Disclaimers: Los personajes de Xena Warrior Princess son de propiedad de MCA, y Universal Studios, los otros personajes y la historia son mis ocurrencias, aunque si no les gusta, por mi le pueden echar la culpa a mi primo, al fin y al cabo siempre lo hago.
Cualquier comentario, sean saludos, felicitaciones, insultos y todo lo que les salga de la cabeza envíamelos a: xe_gab17@hotmail.com
Advertencia: Esta historia habla del amor entre dos mujeres adultas, así que de una vez te aviso que yo no me hago responsable de cualquier trauma que te pueda causar, así que si eres menor de edad mejor vete a ver Barney. Ok?


EL RETO POR CONQUISTAR A XENA

Pop: JAQUELINE

Tercera parte

Xena quería a Gabrielle, pero no por eso le iba hacer las cosas fáciles, una mujer tenía que hacerse la difícil. "¿O haré una excepción? No lo creo" pensó una guerrera divertida.

"Esta bien, ¿cómo se lo preguntarás?, le dirás: Xena ¿estás realmente interesada en Damaris? O ¿de quién estás enamorada? ¿alguien te interesa? ¿te gusta alguien? ¡Hades, no sé como empezar!" Pensó Gabrielle.

Xena se adelantó hablar:

- Gabrielle, últimamente he visto como te llevas con Damaris, y eso me hace pensar que es por mí, no sé cual sea el motivo, pero quiero que seas sincera conmigo y me digas si es realmente por mí, o estoy equivocada.- dijo Xena muy seria.

- Si... es por ti...- contestó Gaby.

- Pero... ¿por qué?

- Es que...- Gabrielle no sabía si decirle la verdad, tenía dudas - es que... es que Damaris me cae mal, desde que llegamos no deja de mirarte, tocarte, he intentar robarte un beso y abrazarte, ¡ella lo único que quiere es llevarte a la cama! - dijo furiosa.

- ¿Y por qué te molesta eso? - preguntó Xena divertida.

- ¿Molestarme?, n-no me molesta, simplemente me preocupo por ti - dijo Gabrielle tratando de que se escuchara lo más honesta posible. - además sé que a ti no te gusta Damaris, ¿o si?

Xena no se lo tragó, por supuesto, pero le molestaba el hecho de que su amiga le estaba mintiendo, aún después de haberle dicho que fuera sincera con ella, pero si las cosas eran así... "¿por qué tengo que ser yo la que sea sincera con ella? Si ella miente con sus sentimientos, entonces yo también, y yo lo hago mucho mejor." Pensó por unos instantes.

- Y... ¿qué te hace pensar que a mi no me gusta Damaris?- le dijo Xena fríamente.

"¿De modo qué si te gusta? ¡por Zeus! ¡no por favor, no!" pensó Gabrielle alarmada.

- ¿T-te gusta Damaris, Xena? - preguntó con miedo en su voz.

- Mmm... te estaría engañando si te dijera que no, pero debo de decir que es atractiva, tiene lo suyo ¿sabes? - contestó Xena, y se atrevió añadir - además me coquetea, trata de seducirme, y sinceramente sus movimientos son sensuales, cada vez que lo hace, me pone nerviosa, no sé que hacer, decir o pensar en ese momento, hace que mis hormonas se alteren, claro que siempre y cuando una persona me guste - finalizó muy contenta por su ataque, en efecto, eso era lo que le pasaba con Gabrielle, y lo utilizó en contra de ella, pero por una parte era verdad, todo eso le pasaba con Damaris, a excepción de que si podía pensar, y era en Gabrielle, eso hacía que se controlara y no cediera ante nada.

Gabrielle se quedó en estado de shock, sentía que le habían sacado el corazón y lo habían aventado para que los perros se lo comieran. De pronto, todo su coraje se concentró en Damaris, esa maldita mujer que le había robado a Xena, esa arpía que en tan poco tiempo había conseguido conquistar a Xena, y que Gabrielle le ha costado años en hacer que Xena se fije en ella, ¿y qué había conseguido? ¡nada! No había logrado absolutamente nada, Xena no la amaba a ella, no la veía a ella, no suspiraba por ella, su corazón no latía por ella, no pensaba en ella, sus hormonas no se alteraban por ella, su nerviosismo no era por ella, sus acciones no eran por ella, ¡nada era de ella!, y esa mujer repugnante tenía a Xena por completo. Tenía ganas de llorar, salir corriendo, gritar a todo pulmón cuanto odiaba a esa mujer, golpear a alguien hasta matarlo, pero aún mejor, matar a Damaris, pegarle una y otra vez hasta no poder más. Se sentía mal, tenía que salir de la habitación antes de soltar en llanto, así que puso la cara más seria que puso, tratando de que no se diera cuenta de lo que sentía en esos momentos.

- ¡Oh! Bueno... en ese caso creo que me equivoqué en preocuparme por ti, perdóname, no pensé que a ti te gustara lo que Damaris hacía, debí preguntarte primero antes de hacer el ridículo por ayudar a una amiga. - en ese instante se levantó y se dirigió a la puerta - voy a salir un rato, Damaris te hará de comer, yo comeré después si no llego a tiempo.

Xena se dió cuenta de lo que pasaba, pero el dañó ya estaba hecho, su corazón se partió en pedazos, pero no hizo nada.

- ¿A dónde irás?

- Por ahí, voy a comprar cositas y distraerme un poco - finalmente Gabrielle salió del cuarto de Xena. Se dispuso a salir rápido de la taberna. Se fue corriendo, no sabía a dónde, solo corría, las lágrimas se le salían, encontró un árbol grande y lo comenzó a golpear y patear, gritaba con todas sus fuerzas, el árbol se convirtió en la imagen de Damaris burlándose de ella, la vio besar a Xena y abrazándola cariñosamente. Gabrielle se llenó más de furia y con más razón sus golpes y patadas eran más fuertes, así estuvo un buen rato, hasta que se cansó, para entonces sus manos estaban muy lastimadas y ensangrentadas, sus pies le dolían, se sentó en el suelo a los pies de aquel árbol y solo lloraba.

En cambio, Xena se quedó en la habitación, pensando una y otra vez en lo que había pasado, en lo que había dicho. No estaba contenta consigo misma. "¡eres una estúpida! ¿cómo pudiste hacerle eso a Gaby? ¿cómo pudiste decirle eso? ¿cómo te atreviste hacerla sufrir de esa manera? ¡jamás me lo perdonaré! Tengo que hacer algo" pensó tristemente, acostándose por un momento en su cama.

Como había dicho Gabrielle, Damaris estaba haciendo la comida, estaba feliz, había visto como Gabrielle salía corriendo y llorando, algo había pasado con Xena, pero eso no le importaba, estaban solas ahora, aprovecharía ésta oportunidad, no la malgastaría.

Llamó a Xena para comer, ya había preparado la mesa, había velas, vino y la comida ya esta servida.

Xene bajó, y se percató de inmediato de la situación, sabía que Damaris se había aprovechado, estaba realmente enojada con ella y consigo misma, comería en la misma mesa, pero no cedería a sus juegos de seducción. Tomó asiento y se dispuso a comer, pensaba una y otra vez en Gaby, en lo que tenía que hacer. En cambio, Damaris la miraba de arriba a bajo, no se perdía ni un solo detalle. "Definitivamente ésta va a ser la noche en que te voy a tener", pensó.

Xena terminó de comer, y diciendo 'gracias' se retiró a su cuarto. Damaris la siguió y entró junto con ella, y Xena quedó muy sorprendida de su atrevimiento, pero no dijo nada, se limitó a sentarse en la cama y hacer como que no la veía.

Damaris corrió a su lado, la agarró de los hombros y la acostó haciendo que ella misma quedara por encima de Xena. Era agradable estar así, se sentía victoriosa, le había ganado a rubia, iba a ser suyo el cuerpo de Xena.

Xena no iba a dejar que Damaris hiciera su 'santa voluntad', no iba a perder el control con ella, no le iba regalar sus besos, sus caricias, sus abrazos, nada, eso estaba claro, todo era de Gabrielle, la única persona que amaba con toda el alma.

Se dispuso a quitarse de encima a Damaris, pero esta se afirmó más a ella, Xena lo volvió a intentar, pero Damaris le intentó dar un beso, pero Xena lo rechazó volteando su cara, Damaris estaba confundida, pero no se daría por vencida.

- ¿Por qué lo haces?

- ¿El qué?

- Negarte a mi

- Es muy sencillo, no puedo creer que no lo hayas notado - contestó Xena fríamente.

Damaris se quedó pensando por unos segundos, hasta que cayó en la cuenta.

- ¿¡No me digas que estas enamorada de Gabrielle!?

- Así es, lo estoy, no podría fijarme en otra persona.

Mientras tanto, Gabrielle seguía al pie de aquel árbol, había dejado de llorar, ahora estaba pensando, sus ojos fijos en cualquier punto. "¿cómo pudo esa alimaña lograr enamorar a Xena de la noche a la mañana? No lo entiendo". Siguió pensando, hasta que..." si hago las mismas cosas que Damaris... ¿podré enamorar a Xena? ¿podrá fijarse en mí? Esta bien, basta de lloriqueos, ponte a luchar por la mujer que amas, inténtalo aunque se te vaya la vida en ello" pensó.

Se levantó y con paso firme se dispuso a volver a la Taberna, el simple hecho de tener a Xena en sus brazos la llenaba de energía. "No pienso dejar que me la arrebaten tan fácilmente." pensó una Gabrielle con muchas esperanzas.

Continuará...


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