La mayoría de los suelos agrícolas
en Colombia son muy susceptibles a la degradación física y una de las mayores
causas de esta degradación es el sistema de labranza que practican los
agricultores.En la labranza
convencional, el uso continuo de la rastra provoca varios problemas como la
compactación del suelo, la pérdida rápida de la materia orgánica, deja el
suelo desnudo y susceptible a los procesos de erosión y de encostramiento.
Este problema afecta el potencial
productivo de los cultivos tales como el arroz, algodón, sorgo, soya, maíz,
cultivos forrajeros y gastos permanentes.
Para resolverlo se requiere la
racionalización del uso de maquinaria de preparación de suelos, utilizando el
concepto de labranza vertical que es un sistema de labranza conservacionista.
Como su nombre lo indica, afloja el
suelo sin invertirlo dejando en la superficie una cobertura protectora de los
residuos del cultivo anterior
Los implementos que se utilizan son
brazos equipados con puntas, los cuales no causan compactación, es decir, no
forman una capa impermeable en el suelo (pie de arado).
Debido a que la labranza vertical no
invierte el suelo, hay menos descomposición de la materia orgánica y menos pérdida
de humedad, muy importante antes de la siembra.
La labranza vertical se adapta a un
rango amplio de suelos, inclusive los que tienen problemas de drenaje
susceptibles a compactación.
La eficiencia operativa de la labranza
vertical es alta comparada con la labranza convencional, debido a que los
implementos que se utilizan como arados de cinceles, vibrocultores y
cultivadores de campo trabajan a mayor velocidad y tienen mayor ancho de
trabajo, preparan el suelo entre un 50% a un 80% de mas área por día que la
lastra de discos.
El costo de adquirir y mantener estos
implementos de labranza vertical es por lo menos un 25% menos que los de
labranza convencional.
La siembra directa o cero labranza,
permite sembrar cualquier grano sin remover o labrar el suelo.En él se reemplazan implementos tradicionales de labranza como arados,
rastras y cultivadoras de diversos tipos, por sembradoras capaces de cortar
rastrojos y raíces, dejando la semilla adecuadamente ubicada en el suelo.
Para lograr éxito en el manejo de la
cero labranza es importante contar con las máquinas apropiadas:
Cosechadoras de granos equipadas con picador y
distribuidor de paja.
Picadora de rastrojo, rolo, desbrozadora, cortamalezas.
El problema más importante para las
ganaderías de leche y de carne es la producción de forraje el cual está
asociado con la compactación de los suelos.
Desde los 10 cm de profundidad hacia
abajo se compacta el suelo debido al excesivo paso de la maquinaria, a las
inundaciones, al permanente pisoteo del ganado, a procesos inadecuados de
labranza y a la escasez de materia orgánica, entre otros.Esto impide que las raíces de las plantas se desarrollen de manera
adecuada, desaprovechando nutrientes y agua presentes en el suelo.
El renovador de praderas es la solución
a este inconveniente, implemento que está constituido de un disco cortador
vasculante y un cincel que estalla el suelo entre los 10 cm y los 40 cm de
profundidad.
Experiencia
con renovador de praderas
En la sabana de Bogotá, en una finca
con suelos de textura arcillosa, el ganadero normalmente preparaba su
potrero con el sistema de labranza convencional para sembrar pastos
mejorados. Cada dos años repetía la misma labor
en el mismo potrero debido a la disminución de la producción de forraje y
a la invasión del pasto kikuyo.
Hace 4 años adquirió un renovador de
praderas el cual utilizó sobre el pasto kikuyo, rayando y estallando el
suelo hasta 40 cm de profundidad y aplicando gallinaza con semilla de pasto
mejorado.
Los resultados se presentaron en las
siguientes pastadas logrando un rendimiento de 60 toneladas por hectárea y
duplicando su producción de leche de 1.400 lts. a 2.800 lts.
La mecanización en el agro consiste
en la implantación de la maquinaria agrícola en la agricultura.Se ha considerado que el uso de tractores es el indicador mas apropiado
para medir la mecanización. En
términos generales se pueden hacer los siguientes comentarios:
El promedio anual de tractores
comprendido entre 1966 - 1970 fue de 2.542 unidades, cifra alta si se
compara con los dos años anteriores y posteriores, debido a las
exportaciones de algodón y azúcar, a la expansión del arroz, sorgo, soya
y al crédito del BID maquinaria empréstito Caja Agraria.Parte de estos efectos repercuten en el siguiente lapso 1.970
- 1.974.
Durante 1.974 - 1.978 se recuperaron
los niveles del quinquenio 1.966 - 1.970 debido a la expansión del algodón,
sorgo, arroz, llegando al promedio de 1.989 tractores por año.
Para el período 1.978 - 1.986 el
promedio anual disminuyó a 1.272 unidades ocasionado por el aumento de los
precios de la maquinaria, impuestos, intereses, devaluación, restricciones
a importaciones por falta de divisas.
Durante el lapso de 1.986 - 1.990 hubo
un repunte poco significativo debido a un impulso a la producción de arroz
y a las facilidades de importación, el promedio fue de 1.352 unidades.
A partir de 1.990 se presenta una
reducción muy significativa que ha llegado a niveles del período 1.946 -
1.950, promedio de 622 unidades, a causa de los siguientes factores:
Reducción del área de cultivos
transitorios, por problemas económicos, políticos y sociales.
Aumento del área de pastos que
carecen de mecanización.
Bajo incremento de área de cultivos
permanentes.
Además podemos lanzar al aire
un comentario sobre las políticas agrarias de
nuestro país, tendiendente a impulsar el sector en estas épocas de elecciones
presidenciales; la gran mayoría de los candidatos hablan de impulsar el campo,
de regenerar el tejido social rural y favorecer a la población campesina a
quedarse en su vereda, pero no existe ninguna salida cercana de fondo; primero,
por el conflicto armado, que ha generado un gran número de familias desplazadas
hacia las capitales y, por otra parte, debido al encarecimiento de los insumos,
maquinarias y equipos que se requieren para las labores agrícolas.
Personalmente creo que no existirá,
por lo menos en un futuro cercano, un recurso económico o técnico suficiente
para motivar a los campesinos a seguir produciendo Comida, a menos que se eliminen
los aranceles para la compra de insumos y maquinaria al país.
Esto no es costoso; sólo que algunas
personas dejarán de ganarse un porcentaje de las comisiones por ventas de estas
herramientas, pero podría, con un bajísimo costo, fomentar la adquisición de
tecnología (que, bien aplicada, generaría incrementos en la productividad),
fomentaría la investigación y transferencia tecnológica (lo que generaría
empleo para los técnicos y profesionales del campo), fomentaría la capacidad
de gestión de los pequeños y medianos productores (al hacer más accesible los
nuevos y mejores recursos), haciéndo que el campesino trabaje con
calidad.
Sólo existe un riesgo y es que las
pocas empresas que producen insumos en Colombia pueden verse afectadas por la
competencia, pero desde el gobierno de Gaviría se terminó el proteccionismo
para la industria nacional y debemos demostrar que trabajamos con mejor calidad
y menos costo. No podemos frenar la posibilidad de desarrollo del sector por
miedo a quebrar unas pocas empresas nacionales (que pueden contar con excelentes
capacidades productivas y con la información que les venga en gana en un
comercio globalizado), ni podemos detenernos porque a unos pocos señores de
corbata les hace falta ganarse unos millones por promocionar el producto de una
u otra multinacional extranjera.
Señores candidatos, Señores
asesores, SEÑOR PRESIDENTE ... Tienen Ustedes la palabra
