
Si hay alguna circunstancia que nos impida ser más activos, debemos pensar en alguna alternativa para resolver el inconveniente. Ya se sabe que querer es poder, y seguro que encontramos otras opciones. Lo que verdaderamente es fundamental, es saber seleccionar adecuadamente esa actividad que vamos a practicar prácticamente a diario para gozar, que no sea el momento temido, sino más bien ese tiempo de desconexión que te permita dejar atrás las preocupaciones del día.
Si son los niños los que nos mantienen ocupados y su cuidado es el que nos deja sin tiempo libre, podemos plantearnos hacer ejercicio con ellos. Probablemente van a estar más que dispuestos. Y si les proponemos salir de camping o hacer un sendero serán los primeros en ponerse las pilas. Si somos un poco holgazanes o bien nos falta decisión, esto nos va a ayudar muchísimo.
Otro factor que también es de mucha utilidad es determinar una fecha para empezar con nuestras nuevas costumbres deportivas. Además, el comentar con nuestros familiares y amigos nuestros objetivos puede incluso incitar el interés del resto. Esto nos aportará un extra de motivación inestimable.
También es interesante recorrer las distintas infraestructuras deportivas que existen en nuestra zona, recopilar información sobre los precios, los horarios y la variedad de servicios que que ofrecen. Todo ello asimismo nos va a ayudar mucho a decidirnos, puesto que, por suerte, cada vez existen más personas de todas las edades que escogen una vida saludable. Y en cuanto comprobemos el movimiento de personas que existe dentro las instalaciones deportivas, seguramente que nos entrarán más ganas de empezar.
Cuando hayamos empezado, solo es cuestión de tiempo y perseverancia. Lo que en un primer momento nos suponía incluso dolor, se termina transformando en algo que necesitamos, que aparte de fortalecer nuestro estado de salud y prosperar nuestra calidad de vida, nos hará sentirnos más felices.