Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!
Quiénes somosAl finalA Los Sonetos de mi VidaA O Recuncho do Galego
A la Página PrincipalAre you looking for anybody?A good free web pageLooking for a Job?


SALVADOR RUEDA.
(1857-1933)


NOVIA DE LA TIERRA

Mirarte sólo en mi ansiedad espero,
sólo a mirarte en mi ansiedad aspiro,
y más me muero cuanto más te miro,
y más te miro cuanto más me muero.
El tiempo pasa por demás ligero,
lloro su raudo, turbulento giro,
y más te quiero cuanto más suspiro,
y más suspiro cuanto más te quiero.
Deja a tu talle encadenar mi brazo,
y, al blando son con que nos brinda el remo,
la mar surquemos en estrecho lazo.
Ni temo al viento ni a las ondas temo,
que más me quemo cuanto más te abrazo,
y más te abrazo cuanto más me quemo.



LA SANDÍA.

Cual si de pronto se entreabriera el día,
despidiendo una intensa llamarada,
por el acero fúlgido rasgada
mostró su carne roja la sandía.
Carmín incandescente parecía
la larga y deslumbrante cuchillada,
como boca encendida y desatada
en frescos borbotones de alegría.
Tajada tras tajada señalando
las fué el hábil cuchillo separando
vivas a la ilusión como ningunas.
Las separó la mano de repente,
y de improviso decoró la fuente
un círculo de rojas medias lunas.



LAS BODAS DEL MAR.

Ya acudes a tu cita misteriosa
con el inquieto mar, luna constante,
y asoma por las playas de Levante,
hostia de luz, tu cara milagrosa.
En la onda azul, cual nacarada rosa,
se abre tu seno con pasión de amante,
y dibuja un reguero rutilante
tu pie sobre la espuma en que se posa.
En agua, como un tálamo amoroso,
te ofrece sus cristales movedizos
donde tiendes tu cuerpo luminoso.
Y al ostentar desnuda tus hechizos,
el mar, con un abrazo tembloroso,
te envuelve en haz de onduladores rizos...



Al principio

La Palestra de Euterpe.