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Plan Mínimo
Para hacer frente al problema de las Sectas
y la Nueva Religiosidad

Por: el P. Flaviano Amatulli Valente


Pluralismo religioso y cultural
    Es un hecho que ya pasó el sistema cerrado y monolítico del pasado. La sociedad actual es esencialmente pluralista. Hoy el católico tiene que estar preparado para vivir su fe en este nuevo contexto religioso y cultural. Al no estar preparado, puede caer en complejo de inferioridad.
    En realidad todos hablan y tratan de convencerlo acerca de la bondad de sus creencias. No lo dejan en paz ni en la calle, el trabajo y la misma intimidad de su hogar con el fin de arrebatarle la fe de sus antepasados.

Vivir la fe con dignidad
    Como pastores de la Iglesia, ¿qué tenemos que hacer para el católico pueda vivir su fe con dignidad, sin complejo de inferioridad frente a los que tienen otras creencias y tratan de perturbar su fe?
Evidentemente, no basta hablarle de tolerancia, respeto para con todos y diálogo. Es necesario ayudarlo a tomar conciencia de su identidad como miembro de aquella única Iglesia que fundó Cristo y llegará hasta el fin del mundo (Mt. 16,18 y 28, 20). Solamente así podrá tener una base segura para abrirse hacia los demás, sin miedos ni complejos de ninguna especie.
    Hoy en día, para el católico no basta una catequesis genérica, "como si las sectas no existieran". Las sectas existen y son muy activas y declaradamente anticatólicas. Por lo tanto, el católico tiene que ser ayudado a sentirse seguro en su Iglesia, capaz de dialogar con todos y al mismo tiempo resistir frente a cualquier intento de manipulación.
    Para lograr esto, se hace urgente para el católico antes que nada un conocimiento básico de la Biblia, que lo ayude a fundamentar su fe y su piedad. La Biblia tiene que volverse en el libro de cabecera para cada católico. No basta que la liturgia y la catequesis estén impregnadas de Biblia. Es necesario que el católico ore, participe en la liturgia y acuda a la catequesis con el libro de la Biblia en la mano.
    De otra manera, ¿qué pasa? Que después de años y años de oración, catequesis y vida litúrgica, se siente acomplejado frente a uno que hace apenas unos meses se acercó a Dios, frecuentando algún grupo separado de la Iglesia. Este último, al saber manejar la Biblia y conocer ciertos pasajes que parecen contradecir la fe del católico, se siente superior a éste, que lo mira con un sentido de angustia, que pronto se vuelve en resentimiento hacia sus pastores que no lo supieron formar adecuadamente.

Revivir la sana apologética
    Por lo tanto, es necesario revivir la sana apologética, no para "pelear" con los que tienen otras creencias, sino para fortalecer la fe del católico, que, frente a los ataques de las sectas y al no contar con una respuesta adecuada, empieza a tambalear. Una apologética dirigida hacia adentro de la misma Iglesia, más que hacia afuera.
    Una catequesis, que no cuente con los elementos básicos de una sana apologética, es una catequesis desencarnada, sin fundamento. Crea católicos acomplejados, que lo único que pueden hacer es huir frente a las insinuaciones o los ataques de las sectas.
    ¿Hasta cuándo puede funcionar el método de la fuga? ¿Y si se trata del propio hijo que pide alguna  aclaración acerca de tal o cual punto controvertido? ¿Y si es el mismo catequista que solicita una explicación a su pastor? ¿Se puede contestar "No sé; esto no me lo enseñaron"?
    Así que, hoy en día, todos (sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos y católicos de la calle) tenemos que estar bien conscientes de nuestra identidad como católicos y conocer la respuesta a los principales ataques que vienen de las sectas. ¿Cómo lograr esto?

La Biblia, el libro del pueblo creyente
    Entre nosotros católicos sin duda hay gente muy preparada en campo bíblico: teólogos, sacerdotes, maestros que enseñan religión en las escuelas, religiosas, etc. El problema está en el tipo de lenguaje
que manejan, por lo general poco accesible al gran público, y el enfoque que dan a sus enseñanzas, casi siempre de carácter teológico o científico.
    Por esta razón, no llegan al corazón de los creyentes, ansiosos de encontrar a Dios y no de llenarse la mente de conocimientos, casi siempre de difícil comprensión y sin una relación directa con la vida
diaria. El hecho es que pronto los oyentes se aburren, se cansan y desertan las clases bíblicas de los "expertos".
    En realidad lo que el creyente de hoy pide, es un conocimiento bíblico inmediato, kerigmático y que mire más a la vida que a la mente. Desgraciadamente, el católico muchas veces al no encontrar este
alimento en su Iglesia, se dirige hacia las sectas.
    Pues bien, en este aspecto el Movimiento Eclesial "Apóstoles de la Palabra" cuenta con toda la herramienta necesaria para llevar la Palabra de Dios hasta los lugares más apartados y a la gente más sencilla, despertando en todos un fervor insospechado hacia el libro sagrado. Se trata de un método que se ha ido formando poco a poco durante muchos años de experiencia. Es el joven que con toda sencillez descubre a otro joven el mensaje de la salvación contenido en el gran libro que es la Biblia, el indígena al indígena, el campesino al campesino y el letrado al letrado.
    Tratándose de un movimiento misionero, se pone a disposición de las Iglesias particulares para formar a multiplicadores en este aspecto tan importante y descuidado de la pastoral bíblica.

Sectas y Nueva Religiosidad
    No basta escribir un libro con la respuesta a los principales ataques de las sectas para que el problema se resuelva. Se necesita un programa bien elaborado para formar a "expertos" en la materia a nivel popular.  Estos ayudarán a los demás a enfrentar el problema adecuadamente, previniendo la enfermedad o curándola, según el caso.  Tratándose de un campo muy vasto y variado, poco a poco se van delineando las diferentes especializaciones (testigos de Jehová, adventistas del séptimo día, pentecostales, Nueva Era, etc.) con estrategias y contenidos bien definidos. También en esto, el Movimiento Eclesial "Apóstoles de la Palabra" tiene mucho que decir, contando con una larga experiencia de trabajo práctico, una metodología propia y material cuidadosamente elaborado (libros y folletos, cassettes y videocassettes, etc.).
    En lugar de soñar con grandes estrategias y enormes capitales, que no existen, ¿por qué no empezar con algo sencillo y práctico para enfrentar con sano realismo el problema de las Sectas y la Nueva
Religiosidad? Se empieza con poco y con el tiempo en cada lugar se van afinando los detalles, según las propias necesidades y los recursos con que se cuenta.

Ministerio especial
San Pablo nos habla de la Iglesia como del Cuerpo Místico de Cristo (1Cor 12). Y como en cada cuerpo, también en la Iglesia hay distintos miembros con capacidades y funciones diferentes para el bien de todo el organismo. Me pregunto: "¿Acaso el Señor no suscitará en cada comunidad alguien que se preocupe de curar y fortalecer en la fe a los hermanos más débiles?". Todo es cuestión de tener fe en los planes de Dios y el destino de la Iglesia. Que si alguien cree que todas las religiones llevan a los mismo, confundiendo tolerancia con indiferentismo religioso, entonces todo este discurso se hace vano y cualquier intento de preservar la fe del católico será interpretado como una nueva forma de integrismo, propio de tiempos pasados.
    En la práctica este ministerio tendría dos objetivos: alimentar y fundamentar bíblicamente la fe del católico (Pastoral Bíblica) y preservarla de posibles desviaciones (Sectas y Nueva Religiosidad).
    Evidentemente en esto no se agota la vida cristiana. Se trata sencillamente de ofrecer al católico una base segura para que pueda avanzar en el camino de Dios sin titubeos y con dignidad.

Tarea
    ¿Cuál será su tarea? Intervenir en todas las instituciones y actividades de la Iglesia, cuidando el aspecto bíblico y apologético. He aquí algunas sugerencias al respecto:

- Catequesis presacramental.
    Que todo se haga con la Biblia en la mano. Que la Biblia ya no sea un subsidio para la catequesis, sino el texto base para todo tipo de catequesis y el catecismo se vuelva en una "guía" o un "subsidio"
para profundizar el dato bíblico. Luchar para que la preparación de la Primera Comunión empiece con un breve curso bíblico popular sobre la "Historia de la Salvación". Además, hay que insistir para que en todo tipo de catequesis presacramental no falten unas charlas sobre el tema "Sectas y Nueva Religiosidad", incluyendo toda la problemática relacionada con la brujería, las supersticiones, etc.
    Solamente así se podrá hablar de una catequesis "encarnada", que haga mella en el corazón del creyente y lo vaya disponiendo al encuentro sacramental con Dios. En realidad, para llegar a Dios hay que despejar el camino. De otra manera todo se quedará como un hecho superficial, puramente ritual, sin resonancia en la vida.
    Si los catequistas no se sienten preparados para tratar estos temas, se pueden hacer cargo de este aspecto los miembros de la "Comisión de Pastoral Bíblica" y los miembros de la "Comisión de Sectas y Nueva Religiosidad".
    Además, en la misma celebración de los sacramentos habría que subrayar siempre el aspecto bíblico, aclarando posibles dudas u objeciones que pudiera surgir al respecto. La homilía de la misa
dominical, sin duda, ofrece una amplia posibilidad para enfatizar nuestra identidad católica, aclarar dudas y fortalecer la fe del creyente.

- Centros de formación pastoral.
    Que en todos los seminarios y los centros de formación para religiosas y laicos se aprenda a impartir cursos bíblicos populares y a enfrentar con competencia el problema de las Sectas y la Nueva
Religiosidad. Los miembros de las comisiones mencionados pueden hacerse cargo de eso.

- Instituciones educativas.
Que en todos los colegios católicos no falte la formación bíblica y apologética. Luchar para que se establezca un diplomado en teología para los maestros que enseñan en los colegios católicos. Es muy
triste constatar como en muchos casos los maestros que enseñan en colegios católicos no cuentan con ninguna formación en campo religioso.

- Asociaciones y Movimientos Apostólicos.
Que puedan contar siempre con algún elemento "experto" en el asunto bíblico y apologético para orientar en estos aspectos la formación de sus miembros y solucionar los problemas que puedan surgir con relación a las Sectas y la Nueva Religiosidad. En efecto, no es raro encontrar a gente muy comprometida en el aspecto espiritual y apostólico, que al mismo tiempo tenga muchas dudas en campo religioso y a veces ideas equivocadas sin que se dé cuenta de ello.

- Medios de comunicación masiva.
Se trata sencillamente de aprovechar los espacios que ya tenemos en los medios de comunicación masiva para incluir el aspecto bíblico y apologético, dando al gran público una información exacta acerca de lo que es la Iglesia Católica y lo que son los demás grupos o movimientos religiosos.

- Misiones populares.
En la época del laicado. La tarea evangelizadora es tan grande que no se puede llevar a cabo sin la intervención directa y constante de los laicos. Pero al mismo tiempo, es necesario que cuenten con un mínimo de formación bíblica y apologética. De otra manera, el laico corre el riesgo de confundirse más al escuchar tantos desahogos y ataques contra la Iglesia y sus ministros.

¿Y el ecumenismo?
Sin duda, para nosotros católicos el problema de las sectas es el más difícil de enfrentarse por su magnitud y la voracidad proselitista de sus miembros. Por eso le dedicamos más esfuerzo. Sin embargo, donde están presentes hermanos separados abiertos al diálogo, entonces la misma Comisión podría encargarse también del ecumenismo, teniendo presentes las normas de la Santa Sede y de la autoridad eclesiástica local.
Lo mismo se puede hacer con el diálogo interreligioso.

Conclusión
    Las sectas avanzan. Hagamos algo y pronto para ayudar a los hermanos "débiles en la fe" a tener motivos para seguir siendo católicos y vivir su fe con dignidad, sin complejos ni miedos injustificados.
Mediante Talleres ya estructurados podemos preparar a los que se hagan cargo de este ministerio a nivel diocesano, parroquial, de asociación o movimiento apostólico.
    El Movimiento Eclesial "Apóstoles de la Palabra" está a su disposición. Esperamos su llamada.


P. Flaviano Amatulli Valente
Agujas 676
Col. El Vergel Iztapalapa
09880 México, D.F.
Tel: 52/5/426.40.04
Fax: 52/5/426.40.11
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