Al cobijo de un naranjo, José Herrera Oropeza, Agustín Oropeza, Cecilio Zubillaga Perera, Gonzalo González y Francisco Manuel Mármol, concentran el sueño de un vocero que ponga pies ligeros a las soluciones de los males de los caroreños y sea tribuna para todo aquél que desee expresarse desde sus páginas. En ñla calle San Juan, la casa del naranjo es el espacio de la imprenta "El Comercio" donde se redacta, diagrama, corrigen pruebas e imprimen en la vieja prensa Washinton, ... " el grano de arena que contribuirá al levantamiento del edificio de una Patria viril y próspera...", en palabras del editorial augural.
En marcha EL DIARIO, este comienza a aglutinar voluntades en torno a los múltiples intereses que se exponen con cada entrega del periódico. El rotativo se nutrre entonces de la pluma de Dionisio Oviedo G, Ambrosio y Rafael Oropeza, Alberto Silva Alvarez, Rafael María Rosales, Luis Beltrán Guerrero, Pastor Oropeza y Pedero Nolasco Perreira (hijo), entre otros; paralelamente, en el taller de impresión y bajo la égida de Gonzalo González, los obreros tipográficos S. Joaquín Delgado, Roso Bracho Vivas, Eladio Mora Suárez y Raimundo Carrasco ponen su empeño u dedicación en el perfeccionamiento de la impresión del periódico que dará frutos en el primer fotograbado publicado en el mes de noviembre de 1.919.
El ímpetu de pioneros da paso al pretigio que surge de un trabajo consagrado a la batalla por la cultura y el bien público, así EL DIARIO y Don José Herrera Oropeza, abren "... rutas de inquietud cultural a las juventudes de Occidente..." Pero, el 17 de diciembre de 1,935, en el acto de celebración de las Bodas de Plata Sacerdotales del presbítero Pedro Felipe Montes de Oca, en el Teatro Salamanca, Don José Herrera sufre un paro cardíaco y cae egregiamente ante un auditorio que contempla atónito el luctuoso accidente. En la madrugada del día 18, su hijo Antonio Herrera Oropeza es puesto al tanto de la infausta noticia por Guillermo Perera y Luis Beltrán Guerrero y con 19 años a cuestas viaja, desde Caracas donde cursaba estudios de Medicina, a encarar el reto de EL DIARIO.
En próxima fecha esta comisión recibirá su nombramiento oficial en el Despacho del Alcalde del Municipio Torres, Ingeniero Leonardo Oropeza Pernalete, a través del correspondiente acto de juramentación. Es de agregar que también se creará una comisión emérita y diversas comisiones en las capitales del país, vinculadas a nuestro lar y su periódico.
Pautas Generales
La Ciomisión ha comenzado a tomar ciertas resoluciones, referentes a los aspectos generales de las festividades de estas ocho décadas de tesón periodística:Solicitar al ciudadano Alcalde, Ingeniero Leonardo Oropeza P. declare año de júbilo el del Octogésimo Aniversario de EL DIARIO de Carora, dentro del período comprendido desde el 1° de septiembre de 1.999 hasta el 1° de septiembre del 2.000.
Vincular el octogésimo aniversario de EL DIARIO de carora a los 430 años de la fundación de la ciudad homónima y a la apertura de un nuevo siglo y milenio.
Abrir un buzón de correspondencias al respecto de estos 80 años en la sede de EL DIARIO y a través de nuestro E Mail: eldiario a cantv, net., de forma tal que la Comisión preste oído a las sugerencias de todos nuestros amigos.
Solicitar los recursos para la digitalización de la colección de EL DIARIO de Carora y el inicio de una permanente digitalización de los números salientes, esto con la finalidad de archivarlos de acuerdo a la más moderna tecnología.
Crear un Centro de Investigación hemerográfica, con el nombre de Don Agustín Oropeza, primer redactor de EL DIARIO; este centro servirá para el estudio de los caroreños en la colección y para los investigadores especializados a nivel regional y nacional.
La musealización de los antiguos talleres de impresión, con la intención de crear el Museo del Periodismo Caroreño, que sirva como espacio para la cultura y el disfrute de propios y visitantes.
La fecha servirá de punto de partida para elaborar un bloque editorial especial que incluirá tres publicaciones: la edición aniversaria de 1.999, una edición especial sobre Carora y su futuro, de cara al año 2.000 y la edición aniversaria del año 2.000.
Se estudia la preparación de eventos culturales, deportivos y de toda índole que ampliarán las festividades del año aniversario.
Don José Herrera Oropeza (1,885 - 1.935), a esta última la acompañamos de un esbozo biográfico escrito por nuestro Director Emérito Don Antonio Herrera Oropeza (1.916 - 1.980), su hijo.
Nacido el 27 de febrero de 1.885, José Herrera Oropeza cursó estudios de primeras letras en una modesta escuela caroreña y, posteriormente, por corto tiempo, fue alumno del Colegio "La Esperanza" que dirigía en Carora el doctor Ramón Pompilio Oropeza. Se le puede considerar, pues, como un ejemplo de autodidacta. En su mocedad arribó a la profesión periodística, ya que en el año de 1,904 aparece como colaborador de El Impulso, que fundara entre nosotros Don Federico Carmona. En 1.907, en compañía de Cecilio Zubillaga Perera, Dimas Franco Sosa, Marco Aurelio Rojas y Ramón Gutiérrez, edita el semanario ensayos, que no obstante aparece como literario, llegó a ser vocero de oposición al General Cipriano castro. En 1,912, ya con talleres tipográficos propios, aunque muy modestos, fundó otro semanario cuyo principal redactor fue el insigne poeta tocuyano Alcides Losada, fallecido años después en el Castillo de Puerto Cabello por su inconformidad con la dictadura gomecista. El 1° de septiembre de 1919, creó una empresa que hubo de ceder el paso que requería mayor audacia y más decisión y perseverancia: La Fundación de EL DIARIO, en compañía de Agustín Oropeza y en cuya redación figuraron cecilio Ziubillaga Perera, Francisco Manuel mármol, Dionisio Oviedo G, Ambrosio y Rafael Oropeza y muchos otros intelectuales de Carora que encontraron en el ovecro de la Casa del Naranjo, cálido hogar espiritual, tocándole a ellos actuar en una época difícil en que sufría eclipse angustioso la libertad de expresión y la dignidad civil y no obstante aquél estado de cosas, EL DIARIO esquivó la lanza al dictador Juan Vicente Gómez y no temió abrir rutas de inquietrud espiritual a las juventudes de occidente.
Fue el primer maestro gratuito de la Escuerla de San Dionisio, establecida en Carora por el Padre Carlos Zubillaga, con el fin de proteger a la población caroreña cuando nuestra ciudad fue azotada por la gripe española, se desempeñó como activo enfermero, además de su resuelta cooperación con el mismo padre Zubillaga en la construcciíon del edificio del Hospital "San Antonio". Murió en la tribuna nuestro padre, cuando pronunciaba un discurso en honor de Monseñor Pedro Felipe Montes de Oca, en ocasión de las Bodas de Plata Sacerdotales. Dejo de exisitir horas antes de que ocurriese el deceso del General Juan Vicente Gómez, con la palabra plena de emoción a flor de labios, sin poder disfrutar de la libertad de prensa que tanto anheló, diciéndole al pueblo caroreño su úiltima palabra de hombría y de generosidad. Pero siempre le recordaremos cuantos ejercemos el oficio, como a uno de los fablistanes venezolanos que supo salvar la ética de la profesión, dejándonos como herencia moral su ejemplo honorable y señero.
