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POMALCA
Nuestra Patrona

María del Perpetuo Socorro



Historia

La historia conocida del icono arranca de 1499. Un comerciante extrajo de una iglesia de Creta el icono de la Virgen y, escondido en su equipaje, lo llevó hasta Roma. En la capital romana, lo dio a conocer a un caballero, amigo suyo, que lo había recibido en su casa. Viéndose al borde de la muerte lo entregó a su amigo, encargándole que lo entregara a una iglesia para ser expuesto a la pública veneración, según el deseo que había expresado la Virgen.

Muerto el comerciante, tras reticencias de la familia que lo guardaba y amonestaciones severas recibidas de lo alto, la madre de familia lo entregó a la iglesia de San Mateo. En este templo permaneció el icono durante tres siglos, recibiendo culto concurrido y correspondiendo con hechos milagrosos. En 1798 las tropas de Napoleón entraron a saco en Roma y destruyeron, entre otros, el templo de San Mateo. Los religiosos agustinos, que habían atendido a San Mateo, se retiraron con el icono a una pequeña capilla, quedando allí sin culto popular y en el olvido.

En 1865, en una encrucijada de circunstancias providenciales, el icono es descubierto y entregado por el Papa Beato Pío IX a los misioneros redentoristas. Éstos habían levantado iglesia nueva y Casa Generalicia en terrenos que antaño ocupara el templo de San Mateo; por otra parte, el único rastro para la localización del icono lo conocía el P. Miguel Marchi, que de pequeño fue monaguillo en la capilla donde vio el cuadro, y que ahora era redentorista.

El Superior General de la Congregación, P. Nicolás Mauron, solicitó el icono al Papa, apoyando la solicitud en varias razones: la Virgen del icono manifestó, al llegar a Roma, que quería ser venerada entre Santa María Mayor y San Juan de Letrán y lo fue en San Mateo, ahora la iglesia del Santísimo Redentor y San Alfonso ocupaba el mismo lugar; además, un redentorista era el eslabón de enlace entre el ayer y el hoy; por otra parte, los redentoristas, desde su fundador San Alfonso, son enamorados de la Virgen María en su vida congregacional y en su ministerio misionero.

El Papa firmó el documento de cesión del icono a los redentoristas para la iglesia de San Alfonso, en Roma, el día 11 de diciembre de 1865 y se instauró el culto solemnemente el 26 de abril de 1866.

Universalidad del culto

Desde esta fecha, ha sido una auténtica simbiosis espiritual María del Perpetuo Socorro y redentoristas. Ella los ha acompañado por los caminos de su ministerio y ellos han instalado su icono en todos los rincones del mundo, siguiendo el encargo de Pío IX.

Hoy Santa María del Perpetuo Socorro es conocida y venerada en los cinco continentes. Catedrales, diócesis, templos, ciudades, pueblos, grupos de apostolado y congregaciones religiosas, centros de salud y educativos la tienen como Titular y Patrona. Hoy, al cabo siglo y medio, Santa María del Perpetuo Socorro ha superado con creces la devoción que había logrado en los siglos precedentes.

Su advocación conquista los corazones, inspirando absoluta confianza. Es su nombre, nombre que se dio ella misma, notificándolo a una niña, hija del matrimonio romano: “Di a tu madre y a tu abuelo: SANTA MARÍA DEL PERPETUO SOCORRO os avisa que la saquéis de la casa y la entreguéis a una iglesia para la veneración pública”. De hecho, en el frontispicio de San Mateo se leía en 1579 esta inscripción: “A la Madre de Dios Virgen María del Perpetuo Socorro y al Santo Apóstol y Evangelista Mateo”. La confianza en María, Perpetuo Socorro, se afianza, sobre todo, en su categoría de Madre de Dios y Madre de la Iglesia, que vela permanentemente por sus hijos, peregrinos por la tierra.