Xena: Warrior Princess y todos sus personajes son propiedad de MCA/Universal Pictures y de Renaissance Pictures. Esta historia es propiedad mía, así que por favor, si quieres copiarla, ponerla en tu web site o mandarme algún comentario sobre ella, me encuentras en xenapolis@hotmail.com

A Kevin Smith, este Fan Fiction es un pequeño tributo a su magnifica interpretación de Ares, el Dios de la Guerra.

Disclaimer: Si buscas escenas explícitas de sexo desenfrenado y frenético entre Xena y Gabrielle, lamento decirte que ésta historia no las tiene.

Recomendación: Para entender mejor lo que pasa en esta historia, ojalá ya hayas visto "Old Ares Had a Farm" de la sexta temporada. Si no lo has visto, te resumo: Ares perdió su deidad por salvar a Eve y a Gabrielle en la quinta temporada, entonces Xena y Gabrielle lo esconden en una granja que era de la abuela de Xena para evitar que guerreros lo ataquen ahora que ya no es un Dios, mi historia sigue en que Xena y Gabrielle se quedaron con Ares un tiempo y no se fueron como en el episodio real. También es bueno que hayas leído la primera y la segunda parte de este Fan Fiction.


"MATRIMONIO Y MORTAJA DEL CIELO BAJA" Tercera Parte.

Por Psico

CAPITULO VIII - Noticias

Habían pasado tres semanas desde que Xena había regresado de Potadia. En esos días había estado algo deprimida y confundida. Ella quería demasiado a Gabrielle, la consideraba alguien demasiado importante en su vida, y ahora le deprimía no poderla volver a ver nunca. Pensaba que si seguía viendo a Gabrielle, lo único que iba a lograr era hacerle daño a ella, hacerle daño a Ares y hacerse daño a ella misma. Dentro de su corazón tenía muchos recuerdos y sentimientos de y por Gabrielle. Sabía que olvidarse de ella no iba a ser fácil, pero tenía que hacerlo.

Ares había notado a Xena muy extraña y silenciosa, por lo que pensó que seguramente estaba echando mucho de menos a Virgil. Sin embargo él estaba más tranquilo, pues estaban muy lejos el uno del otro. Ya se había recuperado de la golpiza que le habían dado los hombres de Mekastus. Ares también se había cansado de estarse escondiendo, por lo cual había decidido practicar más la pelea con la espada y a dar unos buenos golpes. También pensó en practicar la equitación.

Un día en la mañana, Xena se encontraba en silencio, sentada frente a la casa afilando su espada. Era lo que le gustaba hacer cuando estaba pensativa. De repente vio que alguien se acercaba a la casa. Se levantó y se fue a mirar de quien se trataba. Era Eve.

- ¡Madre!

- ¡Eve, Hija!, Qué gusto de verte.

Madre e hija se abrazaron. Definitivamente Eve no había podido llegar en mejor momento.

- ¿Cómo estás Eve? hace tiempo que no tenía noticias tuyas.

- He estado bien, he recorrido muchas villas.

- Sigue a la casa, te voy a servir algo de beber y de comer.

Xena y Eve entraron a la casa, Xena le dio algo de comer y de beber a su hija. Ares entró, acababa de dar una vuelta a caballo cerca a la granja.

- Pero si es la mensajera de Eli en persona... ¡Livia! dijo Ares con ironía.

- ¡Mi nombre es Eve, no Livia!

- Cómo sea, ¿A qué debemos el honor de tu visita?

- Vine a visitar a mi madre.

- Viniste a ver si yo no la había matado o convertido en alguna guerrera demente.... pues no, aquí está y sigue siendo Xena, La Princesa Guerrera.

- Y cuéntanos hija, ¿Qué has hecho durante todo éste tiempo? Interrumpió Xena.

- He visitado varias villas, llevando el mensaje de paz de Eli, hemos construido varios templos en su honor.

- ¡Qué horror!, ¿Estás llenando las villas con esos templos donde se reúnen a adorar a Eli? me parece patético, ¿A dónde quedó el respeto por los verdaderos Dioses. 

- ¡ARES!... ¡Por favor! Dijo Xena.

- Déjalo madre, debe ser duro para él ya no vivir en el Olimpo sino en un lugar rodeado de excremento animal. Dijo Eve burlándose.

Ares frunció en ceño y se quedó en silencio.

- ¿Sabes también a donde fui a llevar el mensaje de Eli hace una semana?

- ¿Adónde? Preguntó Xena.

- A Potadia. Estuve visitando a Gabrielle y a Virgil.

- Ah, que bien. Se limitó a responder Xena.

- Mi tía Gabrielle y Virgil se van a casar.

Dioses, Xena sintió como si le hubieran pegado con un tronco en la cabeza, como aquella vez que había muerto. Se puso pálida.

- ¡Cielos! ¡Esa si que es una noticia!, ¿No te parece Xena? dijo Ares irónicamente.

- Sí, claro. Dijo Xena.

Esa era la mejor noticia que le había podido llegar a Ares. Estando Virgil casado con Gabrielle, Xena ya no podría seguir pensando en él y menos tener una oportunidad, por que Xena no le iba a quitar el marido a su mejor amiga. En cambio para Xena, era la peor noticia que había recibido en años, en el fondo se alegraba por Gabrielle, ya que si tenía que estar con una persona que no fuera ella, Virgil sería la persona ideal. Sin embargo le dolía muchísimo lo que acababa de escuchar, pues la amaba muchísimo y la quería tener a su lado. Pero dentro de sí ella creía que su relación con Gabrielle era absurda e imposible.

- ¡Xena! ¡Se nota que has quedado conmocionada con la noticia! Dijo Ares sonriente. -¡Por Fin la rubia y el Joxercito se decidieron a casarse!

- Madre, Gabrielle quiere que sea yo quién los case, por eso vine a contarte, para que me digas cuando podemos partir para Potadia.

- ¿Qué? ¿Partir para Potadia? Dijo Xena.

- ¡Claro!, Sé que no te perderías el matrimonio de Gabrielle por nada del mundo.

- Creo que Ares y yo no vamos a ir, hace tres semanas que fuimos, es un viaje muy largo y agotador, además que Ares fue atacado cerca a la casa de Virgil, por ahí hay hombres que rondan buscándolo, además que Ares aún necesita recuperarse.

- ¿De que hablas Xena? ¡Yo ya me siento perfectamente! Puedo cabalgar sin cansarme durante horas, ¡claro que vamos a ir! ¡No creo que te quieras perder la boda de la rubia irritante!

- Tengo que ir al pueblo a comprar algunas cosas. En un rato regreso.

Xena se levantó de la mesa, tomó su espada, salió de la casa, montó a Argo y se fue. Cabalgó 10 minutos y llegó a un lugar solitario cerca a un río. Amarró a Argo y se sentó cerca a la orilla. No sabía como sentirse, en cierta manera tenía celos de Virgil, pero en el fondo se sentía feliz por su amiga. Estaba muy confundida y triste. Mientras miraba el agua pensaba en que hubiera pasado si cuando encontró a Gabrielle fuera de la casa bajo la luz de la luna le hubiera contado sobre sus sentimientos hacia ella, ¿Cómo hubiera reaccionado Gabrielle? ¿Se hubiera asombrado? ¿La hubiera rechazado? ¿Hubiera perdido su amistad? ¿Hubiera entendido? Hubiera sido un riesgo bastante grande.

- ¡Nunca me sentí así por Borías, ni por Marcus, ni por Ares!... ¡Por ningún hombre!... ¡y viene Gabrielle a poner mi mundo de cabeza! ¡A mí! ¡A la Princesa Guerrera! ¡Sufriendo por el amor de una mujer! ¡Demonios! ¿Cuándo me volví tan blanda?. Decía Xena en voz baja. Luego miró el cielo, las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

- Gabrielle... "¡Te amo!" Dijo.

Llegada la noche regresó a la casa. Ares estaba sentado frente a la chimenea y Eve estaba atrás de la casa sentada rezando.

- ¿Qué decidiste Xena? ¿Vamos a ir a la boda?

- ¡No me molestes Ares!

Xena se fue a su cuarto a dormir. No quería saber más del asunto. Estaba molesta y muy triste al mismo tiempo. Durante la noche Xena no pudo dormir, tenía mucho miedo de perder a Gabrielle, no se podía hacer a la idea de verla casada con nadie. A la mañana siguiente, se levantó temprano, se fue al establo y se sentó junto a Argo a afilar su espada. Suspiró profundo y dijo:

- La voy a perder Argo, la voy a perder.

Eve también se había levantado muy temprano para rezarle a Eli, estaba parada en la puerta del establo pero Xena no se había dado cuenta. Notó muy extraña a su madre, así que fue a hablar con ella.

- Hola Madre.

- Eve, no sabía que ya te habías levantado.

- Si, me levanté a buscar las cosas que habías ido a comprar al pueblo ayer pero no encontré nada.

- Ah... las cosas... Las voy a ir a comprar de inmediato.

Xena se levantó intentando escabullirse y evadir la situación, pero Eve la detuvo tomándola por un brazo.

- ¿Qué es madre? ¡Habla!

- ¿Qué cosa?

- Lo que te está pasando.

- ¿Pasando? ¿A mí?

- No trates de engañarme. Soy tu hija. Algo te conozco.

- ¿De que estás hablando? A mí no me pasa nada.

- ¡Ya basta madre! Dijo Eve enojada. ¡Sé que te pasa algo!.

Xena ya no podía disimular, se sentó, soltó su espada y agachó su cabeza.

- ¡Tengo roto mi corazón!

- ¿Eh? ¿Porqué? ¿Qué te hizo Ares?

- No, no, Ares no me ha hecho nada...

- Entonces, ¿Porqué dices que tienes el corazón roto?

- Es difícil de explicar... bastante complicado... pero ahí va... tengo roto el corazón por el matrimonio de Gabrielle y Virgil.

- Me puedo imaginar por qué... dijo Eve.

- ¿Así que te lo imaginas?

- Claro madre, es muy evidente.

- No pensé que fuera tan obvio, pero me alegras que lo tomes así de tranquila, que para ti éstas cosas resulten tan naturales, para mí ha sido muy difícil aceptar algo así...

- Pero no deberías complicarte tanto por eso, Joxer está muerto y desde los Campos Elíseos debe estar feliz que haya sido su propio hijo el que haya logrado enamorar a Gabrielle...

- ¿EH? ¿De que rayos estás hablando?

- Pues de lo mal que te sientes por que Joxer no pudo tener nada con Gabrielle y su hijo Virgil sí.

- ¿QUE? ¡Ay por los Dioses Eve!, Parece que tu comunicación con Eli se encuentra atrofiada...

- ¡Pero esa es la sensación que me das madre!

- ¡Ya basta Eve! Te lo voy a soltar de una, así que agárrate de las patas de Argo.... yo... yo... yo estoy... estoy... ¡Estoy enamorada de Gabrielle!

Eve se quedó en silencio... mirando fijamente a su madre quién también la miraba esperando alguna reacción. Por supuesto la primera reacción de Eve fue la de negarlo.

- ¡No puede ser cierto!.... en nombre de Eli y todos los santos, lo que acabé de escuchar no es cierto... ¡No puede ser cierto!

- ¡ES CIERTO HIJA!... ¡Es cierto!... ¡amo a Gabrielle!, La amo con todo mi corazón.

- ¿Pero estás segura?, ¿No estarás confundiendo tus sentimientos?, ¿No será amor de amiga?.

- ¿Para ti es amor de amiga si con tan solo ver la piel de Gabrielle se eriza la tuya?. ¿Para ti es amor de amiga si cada vez que la tienes cerca tu corazón se acelera? ¿Para ti es amor de amiga si cada vez que Gabrielle te toca empiezas a sudar frío? ¿Para ti es amor de amiga si cuando la ves desnuda...

- Ya entendí madre, prefiero no enterarme de los detalles libidinosos... la interrumpió Eve.

Ambas nuevamente se quedaron en silencio. Xena sentía alivio de haberse desahogado con su hija, ya el peso se había alivianado.

- ¿Y... Gabrielle lo sabe?. Preguntó Eve.

- ¡Por supuesto que no!. Dijo tajantemente Xena.

- ¿Y por qué no se lo dices?

- ¿Acaso te diste con la puerta de algún templo de Eli en la cabeza? ¡NO!, No se lo he dicho.

- Pues deberías. Aconsejó Eve.

- No puedo... no puedo hacer eso, la perdería para siempre.

- ¿Prefieres vivir con tus sentimientos atragantados?

- Prefiero no volverla a ver nunca.

- Eso no es justo con Gabrielle madre, ella tiene derecho a saberlo.

- ¡Cómo si fuera tan fácil!

- No lo es madre, no lo es, si ella es tu amiga tiene que entender, además yo he visto su corazón, y te aseguro madre que ella no se va a alejar de ti.

- ¿Tu crees?

- Te lo aseguro.

Nuevamente ambas se quedaron en silencio. Eve se acercó a tu madre y la abrazó.

- Aún no lo puedo creer... mi madre Xena, la "Princesa Guerrera" ¡loca de amor por otra mujer! Es increíble... tantos hombres y... ¡Dioses! ¿Lo sabe Ares?

- Tampoco lo sabe.

- ¿Se lo piensas decir?

- No lo sé.

Madre e hija salieron del establo, Xena estaba más tranquila. Entraron a la casa y ahí estaba Ares sentado a la mesa.

- ¿Donde rayos estaban? ¡Dos mujeres en la casa y ninguna ha sido capaz de preparar algo de comer! ¡Tengo hambre Xena!

- Ares, prepara tus cosas, ¡Vamos a ir al matrimonio de Gabrielle y Virgil!

- ¿Eh? Pero.. ¡Si hace un rato no tenías ganas de hacerlo!

- Pero cambié de opinión. Vamos a ir.

Ahora el ex Dios de la Guerra no sabía que pensar Estaba confundido. Él pensaba que si Xena se estaba negando a ir a la boda, era por que no soportaría ver a Virgil casarse con su mejor amiga, pero ahora estaba resuelta a ir... esto le resultaba muy sospechoso. Su mente empezó a imaginarse cosas, hasta que Xena y Virgil se iban a escapar, dejando a la rubia con los crespos hechos.

Eve y Xena se metieron en la cocina a preparar el desayuno.

- ¿De verdad vas a ir?. Le preguntó Eve a su madre.

- Gracias a ti hija, me he dado cuenta que no puedo ser tan egoísta con Gabrielle.

Era una de las decisiones mas complicadas que Xena había tomado en su vida. Pero estaba decidida a hacerlo o a morir en el intento.

Xena salió de la cocina con el pan servido en una canastita.

- Sabes Xena... creo que tenías razón, es mejor que no vayamos... hmmmmm... es un viaje muy largo y agotador, además que fui atacado cerca a la casa de Virgil, por ahí hay hombres que rondan buscándome,... además que creo que aún necesito recuperarme.

Xena lo miró levantándole su ceja izquierda.

- ¿Acaso te has vuelto loco? ¿No andabas diciendo que ya te sentías perfectamente?, ¿Qué podías cabalgar sin cansarte durante horas?

- Es que me acabé de acordar que me duele mucho la piernita...

- ¡No seas payaso! ¡Vamos a ir y se acabó!

Xena se la pasó los siguientes días pensando en como decirle a Gabrielle todo lo que sentía por ella.

- ¿Y si le doy unas flores?... ¡Qué ridículo!... ¡bah!... hmmmm... ¡Un beso sorpresa!... ¿Y si me abofetea?... ¡Bah!.... ¡Ya sé! Una declaración formal.... pero... ¿Qué le digo?... A ver... Gabrielle, desde que te vi mi corazón latió más fuerte... ¡Ay no! ¡Suena re cursi!... ¡Lo tengo!... Gabrielle, tus ojos son divinos... abiertos son como el día y cerrados como la noche... ¡Estúpida!... ¿Y si le digo un piropo?... ¿Pero cual?... Gabrielle... Con esa pierna... ¿Para qué la otra?... ahora sueno como Joxer cuando hacía sus chistes ridículos... ¡BAH!

Eve la vio así de pensativa y se acercó a bromearle.

- Oye madre, ¿Cómo le tengo que decir a Gabrielle de ahora en adelante?...  ¿Papi?

- ¡Eres tan graciosa!

Se llegó el día que Xena tenía que enfrentar a Gabrielle. Todos cabalgaron durante el día y en la noche llegaron a Potadia. En la casa de Virgil se encontraban Lila, Sara, Jace y Meg. Xena golpeó la puerta y se la abrió Gabrielle.

- ¡Xena! ¡Viniste!. Enseguida le dio un abrazo.

Xena sintió que se iba a derretir, le encantaba sentir la cercanía de Gabrielle. Luego se acordó a que había venido y se asustó.

- ¡Pero si son ellos! ¡Son los felices novios! ¡La presidente del club del cacareo y Joxercito! Dijo Ares irónicamente. Luego volteó a mirar a Meg.

- ¡Por todos los Dioses! ¡Xena! ¡Dime que tu no te vas a ver así en unos años! ¡Vas a parecer una ciruela cargando un chakram!... luego miró a Sara.

- ¡¡Holaaaa!!... así que tú eres la sobrina de la rubia... la madame del Harem... ¿Vas a ser la encargada de la despedida de soltero de Joxercito? jajajajajaja...

Todos se saludaron y se sentaron a conversar. Ares tenía que meter su toque de maldad.

- Y cuéntanos Virgil, ¿Cómo fue que te decidiste a proponerle matrimonio a Gabrielle? Me imagino que cuando nos fuimos de aquí semanas atrás te debiste sentir "muy solo" sin Xena... y sin mí, así que aprovechaste para enredar a la rubia... mira Virgil, ¡¡yo creo que mínimo deberías nombrar a Xena madrina de matrimonio!!

- Así es Ares, Xena va a ser nuestra madrina de matrimonio le respondió Gabrielle.

- Bueno... yo...

- Nadie más que tu podría ser mi madrina, le dijo Gabrielle.

- Xena se quedó callada, como siempre pensando en su conflicto.

Meg sacó unos jarros y algunas botellas de vino que había traído desde su taberna, les repartió a todos para celebrar.

Eve notó que su madre estaba muy callada, así que se acercó a ella.

- La boda es mañana, tienes que hablar con ella lo más rápido posible.

- Trataré de hacerlo.

Como si los Dioses la hubieran escuchado, Xena tuvo la oportunidad perfecta para hablar con Gabrielle. Estaban todos hablando y Gabrielle salió por un poco de agua. Xena se levantó y se fue detrás de ella. Xena se acercó a Gabrielle.

- ¿Nerviosa?, Le preguntó Xena.

- ¡Xena!... si, un poco... ya sabes, la primera vez que me casé a las dos horas quedé viuda, al menos sé que Callisto en vez de aparecerse a matar a Virgil, si acaso se aparecerá a darnos su bendición ésta vez.

- Hmmmmm.. Nunca me imaginé que tu y Virgil..

- Yo tampoco, todo sucedió muy rápido, pero así es la vida...

- Al final si terminaste emparentada con Joxer. Le dijo sonriendo Xena.

- Me hubiera gustado que hubiera estado aquí, estaría muy feliz... ¿Entramos?

- Gabrielle espera...

- ¿Qué sucede Xena?

- Yo.. Yo tengo algo muy importante que decirte...

- ¿Si?

Xena tomó aire y continuó.

- Es muy difícil decir algo como esto... Dioses, si que es difícil...

- ¡Xena! ¡Ahora si me estás poniendo nerviosa!

- Gabrielle... yo... yo... ¡te quiero!

- ¿Eh?

- Yo... ¡Te quiero desear lo mejor junto a Virgil!

- Xena, me asustaste, eres dramática para dar tus felicitaciones, ¡vamos!

Xena y Gabrielle entraron a la casa. Eve estaba atenta a los acontecimientos. Vio a Gabrielle muy tranquila, así que dedujo que su madre no había hablado con ella. Xena la miró y le dijo que no con la cabeza. Así siguió la noche, todos celebraban la boda y Xena en su interior estaba sufriendo mucho. Eve también sufría de ver a su madre. Eve se acercó a Gabrielle y empezó a hablar con ella.

- Hola tía Gabrielle.

- Eve, ¿Estás lista para casarnos mañana?

- Claro que si... ¿Estás lista tú para casarte?

- ¿De que estás hablando? ¡Por supuesto!

- Desde arriba Eli te estará dando su bendición.

- Por eso quiero que me cases tu, eres la mensajera de Eli.

- Es increíble ver, que dos mujeres que eran guerreras ahora estén establecidas y organizándose con hombres. Viviendo vidas de aldeanas normales.

- Yo pensé que mi vida siempre estaría junto a Xena, yendo de un lado para otro, siempre en batalla, pero como ya no hay Dios de la guerra, entonces son muy pocos los problemas que se presentan. El mundo ya no nos necesita. Dijo Gabrielle.

- El mundo no, pero por ahí hay personas que si... dijo Eve levantándose. Ares se la había pasado todo el tiempo pendiente de Xena y de Virgil, hasta el momento no habían actuado sospechosamente, pero sin embargo pensaba que no se podía descuidar.

CAPITULO IX- Lanzando el ramo... ¿O Rayos?

El día esperado por algunos había llegado. Todos se levantaron muy temprano para hacer los arreglos. Lila y Sara estaban arreglando a Gabrielle, Meg y Jace estaban arreglando a Virgil. Ares estaba durmiendo y Eve estaba preparando el altar. Xena estaba caminando por ahí, fuera de la casa. Ya estaba entrando en desespero, no sabía en que momento abordar a Gabrielle, pensó que ya no había nada que hacer pues la boda ya estaba encima. Pensó que ya todo estaba perdido, que lo único que le restaba era esperar que Gabrielle fuera muy feliz al lado de Virgil. Una vez casada Gabrielle pensó en irse a vivir junto con Ares a Atenas, para estar más lejos de ella y olvidarla de una vez por todas y para siempre.

- ¡Hey! ¡Yo joven! ¡Xena! Le gritó Meg. Ya es hora de la boda y ya sabes, no hay boda sin madrina...

Xena entró en la casa. Virgil estaba parado en el altar, realmente estaba muy guapo y lucía feliz. Eve estaba adelante, lista para celebrar el matrimonio, Meg, Sara y Lila estaban sentadas.

De repente entró Gabrielle, Xena apretó sus puños, empezó a respirar con más rapidez y a sudar. Le parecía que Gabrielle lucía como un ángel, que estaba preciosa, pero a su vez temblaba de pensar que estaba perdiendo a la persona que verdaderamente se había adueñado de su corazón. Gabrielle se acercó a Xena y le dijo:

- Dame tu bendición.

- No la necesitas...

- Si la necesito, si no me das tu bendición, no me caso.

Qué más hubiera querido Xena que negarle su bendición e impedir el matrimonio, pero tan solo le dijo a Gabrielle:

- Qué los Dioses te bendigan y te acompañen siempre.

Luego Gabrielle se paró al lado de Virgil quién tiernamente le sonrió. Eve se quedó parada orando. Hizo un momento de silencio y miró a su madre, diciéndole con la mirada que ya no había nada más que hacer, que estaba a punto de perder a Gabrielle. Xena bajó la mirada. Eve empezó con la ceremonia.

- Estamos aquí reunidos, al frente del altar de Eli, para unir en santo Matrimonio a Gabrielle y a Virgil. Para Eli, el matrimonio es un vínculo sagrado por que simboliza el amor de dos personas, y su unión bendecida por la deidad divina...

- ¡Buaaaaaaaaaaaaaahhhh!.... comenzó a llorar Meg. ¡Qué conmovedoooooooooor! ¡Se ven tan lindos ahí parados! ¡aaaaaaaaayyyyyyy que emociooooooon!

Lila le dijo a Meg que se calmara y que dejara seguir a Eve.

- Hoy sus dos almas se convierten en una sola, su camino llega a un mismo destino, estarán juntos en las buenas y en las malas...

- ¡No puedo soportarlo! ¡Tengo que llorar! Dijo el viejo Jace. Ahora fue Sara la que le dijo a Jace que se tranquilizara.

Ares miraba a Xena, su cara ya no tenía disimulo, estaba muy nerviosa e inquieta, sus ojos estaban aguados y sus dedos se movían entre sus manos.

- ¿Debes estar muriéndote, viendo como se casa tu amante eh?... ¡Y se casa con tu mejor amiga! ¡Ya lo perdiste Xena!... ¡El Joxercito ahora es de Gabrielle! Pensaba Ares y sonreía irónicamente mirando a Xena. Eve prosiguió con la ceremonia.

- Caminarán por los Campos Elíseos, el amor siempre los guiará junto con Eli y su mensaje, ahora en nombre de Eli y de todos los santos, ¿Hay algún impedimento para que Gabrielle y Virgil unan sus vidas en santo matrimonio?

Este momento pasó para Xena en cámara lenta, vio como todo se oscureció a su alrededor y solamente quedaron en el altar Gabrielle y Eve iluminadas por una luz que bajaba desde el cielo. Toda su vida desde que conoció a Gabrielle y todo lo que había vivido con ella pasó por su mente rápidamente. De pronto se olvidó de todo, incluso de que estaba casada con Ares, se olvidó de lo que pudiera decir la gente, se olvidó de su temor, sintió como si una fuerza llena de bondad la poseyera...

- ¡Yo quiero decir algo! Dijo Xena.

- ¡XENA! ¡NO TE ATREVAS! Se levantó y dijo Ares alarmado en tonalidad de orden.

- ¡Gabrielle TE AMO!

Todos se quedaron en silencio, Eve tan solo sonrió. Gabrielle abrió más sus ojos verdes y puso su mano sobre sus labios.

- ¿Qué dijiste Xena? Preguntó Virgil.

- ¡Que amo a Gabrielle!, ¡La amo con todas mis fuerzas!

- ¿QUE AMAS A QUIEN? ¿A GABRIELLE? ¿A QUE ESTÁS JUGANDO XENA? Le dijo Ares.

- No estoy jugando a nada Ares, es la verdad. Estoy enamorada de Gabrielle, lo siento mucho.

- ¿Enamorada de la rubia? ¿Y que hay con Virgil? ¿No estabas enamorada de Virgil?

- ¿Qué? ¿De donde sacaste eso Ares? ¡Mi corazón le pertenece a Gabrielle!

- ¡LO SABIA! ¡SIEMPRE ME TRAJISTE PROBLEMAS RUBIA DEL TARTARO! ¡HASTA TERMINASTE CON MI RELACION CON XENA! ¡TE ODIO! Y A TI XENA... ¡NUNCA TE VOY A PERDONAR ESTO QUE ME HAS HECHO! ¡CAMBIARME POR GABRIELLE! ¡CAMBIARME POR UNA MUJER! ¡TE VOY A MATAR! Dijo Ares enfurecido. Luego se abalanzó sobre Xena y empezó a atacarla.

El matrimonio se había convertido en un caos, Xena y Ares peleaban, Ares trataba de golpear a Xena y Xena esquivaba sus golpes. Los demás se apartaron asombrados y aterrados. Ares estaba destruyendo todo, agarraba cuanta cosa encontraba y se la tiraba a Xena, pero Xena evitaba ser golpeada. Xena se lanzó sobre Ares y le aplicó su punto de presión en el cuello. Ares quedó quieto.

- Ares, no me obligues a hacer esto. Le dijo Xena.

- Voy a acabar contigo Xena, y luego con Gabrielle, decía mientras sentía que la sangre ya no corría hacia su cabeza.

- ¡No podrás!, No te voy a soltar...

- ¡Si podré!... claro que sí... ¡ODIN!... ¡ODIN ACEPTO EL TRATO!

De repente se apareció Odín.

-¡ODIN, ACEPTO TU TRATO!, ¡DAME MI DEIDAD Y YO TE DARÉ A XENA!

Odín apareció la manzana dorada la cual puso en la boca de Ares. Ares empezó a brillar y a cambiar. De repente desapareció. Luego volvió a aparecer convertido en Dios.

- Lamento que las cosas vayan a terminar así... ¡Tu te lo buscaste Xena! Y lanzó un rayo con sus manos.

Xena dio una voltereta y lo esquivó, escondiéndose detrás de una mesa.

- ¡Sal de ahí y pelea! Decía realmente enojado el Dios de la Guerra, quién lanzó un rayo en contra de la mesa destruyéndola. Xena dio un gran salto y llegó enfrente de Ares.

- ¡Xena! ¡Toma! Le dijo Lila lanzándole su espada.

Xena tomó su espada y empezó a pelear con Ares, quién también sacó la suya. Ares lanzaba rayos los cuales Xena ágilmente esquivaba una y otra vez. Solamente pensaba en matar a Xena, estaba enojado por su traición, estaba enfurecido. Lanzó otro rayo que alcanzó a Xena y la mandó contra una pared. Luego se dio la vuelta y volteó a mirar a Gabrielle.

- ¡Siempre estuviste en el medio! ¡Siempre tú! Pero ya no vas a seguir fastidiando... Ares levantó su mano y lanzó un rayo en contra de Gabrielle.

- ¡NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO! Gritó Virgil interponiéndose en el medio.

El rayo lo alcanzó y lo empujó hacia arriba, luego lo tiró para abajo.

¡Virgil! Gritó Gabrielle, luego fue corriendo hacia él.

Gabrielle se acercó a Virgil quién estaba boca abajo, luego le dio la vuelta.

- ¡Virgil! ¡Virgil! ¡Respóndeme! ¡Virgil!

Pero ya no había nada más que se pudiera hacer, Virgil estaba muerto.

Ares se quedó quieto, viendo lo que había hecho. Gabrielle se levantó furiosa del suelo y se fue corriendo contra él y le empezó a pegar puños en el pecho.

- ¡Ahora mátame a mí! ¡Vamos! ¡Acaba conmigo maldito!

Ares se alejó de ella y dijo:

- ¡Nos volveremos a encontrar!.

Después de eso desapareció.

Gabrielle volteó a mirar a Xena. Luego salió corriendo del lugar. Xena no sabía que hacer, solamente se le ocurrió ir a donde estaba Virgil y cerciorarse que efectivamente estaba muerto. Luego entró Eve, se acercó a su madre y le preguntó que si estaba bien. Xena le dijo que sí con su cabeza. Xena levantó a Virgil y lo llevó a una habitación. Cuando Meg vio a su hijo muerto, se echó a llorar encima de él. Solamente dijo:

- ¡Ambos murieron por lo mismo! ¡Ambos murieron por la misma!

El ambiente estaba muy pesado. Xena no se atrevía a entrar a la casa, pues sentía que todo había sido su culpa. Lo peor de todo es que no se atrevía a hablarle a Gabrielle. En ese momento fue cuando se arrepintió de no haber hablado con Gabrielle antes de la boda. La pobre no sabía que hacer, solamente se paseaba fuera de la casa esperando a que algo pasara. Por fin Eve se dirigió a donde estaba su madre.

- ¿Cómo está Gabrielle?. Le preguntó Xena a Eve.

- Está mal. Está muy triste. Y ni hablar de Meg y Jace.

- ¿Me odia verdad? ¡Me está odiando! ¡Yo provoqué toda ésta desgracia!

- No es tu culpa madre, tu no pensaste que Ares reaccionaría así, no sabías que Ares tenía tratos con Odín, pensaste que podías manejarlo.

- Pero... es que si me hubiera quedado callada, ¡Virgil no estaría muerto! Hablé y Gabrielle me debe estar odiando el doble.

- No te preocupes madre, todo va a estar bien. Mañana vamos a enterrarlo.

Eve entró a la casa de nuevo. Xena pasó la noche afuera, igual no creía que pudiera dormir. En realidad nadie pudo hacerlo. Prefirió arreglar los leños para cremar el cuerpo de Virgil.

Llegado el otro día, todos dispusieron todo para enterrar a Virgil. Xena estaba sentada mas o menos lejos de la casa. Gabrielle salió primero, toda vestida de negro, luego Meg, junto con Lila y Sara y al final Jace con Eve, quién le hizo señas a su madre para que se acercara. Los aldeanos de Potadia que se habían enterado, habían ido a la casa a acompañar a la familia de Virgil y ayudaron a subir el cuerpo a los leños.

Eve dijo algunas palabras, luego Meg le prendió fuego al cuerpo de su hijo. Xena se quedó atrás, y en señal de dolor empezó a cantar una de sus canciones de luto. Gabrielle solamente miraba las llamas y lloraba, Meg también estaba destrozada. Todos estaban muy tristes. Acabada la cremación de Virgil, Todos fueron a la que era la granja de Virgil. Xena tampoco quiso entrar. Llamó a Eve y le dijo que se iría para la granja donde vivía para dejársela a alguien y que luego se iría a Amphipolis. Eve le sugirió que hablara con Gabrielle, pero Xena prefirió no hacerlo antes de saber que Gabrielle la estaba odiando. Sin decirle nada a nadie, Xena sacó a Argo del establo y se fue galopando rumbo a la granja.

Pasado un rato del entierro, estaban todos dándole sus condolencias a Gabrielle y a Meg y al resto de la familia. De repente Gabrielle se acercó a donde estaba Eve.

- Eve, ¿Dónde está Xena?. Le preguntó Gabs.

- Sé fue.

- ¿Sé fue? ¿Para donde?
- Se fue para la granja.

- Pero... ¿Por qué?

- Por que se siente culpable de la muerte de Virgil y por que piensa que tú la odias.

- ¡Dioses!... ¡No la odio! ¡En este momento la estoy necesitando más que nunca!

- Se sintió muy mal por todo lo que pasó y por todo lo que dijo. No se atrevía a darte la cara y se marchó.

- Todo pasó muy de repente, ni siquiera he tenido tiempo de penar en lo que dijo en la boda.

- ¿Qué piensas de lo que te dijo?

- No lo sé... no sé que pensar... estoy muy confundida y aturdida.

- Entiendo. Dijo Eve.

Así pasaron algunos días, mientras la etapa de luto se iba llevando a cabo. Gabrielle se estaba recuperando lentamente de su dolor. Eve se acercó a hablarle.

- Gabrielle, creo que ya es hora de irme, siento mucho no poderme quedar contigo más tiempo, pero tengo que seguir difundiendo el mensaje de Eli por la tierra de Oriente. Le dijo Eve.

- No te preocupes, ve a cumplir con tu deber, que yo iré a cumplir con el mío.

- ¿Cuál es tu deber?. Le preguntó Eve.

- Ir a buscar a Xena.

Eve le sonrió.

- Gracias tía Gabrielle. Eso la hará muy feliz.

CAPITULO X - ¡Y Volver, volver volver!

Rato más tarde Gabrielle se despidió de Meg y de toda su familia y emprendió camino hacia la que era la granja de Ares y Xena. Duró cabalgando el día entero y en la noche llegó. Todo en la granja estaba oscuro, parecía que no había nadie. Lentamente bajó del caballo, sacó sus sais para defenderse en caso de peligro. Entró a la casa y no encontró a nadie. De repente alguien saltó del techo y le cayó encima.

- ¿No te han enseñado que entrar en propiedad ajena es de muy mala educación?

- ¡Xena! ¡Soy yo! ¡Gabrielle!

Xena miró bien y se dio cuenta que quién estaba debajo de ella no era un ladrón o un chismoso, era nada más y nada menos que Gabrielle. Rápidamente se levantó y le dio la mano para ayudarla a levantar.

- Gabrielle... ¿Qué haces aquí?

- Tu sabes que hago aquí... ¡Necesitamos hablar!

- Gabrielle... yo...

- Antes que digas cualquier cosa, déjame hablar... Xena, en ningún momento te eché la culpa de lo sucedido con Virgil, él se atravesó en medio de un rayo que iba para mí. Las manos de Ares son las que están manchadas con su sangre, no las tuyas. Sé que la muerte de Virgil te duele tanto como a mí.

- Así es le respondió Xena.

Y en realidad le dolía, así Virgil se hubiera convertido en el marido de Gabrielle, Xena nunca sintió odio por Virgil. Tan solo un poco de celos. Luego Gabrielle tomó la mano de Xena y siguió hablando.

- Pero creo que lo más importante debimos hablarlo hace mucho tiempo atrás. Aunque no fue el mejor momento para confesarme lo que sentías por mí, fuiste muy valiente en hacerlo. Me siento muy orgullosa de ti. Aprecio mucho que lo hicieras. Realmente debió ser doloroso para ti el haber guardado dentro tus sentimientos. Y debió ser aún más doloroso el enterarte que me iba a casar con Virgil. Si quieres que te confiese una cosa Xena, para mí también fue doloroso cuando te casaste con Ares. Por que yo pensaba que mi vida siempre iba a ser junto a ti, que siempre íbamos a estar las dos juntas viajando por todas partes. Pero vi que estabas feliz con Ares, así que me hice a un lado y te dejé ser feliz, así como tu hiciste lo mismo. Ahora que lo pienso, no sé si me iba a casar con Virgil por amor o por soledad. A pesar que tenía a mi familia, siempre quedó tu vacío en mi corazón, y creo que lo pretendí llenar con Virgil. No es fácil alejarte de alguien con quien llevabas viviendo muchos años. Creo que yo también debí hablar en mi momento. Nos hubiéramos ahorrado muchos sufrimientos.

Xena y Gabrielle se abrazaron. Xena sintió muchísimo alivio al escuchar a Gabrielle decirle todo lo anterior.

-¡Oh Gabrielle, ¡Tenía tanto miedo que me odiaras! ¡Tenía tanto miedo de perderte!

- Eso nunca Xena, por que tu ocupas un lugar muy importante en mí corazón. Ahora lo que más deseo es estar contigo... claro, si tu quieres.

- ¡Por supuesto que sí Gabrielle!

- Me siento muy honrada de ser la dueña de tu corazón... demasiado... y nada me gustaría más en el mundo que poderte corresponder....

- Pero... Dijo Xena.

- ¿Pero qué? Dijo Gabs.

- ¿No le vas a agregar un pero a tu frase?

- No Xena. Te repito. Nada me gustaría más en el mundo que poderte corresponder. Eres una persona muy bella y especial, la mejor que he conocido en toda mi vida, sé que nadie me podría hacer más feliz que tú.

Xena sonrió y volvió a abrazar a Gabrielle. Todos sus temores habían desaparecido por completo.

- Estoy cansada, ¿Podemos irnos a dormir?

- ¡Claro!... vamos adentro.

Ambas mujeres entraron.

- Gabrielle, puedes quedarte en la cama... yo dormiré aquí fuera de la habitación. Dijo Xena.

- No Xena. Quiero que duermas conmigo.

Ambas mujeres se acostaron en la cama y se durmieron. A la media noche, Gabrielle se levantó asustada, estaba teniendo pesadillas sobre la muerte de Virgil. Pensó en despertar a Xena, se volteó a moverla pero no pudo en cuanto vio su cara. Su cara le daba mucha paz y tranquilidad. Sintió una enorme sensación de protección en cuanto se acordó que Xena la amaba. Gabrielle acarició el pelo de Xena y luego se recostó sobre su pecho, luego cerró sus ojos y continuó durmiendo. Al otro día Xena se despertó temprano, al principio se extrañó de ver a Gabrielle tan cerca a ella, pero luego su alma se llenó de ternura. Fue una sensación demasiado especial para ella. No podía creer que tuviera a la persona que más amaba en el mundo tan cerca a ella. Se quedó quieta por un rato, tan solo sintiendo la respiración profunda de Gabby. Luego despacio besó su cabeza. Gabrielle se despertó.

- ¡Ay! ¡Xena!... disculpa, es que anoche tuve pesadillas y...

- ¡No te preocupes!. No me di cuenta. Dijo Xena sonriendo.

- ¿Quieres desayunar? Preguntó Gabrielle.

- ¡Buena idea!

Gabrielle acarició la cara de Xena y se levantó de la cama. A pesar de todo lo ocurrido, Xena se sintió en la gloria. Nunca había sentido a Gabrielle más cerca de ella. Se levantó y se sentó en la mesa. De pronto sintió sollozos en la cocina, se levantó a ver y encontró a Gabrielle llorando.

- Disculpa Xena, es que no puedo evitarlo.

- No te preocupes Gabrielle. Llora si quieres.

- Virgil era un buen hombre. Tenía el mismo corazón de Joxer. Era muy atento conmigo, siempre se preocupó por que estuviera bien. Él notó que te extrañaba, pude engañarme a mi misma pero a él no pude. Había algo en él que me gustaba, creo que era su ternura, su compañía, su carisma... ¡Lo echo mucho de menos!

- Entiendo, yo he pasado por lo mismo... Borías, Marcus... es difícil... las dos hemos pasado por situaciones muy difíciles.

- Ahora, lo que más me dolería en el mundo... ¡ sería perderte a ti!.

Xena se quedó en silencio. Luego le dijo:

- Eso jamás. Siempre vamos a estar juntas...

¡¿DURANTE CUANTO TIEMPO EH?! ¡CREO QUE POR MUY POCO!

- ¡ARES! Dijo Xena. ¿Qué quieres?

- ¿Y te atreves a preguntar?

- ¡El problema es conmigo, no con ella!

- ¡Nada de eso Xena! ¡El problema es con las dos! ¡Tu me traicionaste! ¡Y tu te interpusiste! ¡Ahora me las van a pagar!

- ¿Y que sacarás con matarnos Ares? ¿Mandarnos a las dos a los Campos Elíseos? ¡Hagas lo que hagas no podrás separarnos ni destruir lo que hay entre Xena y yo!

- ¡Pero que cursi eres Gabrielle! ¡Me conmueves!. Le dijo Ares.

Enseguida Ares se preparó a atacarlas. Xena sacó su espada y su chakram y Gabrielle alistó sus sais.

¡Esto será divertido! Dijo Ares lanzando una gran bola de fuego en contra de Xena y Gabrielle.

- ¡Gabrielle! ¡Cúbrete! Dijo Xena mientras la bola hacía explosión.

Ares no lastimó a ninguna de las dos. Xena sacó su espada y fue corriendo hacia Ares, quién también alistó su espada.

- Ya te dije que lo siento mucho Ares...

- ¡Eres una traidora Xena! Yo realmente te amé...

- Y yo también te amé Ares, y fui feliz contigo, pero ahora mi corazón es de Gabrielle.

Ares le lanzó un espadazo a Xena el cual ella combatió con su espada también.

- ¿Por qué la Rubia?... ¡ Y Yo como un estúpido preocupado por Virgil!

- Gabrielle es sensible, tierna, amorosa, especial, cariñosa...

Ares lanza con más rabia otro espadazo hacia Xena, Xena lo evita.

- ¡Tu mataste a Virgil!, ¡Tú eres el que debía morir! Le dijo Gabrielle con ira lanzando uno de sus sais hacia él, obviamente sin causarle daño alguno, ya que Ares atrapó el sai con su mano.

- Fue un accidente, ¡Tu eres la que debe morir! ¡Tu te interpusiste!.

Ares se prepara para lanzarle una bola de fuego a Gabrielle pero Xena lo detiene.

- Ares, ¡Escúchame!, Gabrielle no se interpuso, ella no sabía nada, tu viste que ella se iba a casar con Virgil, ¡Fui yo! ¡Fui yo quién me enamoré de ella! Si tienes que sentir rabia contra alguien, debe ser contra mí, ¡No contra ella!

- Tienes razón Xena, ¡Tu eres entonces la que tiene que pagar!

La bola de fuego que tenía lista para Gabrielle, la lanzó contra Xena. Xena fue impulsada hacia atrás del establo con mucha fuerza. Ares se dispuso a lanzar otra gran bola de fuego, pero Gabrielle lo detuvo ésta vez.

- ¡Ya basta Ares! ¡Ya es suficiente! ¡Ya has causado mucho daño!... Te pido... Te pido en nombre del amor que alguna vez Xena y tu se tuvieron... ¡Qué la dejes en paz!...

- Aaaarrrrrrgggggg.... luego desapareció.

Gabrielle fue corriendo hacia el otro lado del establo, y vio a Xena tirada en el suelo boca a abajo.

- ¡Xena!... ¡Xena!... ¡Xenaaaaaaaaaaaaaaaa!

Xena no respondía. Cuando llegó a su lado, le dio la vuelta. Xena estaba con los ojos cerrados y la cara con sangre.

- ¡Xena! ¡Respóndeme por favor! ¡Xena! ¡Xenaaaaaaa!

Pero Xena no respondía. Gabrielle la golpeaba suavemente en la cara. Xena seguía sin reaccionar.

- ¡Por los Dioses! ¡Despierta Xena!

Luego Gabrielle se puso a llorar, puso la cabeza de Xena contra su pecho.

- ¡Cof Cof! ¡Ay mí cabeza!... dijo Xena saliendo de su estado de inconsciencia.

- ¡Xena! ¡Estás viva! Dijo sonriendo Gabrielle y abrazando a su amiga.

- ¡Casi que no quedo viva! ¡Me pegué demasiado fuerte en la cabeza!

- ¿Puedes caminar? Yo te ayudo, vamos a la casa a curarte esas heridas.

- Trataré... ¡Ouch!... despacio... despacio...

Gabrielle ayudó a Xena a ir a la casa, la acostó en la cama. Luego ella se fue a buscar un bálsamo para aplicarle en las heridas a Xena.

- Xena, estás herida, te golpeaste la cabeza... pero yo te voy a cuidar, no te preocupes, le dijo con una dulce sonrisa Gabrielle.

- No podría estar mejor cuidada, le respondió con otra sonrisa Xena.

Gabrielle primero le aplicó un poco de agua tibia en la cara para limpiar la sangre que la cubría, con mucha delicadeza le pasaba la gasa por la cara y quitaba la sangre. Cuando la cara estuvo limpia, le empezó a aplicar el bálsamo. Lentamente se lo pasó por la frente, por los ojos, por las mejillas, por la quijada...

- ¡Ouch! dijo Xena cuando Gabrielle le pasó la gasa por los labios.

- ¿Te duele mucho?

- Un poco, me corté toda la cara...

- Yo te quito ese dolor...

Gabrielle se inclinó y le dio un suave beso a Xena en los labios. Luego se enderezó y sonrió.

- ¡Gabrielle!...

- No digas nada Xena, las palabras no son necesarias. Nuevamente se inclinó y le dio otro beso a Xena.

Xena y Gabrielle se quedaron en la granja un par de días hasta que Xena ya estuvo mejor, encontraron una familia la cual se hizo cargo de la granja. Como ya había Dios de la guerra, evidentemente los problemas y los conflictos habían regresado y por supuesto, Xena y Gabrielle también habían regresado a su vida de antes, solamente habían cambiado los sentimientos de Xena por Gabrielle, y dentro de Gabrielle ya estaban empezando a cambiar los sentimientos por Xena. Gabrielle siempre llevaría a Virgil en su corazón, al igual que siempre llevaría a Pérdicas. Siempre estarían atentas a Ares, pues sabían que él estaría rondando para fastidiarlas de vez en cuando. Las cosas volvieron a ser como estaban antes, Xena y Gabrielle, viajando por el mundo, pero ahora había algo diferente, un sentimiento que las unía más que antes.

¡FIN!

¿Ya saben eh? Si tienen cualquier comentario, envíenmelo a Xenapolis@hotmail.com  Sí recibo más de 5 e-mails diciendo que apesto como escritora, me seguiré dedicando a inventarme más alter-egos en Internet. 

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