Xena: Warrior Princess y todos sus personajes son propiedad de MCA/Universal Pictures y de Renaissance Pictures. Esta historia es propiedad mía, así que por favor, si quieres copiarla, ponerla en tu web site o mandarme algún comentario sobre ella, me encuentras en xenapolis@hotmail.com


NO PUEDES AMAR A GABRIELLE

Escrito por Psico

CAPITULO I

"...Y entonces Xena llegó justo a tiempo a la cabaña de Calleipus, como si los dioses le hubieran avisado, lanzó su chakram y la mató.... evitando así que Hope te matara a ti Solan..."

A pesar de haber oído esta historia un millón de veces, Solan se maravillaba cada vez mas cuando escuchaba a Gabrielle, narrar el día en que Hope aliada con Callisto, quisieron matarlo. Ya habían pasado muchísimos años desde ese día, muchos solsticios. Solan había estado viajando con Xena y Gabrielle, las había estado acompañando en todas sus travesías. Se había convertido en un hombre muy guapo, al que le gustaba la casería y quien había heredado de su madre la fascinación por la pesca.

Meses después de haber salido de la villa de los centauros, Xena le confesó a Solan que ella era su madre. Al principio fue algo difícil para el muchacho entenderlo, pero a medida que pasó el tiempo, gracias al amor que Solan sentía por Xena terminó perdonándola.

Llevaban 10 años de estar juntos y de compartir como una familia. A pesar de tener como madre a La Princesa Guerrera y como tía a la Reina de las Amazonas, Solan no permitía que les hicieran el menor daño a las dos personas más importantes para él y a las dos mujeres que más amaba en el mundo. Se enfurecía cuando los maleantes pretendían atacar a su madre. Xena no alcanzaba a llegar al lugar de batalla cuando Solan ya estaba en medio de la pelea espantándolos a punta de puños y patadas.

De Gabrielle había aprendido a ser calmado y a evitar el enfrentamiento a menos que fuera extremamente necesario. También había aprendido a deleitarse y a sacarle gusto a las cosas más sencillas de la vida, como a un campo lleno de flores o al sonido de un río.

De un tiempo para acá, Xena había estado notando que Solan se había vuelto demasiado atento con Gabrielle. Su mirada hacia ella ya no era la misma, antes la miraba como si estuviera mirando a un miembro de su familia, ahora la contemplaba con otros ojos.

Xena pensó que eso era algo pasajero, que era alguna etapa por la cual estaba pasando su hijo. Una tarde se acercaron a un lago a descansar, por supuesto, Xena no pudo resistirse y se puso a pescar. Gabrielle prefirió sentase a escribir en sus pergaminos y Solan se acostó sobre el prado a descansar. Paso algún tiempo, Xena ya estaba cansada de estar en el agua y decidió salirse del lago.

-Solan. Me alcanzas mi armadura.... Solan... ¿Solan?

Solan no la oía, estaba demasiado distraído mirando fijamente a Gabrielle, se deleitaba viéndola escribir, viéndola hacer muecas y gestos, arrugar pergaminos, reírse sola... los suspiros de Solan acababan el aire del ambiente... estaba entre las nubes.

Xena se sintió confundida, pues no era la primera vez que notaba en Solan este tipo de comportamiento, solamente esperaba que con el tiempo las cosas regresaran a la normalidad.

En la noche, a la luz de la fogata, Xena, Gabrielle y Solan se habían sentado a hablar y a comer el pescado que Xena había atrapado en la tarde. Solan cocinó para Gabrielle el pez mas grande, no dejó que ella como casi siempre lo hacia, fuera la que cocinara, cuando vio que Gabrielle tiritaba de frío, le puso una manta encima, mejor dicho, se estaba portando de manera muy atenta y especial con Gabrielle, claro está, sin descuidar a su mamá.

Gabrielle se sintió cansada y se fue a dormir. Xena y Solan se quedaron hablando mientras miraban las llamas de la fogata arder. De repente Solan empezó a hacerle preguntas a Xena.

-Madre... cuando tu y mi padre se enamoraron... ¿qué edad tenían?

-Bueno,... la edad suficiente para saber de quien debíamos enamorarnos.

-Dime madre, ¿que edad tenían?

-Déjame pensar... pues éramos tres o cuatro años mas grandes que tu...

-¿Si hubieras conocido a mi padre a mi edad, también te hubieras enamorado de él?

-Claro que si... tu padre era una persona maravillosa... creo que si me hubiera podido enamorar de él, aunque... a tu edad es mejor pensar en otras cosas... en como ser un buen cazador o en tu caso, en aprender mas sobre la artesanía de los centauros.

-Pero... ¿Tendría algo de malo que alguien de mi edad se enamorara?

-No hijo, como dices eso,.. ¿acaso no has escuchado a Gabrielle decir que el amor es el mas hermoso y puro de los sentimientos?

-Si, es cierto... pero... si una persona de mi edad... se llegara a enamorar de otra que es algunos años mayor... ¿entonces eso sería malo?

-No lo sé... creo que no sería malo, pero es mejor enamorarse de alguien que tenga mas o menos tu misma edad.

-Y si yo me enamorara de una muchacha algunos años mayor que yo... ¿Tu que pensarías? "

-Pues preferiría que consiguieras una jovencita de tu misma edad...

-Pero si mi amor es sincero... verdadero... creo que eso sería lo realmente importante...

-Tal vez si lo sea...

Solan se despidió de su madre y se retiró a dormir. Xena se quedó allí sentada... estaba aterrada de lo que acababa de escuchar, pues era la confirmación de lo que venía sospechando desde algunas semanas atrás: Solan estaba enamorado de Gabrielle. No sabía que pensar, como actuar, no sabía si contarle a Gabrielle o no. Pensó que si le contaba a Gabrielle, quizás ella se alejara de Solan, se asustaría o se sentiría incómoda.

Xena se puso a darle vueltas al asunto, la idea que Solan estuviera enamorado de Gabrielle le rondaba en la cabeza y se sentía preocupada. Pensaba que como Solan en todos estos años a la única mujer diferente a ella que había tenido cerca era a Gabrielle, entonces se sentía atraído hacia ella. Obviamente, para Xena esta situación era bastante complicada, primero por que estaba segura que Gabrielle no le iba a corresponder y segundo por que era una locura que su hijo y ella estuvieran enamorados de la misma persona. Eso hacía aún mas difícil la situación.

Mientras Xena trataba de dormir, una idea le llegó a la cabeza, hacer que Solan conociera otras mujeres, quizás de su misma edad para que olvidara a Gabrielle. Pero ahora el problema era ¿a dónde ir?... Lo más cercano a donde estaban era Amphipolis... Xena sonrió, había encontrado la solución a su problema, mostrarle a Solan que existían miles de mujeres aparte de Gabrielle, jovencitas de su edad.

CAPITULO II

A la mañana siguiente, Xena le comentó el cambio de Planes a Solan y a Gabrielle, ya no irían a visitar a Thoris a la villa en donde estaba viviendo, primero pasarían por Amphipolis a saludar a Cyrene. Afortunadamente Solan no renegó, pues adoraba a su abuela e ir a visitarla lo hacia muy feliz.

Mientras caminaban hacia la villa Xena quería volver a comprobar si Solan estaba enamorado de Gabrielle. A pesar de haberlo constatado una y otra vez, todavía le costaba creerlo. Retrasó su paso y dejó a Gabrielle caminando con Argo adelante, un poco mas atrás iba Solan y luego ella. Evidentemente notó que su hijo no dejaba de mirar a Gabrielle y de suspirar. Solan miró hacia atrás y no vio a Xena, aprovecho ese momento para recoger flores del camino y dárselas a Gabrielle.

Gabby las recibió y le dio un beso en la mejilla, le acarició la cara y le dijo que era un detalle muy lindo, las llevó consigo y siguió caminando. Xena se adelantó y alcanzó a Gabrielle.

-Tu hijo es un encanto.

-¿Porqué te dio Solan esas flores?...¿Qué te dijo?

-Espero que no estés celosa... dijo riéndose Gabrielle.

-No, no es por eso, Gabrielle ¿Solan... te dijo algo?

-Si, si me dijo algo...

-Qué te dijo?

-Son para ti

-¿Eso?... ¿Solo eso, no te dijo nada mas?

-No, no me dijo nada más... ¿Porqué? ¿Xena, que te pasa?

-No me pasa nada... olvídalo.

Cuando llegaron a Amphipolis, Cyrene enloqueció de emoción al ver a su nieto, solo lo abrazaba y besaba. Por supuesto también estaba encantada de ver a Xena y a Gabrielle. Cyrene le contó a Solan que cerca de Amphipolis había muchos animales para cazar. Solan le dijo a Xena que si lo acompañaba a cazar un rato. Xena estaba cansada y le dijo que no. Luego Solan le hizo la misma proposición a Gabrielle. Xena se quedó quieta, angustiada, pues tenía pánico que Solan aprovechara la soledad con Gabrielle para confesarle sus sentimientos. Afortunadamente para Xena, Gabrielle también rechazó la invitación.

Al rato, Solan regresó, pero no llegó con ningún animal al hombro, en cambio, traía una bolsa llena de cerezas, las cuales le dio a Gabrelle.

-Gabrielle, sé que te gustan mucho las cerezas, recorrí gran parte del bosque para conseguírtelas.

-Oh, muchas gracias Solan.

-Lo hice con mucho.... gusto.

Xena quería confrontar a su hijo, entonces le dijo:

-Y a tu abuela y a tu madre no nos has traído nada?

-eeehhh.... pues.... pensé que estarías cansada de comer pescado y... no encontré mas frutas en el camino.

Llegó la noche, la taberna de Cyrene estaba en calma, no había mucha gente allí. Cyrene prendió la chimenea, y quiso prepararle algo especial de comer a su nieto, Xena estaba acomodando a Argo en el establo y Gabrielle estaba en una mesa, acabando de escribir el pergamino que había dejado empezado en el lago. Desde fuera de la taberna, Solan contemplaba a Gabrielle sentía que el corazón se le iba a salir del pecho, se llenó de valentía y fue a hablar con ella.

-¿Cómo va tu pergamino?

-Ya casi acabo, es que siento que le falta mas carácter a este escrito.

-¿De que se trata?"

-Recordaba la bella historia de amor de Cecrope, el marinero perdido y Tarae, su amada.

-¿Te gustan las historias de amor cierto?

-Me encantan, de hecho son mis favoritas.

-Gabrielle... ¿alguna vez has estado enamorada?

-Claro que si...

-¿Cómo fue eso?

-Pero si tu ya sabes... al único hombre que he amado en mi vida fue a Pérdicas... creo que alguna vez te conté que me quedé viuda muy rápido.

-¿Y aún lo amas?

-Siempre lo llevaré dentro de mí.

-¿Y... Desde ese entonces, no te has sentido sola?

-¿Cómo podría sentirme sola, con Xena?... y contigo...

-¿Pero no te hace falta amar a alguien?.

-Amar a alguien.... mi corazón ya tiene a quien amar.... amo a tu madre.... y te amo a ti claro... a ti también....

-¿En serio? ¿A mi también me amas?

-Por supuesto, ¡te quiero muchísimo!

Solan estaba en el cielo, para él había sido muy importante haber escuchado a Gabrielle decirle que lo amaba, entonces respiró profundo por que tenía algo que decirle a Gabrielle.

-Gabrielle, quiero decirte algo...

-¿Dime?

-Creo que eres muy hermosa.

-Oh.... ¡gracias!

-Pero hay otra cosa... es que cuando te miro... mi corazón...

-¡Solan, Gabrielle!... ¡aquí están!... pensé que andaban paseando por la villa...

-Hola Xena.... Madre...

-¿Y de que hablaban?, ¿Me perdí de algo?

-No Xena, solo hablábamos de las historias de amor de mis pergaminos y de Pérdicas... nada en especial....

-Qué bueno... qué bueno... Solan, por que no vas a ver como va tu abuela con la comida...

Solan se fue a la cocina, Gabrielle aprovecho para hablar con Xena.

-¿Xena, ¿Qué te pasa? Ültimamente te he notado alterada, como si estuvieras preocupada por algo...

-¿Yo?, ¿preocupada?, ¿Por qué que?

-Sé que hay algo que te está preocupando, ¡dime que es!...

Xena no quería contarle a Gabrielle lo que estaba sucediendo con Solan, no hasta que hubiera probado suerte en Amphipolis, así que decidió mentirle.

-En realidad... si hay algo que me está preocupando un poco, escuché rumores sobre Callisto, que anda en una villa muy cerca de aquí... pero son solo eso... rumores....

-Si son rumores no les hagas caso, además que Solan no está solo, nos tiene a nosotras para protegerlo.

-Tienes razón... olvidémoslo....

Después de comer y de pasar un rato hablando y divirtiéndose con Cyrene, todos se retiraron a dormir, era mejor descansar, por que al otro día Xena tenía una misión muy especial: sacar del corazón de su hijo a Gabrielle.

CAPITULO III

La mañana siguiente todos se levantaron, desayunaron y se fueron a la plaza principal de Amphipolis, estaba llena de muchos aldeanos y sus hijos e hijas. Xena quiso presentarle, a su hijo, todas las muchachas de su edad. Solan les sonreía y se portaba amable con ellas. Nada más. Entonces llegaron algunos hijos de los aldeanos y lo invitaron a un concurso de arco y flecha, en donde también participarían algunas muchachas de la villa, Solan aceptó encantado y se fue con ellos. Xena sintió que su preocupación había llegado a su fin, su hijo pasaría el día con mujeres de su edad y eso sería bueno para él. Olvidaría a Gabrielle.

Xena se puso a caminar por la villa, en el mercado encontró a Gabrielle, quien como siempre, estaba regateando con los vendedores, por algún objeto que realmente no estaba requiriendo, solo sentía la necesidad de gastar algunos denarios en algún capricho suyo. Estaba negociando una mochila de piel. Xena se reía al verla hacer sus negocios, pues esta vez, sus dotes de bardo no le sirvieron de mucho, el vendedor no quiso bajar el precio y Gabrielle no iba a pagar la suma que el vendedor le estaba exigiendo.

Llegada la tarde, Xena se sentía muy feliz, pues ya iba a oscurecer y Solan no había regresado. Se imaginaba que se había quedado hablando con alguna aldeana de la que se había hecho amigo. Entraron a la taberna de Cyrene y Xena pidió un vaso de vino y pidió otro para Gabrielle. Realmente estaba tranquila y con un deseo enorme de celebrar que su problema había terminado.

De un momento a otro, Solan entró a la taberna, se veía muy feliz.

-¡Hijo!, ¡regresaste! ¿Cómo te fue?

-Hola madre, me fue de maravilla.

-¿Qué hiciste toda la tarde?

-Estuve en el concurso que hizo la villa de tiro con el arco y la flecha y.... ¡gané!

-¿Ganaste?... ¡felicitaciones Solan!

-Gracias Gabrielle... ¡pero no lo hubiera podido hacer sin ti!

-¿Sin mí? Pero... ¿Dé que estás hablando?

-De ti aprendí a tener constancia y paciencia... y por eso con los denarios que gané en el concurso te compré algo... esto es para ti....

Solan le dio a Gabrielle, la mochila de piel que ella había visto en el mercado.

-Por los Dioses Solan, ¿qué significa esto? No debiste molestarte, no debiste comprarme la mochila... son tus denarios, tu los ganaste... además, ¿Cómo supiste que había estado mirando ésta mochila?

-De regreso a la villa, una de las muchachas me dijo que había visto a la amiga de mi madre mirar la mochila que estaba en el puesto de su padre, pero que no había podido comprarla. Ten... ¡es tuya y no quiero que la rechaces!

A Xena se le había aguado la celebración. El problema del cual pensó que se había deshecho habia vuelto y al parecer, mas grande. Se levantó de a mesa y salió a tomar un poco de aire. Su plan no había tenido éxito. A pesar de haber conocido otras mujeres de su edad, Solan seguía obsesionado con Gabrielle. Xena no sabía que hacer, ya que no le podía explicar a su hijo el por que no debía enamorarse de Gabrielle. El problema se le estaba saliendo de las manos, y lo que mas temía, era que Gabrielle empezara a darse cuenta de lo que estaba pasando. Pues hasta ahora, parecía que Gabrielle estaba tomando las atenciones de Solan como muestras de cariño y amistad.

Esa noche Xena casi no pudo dormir. Pensaba y pensaba y no llegaba a nada. Pensaba en la desilusión de Solan cuando él le confesara a Gabrielle sus sentimientos y Gabrielle lo rechazara. Primero por su edad y segundo, por que el corazón de Gabby ya estaba ocupado. No quería que su hijo sufriera. Xena miraba a Gabrielle, dormía profundamente, ajena a todo lo que estaba pasando alrededor de ella. Gabrielle... Gabrielle... Gabrielle... ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a...... ? ¡Claro! ¡Esa era la solución! Solan estaba enamorado de Gabrielle y si quería encontrar mujeres con alguna semejanza a Gabrielle en donde debía buscar... pues... ¡en Potadia!. Nuevamente Xena había ideado otro plan esperando que esta vez si funcionara.

CAPITULO IV

La mañana siguiente, Xena le dijo a Gabrielle, que como ya habían visitado a Cyrene, lo mas justo era que ahora pasaran a visitar a Herodoto a Hecuba y a Lila a Potedia. Gabrielle se puso muy feliz, aunque le parecía muy extraña esta decisión de Xena. Prefirió no hacerle preguntas, podría arrepentirse. Caminaroncasi todo el día y llegaron a Potedia. Gabrielle fue corriendo a su casa, a encontrase con su amada hermana Lila. Los padres de Gabrielle también se pusieron muy felices al verla. Como ya estaba oscureciendo, se fueron a descanzar. Mañana sería para Xena un día bastante difícil.

Xena le pidió a Gabrielle y a Lila que los llevaran a ella y a su hijo a dar una vuelta por la villa. ¿Xena dando vueltas por una villa? Gabrielle estaba asombrada de oír esto, pero sin embargo le dio gusto, dieron vueltas por Potedia de arriba abajo, de abajo a arriba. Había muchas muchachas por ahí sentadas, en la plaza, comprando comida, todas le coqueteaban a Solan, él nuevamente sonreía y se portaba amable, pero parecía no tener interés en ninguna de las mujeres de Potedia. Bueno en ninguna exceptuando a la que ya sabemos.

Todo el día se la pasaron paseando por la villa, Solan conversó con algunas aldeanas, pero no sintió interés en ninguna. El único comentario que se le oyó fue que las mujeres de ese tipo de villas como Amohipolis y Potedia eran bastante simples y aburridas.

La paciencia de Xena ya se estaba colmando, Solan no tenía remedio, ninguna mujer había podido sacarle a Gabrielle de la cabeza. Si al menos entre ella y Gabrielle no hubiera nada estaría mas tranquila, pero lo que la hacia sentirse muy mal, era el saber que así Solan tuviera la edad de Gabrielle, ella no le iba a poner atención a él, por estarle poniendo atención a su madre.

Debido a la gran caminata que habían tenido todo el día, Solan estaba cansado y se fue a dormir. Gabrielle estaba sentada afuera de la casa mirando como oscurecía. Xena se sentó junto a Gabrielle. Tenía que saber si Gabrielle estaba sospechando algo de lo que estaba pasando.

-Xena... pensé que estarías descansando...

-No, no tengo sueño.

-Aún sigues preocupada por lo de Callisto?

-¿Eh? Callisto, si, me preocupa un poco, pero ya estoy mas calmada... Gabrielle, tu no has notado a Solan muy extraño últimamente?

-¿Extraño? ¿A que te refieres?

-Si extraño, no se, como que su comportamiento ya no es el mismo de antes....

-Claro que ha cambiado, ya no es un niño de 10 años, ahora tiene 20 y se ha convertido en todo un hombre....

-Pero... por ejemplo... en lo que hace, en lo que dice... ¿no has notado nada fuera de lo usual?.

-Déjame pensar... si, creo que si hay algo que me pareció extraño... la otra noche estaba interesado en uno de mis pergaminos, eso fue bastante extraño, por que a él le gusta que le relate historias, pero saber sobre mis pergaminos... no me lo esperé.

-De resto... ¿nada en especial?.

-Xena, ¿a que se debe este interrogatorio?, ¿que es lo que te pasa? ¿O que es lo que le pasa a tu hijo?

-No, no le pasa nada, simplemente que me parece que ha cambiado un poco, debe ser por que ha crecido y madurado bastante en estos últimos años y no me acostumbro a ello.

-Y espera lo que sigue, dentro de poco se enamorará, encontrará su árbol en el bosque, querrá casarse, tener hijos....

A Xena le parecía increíble que Gabrielle hiciera ese comentario... si ella supiera... que Solan ya estaba pasando por esa etapa y que su árbol en el bosque era ella... Nuevamente, Xena pasó otra de esas noches de insomnio, pensando y dándole vuelas al asunto, se acordaba de las jovencitas de Amphipolis y en realidad no les encontraba mucha diferencia a las de Potedia. Aldeanas, que ayudan a sus padres a sembrar la tierra, vendedoras... y luego pensaba en Gabrielle, bardo, luchadora, graciosa, reina de las amazonas, ¿reina de las amazonas? ¡Las amazonas! Ellas si eran el polo opuesto a todas las mujeres que Solan había visto en su vida, alguna vez había estado en la villa de las amazonas pero era muy pequeño, de repente recordó el comentario que Solan había echo en la tarde: " Las mujeres de ese tipo de villas como Amohipolis y Potedia eran bastante simples y aburridas". Si una mujer amazona le parecía simple y aburrida entonces Afrodita era la reina de la modestia y humildad.

CAPITULO V

Cuando se levantaron, Xena le dijo a Gabrielle y a Solan, que ahora irían a la villa de las amazonas a visitar a Ephiny y a Xenan.

-Y después vamos a ir a visitar a Cleopatra a Egipto y luego a Joxer a Thessalia y después si quieres vamos ver las ruinas de la casa Lao y de la casa Ming en Chin, inclusive podríamos pasar a visitar el rey Gregor y a Helena de Troya...

-¿Qué? Gabrielle, ¿De qué hablas?

-Es que últimamente te ha dado por hacer muchas visitas... ¡hemos recorrido media Grecia!

-¿No te gustaría ir a visitar a Ephiny?.

-Claro que si pero.....

-¡Entonces no mas comentarios y andando!

Después de caminar muchos kilómetros otra vez, finalmente llegaron a la villa de las amazonas. Todas se volvieron locas cuando vieron llegar a su reina. Ephiny salió a recibir a Gabrielle. Solan se alegró mucho de ver a Xenan, pues la última vez que lo vió era un centaurito y ahora era un buen dirigente del pueblo centauro que era aliado de las amazonas.

Por supuesto la fiesta no se hizo esperar. Esa noche las amazonas celebraron el regreso de Gabrielle. Los invitadosa de honor eran Xena y Solan. Todos danzaron y festejaron. Algunas de las amazonas de llevaron a Gabrielle a una choza, querían que estuviera vestida para la ocasión. Después de un rato, Ephiny hizo un anuncio.

-Es para nosotras un honor, el que esta noche se encuentre entre nosotras nuestra reina.... ¡nuestra reina Gabrielle!

Todas volvieron a danzar, Gabrielle bajó las escaleras de la choza, vestida con su atuendo de reina de las amazonas.

Mientras tanto, Xena se veía aparentemente un poco más tranquila, ya que toda esta celebración, había logrado que Solan se distrajera y olvidara por un rato su amor hacia Gabrielle. Estaba fascinado con el mundo amazónico, con su cultura, sus mujeres y su comida.

Cuando vió a Gabrielle vestida como reina de las amazonas, se quedó quieto, en silencio... maravillado con lo que estaba viendo... los ojos le brillaban y el corazón le empezó a latir mas de prisa. Entonces le hizo una pregunta a Xena.

-¿Las amazonas solo se pueden casar con centauros o también se pueden casar con otras personas?

-La mayoría de las amazonas no se casan. Viven para su mundo y bajo sus propias leyes.

-Y... la reina de las amazonas.... ¿se puede casar?

-No lo sé, supongo que si.

De repente Solan se paró, y se fue.

-Solan. ¿A donde vas?.

-A pensar en como voy a hacer un anuncio formal.

Y el agua fría le cayó a Xena. Solan estaba pensando en decir delante de todas las amazonas, lo que sentía por Gabrielle. Esto ya se estaba saliendo fuera de control. Así que se levantó y se fue a buscar a Gabrielle.

-Gabrielle, ¡necesito hablar contigo!.

-¿Ahora Xena, no podría ser después?

-Esto no da espera, ¡tiene que ser ahora!.

Con la sutileza que la caracteriza, Xena tomó del brazo a Gabrielle y la haló detrás de una choza.

-¿Qué pasa Xena? ¿Qué sucede?.

-¡Tenemos problemas!

-Problemas.... ¡Callisto!, ¿Está aquí?.

-¡Olvídate de Callisto!,... ¡es Solan!.

-¿Solan?, ¿Qué le ocurre?.

-¡Está enamorado de ti!.

-¿QUE?

-Y eso no es todo, lo peor es que piensa decirlo formalmente delante de todas las amazonas...

-Pero... Xena.... ¿de donde sacas eso?.

-No hay tiempo para explicaciones... ahora lo que tenemos que hacer es evitar que haga su anuncio.

-¿Y.... que se supone que debo hacer?.

-Dile a Ephiny que ponga a bailar y a cantar a las amazonas ya... que haga que se demoren un rato y que no se detengan, que no le hagan caso a Solan si el les pide que paren... que lo hagan mientras se me ocurre otra cosa.

Gabrielle fue corriendo y le dijo a Ephiny lo que tenía que hacer, en el acto, las amazonas empezaron a bailar y a cantar. Solan aún no aparecía. Gabrielle fue nuevamente con Xena. Necesitaba saber un poco mas a fondo lo que estaba pasando.

-Ahora si Xena, necesito que me des una explicación... ¿de donde sacas que Solan está enamorado de mi?

-He estado observando a Solan desde hace días, como se queda mirándote y suspira, te ha hecho muchos regalos últimamente, las flores y las cerezas y la mochila, me ha estado haciendo muchas preguntas sobre ti y el amor y la edad... es cierto Gabrielle... ¡Solan te ama!.

Gabrielle se quedó en silencio. No podría creer lo que Xena le estaba diciendo. ¿Cómo era posible que Solan, al que ella veía como un sobrino, estuviera enamorado de ella? Ahora la angustia no era solo de Xena. Ya era hora que Gabrielle supiera lo que estaba pasando y que también ayudara a solucionar este asunto.

-Xena... No estarás pensando que yo le dado esperanzas a Solan... o que he ayudado a que se ilusione conmigo.... No estarás pensando que yo siento algo por él... tu sabes que todo mi amor es solo para.....

-Si, lo sé, interrumpió Xena. Lo sé Gabrielle y estoy segura de eso, pero lo que me aterra es ver a mi hijo sufrir, el tener que engañarlo, el tener que mentirle... Gabrielle... ¿por qué Solan tuvo que fijarse en ti.?... justo en ti...

Xena y Gabrielle se abrazaron, a Xena se le salieron algunas lágrimas, Gabrielle se las limpió y le dijo que no se angustiara, que entre las dos iban a a idear algo para salir del problema.

Xena y Gabrielle regresaron a la celebración. Todavía no había rastros de Solan. Las dos solo estaban esperando el momento en que apareciera con la intención de declararle su amor a Gabrielle en público. De repente apareció y le dijo a Ephiny que parara la música. Las amazonas seguían cantando y bailando y Solan ya estaba perdiendo la paciencia. En vista que no le hacian caso, se paró en la mitad de la celebración y empezó a gritar. A las amazonas no les quedó mas remedio que parar.

Solan solicitó silencio, ya que tenía algo muy importante que decir.

-Disculpen que me haya portado asi, pero era la única manera de llamar su atención, deseo decir unas palabras, pero antes.. Gabrielle... quiero que te pares aquí frente a mi.

Todas las amazonas se quedaron en silencio. Todas estaban pendientes de las palabras de Solan. Gabrielle tenía el corazón en la mano... estaba temblando de la angustia que sentía, al menos ya estaba advertida y lo que Solan le iba a decir, no la tomaría por sorpresa. Entonces fue cuando Solan empezó su declaración.

-Gabrielle, en esta noche tan especial, bajo este cielo que nos ilumina y tendiendo a mi madre y a las amazonas como testigos, quiero decirte algo, Gabrielle, desde el fondo de mi corazón, esta noche necesito decirte que....

-¡NO PUEDES AMAR A GABRIELLE! Gritó Xena, interrumpiendo las palabras de su hijo.

Todas las amazonas voltearon a mirarse, ¿que estaba pasando?... ¿que era eso?

-¿Madre?.... ¿Porqué?....

-Por qué.... Por qué.... ¡Por que yo la amo!

Los murmullos no se hicieron esperar, Ephiny estaba perpleja, no pestañeaba, solo miraba a Xena y miraba a Gabrielle, quien nunca esperó este tipo de reacción de Xena, se quedó parada, quieta sin saber que hacer. Solan también se quedó impávido, sintió que el mundo se le había venido encima, sus piernas se quebraron y cayó arrodillado frente a Gabrielle, bajó la cabeza, se la tomó con las manos y no la levantaba.

Ephiny, entendiendo la complejidad de la situación, mandó al resto de amazonas a sus respectivas chozas, les pidió no salir hasta nueva orden.

-Gabrielle... si necesitas alguna cosa... solo búscame...

-Gracias.

Y ahí se quedaron los tres, Solan de rodiilas, Gabrielle parada frente al él sin saber que hacer y Xena mirándolo con el alma destrozada y las lágrimas en sus mejillas. Xena se paró y fue a donde estaba su hijo.

-Solan.... yo....

-No te preocupes madre, voy a estar bien....

-Pero hijo, necesitamos hablar... necesito explicarte...

-No quiero oír explicaciones, ahora es cuando empiezo a darme cuenta de las cosas... .

Xena lloraba y lloraba, Gabrielle le puso una mano en un hombro y le dijo a Solan:

-Lo siento Solan.

Como era de esperarse, Solan se fue corriendo, lo que ni Xena ni Gabrielle esperaban, era que se dirigiera a la choza de Ephiny. Xena trató de seguirlo pero Gabrielle la detuvo. Solan necesitaba tiempo para pensar y aclarar sus ideas.

CAPITULO VI

Xena amaneció allí sentada. Toda la noche se la había pasado llorando, sintiéndose la peor madre el mundo. Tenía el alma destrozada, era una mujer inconsolable. A su lado estaba Gabrielle, su incondicional, quien a pesar de ser ajena a los hechos se sentía culpable. Las dos habían permanecido toda la noche despiertas, cada una con sus pensamientos y sufrimientos. Después de una larga y eterna noche de silencio, Gabrielle quiso hablar.

-Xena, sé que cualquier cosa que te diga no te va a servir de mucho, pero créeme, que a mí me duele tanto como a ti, jamás pensé que algo así nos pudiera pasar, si yo lo hubiera imaginado... me hubiera alejado de ustedes dos para no haber causado tanto daño...

-No Gabrielle, no.... no es tu culpa.... tu no ocasionaste nada, fue algo que se nos salió de las manos... yo debí haber hablado con Solan antes que su amor por ti hubiera crecido tanto... si existe alguien culpable.... esa soy...yo.

-Esto es una locura... yo nunca hubiera podido corresponder al amor de Solan, por que él para mi es como mi sobrino, es tu hijo, es algo muy sagrado para mi, con lo que jamás me atrevería a jugar... Xena, en el corazón no se manda, y así tu no me amaras a mí, Solan nunca hubiera tenido alguna oportunidad conmigo....

Xena le explicó a Gabrielle el porque de todas las visitas. Le contó sobre los fallidos intentos por hacer que su hijo se interesara en alguien más. La puerta de la choza de Ephiny se abrió. Xena y Gabrielle se pararon y quedaron alarmadas. Estaban esperando a un Solan agresivo, despectivo y sin ganas de escuchar ni hablar de nada. Primero salió Ephiny.

-Xena... Gabrielle... primero, quiero que sepan que no voy a hacer preguntas sobre lo de anoche, ninguna amazona las va a hacer. Yo lo entiendo. Anoche Solan vino a mí muy confundido y lastimado. Estuvimos hablando mucho. No fue nada fácil, pues a su edad, ve las cosas desde un punto de vista muy diferente al de ustedes. No se podía explicar como era que su madre estaba enamorada de otra mujer, pero después...

-Pero después lo analicé y me sentí feliz, por que si mi madre merecía estar con alguien, quien mejor que Gabrielle. Dijo Solan acabando la frase de Ephiny.

Solan estaba calmado, se mostraba sociable y racional.

-Ustedes no tienen por que sentirse mal, ninguna de las dos tiene la culpa de lo que pasó, la culpa es mía por hacer castillos en el aire solo. Sé que tu nunca me lastimarías madre, sé que darías tu propia vida por evitar que alguien me hiciera daño.

-No sabes cuanto lo siento hijo, yo debí ser mas clara contigo desde el principio, habertelo contado todo....

-Claro que no, eso es algo muy tuyo, muy de las dos, y yo no tenía por que haberlo sabido.

-¡Te amo Solan!.

-¡Te amo madre!

Solan y Xena se dieron un fuerte abrazo, nuevamente las lágrimas de Xena volvieron a aparecer, pero esta vez de emoción. Gabrielle quiso acabar de aclarar las cosas.

-Solan... yo, yo no se que decirte, solo que tampoco quise herir tus sentimientos, si hubiera sabido lo que estabas sintiendo por mi, jamás te hubiera aceptado tantos regalos... por favor perdóname....

-Eso me hubiera dolido más.. tus desplantes hubieran sido mas dolorosos que un golpe con tu estaca....

Todos se rieron, al parecer, la situación al fin estaba aclarada. Solan entendía la relación de su madre con Gabrielle, no guardaba rencores. No sería fácil recuperarse de su primera desilusión, pero ya le llegaría como bien lo dice el bardo Su árbol en el bosque.

Solan pregunta: Ephiny, ¿y tu cuantos años tienes?

FIN

Copyright © Psico - 2000


Indice Fan Fiction

Página Inicial