Erótico No. 1
A tu fogosa lengua va mi canto.
Al lúbrico sabor de tu saliva.
A tu cintura ágil y lasciva.
A esa pasión que disimulas tanto.
Si estoy contigo no conozco el llanto,
pues lo derrota tu fragancia viva.
Y si beso tu boca sensitiva
Desde el fondo del tedio me levanto.
Tu abrazo me mostró por vez primera
cómo escapar del miedo y la tristeza.
Me redimió la magia de tenerte.
Y mientras dure la azarosa espera
por naufragar de nuevo en tu belleza
me sentiré muy cerca de la muerte.
Erótico No. 2
Si tú me dieras esa flor que ocultas
entre la cárcel de tus muslos tersos.
Esa flor de recóndita fragancia,
de oscuro musgo y lujuriosos pétalos.
Si me dieras tu fuego más profundo,
tu caricia más íntima, tus besos.
Si me dieras el surco perfumado
entre la doble luna de tus pechos.
Si me dieras tus pechos, blancos frutos
del árbol perfumado de tu cuerpo.
Si me dieras tu lengua sensitiva,
y el aroma fogoso de tu aliento.
Si me dieras tu pelo, derramado
como una oscura flor sobre mi lecho.
Si me abrieras tu cuerpo, si me amaras,
derramaría en ti todos mis versos.
Entonces venceríamos la muerte,
el miedo, el odio, el tedio y el silencio.
Erótico No. 3
Me quiero derramar dentro de ti
con ilusión de niño o de poeta:
quiero gustar tu boca labio a diente,
quiero el mosto evasivo de tu lengua.
Y quiero la tibieza de tus pechos,
y tu piel, y tu aliento, y tu perfume:
quiero el tenue rocío de tu axila
y el húmedo fogaje de tu pubis.
Quiero tu pensamiento y tus pasiones,
tus deseos, tus celos y desdichas...
Quiero todo de ti: quiero tu pelo
flotando abandonado entre la brisa.
Quiero tu risa, quiero tu mirada,
quiero el dulce fulgor de tu silencio.
Y si no puedo recobrarte ahora
quiero, al menos, vivir con tu recuerdo.
Mario Mendoza Orozco
(De nuevo en este tiempo
Fondo:
Modelo en descanso, óleo sobre lienzo.
Alfredo Guerrero