Disclaimers: Xena: Warrior Princess y todos sus personajes son propiedad de MCA/Universal Pictures y de Renaissance Pictures.
Sub: Relato en el que dos mujeres mantienen una relación amorosa mas allá que la amistad. Si eres menor de edad, o no te gustan esta clase de relación, a qué esperas? cambia de web o apaga el monitor!
Dedicatoria: Este fan-fic lo he escrito gracias a Cyane porque nunca me ha dejado, y me a apoyado en todo momente, a Carolina por motivarme a escribir estas palabras, a Pere y Crasher sin vuestro apoyo y cariño este fan-fic no hubiera sido posible, Gracias!!!


UNA ETERNIDAD SIN TI

Por Gabby

Era un apacible pero frio día de invierno, cuando Xena y Gabrielle se encontraban caminando entre la espesura de un bosque:
-¿A dónde nos dirigimos Xena?
-No lo se, ¿dónde te apetece ir?
-¿Con el frío que está haciendo?- Gabrielle se acurrucó entre sus ropas- a cualquier lugar donde podamos encender una hoguera.
-Jajajaja-Xena se rio al ver lo poco que la bardo aguantaba las bajas temperaturas.
-Tú, princesa guerrera, puede que estes acostumbrada al frío, pero como sabes lo mio es el sol y pasar el día refrescandome junto a un lago- dijo Gabrielle, algo menos molesta al imaginarse la cálida escena de ellas junto a un lago.
-¡Oh! ¡De acuerdo! Iremos a visitar a Varia, hace tiempo que no la vemos allí tendremos mas calor, además es el poblado mas cercano en estas tierras.- refirió la guerrera a regañadientes.
-Gracias Xena- añadió Gabrielle acercando su caballo a Argo, para poder tocar el hombro de la Princesa Guerrera.
Durante unos eternos 10 segundos, estuvieron trotando perdiendose la inmensidad de la mirada de la otra.
-¡Adelante!- este inesperado grito rompió tan bello sentimiento que entre ellas comenzaba a aflorar.
Un grupo de 10 guerreros salió de entre los árboles, sorprendiendo a ambas guerreras. Sin mediar palabra estos se abalanzaron sobre ellas. Xena se ocupó de cinco de ellos, dando muerte a cuatro de ellos, dejando a uno gravemente herido. Mientras tanto Gabrielle con sus afilados sais propinaba miles de golpes a los otros cinco, dejando a tres sin conciencia y acabando con los otros dos.
-¡Vaya! al parecer el precio que César puso a tu cabeza a aumentado- exclamo Gabrielle.
-Si parece que si... eh! buenos golpes- sonrió Xena golpeando a la bardo en el hombro.
-¡Ja! ¿pretendes con este golpe desafiar a la Reina de las Amazonas?- Gabrielle fue sarcástica.
-¿Y si así fuera?- Xena se colocó en posición de ataque.
Ambas comenzaron a luchar pero haciendo que los golpes no causaran daño, este era uno de sus juegos favoritos... Después de unos minutos de risas y golpes, se abrazaron en señal de tregua. Pero Gabrielle al abrazar a Xena, observó que a sus espaldas se encontraba un arquero. Este soltó la flecha de entre sus dedos.
-¡Xena!- la joven agarró a la guerrera situandola a su espalda... la flecha atravesó el cuerpo de Gabrielle.
Xena con un rápido movimiento lanzó su chakram, rebanando así el cuello del guerrero.
Gabrielle cayó entre los brazos de Xena.
-¡No! ¡Gabrielle!
-Xe... Xena, ¿Cómo estás?- susurró la bardo con dificultad.
-Bien, Gabrielle, estoy bien- sonrió a duras penas la guerrera.- ¿Por qué me apartaste? - añadio la guerrera mientras extraía la certera flecha del vientre de su amiga.
-Yo... no queria perderte... Xena... yo... te... te amo... siempre...
El corazón de Gabrielle dio el úlltimo latido por su amada Xena.
-¡No! ¡Gabrielle! ¡Vamos! mírame, abre tus ojos, ¡Por favor!- gritó Xena inundando su rostro de lágrimas. Y llevando sus labios a los de la bardo soltó un profundo- Te amo. La guerrera depositó un cálido beso que hizo que el espiritu de Gabrielle se elevara hacia el corazón de los Campos Eliseos, en ese viaje escuchó las palabras jamás escuchadas de su amada:
- No, no puedo imaginar ni por un segundo el que no pueda volver a escuchar tus risas al verme pescar, el no poder contemplar tu fragilidad cuando en el mundo de los sueños te encuentras, el no poder rozar tu piel, no poder sentir el palpitar de tu corazon noche tras noche... ¡No podré! Te necesito, sin ti mi camino no tiene sentido; las furias se apoderarán de mi mente y las parcas forzarán mi tapiz pasado para recordarte, ese tapiz que juntas tejimos, en el que tantas veces mi amor por ti afloró, y tantos mares de llanto llenamos. Si no puedo traerte de vuelta- Xena cesó en su desconsuelo un momento- ... iré a buscarte.
Y así hizo, en ese momente agarró su espada con una mano y con la otro tomó la mano de su hermosa amazona, y con fuerza su corazón con la espada atravesó.
Pronto el espiritu de Xena se alzó, pero tomó un rumbo distinto que el de la joven bardo. Este viajó hasta encontrarse frente a Ares...

Gabrielle mientras tanto, se veía envuelta en un mundo de paz y amor. Sentía alegria de encontrarse con personas amadas que habian muerto... Terreis, Pérdicas (al cual no amaba, ni amó, pero aun asi queria). Pero pronto sintió un tremendo vacio, cerro los ojos y recordó toda su vida, el sentido que esta cobró gracias a los años vividos junto a la gran guerrera, y de pronto estos encontraban su fin con al muerte de ambas.
-Xena- exclamó Gabrielle sorprendida- ¿qué has hecho?
De pronto sus pensamientos fueron rotos por la voz conocida de un niño.
-¡Gabrielle! ¡Gabrielle!
La bardo se giró y distinguio la figura de un joven de cabellos largos, y constitución delgada.
-¡Por los dioses! ¡Solan!
Pero la mirada del chico poco a poco se fue tornando hasta convertiste en preocupación y sorpresa.
-Gabrielle, ¿y mi madre? ¿qué ha pasado? Debería estar aquí.
-Solan, tu madre... al parecer... está...
-Si, Hermes nos avisó de vuestra llegada, pero de la llegada de las dos.
Ambos se dirigieron deprisa, a averiguar que había pasado con el espiritu de Xena.

Mientras tanto en el templo del dios de la guerra:
-¡Ares! ¿Qué crees que estas haciendo?
-Xena Xena... ¿de verdad creias que iba a permitir que desaparecieras por esa rubita estupida? No tú vales mas; nuestras almas estan destinadas a estar juntas.
-Ares, mi destino desde hace muchos años es Gabrielle.
-¡No!- el dios propino a la guerrera un puñetazo- ¡cállate! tu seras mía, seremos los reyes del mundo, gobernaremos el Olimpo, y te olvidarás de tantas tonterías, solo lucharas por mi.
-¿Por tí? tu que tantas vidas has arrebatado...
-Al igual que tú- interrumpió Ares- ¿o es qué tanta paz y amor, te ha hecho olvidar todo el miedo y odio que sembraste? Es más, tú y yo somos una sola alma, ¿por qué no lo puedes ver?- el dios de la guerra se fue acercando hacia la cara de Xena acariciando suavemente su piel- Te amo y lo sabes. Xena apartó la cara separandose de la mano del dios.
-¿Amor o deseo?- respondió Xena- me has ayudado varias veces, me has demostrado que quieres que sea tuya. Pero, ¿A cambio de qué? ¿Qué me ofreces? Poder, riquezas, vidas inocentes. ¿Crees que ansio eso?
-La Xena de antaño lo deseaba con gran pasión.
-Ahora no.
Ares volvió a golpear a Xena haciendo que esta cayera contra el suelo.
-¡Mírate! mira en lo que esa perra rubia te ha convertido. ¿Dónde esta esa Princesa Guerrera, fiera y poderosa?
-Esa Xena murio...
-Eres débil, vulnerable. Es mas, ¿por qué insisto? ahora eres mia, tu espíritu me pertenece. Has perdido a tu perrita, ¡vamos Xena! admítelo, he vencido. Tú decides, ¿vivir por siempre sufriendo o luchar y gobernar junto a mi?
-Si eternamente he de existir, prefiero pasar la eternidad en sufrimiento que luchar junto a ti.
Ares cogio a Xena y la trasladó a un gran salón deshabitado, pero pronto comenzó a llenarse de recuerdos de muerte y sangre, de odio y crueldad.
-No Ares, no lo conseguiras- exclamo Xena intentando hacer desaparecer todos esos recuerdos.
-Jajajaja, vamos Xena, ¿Crees que podras soportar esto eternamente?
Xena que yacia en el suelo arrodillada, con dolor y sufrimiento en su interior, respondió:
-Si esto es el precio por no empuñar mi espada en tu honor... sí, lo soportaré.
-¡Maldita zorra! pues bien sufrirás el dolor y la soledad ¡por siempre!- Ares desapareció dejando a Xena luchando contra su pasado.

Solan y Gabrielle, se encontraban frente a Eli:
-¡Eli! ¡Qué alegria verte!- le abrazo la joven.
-¡Yo tambien me alegro Gabrielle! ¿Pero dónde esta Xena?
-Eso venia a decirte...- Gabrielle le contó a Eli lo ocurrido.
Eli al oir la historia cerró los ojos, se concentró y agarró la mano de la joven amazona quien experimento un extraño impulso, de pronto vio a Xena atormentada al borde de la locura y solo gritaba una sola palabra... Garbielle.
Eli soltó su mano y ambos volvieron a observar la pura belleza de los Campos Eliseos.
-¿Qué habeis visto? ¿Y mi madre?- preguntó Solan.
-Sí- respondió Gabrielle- cayendo al suelo.
-Gabrielle, ¿Qué pasa? ¿Dónde está mi madre?
Eli al ver el shock que ha sufrido la bardo toma a Solan por el hombro.
-Solan tu madre está atrapada por Ares.
De pronto Gabrielle se incorpora y sale corriendo.
-¡Gabrielle! ¿Qué vas a hacer?
Pero la bardo hizo caso omiso a las palabras de Eli, que al ver donde se dirigía salió corriendo tras ella.
-¡No lo hagas! ¡Esa no es la forma!
La veloz amazona siguió su paso hasta llegar a un acantilado al parecer sin fin, sin detenerse Gabrielle se lanzo a él.
-G-a-b-r-i-e-lle...- el grito de Eli se fue desvaneciendo en los oidos de la bardo, a medida que iba cayendo.
Su caída tuvo un fin, Gabrielle se encontro frente a Hades...
-¡Hades! estupendo, y se donde lleva ese acantilado, estoy...
-En efecto, bienvenida al inframundo.-Señaló el dios extendiendo sus brazos.
-Bien Hades, ahora dime, ¿Cómo llego hasta Xena?
-Jajaja, no tan deprisa joven amazona, has abandonado los Campos Eliseos y ahora eres mia.
-Sí y Xena de Ares- apuntó Gabrielle.
El dios de los inframundos volvio en si.
-Cierto...
-Y Hades, ¿No te gustaria tenernos a las dos aqui sirviendote? Serías mucho mas poderoso- insinuo Gabrielle acercándose al dios.
Este tras unos segundos de espera...
-Si, puede ser- penso de nuevo- ademas Ares me debe unas cuantas cosas, es hora de cobrármelas.
Diciendo esto tomó a Garbrielle por el hombro y en un abrir y cerrar de ojos se encontraron en el templo de la divinidad de la guerra.
-¡Hades! ¿De visita por mi templo?
Tras de Hades aparecio Gabrielle, lo cual hizo exaltar al dios guerrero.
-¿Qué pasa Ares? ¿No me esperabas?- dijo la joven poetisa temando por el brazo a Hades.
-No, la verdad, no te esperaba. Ahora eres la zorra del dios del tártaro?- acentuo en tono despectivo.
-¡Cuidado Ares!- advirtio el dios de los muertos- controla tus palabras.
-Bueno y ¿qué os trae por aqui?- sonrió levemente el guerrero.
-¡Vamos Ares! dilo ¿dónde esta Xena?- exigió Gabrielle mientras caminaba hacia el trono donde estaba sentado el dios.
-¿Xena? ¡Oh! mira, la perrita busca a su ama.
Garbielle se abalanzó sobre Ares dándole un fuerte puñetazo. Antes de que este respondiera, Hades con un movimiento, atrajo a la amazona de nuevo a su lado.
-Vamos Ares, sabes que tengo mas poder que tú.
Ares apartó su fría mirada hacia una puerta.
Gabrielle corrió desesperada hacia ella, pero Ares se interpuso.
-¿Verdaderamente crees que es tan fácil?- dijo cruzandose de brazos- ¿Hades que te ha ofrecido a cambio? se que no sales del inframundo a no ser que merezca la pena.
-Poder, es decir, sus almas- respondio Hades.
En ese momento apareció un tercer dios, Afrodita.
-¡Hermanita! Se celebra una convencion en mi templo ¿y yo no me entero?- exclamó Ares.
-Afrodita no te metas!- añadió Hades.
Con una flamante sonrisa aparto a Ares de enfrente de Gabrielle y añadió:
-He de entrometerme, soy la diosa del amor y estas amantes son mis amigas, he de ayudarlas.
A la joven bardo se le iluminó la mirada y el corazón al escuchar la palabra amantes.
-¿No lo veis? Jamás os amarán, ni os pertenecerán, ni a uno, ni a otro. Tan solo se pertenecen la una a la otra- dijo Afrodita tomando a Gabrielle de la mano- lo siento mucho compañeros, otro día será.
Acabando de decir esto Afrodita desapareció junto a Gabrielle, ambos dioses corrieron hacia la sala donde antes estaba Xena. Pero esta desapareció.
-¡Hermana!... ¡Afrodita! cuando te coja sufrirás mi ira! -gritó Ares.
Hades en tono pensativo solto- amantes...
Ares se giro y le pregunto que habia dicho.
Hades repitio:
-Amantes... son amantes... ¿no lo ves Ares? jamás las tendremos, se aman... hasta después de la muerte, hasta en lo infiernos y Campos Eliseos arriesgan sus espíritus por estar juntas.
-¡No!- dijo Ares deseperado- ¡Xena es mia!
Hades desapareció dejando al dios de la guerra con su locura.

Ya en el templo de Afrodita, la diosa les dio, a los cuerpos sin alma de sus amigas, un poco de ambrosía (que guardaba para casos de emergencia) haciendo que regresaran a la vida.
-Xena, Xena despierta, mírame.
Xena volvió en si, y se encontró entre los brazos de su amada.
-Gabrielle... ¿qué?- la guerrera miró a su alrededor y vio a la diosa del amor. Estaba confusa.
-Xena- asintió Gabrielle ayudando a la guerrera a ponerse en pie.- Afordita nos a salvado.
-Sí, bueno, no lo prodigueis por ahi, no vayan a pensar que salvo espíritus amantes, sino, luego tendria mucho trabajo y eso mis uñas no lo soportarian.
Ambas amantes observaron con una dulce sonrisa a la diosa, esta al ver la situación decidió dejarlas solas.
Gabrielle tomo las manos de Xena.
-Xena yo... lo siento, solo queria protegerte- Gabrielle bajo la mirada.
La guerrera tomo a la bardo de la barbilla y acercándose a ella le dio un profundo beso, que hizo brotar lágrimas a las dos. Tras unos segundos se separaron para decir unánime un eterno y puro "Te amo".
-Gabrielle, jámas te vuelvas a marchar de mi lado.
-Nunca.
Y ambas tomadas de la mano salieron del templo de Afrodita, pero en la puerta Gabrielle se detuvo, miró hacia atrás y dijo:
-Gracias... amiga.
Las amantes montaron sus caballos y salieron al galope, para permanecer juntas en la infinita eternidad del amor.
A sus espaldas apareció Afrodita que con una orgullosa sonrisa volvió a desvanecerse...

FIN


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