Disclaimer: Lo de siempre, todos los personajes que aparecerán en esta historia, no son de mi propiedad, pertenecen a un señor algo desagradable, llamado Rober Tapert y todo los productores y cosas de esas.

Aviso: Si has leído Subtexto ya sabes a que has entrado.

Advertencia: Este FF no tiene nada que ver con los ff continuación de su primer capitulo ''La muerte no es el final'', no tiene nada que ver, ¿ok?, es un FF normal.

Oye!!! votarme para ser el bardo del mes, jejejeje, es broma.

Sipnosis: Trata sobre el comportamiento de Xena en el Capitulo The Furies, cuando la volvieron loca, la pobre Gabrielle estuvo a punto de morir, al igual que Cyrene la madre de la guerrera, pero todo tuvo un buen final, como debería haber tenido la serie, pero para eso se hacen los FF, para cambiar algunas cosas.

Si quieres puedes apuntarte para que tu historia pertenezca a un FF continuación, todos los que quieran serán bienvenidos. lobeznadelbosque@hotmail.com lobeznadlbosque@yahoo.es


THE FURIES II
(Las Furias: segunda parte)

Escrito por Lobezna del Bosque.


Gabrielle tuvo miedo de Cyrene, pensó, incluso llego a creer, que Xena podía matar a su madre, pero luego todo era un plan de la poca sensatez que le quedaba a la Guerrera en la locura, producida por las Furias, por el mandato de Ares, Dios de la Guerra, Xena entre locura y sensatez izo creer a las Furias que el Dios de la Guerra podría ser su verdadero padre, de ahí que el esposo de Cyrene quería matar a su hija, al conocer que él no era su verdadero padre, pero como siempre Ares se quedaba sin lo que más amaba en el mundo, sin su asesina, sin su Reina de naciones, pero ya llegaría el día que la tendría para él.

Antes de que todo se solucionara, después de la pelea entre el Dios y la mortal, supuesta hija, después de la historia de Gabrielle sobre las noches apasionadas del Dios de la Guerra con las mujeres de sus más leales seguidores y guerreros, él se transformaba en ellos, Cyrene dijo que su marido apareció una noche de repente, cuando supuestamente estaba en la guerra, paso la noche con él, El Dios de la Guerra erguido y orgulloso miro a Xena, ésta ya recuperada de su locura por obra de la Furias, cuando estas se marcharon, Ares la dijo con seriedad.

--¿Crees que soy tu padre?.
--¡No!, pero las Furias si lo creen y con eso me conformo.
--Si fuera tu padre estaría orgulloso de ti, ¡Pero!, no se que ves en ella.--dijo con desagrado mirando a la rubia.

Desde entonces Gabrielle no dejaba de pensar en cosas, palabras, gestos, caricias, cuando Xena estaba loca, no dejaba de comportarse de forma rara con ella, se le acercaba más de la cuenta, le guiñaba los ojos muy seductivamente, incluso le tocaba el culo en ocasiones, todo lo asimilo a la locura de su amiga, pero desde ése día Xena prácticamente no la miraba a los ojos como antes, la esquivaba como si fuera una flecha envenenada, incluso no dormían juntas como antes, algo avía cambiado en su amiga y tenia que averiguarlo.

Gabrielle recordaba que antes de que Xena fuera a por su madre Cyrene, estaba muy cariñosa en el templo de las Furias, le acariciaba en pelo y con su nariz le acariciaba sus mejillas, incluso tenia su brazo rodeándola la cintura, atrayéndola más a ella, luego cuando recogió a Xena desnuda en la villa, como era de noche no encontraron la ropa de la Guerrera por ninguna parte y tuvieron que pasar la noche juntas, pero Xena se movía mucho de bajo de la manta, sus manos recorrían todo el cuerpo d la Bardo, sin parar, ésta se hacia la dormida, paso la noche en vela, Xena rozaba su nariz por su cuello y espalda, escuchaba de los labios de la Guerrera lo deliciosa que olía y lo que le apetecía comérsela entera, Gabrielle tenia miedo, por que en el estado de Xena, ¿comérsela era de la forma de hablar o comérsela de verdad?, así que cuando despertó por la mañana, las pocas horas que pudo dormir, Xena ya no estaba junto a ella y fue a buscarla.

Tanto pensar era igual, Xena no la quería ver, la esquivaba, así que Gabrielle decidió un plan, ella amaba a Xena y no como a su amiga o como una hermana, sino como era, por ser ella, por ser mujer, pensaba que quizás cuando estaba loca esas insinuaciones eran alucinaciones de su amor loco, ¿o no?, es cierto que dicen que cuando estas loco tú inconscientemente haces cosas que reprimes en la razón, pero y si Xena la evitaba por esa razón, quizás se acordaba de lo que izo y se sentía avergonzada, o tal vez no era más que la imaginación de la Bardo, lo que estaba claro era que Xena no le apetecía viajar, llevaban ya 3 días en la taberna de Cyrene, la Guerrera se guardaba en su habitación, o se iba a pescar temprano, Gabrielle harta de dudar, busco en la bodega de la taberna algo fuerte, bien sabia que algunas veces Xena bebía y que solía perder la lengua en algunas ocasiones, diciendo unas cosas que no tenían sentido.

Le advirtió a Cyrene que cogía unas botellas para celebrar la derrota de Ares, la madre de la Guerrera no le dijo no, incluso le preparo una mesa cerca de la chimenea, le coloco unos vasos y se marcho a hacer unas cosas en la cocina, ya se hacia tarde, como era normal Xena estaría esperando a que todos estuvieran dormidos para entrar, Gabrielle lo tenia todo ideado, si esa noche Xena lo le decía la verdad, tal vez decidiría irse de su lado, porque ya no podía aguantar esconderle más lo que sentía por ella, tenia miedo así que se había bebido unos tragos de las botellas que tenia, Xena entro toda decidida hacia su habitación, dando zancadas grandes, pero una luz de vela y la chimenea le llamo la atención, vio a Gabrielle en la mesa justo enfrente de la chimenea y con dos botellas, Xena acerco extrañada, miraba para todos los lados tratando de disimular su extrañeza de ver a Gabrielle a esas horas despierta.

--¿Donde esta mi madre?.
--Se fue a dormir ya, estoy sola desde 4 marcas de vela.
--¿No deberías irte a dormir tu también?.--pregunto sin interés y sin mirarla.
--No me apetece, estoy aquí muy bien y como parece que no nos vamos a ir de aquí durante mucho tiempo, pues eso...--bebió otro trago de su vaso, su garganta estaba reseca.
--¿¿¿Qué bebes???.--pregunto algo curiosa, ya que ver a Gabrielle beber era algo inusual.
--Algo que esta muy rico, tu madre me lo recomendo.--le servio un vaso.--¿Quieres?.
Xena levanto una ceja sospechosa, cogió el vaso y dio un trago, se quedo perpleja al saber que tenia el vaso.
--¡¡¡Esto es ron de miel!!!.
--¡Si!, y esta muy rico.--decía alegre.
--Tu no bebes.--Xena retiro el vaso a Gabby.
--¡¡¡He!!!, este es mío, tu tienes ese, ¿porque no me dejas?, o siéntate a beber conmigo y así me vijilas.
--Deja de beber, ¿por qué lo haces?.--se estaba preocupando más, al final se sentó enfrenté de la Bardo, pero sus manos sobre las de Gabby.
--Para celebrar la derrota de Ares.--parecía que el ron ya hacia efecto en ella.
--¡Bien!, no te voy a dejar sola bebiendo.--Xena cogió la botella y se lleno su vaso asta arriba.--¿Bueno, porqué brindamos?.
--¿Qué te parece, si brindamos por fastidiar a Ares otra vez?.
--Vale, ¡¡¡Por fastidiar los planes de Ares!!!.

Dijo animada Xena, las dos amigas bebieron, recordando toda la noche las caras de Ares cada vez que intentaba tener a Xena de vuelta con él, ninguna sacaba su ultima aventura contra Ares y las Furias, alguien las observaba desde lejos, era Cyrene, que no podía dejar de reír al ver la situación, pero si ambas no se decían lo que sentía tendría que intervenir ella, decidió irse a la cama a dormir y si mañana no estaba todo claro, ella misma lo aclararía.

--¿Sabes?, tienes razón esta muy bueno.--dijo una Guerrera a duras penas, ya que sus afectos ya tomaban forma.
--¡Ya te lo dije!, ¿este, Xena porqué me estas esquivando todo este tiempo?.--dijo rápidamente e inocentemente Gabrielle.
--No se a que te refieres.--esquivaba la pregunta, parecía que el efecto de la borrachera se les estaban pasando de repente a las dos.
--Pues, veras, te vas a pescar por la mañana, luego miras a Argos, más tarde te vas a practicar con la espada o con el chakram, después vas a ejercitar a Argos, para más tardes llegar a casa después de tu ya matutino paseo por las noches y esperas desde lejos a que tenga la luz apagada d mi habitación, por que sino no entras.
--Pues si estoy ocupada.--dijo sin más, después de un buen rato las dos sin hablar y sin mirarse, Xena acerco su vaso a los labios y dijo seria, y sin síntomas de embriaguez.--¿Como sabes que espero a que tu habitación no tenga luz para entrar?.--bebió de un trago su vaso y se lo lleno otra vez, mirando a Gabrielle muy intrigada.
--Porque te veo por la ventana escondida en las cortinas.--dijo ésta fijamente mirando a la chimenea.
--¡Bueno creo que mejor nos vemos a la cama!.--dijo Xena al ver como Gabrielle parecía molesta.
--¿Porqué entras cuando tengo la luz apagada?.--encaro a Xena muy interesada.
--¿¿¿Qué???.--Xena se levanto de la silla, algo asustada, por el repentino cambio de su amiga y por que la miraba de una forma muy extraña.
--¿Qué porque lo haces?.
--Para no despertarte.
--¡Para no despertarme!, ¿no seria mejor que entraras antes de que apagara la luz?, además ahora dormimos en habitaciones separadas, así que no me molestaría que entraras antes.--decía una Gabrielle ausente.
--¡Veras Gabrielle!, yo lo ago por qué...---se quedo callada, su boca se seco.
--¿Si?.--la miraba al fin a los ojos tratando de buscar una respuesta a sus dudas.
--¿Mañana vale?, es hora de dormir.

Gabrielle suspiro frustrada por que su plan había fracasado, vio como Xena se marchaba a su habitación sin muestra de debilidad y ella otra vez tenia que dormir sola en su habitación, con esa cama fría y solitaria, recogió las botellas y los vasos, antes de entrar por su puerta miro hacia el pasillo, unos cuantos pasos más y ahí estaba la habitación de Xena, todo seria fácil, solo tenia que dar unos pasos y llamar a la puerta, confesarle lo que sentía a la Guerrera, pero claro quizás la perdería, tenia que estar segura de los sentimientos de Xena, bien sabia la Bardo que apenas mostraba interés por nadie, apenas por Hércules y menos aun por Ares, pero también era cierto que tampoco mostraba interés por ninguna mujer, estuvieron días en tribu de Ephiny y nada, aunque Xena quería quedarse más tiempo con ellas, no sabia bien el por qué, si por que la pedían consejo como buena guerrera, o por que era una vida de guerrera muy tranquila, ejercitando, cultivando, relajándose con baños termales, y diversas cosas.

La mente de Gabrielle fue perturbada por un ruido, como era de esperar en la "nueva Guerrera" estaría haciendo sus ya clásicas flexiones, luego unos ejercicios en el aire, de combinación entre patadas y puñetazos, sin destrozar nada, más tarde se quitaría la ropa, dejando su vestido blanco de nahilón, se lavaría un poco la cara y a la cama, Gabby suspiro y se metió en su habitación, se quito toda, se metió en su cama completamente desnuda, su ropa la dejo en una silla al lado de la puerta.

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Xena estaba como pensó Gabby, haciendo sus flexiones, para tener su mente ocupada, aunque tenia en su cuerpo media botella de Ron de Miel, parecía que las preguntas de la Bardo le había quitado todo efecto negativo que pudiera ocasionarle, luego ejercito sus puños y patadas, tanto ejercicio le izo sudar, así que lleno un recipiente con agua, se mojo la cara, pero a una sí, no podía quitarse de encima un gran calor, el recuerdo de Gabrielle mirándola con interés, con sus preguntas incomodas, la habían subido de tono y su cuerpo cansado no la ayudaba, miro a su puerta, dios dos pasos, estaba algo decidida a abrir la puerta ir directamente a la habitación de Gabrielle y decirle la verdad, pero miro a la jarra de agua, bajo la mirada, la cogió y se echo encima toda la jarra de agua, luego se quito la ropa, y la dejo secar en una silla junto a la puerta, también desnuda como Gabby, se metió en la cama.

Bajo las mantas se estremecía, su mente voló libre, le hacia recordar lo que había pensado hacer, pensaba en lo que había ocurrido hacia unos días, sus roces sin querer a su amiga, luego las palabras del Dios de la Guerra Ares, le dolieron más que cualquier golpe, sabia bien lo que había pasado, cuando estaba loca se había propasado con Gabrielle, quizás la había echo daño, aunque después de esa noche no habían tenido palabras juntas, Xena tenia vagamente algunos recuerdos de aquella aventura contra Ares y las Furias, quizás eran ilusiones de la Guerrera, pero cuando estaba loca, hacia cosas de pocas amigas, más de amantes que de cualquier cosa y Gabrielle no se quejaba, también es que la joven la tenia miedo, por eso no la detuvo cada vez que la tocaba o acariciaba seductivamente.

Ya estaba cansada, tenia que decidir que hacer, si seguir con Gabrielle callando lo que sentía por ella, o decirle la verdad y perderla para siempre, tenia que decirla que lo que sentía por ella no era nada parecido a la amistad, pues bien sabia la Guerrera que para ella Gabrielle era su luz, Ares la había demostrado muchas veces que podía volver al lado maligno, pero era cierto que siempre que estuviera Gabrielle con ella no pasaría nada, no se convertiría en asesina, era bien cierto que Hércules le dio un consejo y ella lo intento llevar a delante, pero cuando vio a la rubia en peligro con el Teniente de Draco no pudo evitarlo y cogió sus armas para defenderla, pudo no hacer nada, pero gracias a eso Gabrielle estuvo con ella desde entonces, por ella estaba luchando por un mundo mejor, solo por su angelical Bardo.

Bien dicho esta que del roce se va al cariño, y que del cariño al amor, pero Gabrielle era algo más, más que amor, era su luz, su vida, su alma gemela, dentro de ella lo creía así, su alma y su corazón lo creían ciegamente, porqué por ella y gracias a ella, recuperaba un pedazo de su vida perdida, pruebas había, recupero a su madre, a su hermanos mayor Torias, que de vez en cuando visitaba a su madre, la Guerrera estaba más unida que nunca de su hijo Solan, conseguía lo que nunca llego a pensar, la paz en las noches tranquilas, Gabrielle era una princesa amazona y Xena solo quería un sueño, ser su campeona.

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Ya por la mañana Gabrielle se despertó con el canto del gallo, escucho un gran portazo en la habitación de Xena, ésta gritaba a vozarrones el nombre de su madre, parecía muy enfadada, la Bardo se rió al pensar que quizás la Guerrera le echaría la bronca a su madre por dale las botellas de Ron, a lo mejor se había levantado con resaca, aunque era extraño que gritara, si le doliera la cabeza por la resaca no gritaría tanto, pero de Xena que se esperaba ha veces se enfadaba por cualquier cosa, cuando los gritos de Xena ya estaban lejos, Gabrielle se levanto decidida a vestirse, miro a la silla donde había dejado su ropa y no había nada, solo sus botas, cogió una sabana y se la envolvió, fue a la habitación de Cyrene para preguntarle si había cogido su ropa.

--Si Gabrielle cogí tu ropa, la tenias muy sucia y le e dejado secando en el cuarto que tengo para dejar secar la ropa y luego planchar.
--¿¿¿Donde esta eso???.
--Al lado de la lacena, no tiene perdida.
--Gracias.

Gabrielle fue con cuidado de que nadie la viera y menos aun la Guerrera, solo de pensar en la situación se sonrojaron sus mejillas, por fin llego, escucho el viento soplar por toda la posada, vio que la chimenea estaba encendida, que Cyrene tenia todo preparado por si acaso le entrarían clientela, vio junto a la lacena una puerta con un dibujo de una camiseta y una plancha, abrió con cuidado la puerta para que no se le cayera la sabana que llevaba, nada más abrir la puerta y pasar medio cuerpo vio una vela, cuando todo su cuerpo estaba dentro alguien la grito con furia.
--¡¡¡Sujeta la puerta!!!.
--¿Por qué?.--pregunto extrañada Gabrielle.
¡¡¡¡PLOM...!!!!!!

--Por que se cierra y no se puede abrir desde adentro.
--¿¿¿Xena???.--pregunto muy preocupada.--
--Si.--decía con enfado.
--¿Pero, como tú, aquí, porqué?.--Gabrielle se tapaba como podía, estaba temblando por la presencia de Xena ahí y ella casi desnuda.
--Mi madre ha lavado mi ropa como a ti, he venido a recogerla y la puerta se me cerro, ¿lo que no entiendo, es por que no hay pomo?.--izo la pregunto al aire, muy extrañada.

Xena miro de reojo a Gabrielle la vio temblando, no sabia bien la razón, si era por que ella estaba ahí o por que hacia mucho frío en esa habitación, se percato que la bardo llevaba algo encima, puesto que hacia frío y eran amigas podían compartirlo, se acerco más a Gabrielle, Xena no le dio tiempo a ponerse nada, salió de su habitación muy enfadada.

--Este... Gabrielle podrías compartir la sabana.--sugería la Guerrera en tono suplicante.
--¿¿¿Tu estas desnuda???.--contesto con otra pregunta y algo escandalizada al saber que su amiga estaba desnuda.
--¡Buena deducción!, ¿ahora puedes compartir la sabana y así no me quede fría?.
--Cyrene vendrá y nos abrirá la puerta.--trataba de esquivar a la Guerrera, tener la cerca era malo, pero peor era que estuviera desnuda y acercándose más a su cuerpo.

Vio como Xena se le acercaba temblando y frotándose los brazos para darse calor, estaba delante suya, completamente desnuda como contemplaron sus ojos a la luz de la vela, su pelo suelto, su piel sedosa y morena, que la invitaba a ser probada, esos pechos firmes y duros por el frío, esos ojos que le atravesaban el alma, estaba ante ella como nunca lo imagino y solo para ella.

--Mi madre no vendrá, con el tiempo que hace, seguro que estará la taberna llena y creo que asta bien entrada la noche no podrá tener tiempo de echarnos de menos, ¿ahora puedes o no compartir la sabana conmigo?.
--Vale...--es lo único que alcanzo ha decir la pobre Gabrielle.

Sintió como Xena se le acercaba y su piel se erizaba cuando la rozo levemente para sentarse a su lado, apoyo su espalda en la pared, Xena deseaba que su madre no volviera nunca, tenia el cuerpo de su amor secreto muy cerca, cosa que la hacia subir la temperatura, pero no podia dejar de pensar que Gabrielle era su amiga y que quizas no abria nada más, tan distrada estaba Xena que no se percato de su mano, parecia tener vida, estaba sobre el muslo derecho de la Bardo, y lo cariciaba dulcemente, Gabrielle se tenso al notar que la mano que estaba en su muslo no era suyo, quizás era el mejor momento para plantear la pregunta, sobre el comportamiento de la guerrera cuando estaba loca, pero era agradable sentir esa mano sobre su muslo, Xena deseaba tener aotucontrol, ella era una Guerrera, tenia que ser fuerte, pero cada vez que tenia a la Bardo cerca se derrumbava en en la tranquilidad que le porpocionaba la rubia, cerro los ojos para concentrarse por completo, mientras que Gabrielle no pudo contener un gemido, que se escapo de sus labios, Xena abrio los ojos de par en par, sorprendida por lo que sus oidos habían cactado de su rubia, avergonzada la guerrera al ver que su mano tenia vida propia la quiso apartar, pero Gabrielle se lo impidio.

--¿Xena, porqué Ares dijo que no entendia que veias en ella, ha quién se refiria?.
--No se, Gabrielle, Ares suele decir cosas sin sentido.--trataba escubar la investigación de Gabrielle, que ya se estaba haciendo algo normal.
--Vale.--acepto la Bardo, la miro a los ojos con más curiosidad e interrogativa-- ¡Entonces porqué te comportaste así conmigo cuando estabas loca!, parecia que te gustaba.

Dijo sin más, ya no miraba a la Guerrera a los ojos, en ése momento Gabrielle solo queria que hubiera un terremoto, para que la tierra se la tragara, Xena estaba con los ojos abriertos, en estado de sok, ella bien sabia de que iba todo eso, sabia bien lo que había parado cuándo estaba loca, las cosas que le hacia a su amiga, pero ella no podia evitarlo, trataba que el tiempo hiciera olvidar aquello.
Gabby la miraba buscando respuesta, insconcientemente tenia su mano sobre la Guerrera y la acariciaba, Xena se solto del agarre y la rubia se desilusiono, sentia que la iba aperder, que no la volveria a mirar, sus mejillas tomaron color, sonrrojandose por lo que había insinuaba a su amiga, ¡era una locura!, como una guerrera que había vivido mucho y había tenido muchos amantes podia interesarse en ella, como pudo hacer cometido esa locura, era su amiga antes que nada, siempre la ayudaba.

Pero de repente y sin aviso Xena atrajo su rostro al sullo y deposito un ligero beso, rozando sus labios y miro a Gabrielle a los ojos pidiendole permiso para continuar, ésta suspiro aliviada y atrajo a la Guerrera para darle otro beso más intenso, que se convertio apasionado, la Bardo desvanecia sintiendo la legua de Xena dentro de su boca jugando con la sulla, aunque la Guerrera lo intentaba, no podia controlarse, sus manos se descontrolaron, acariciaban todo el cuerpo de su amor, pero ella no queria que ir muy rapido, la Bardo parecia que no le importaba la rapidez, ya que jadeaba y gemia con cada caricia, la necesitaba, lo anelaba, queira que la tomara ahí mismo, la temperatura subio de tono, sus cuerpos estaban unidos en uno solo.
Sus caderas hacian una danza perpetua, como si lo hubieran ensallado eternamente, entre gemidos y jadeos se decian cuánto se amaban y cuánto se deseaban.

Ya en la madrugada exaustas las dos mujeres de tanta entrega de amor, como dijo la Guerrera antes de todo aquel amor, su madre tenia la taberna llena por el frio, cada vez que pasaba cerca de la lacena sonrreia muy pícara y malbadamente, sabia bien que tenia que poner a su hija en una situación de limite, ya que nunca reaccionaria y menos aún diria lo que sentia por la rubia Bardo, dedujo lo que había pasado en la noche, ambas mujeres solas, sin salida, encerradas y desnudas, ambas sintiendo amor profundo por la otra, solo fue un empujo más, Cuándo tuvo ya desalojado la taberna paso por la puerta, quiria abrirla, pero al escuchar un; TE QUIERO AMOR, prefirio sacarlas por la mañana.

Cuando el callo cacareo, Cyrene decidio a su pesar sacar a las dos mujeres de la lacena, pero conocia bien a su hija, pero tenia que hacerlo, conociendo a la bardo y siendo la hora que era, seguro que tenia mucha ambre, después de la noche que había tenido necesitaria recueprar fuerzas, se acerco a la puerta de urtadillas y quito el cerrojo que había puesto.
Xena al escuchar aquel ruido se levanto con cuidado de no despertar a su amor, espero con ojos asesinos denlante de la puerta, queria saber por que aquella puerta estaba cerrada con cerrojo, cuando Cyrene asomo la cabeza se encontro con unos ojos enfurecidos.

--¿Y bien?.
--Puedo explicarlo todo hija.--decia temblando su madre.
--¡Pues empieza!.--ordeno Xena a su madre.
--Veras... yo... se que tu amabas a Gabrielle, ¡Xena!.--dijo el nombre de su hija al percatarse de que estaba desnuda.
--¿Qué?.--Xena se miro.--Bueno esto no importa, no te andes por las ramas, ¿por que cerraste la puerta?.
--Xena... hija creo que en lugar de tanta platica, mejor coge a Gabrielle y llevala a tu cuarto, ahí estan las ropas de las dos, además de comida, deven de estan ambirentas.

Dijo a la lejania Cyrene, ya que salio disparada al ver que su hija daba unos pasos hacía ella, Cyrene corrio apara todos los lados, solo queria escapar de su hija en esos momentos, quizas después de vestirse y comer algo, seguro que cambiaria de caracter, pero era su hija y la conocia, nunca le iba a perdonar lo que le habái echo, ¿o quizás si?.
Xena cogio entre sus fuertes brazos a la pequeña bardo y la llevo a su cuarto, como dijo su madre ahí estaban las ropas de las dos, limpias y planchadas, tambien comida, dejo a Gabrielle con cuidado sobre su cama y le aparto un mechon de su linda cara, ésta suspiro, Xena sonrio al verla lo dulce que parecia, se acerco para despertarla con un beso tierno.

--Podrias darle las gracias a tu madre, lo hizo por nuestro bien.--dijo la Bardo abriendo los ojos.
--Lo intentare.--se hacerco denuevo la Guerrara para darle otro beso.
--¡¡¡¡Comida!!!!.

El beso se quedo para otro momento, el estomago de Gabrielle pedia agritos ser llenado, Xena se aparto y miro como Gabrielle comian, las dos mujeres desayunaron y más tarde se reunieron con Cyrene en el rio que siempre pescaba Xena, para pasar una tarde tranquila, sin guerreros, Señores de la Guerra y sin Dioses.

Desde el monte del Olimpo 3 figuras miraban el pozo del destino, el cuál servia a los dioses para ver que hacian los mortales, se escucharon gritos, maldiciones, insultos y algun que otro jarro de Afrodita roto por el Dios de la Guerra, ya que estaba craveado por lo que sus ojos habían contemplado hacia unas horas por la noche, Hera trataba de calmar a su hijo favorito, pero nada tenia arreglo, Afrodita y Cupido junto a Athenea le decian que se marchara que a ese paso destruiria todo lo del Olimpo y Zeus se enfadaria.

las 3 figuras no eran otras que las 3 Furias, que no dejaban de reir, orgullosas de su venganza sobre Ares, por averlas utilizado para tener a la Guerrera con él.

--Bueno hermanas, con esto le emos echo pagar a Ares nuestra perdida de tiempo, por aver juzgado a la Princesa Guerrera por su tonteria.
--Si hermana, Ares esta furioso, que incluso Hera le a echado del Olimpo, hasta que se calmara y todo por ver a ésas dos juntas.--dijo riendose más.
--Así aprendera el Dios de la Guerra que no deve engañarnos con sus tonterias y que nuestro tiempo es valioso.
--Y donde las dan, las toman.

Las 3 Furias se rieron sin parar, Afrodita sabia bien de que iba todas esas risas, ya que es un plan de entrega amorosa, sin que la Diosa del amor aparezca, las había ayudado solamente un poco, las dijo que relamente las dos mortales eran almas gemelas y que su hermano Ares se enfureceria mucho si las viera juntas.
Ares seguia diciendo que era una locura, que veia su Guerrera, su Asesina, su Aniquiladora de Naciones en una rubia irritante, de repente cambiando por amor, suspirando por una flacucha.


Escrito por Lobezna Del Bosque.
Espero que les haya gustado mucho, para cualquier cosa ya saben donde esta mi correo, arriba del todo.


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