Sabe, oh Universo, que te amo con toda la Gracia,
y con todo el Poder, del
Amor del Mesías...
Que mi conciencia acaricia eternamente todas las formas de
realidad,
compartiendo este éxtasis en las manifestacions más hermosas y
creativas...
Que mi corazón sea poseído por el Espíritu de la Verdad!
Que mi existencia
sea dedicada a la iluminación de toda
la conciencia en todo el universo! ¡Que
mi entusiasmo sea una luz
de Amor y Verdad sentida por todos! ¡Oh que mi
tacto
sea la manifestación más elevada para la Divina Voluntad!
¡Que todas mis acciones transformen esta realidad a perfecciones
mayores y
más plenas de amor! ¡Que mi cuerpo sea
el templo más sagrado de la Verdad!
¡El Punto Omega está aquí!
La claridad de visión ha sido redimida en todo el
universo!
Estamos entrando rápidamente en la Nueva Era del Niño Inmortal. Como Jesús dijo una vez (Marcos, 2:22), de nada sirve poner la vitalidad del vino nuevo en las estructuras antiguas de la era que acaba. La INVOCACION DEL PUNTO OMEGA y las visión planetaria en este libro son nuevos regalos de la misma Fuente divina. Cualquier intento por revestir esta obra en los desgastados ropajes de lo antiguo va contra los deseos de los Inmortales que han dado a la tierra esta nueva revelación. Especialmente, los Inmortales judíos que me dieron la Invocación en Excalibur Hill afirmaron que, a partir del Rosh Hashanah de 1975, el ciclo de cien años que comenzó con la fundación de la Sociedad Teosófica en 1875 y desarrollado por Annie Besant, Alice Bailey y otros, ha concluído. El poder espiritual y la gracia mágica de esta Invocación tiene una frecuencia mucho mayor que las afirmaciones antiguas, desgastadas y jerárquicas como “La Gran Invocación” de Bailey. ¿Cuánto tiempo más perdurarán las antiguas costumbres?
LA INVOCACION DEL PUNTO OMEGA genera una frecuencia físicamente inmortal que supera la entropía y la corrupción. No hay necesidad de rezar por el retorno de Cristo porque el Cristo planetario ha nacido y está vivo y en crecimiento en la tierra. El uso de esta Invocación produce la Inmortalidad física, tanto individual como planetaria. La apertura del corazón y la devoción a la vida permiten que las palabras de la Invocación del Punto Omega encarnen la Verdad Inmortal. Incorpora los Divinos Pensamientos de esta Invocación, establécelos de forma permanente en los átomos y las células de tu cuerpo, y el Reino de la Vida Eterna en tu interior surgirá a su plena y jubilosa manifestación. Esta es una promesa divina, ¡y todas las promesas divinas se cumplen!
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