Marzo / 26 / 2000

El psicoanalista, Erich Fromm dice en su estudio sobre el consumerismo; "El consumo era un medio para un fin; el de la felicidad. Ahora se ha convertido en un fin en si mismo… Hoy esta fascinado el hombre por la posibilidad de comprar más cosas… El hombre está hambriento de consumo. El acto de comprar y consumir se ha vuelto una finalidad compulsiva e irracional". Esta realidad no escapa a los creyentes. Los evangelicos llenan los centros comerciales de Puerto Rico con hambre de consumir. Lo triste es que lo hace sin sentido y sin razón. Sin embargo, el creyente está llamado a tener cuidado con lo que se consuma de este reino y a consumir los productos del reino de Dios. Los productos del reino no se mercadean, pero se consumen. Tienen la calidad de eternidad, se obtienen gratuitamente, son accesibles. Te recomiendo llevar una vida balanceada. No olvides consumir el tiempo y los productos del reino de Dios. Facínate con el culto, La Palabra, y el toque de Dios. Ahí está la verdadera felicidad. Dios te Bendiga.

Rev. Luis López